Cuidados y limpieza
Enjuagó una vez más la esponja en la cubeta llena de agua, tenía un líquido especial para limpieza profunda. Necesitaba desinfectar toda el área hasta sentirse seguro de que todo estuviera como le gustaba.
Resplandeciente con olor a limpio, casi a cloro pero sin exagerar, de lo contrario sería como sentir veneno en su nariz tan sensible.
Apretó la esponja quitándole los excesos de agua y, volvió a pasarla sobre la mesa de cristal. Podía escuchar el movimiento en la parte de arriba de la casa, eran pasos calmados moviéndose de un lado a otro con la aspiradora.
Cuando terminó, observó su alrededor completamente limpio y sin un rastro de polvo o mugre, ni siquiera en los profundos rincones de la estantería grande que habían comprado para poner los libros.
— ¿Cariño, terminaste? - escuchó la voz de su esposa hasta verla bajar. Traía un pequeño mantel, cubrebocas y una pañoleta en la frente junto con guantes de limpieza; asintió y cargó la cubeta para ir a tirar el agua sucia — Parece que todo brilla...
— ¿Qué esperabas?.
— No podía esperar menos - bajo ese cubrebocas, sonrió satisfecho.
Ambos lavaron y guardaron las herramientas de limpieza, pasándolas también por un proceso desinfectante para asegurarse que no quedara ningún rastro de bacteria por su aire.
Algunos les dirían paranoicos, otros que son precavidos, pero ellos le llaman seguridad.
— Quiero una ducha, ¿vienes? - Amy se quitó los guantes seguidos del mantel, por alguna razón se sentía sucia, como una muñeca empolvada.
No recibió respuesta, pero sí una ligera mirada interrogatoria casi insinuante que le provocó un ligero rubor en su rostro.
— Malpensado - bufó con pequeño puchero y se alejó hacía el baño de la primera planta.
Shadow terminó de quitarse el cubrebocas y los guantes para poder seguirla, también se sentía sucio, y también le urgía una caliente ducha para relajarse.
Terminaron con una ducha caliente que relajó cada músculo de ambos cuerpos; el agua caliente que cayó sobre sus púas, sobre sus torsos. Hasta las gotas traviesas que se atravesaron mientras ellos se besaban en intervalos dentro de la ducha.
Amy seca sus púas con cuidado, tratando de no dejar ningúna mojada y goteando. Cuando se asegura de aquello, busca su ropa interior y la pijama en el armario.
Unos pocos minutos pasan y Shadow sale con una toalla envolviendo su cintura.
Nota la figura de su amada en el balcón, con la pijama puesta y un cobertor cubriéndole para no tener frío.
— ¿Amy? - la mencionada escucha y gira su rostro, sus ojos esmeralda caen en cuenta y regresa dentro rápidamente cerrando las puertas de cristal.
— Perdona... - suelta decaída, espera sentir los brazos del azabache en su cuerpo, apretándola como suele hacerlo cuando trata de comprenderla.
Pero no sucede.
Ella vuelve a mirar atrás y lo observa secarse y peinarse las puntas de sus púas hacía arriba con un poco de gel.
— ¿Qué ocurre? - pregunta el erizo.
Amy regresa su mirada hacía las puertas, mirando la ciudad y la luz del sol que se esconde mientras otras las luces de los edificios enfrente se encienden.
— Estaba recordando a los chicos, se acerca la fiesta número dieciséis de Cream y, es triste que no podamos celebrar su cumpleaños como nos hubiera gustado. Hace un año que teníamos las ideas y la planeación lista.
El contrario se acercó ésta vez, recargando su barbilla en el hombro de su mujer, apretarla en un abrazo pequeño y sentirla angustiada y calientita por estar entre las cobijas.
— Puedes organizar una videollamada con ellos, felicítenla y le das un saludo de mi parte - besó su hombro — no sabemos cuánto tiempo más nos tome estar así, pero piensa que cuando termine, podrán organizar una gran reunión entre ustedes.
— Me gusta la idea, pero tú también estás incluído - se dió la vuelta entre su abrazo para rozar narices — el paquete de fiestas Amy Rose incluye a su erizo gruñón en cada evento.
— Mhmp, si tu lo dices.
— ¿Quieres café amargo? - preguntó ella con emoción, ya tenía una idea para celebrarle a Cream gracias al erizo, merecía reconocimiento.
— Por favor - pidió antes de separarse.
¡Holaa!, no me había nacido hacer un pequeño one-shot sobre esta situación de la pandemia, hasta hoy. En especial por estas fechas tan friolentas y navideñas.
Ha sido un año duro, estresante y muy jodido. He tenido momentos difíciles en estas semanas de diciembre.
Mi salud no es la mejor, he recaído casi por dos semanas con fea fiebre, alergia, dolores tan feos de garganta que hubo días en que ni panecito remojado pude comer. Pastillas, vitaminas y medicamentos para subirme las defensas.
Cuídense mucho, sé que gran parte de mis seguidores/lectores son jóvenes y casi unos adultos (al igual que yo), tomen las medidas de prevención, usen el cubrebocas y limpien sus manos constantemente, cuídense y cuiden a los demás.
Con cariño, Génesis.
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