La flor del amor¹
— ¿No lo entiendes? ¡no quiero usarlo! – Tira el traje a la basura como si fuera un trapo cualquiera, Amy puede sentir su sangre hervir del enojo y Shadow también.
— ¡Bien, entonces no vengas conmigo! siempre término haciendo todo yo – Lo señala con desprecio mientras se aleja, el sonido de los tacones chocar contra el piso de forma apresurada solo significan una cosa.
Papá duerme hoy en el sofá.
Tras el fuerte sonido de la puerta, sabe que su madre no saldrá de su cuarto hasta recibir disculpas, o conseguir lo que quiere.
Shadow suspira frustrado, jala sus púas irritado y dirige su mirada a las escaleras, no quiere subir por que su ego se lo impide, y Amy no bajará por que es un poco menos orgullosa, pero se trata de un evento muy importante.
— ¿Creés que tus padres están bien? – Con un susurro, Knuckles se dirige a Silver totalmente incómodo, tanto Rouge como Sonic se encuentran igual.
Que forma de hacer un escándalo enfrente de invitados.
— Tara ¿no te sientes cansada? – Tratando de huir, Rouge le pregunta a la pequeña echidna, puede ser su oportunidad.
— La verdad no mami, quiero quedarme a jugar con Silver – Inocente sonríe mirando al erizo, como si nada hubiera pasado.
— Mmm... pues la verdad yo si me siento muy cansado jaja – Sonic estira sus brazos simulando un dolor en su espalda baja — Ya estamos viejos para aguantar.
— Toda la razón – Rouge se levanta para tomar sus cosas y despedirse, los asuntos entre la pareja deben arreglarse entre ellos.
— Silver ¿Qué te parece una pijamada en nuestra casa? – Knuckles le pregunta sincero, el menor no sabe que decir, y tampoco tienes las ganas de pedir permiso.
Traga grueso y con nervios, baja del sofá para acercarse un poco a su padre que está en el comedor, buscando lo más seguro una cajetilla.
— Papá...
— Ve, solo lleva tu mochila – Seco, no se despide y se aleja, piensa fumar en el balcón como es su costumbre.
Decepcionado, sube las escaleras con rapidez, pasa por el cuarto de sus padres y se dirige a su habitación con prisa.
Al entrar en su cuarto, toma su pijama y el uniforme de su escuela, así hasta los cuadernos y libros para mañana.
Baja nuevamente para escuchar los gritos de sus padres en el balcón, lo más seguro es que madre haya bajado a buscarlo nuevamente, cierra los ojos con fuerza ignorando a ambos.
Camina a la puerta donde Knuckles lo espera, salen juntos y el echida se encarga de cerrar la puerta, lo lleva al auto donde Rouge y su hija Tara los esperan con calma.
— ¡Si, pijamada! – Grita Tara, en secreto quiere mucho al erizo, lo aprecia no sólo por su inteligencia, es caballeroso y valiente, esas palabras las ha escuchado de series y novelas que su madre mira.
Pero tristemente, Silver no comparte la misma alegría, su ánimo siempre termina por los suelos cuando sus padres pelean.
— Oye... Silver – Speed preocupado, observa a su rival con la mirada triste y fria en el suelo, es extraño que se comporte de esa manera.
Observa a la echidna, ella solo niega con la cabeza, tampoco lo entiende aunque lo ha intentado desde ayer en la noche.
La maestra Vainilla incluso lo ha notado, todos sus compañeros en el salón de clase e incluyendo el conserje a quien siempre le saluda en las mañanas y a veces lo ayuda a separar la basura.
— Ya sé – Usando su velocidad, va y regresa con una barra de chocolate con nueces comida hasta la mitad — Tal vez esto te ponga feliz – Inesperadamente, Speed le comparte de su chocolate, gesto no antes visto ni por Tara.
— Wow, debes estar muy preocupado por Silver – Tara observa la barra de chocolate, y luego a Silver que no ha cambiado de expresión.
— No me preocupa, solo no me gusta verlo así, no es divertido competir si no estamos felices – Niega mintiendo.
Silver ignora a ambos, su único interés es sus padres, no puede sacarse sus peleas de la cabeza y no puede evitar pensar... que puede ser su culpa, tal vez.
Tal vez discuten todo el tiempo por él, o por el trabajo de su padre, o por los eventos de su madre... todo es tan problemático y no quiere... no quiere que ambos se separen como su tío Sonic.
Conoce a la madre de Speed, y aparentemente, su rival tiene dos padres.
— ¿Qué es eso? – Al ver que Silver no les presta atención, el erizo azul señala el libro de cuentos que tiene Tara a su lado.
“La princesa hechizada”.
— Me lo prestó la tía Cream, dijo que podría gustarme, se trata de un príncipe que se pierde en el bosque buscando flores para una princesa, y se encuentra con una bruja que le da una flor para enamorarla, ¡entonces regresa y ella se enamora de él! se casan y viven felices para siempre – Enseña los dibujos del libro con entusiasmo.
Silver escucha atento y de soslayo observa las imágenes, desde la bruja que entregó la flor, hasta el hermoso final feliz.
— Y... ¿Qué pasa con la flor? – Él observa a ambos, ellos se sorprenden y no pierden tiempo para hablar.
— Pues... aquí dice – Señala las imágenes – La flor al marchitarse puede perder su poder, así que debe mantenerse bien cuidada, es lo que hace el príncipe.
— ¿Pero eso no es malo? la princesa cayó en un hechizo... – Speed mira con una mueca el libro que traen entre manos.
— ¡Silver, tengo una idea! – Tara se levanta de la banca totalmente feliz — ¡Tenemos que buscar a la bruja! tal vez nos dé una flor y tus padres pueden volver a quererse.
—... No lo sé... no sabemos dónde está – Lo piensa, y no parece una mala idea, si puede hacer que sus padres regresen ¡claro que lo intentará!.
— Solo tenemos que perdernos en el bosque.
— Perdernos en el bosque no es nada lindo Tara – Interrumpe Speed — Me he perdido varias veces cuando iba a correr con papá y me dejaba atrás, y créeme, no es nada divertido...
— Solo será hasta que la bruja mos encuentre – Explica.
— ¡Que una bruja nos encuentre es peor! – Se cruza de brazos, esta vez piensa actuar como su madre, su padre no lo piensa antes de actuar, él quiere ser diferente.
— No tienes que venir – Silver se levanta de la banca — Ni tú Tara, iré yo solo a buscar a la bruja y que ayude a mis padres.
Mientras más lo piensa, la bruja y la flor es su única opción.
— ¡Quiero ir contigo! – Tara se esfuerza por tratar de convencerlo.
— Pero Tara... – La mira a los ojos, sabe que ella no se rendirá, y seguirá molestando.
— ¡Soy muy fuerte! ¿lo olvidas? – Sin problemas alguno, la menor levanta la banca con una sola mano, Speed retrocede creyendo que ella le tirará la banca encima, pero no fue así.
La deja en el mismo lugar, esta vez mirando con determinación a su mejor amigo.
— Vale, puedes venir ¡pero no te separes de mi! – Advierte y ella asciende contenta, aún queda Speed.
Ambos lo miran esperando una respuesta de su parte.
El erizo azul solo observa la parte fuera de la escuela, tendrán que recorrer mucho camino para llegar al bosque.
Lo sabe por que él siempre corre todos los domingos en la mañana.
— Supongo que tengo que ir, ustedes dos no podrían vivir sin mi – Se señala arrogante, Silver sonríe levemente y tras un corto abrazo entre mejores amigos, se separan.
— ¿Cuál es el plan? – Pregunta.
— Salimos de la escuela, y vamos directamente al bosque ¿okey? – Tara y Speed están de acuerdo.
— Espera, ¿qué le diremos a mi papá? – Preocupada Tara no quiere saber que pasaría si su padre se entera de que van al bosque.
— Que tal... ¿si viene con nosotros?
— La bruja no va a aparecer – Interrumpe Speed.
— Un príncipe la encontró, no creo que haya problema con que venga mi padre.
— ¿Qué tal si él nos supervisa? puede esperar fuera del bosque, dejamos un rastro y si necesitamos ayuda, Speed puede volver por el camino y buscar a tu padre para que nos ayude.
El plan de Silver suena a la perfección, no puede existir ninguna falla.
El timbre indica el fin del recreo, la mayoría corre entrando por la puerta y algunos tiran la basura de sus almuerzos.
Otros dejan los juguetes en el suelo y algunos se bajan de los juegos, ellos esperan a que todos entren.
Queda muy poco tiempo para salir, y poco para que Silver recupere a su familia.
Continuará
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