Tu y yo...¿y algo más?
Agarra uno de los pañuelos de su mesa, aprieta la cobija que tiene y limpia sus lágrimas.
La canción al fondo de su serie la acompañan en las noches, su final es tan emotivo que la felicidad se plasma en sonrisas y lloriqueos.
La protagonista termina casada con aquel chico tan guapo y dulce, para el gran final, se aproxima una segunda temporada ¡no puede esperar! menos cuando se anuncia que los protagonistas aparecen con dos hermosos bebés.
¿Bebés? se ven tan hermosamente adorables. Suspira conmovida por tan hermosa serie y por el sueño de tener una familia tan bella.
Entiende que las probabilidades de tener un bebé con su marido son sumamente bajas por su condición, sus cuerpo es tan débil que cualquier gripe termina como una guerra para ella.
Eso le entristece más que cualquier otra cosa, no tener bebés es deprimente para ella. Le encantaría tener a un erizo bebé entre sus brazos con el parentesco de Shadow.
Se recuesta en el sofá abrazando una almohada color pastel, se mantiene tan pensativa que a penas nota la presencia de su hombre entrar por la puerta.
Él no pronuncia palabra alguna hasta que se acerca extrañado, naturalmente ella se tira a sus brazos cada vez que llega, pero ahora, el emotivo final en pantalla y la chica toda embobada le dan una idea.
– ¿No te dije que dejaras de ver esas series? - Le dice y se aleja a la cocina por algo de agua.
– ¿Y yo, no te dije que llegaras más temprano? - Dice molesta, ni siquiera necesita voltear a verle para saber que quedó sorprendido.
– Es diferente, yo trabajo y tu te quedas a ver series japonesas todos los días - Se defiende.
– Son coreanos, no japoneses - Le explica con amargura.
– Todos son iguales - Rueda los ojos y se acerca a ella para ofrecerle un poco de agua.
– ¡Retractate! - Se levanta y toma el vaso de agua, hace pucheros mientras él regresa a la cocina en busca de comida, en su mente regresa la imagen de su serie y aquellos bebés, ¿debería decirle?
El olor a comida la regresa a la realidad, su estómago ruge y ella no puede negarse a un rico plato.
Se acerca, el erizo le deja en un plato calabazas y pimientos en la barra junto con un vaso de jugo.
Se limitan a comer en silencio, Él mirando su celular y ella jugando con las calabazas.
– ¿Podemos tener un bebé? - Pregunta, por lo que él se atraganta con el agua, ella preocupada se acerca.
Tal vez fue inoportuna.
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El mercado luce más lleno de lo normal, y todo se debe a aquellas familias numerosas que llegan a pasarla bien en vacaciones.
Y ellos no son la excepción, con Shadow de vacaciones ella lo aprovecha al máximo, siempre gustosa de salir a pasear.
La plática sobre tener bebés quedó en pausa, ninguno ha vuelto a tocar el tema. Al menos por ahora...
Amy se detiene en una tienda de artículos para bebés, llena de zapatitos pequeños y vestidos adorables, algunos mamelucos que se ven geniales entre otros accesorios.
Shadow ignora la mirada brillosa de la eriza, no quiere tener bebés por el momento, pero tampoco puede decirle, esa emoción que ella siente es única. No quiere arruinar esa felicidad.
Incómodo, jala su brazo para hacerla caminar, se distrae con comida y eso le alivia.
Un algodón de azúcar es lo que le gusta, al igual que un plato de frutillas que es su favorito le mantienen ocupada. El erizo puede relajarse.
Lo inesperado ocurre cuando una pareja llega con un pequeño bebé en sus brazos, la eriza no puede evitar mirarlo con curiosidad.
Sus mejillas rojas, sus manitas traviesas tocando el rostro del padre y aquel aroma a bebé, se queda hipnotizada.
¿Cuánto pesará? ¿Qué comerá? ¿Será verdad que lloran todo el tiempo?
La madre de la criatura la observa, sonrie contenta y se acercó a ella, Amy desvío la mirada avergonzada y Shadow quiere llevarla de regreso a casa antes de que aparezcan más bebés.
Su pecho se aprieta cuando escucha a la mujer preguntarle a Amy.
– ¿Te gustaría cargarlo? - Amy responde inmediata, y con delicadeza, dejan al bebé en sus brazos.
Una sensación única, el bebé esta tan calientito entre las cobijas, sus ojitos la miran y sus manitas se levantan.
Ella quiere eso, quiere formar una familia con la persona que más ama.
Un bebé es una gran responsabilidad y ella lo entiende, no siempre son las cosas como uno quiere, implica tiempo, amor, y más que nada energía para poder cuidar a uno.
Entrega al bebé después de algunos minutos y lo agradece, Shadow se nota más serio que antes, Amy decide seguir a Shadow, parece que realmente quiere volver a casa.
«Probablemente esta cansado»
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– Han pasado tres días, ella no deja de hablar sobre tener un bebé - Dice cansado, deja caer su cabeza hacía atrás incómodo por tener que contarle la situación al cobalto y a su amigo albino.
– No le veo lo malo, ¡ella quiere formar una familia contigo! es genial, viven bien, nada les falta y ya llevan un año de casados - Argumenta el cobalto tomando de su café.
– Incluso ambos están en buena edad - Silver luce avergonzado – Estoy seguro de que Amy esta muy emocionada por tener uno.
– Ya no puedo soportarlo más - La respuesta del azabache sorprende a sus amigos, ¿Cómo puede decir semejante cosa?
– ¿Por qué no quieres tener al bebé? - Le pregunta Sonic preocupado por la actitud de Shadow. Ellos esperaban que Shadow se lo tomara bien y también estuviera dispuesto a tener hijos.
– Cuidar a un bebé es demasiada responsabilidad, siento que ella quiere tener uno por que esas series que ve todos los días la vuelven loca, cree que todo es perfección y no lo es... no es lo mismo cuidar a un bebé que uno muy independiente como en la tele - Espeta molesto y deja su taza sobre la mesa.
– Entonces, ¿tu preocupación es que ella no se toma las cosas en serio? - Dice Silver y Shadow asciende.
– Entonces deberías decirle, si no quieres tener hijos con ella por que es así, tiene que entender - Dice amargo.
– ¡Oye!, no seas así con ella - El albino le pega a Sonic por ser tan brusco y directo – Solo... habla con ella y verás que las cosas se pueden arreglar.
Shadow no luce muy convencido, pero asciende y lo piensa. Sus amigos pueden tener la razón.
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Azota la puerta de la entrada con fuerza, sus ojos lagrimosos y su corazón dolido.
No puede creerlo, Shadow no quiere tener bebés y ella solo lo estuvo presionando, la culpa cae en su espalda.
No tenía idea de que él pensara así de ella, jamás se le cruzó por su mente. A pesar de verlo no muy emocionado, no creyó que él realmente no quería tener ningún bebé con ella.
Ella estaba muy emocionada por llevarle el almuerzo a su esposo y charlar sobre los bebés, había encontrado algunas ofertas de cunas y llevaba la información en una libreta pequeña.
– Entonces deberías decirle, si no quieres tener hijos con ella por que es así, tiene que entender - Escuchó a Sonic tras la puerta.
– ¡Oye!, no seas así con ella - Silver lo regaña – Solo... habla con ella y verás que las cosas se pueden arreglar.
(...)
Aquello lastimó lo más profundo de su corazón, dejó el almuerzo que le tenía preparado en la basura y salió corriendo del edificio hasta llegar a la casa.
La tristeza ahora cubre su cuerpo, y el sueño de tener un bebé se vuelve cada vez más lejano.
Debió haber dejado de soñar hace tiempo, nunca debió haberse interesado en tener un bebé en sus brazos.
Lo mejor que puede hacer ahora, es quedarse callada y dejar que las cosas pasen. Si Shadow no quiere tener bebés con ella, por lo menos puede hacerlo feliz.
O eso cree.
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En la noche Shadow aparece dos horas más tarde de lo usual, sus ojos demuestran fastidio.
Ella no encuentra prudente la idea de lanzarse a sus brazos, desde la sala puede oler el aroma a alcohol. Ignora su presencia y sigue viendo su serie en la televisión.
Hay comida en la cocina y agua si es que quiere, aunque lo duda mucho.
Ella voltea a verle y para su sorpresa, el erizo se tira sobre ella para besarla en el cuello, la acaricia, pero ella siente náuseas por el olor a tabaco y alcohol.
Lo empuja y su fuerza no parece dar resultados, el azabache le susurra algunas cosas que ella no comprende.
– Tengamos... un bebé, Rose - Escucha. Sus emociones se revuelven, Shadow debe estar tan confundido que prefirió ir a tomar en algún bar.
– Basta de juegos Shadow - Se molesta.
– Sé que quieres uno, vamos a hacerlo esta noche - Aprieta su muslo.
La propuesta no le agrada, ella sabe que es lo contrario a lo que él quiere y no va a aprovecharse.
El azabache no detiene sus caricias, piensa que están haciendo efecto pero se equivoca. Amy lo aleja con todas sus fuerzas y surten efecto.
Confundido, la observa y ella luce triste, decaída y sin ganas. Apaga el televisor y a penas le devuelve la mirada.
– Toma un baño, te traeré cobijas... hoy duermes en el sofá - Se aleja, ¿Qué hizo mal?
¿No era eso lo que ella quería? en su mente parecía un buen plan.
Pero ella luce decepcionada y de cierta forma, ahora él se siente culpable.
Se acomoda en el sofá, tal vez... si no tuviera el olor a alcohol en exceso hubiera funcionado.
Esta muy confundido. ¿Cómo iba a darle un bebé sin sexo?, renegando, se acerca al cuarto de su mujer con la idea de engendrar un niño.
Pero ella no atiende a sus golpes en la puerta, quiere estar sola.
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– Buenos días - Le dice y le sirve panqueques, un café con leche y un plato de manzana.
Su aspecto luce decaído y desinteresado. Amy Rose no ha vuelto a ser la misma desde aquella noche.
Shadow ha intentado de todo para hacerla feliz, la lleva al parque, le invita a ver sus series, que por cierto... ya ni siquiera les toma importancia.
Su familia se preocupa por ella, y no encuentran solución a su tristeza. Ha dejado de comer bien los últimos días, su color de piel durazno ahora es casi amarillento y pálido.
En las tardes se queda en el balcón observando la ciudad. Le ha visto llorar incontables veces cuando llega temprano del trabajo.
Y cuando intenta seducirla, ella se aleja para evitar el contacto.
La observa comer medio panqueque y tomar su café, dejando de lado el plato de manzana.
– ¿No irás al trabajo? - Le pregunta confundida, el reloj marca las ocho y el tiene que llegar antes de las nueve.
– Voy a tomarme el día libre para estar contigo - Menciona, Amy sonrie ligeramente. Se está cansando de esas sonrisas falsas – Bien, ya es suficiente - Deja los cubiertos sobre la mesa con fuerza.
– ¿De qué hablas? - Le dice confundida.
– ¡Ya basta! tenemos que hablar seriamente, no puedes seguir así, ¿Todo esto es por un bebé? ¿Solo por eso?
–... - Ignora la mirada molesta del erizo.
– Estoy cansado de esto, he hecho de todo para hacerte feliz, intento darte un bebé y no lo quieres, te llevó a lugares,te preparo la comida que te gusta ¡¿Qué hago mal?!
– Escuché lo que le dijiste a Sonic hace unas semanas, que no querías tener hijos con alguien como yo, intento alejar el sueño de tener bebés pero cada vez que lo intento no da resultado... - Suspira.
– Rose, basta - Ahora él intenta calmarla.
– ¡No! yo soy la que te he causado problemas, perdona por querer obligarte a formar una familia... - Se lamenta y siente el abrazo de su marido.
– Estas equivocada, no escuchaste todo - Intenta reconfortarla.
– No sigas, deja de tratar que esto funciona, yo quiero una familia, quiero un bebé... y si tú no quieres uno de forma sincera, buscaré otra alternativa - Se separa un poco molesta, él se queda aturdido mirando como la eriza busca sus cosas y comienza a guardarlas en su bolso.
Ella aparta sus brazos cuando intenta volver a abrazarla, pero utiliza la fuerza y la guerra de manotazos se convierte en un fuerte abrazo lleno de amor.
– Claro que quiero tener una familia contigo, pienso que crees que los bebés son como la televisión - La observa – Dame tiempo, hay que informarse primero y después... te doy los bebés que quieras - Levanta ambas cejas con picardía.
Suelta una risita burlona y se apega a él como siempre, siendo cariñosa y amorosa cuando él se lo permite, ser cursi no es su estilo. Pero a veces se hacen excepciones.
– ¿Lo dices sinceramente? - Le pregunta con duda.
– Lo digo sinceramente - Besa sus labios con dulzura – Aclarando, quiero que ambos seamos responsables con el bebé... tengo miedo de que llegue y ninguno de los dos este listo para cuidarlo como se debe.
– De acuerdo - Se acurruca en su pecho, la tarde la pasan viendo películas hasta caer dormidos el uno sobre el otro.
Por unos segundos, Shadow se imagina una vida teniendo una familia, una pequeña Amy Rose por el la casa suena fantástico.
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