Bienvenido a Coffe-Key²
Capitulo Largo
Segundo día de trabajo para Shadow, desde aquella extraña noche, Silver se fue a casa mientras yo le mostraba a Shadow las cosas que debía hacer, me ponía poca atención y no mostraba ningún interés por trabajar. Cuando hacía las cosas mal rodaba los ojos, muecas o incluso terminaba por hacer otras cosas lejos de mi.
Cuando dieron casi las once, Sonic había llegado por mí, se sorprendió por que Shadow estaba a mi lado, tiene una pinta de delincuente que confunde a cualquiera y si no fuera por que Shadow se marchó primero y le expliqué a Sonic la situación, él hubiera llamado a la policía.
¿Por qué él?, ¿Por que él no pudo encontrar un trabajo en otro lugar?, tenía que ser en este café. Acomodé mis púas en un chongo simple, lo decoré con un listón color café y salí. Este dia sera un desastre, lo veo venir, ese rebelde no me puso ni una pizca de atención.
Llegué al local, busqué en mi bolso las llaves y no tardé en abrir la reja que lo protege. El logo del café está por todas partes y puedo ver la puerta de cristal. Me cuesta levantar un poco la reja pero al final lo logro como siempre. Entro al local cerrando la puerta, enciendo las luces y voy a la parte trasera.
Busco en mi casillero mi uniforme, una falda crema con una blusa chocolate, un pequeño moño crema que la decora en el cuello y mis zapatos negros. Al final me pongo un perfume con olor a vainilla. ¡Estoy lista!
Como es la rutina, procuro de lavarme bien las manos y reviso las máquinas de café. Limpio las mesas que hay dentro y fuera del local, Shadow ya debería de haber llegado, diez minutos puede costarle.
termino de limpiar y los primeros clientes llegan ansiosos como todos los días, un hombre con traje se acerca y pide el mismo café americano de siempre, trabaja en el edificio de enfrente y siempre se detiene por uno. Una mujer mayor se atrasa a decidir, al final siempre le ofrezco una taza de té verde que gusta aceptar. Si, se que es un café pero igual hay té, tampoco es que sea una acosadora con los clientes. solo los conozco desde hace mucho.
Los demás y la mayoría son estudiantes, hombres y mujeres que trabajan en oficinas.
Terminé de atender a siete clientes. Observo el reloj en la pared, forme una mueca, supongo que tendré que descontarle una pequeña parte.
Pasó el tiempo y Shadow nunca apareció, una hora de retraso no es opción. Me pregunto en que pensó Silver al dejar a su hermano a cargo del trabajo.
La puerta del local se abre de forma brusca, casi tirándole un café a un joven con su laptop. La gente lo mira molesta mientras yo niego con la cabeza, Shadow llegó, trae la misma chaqueta que anoche, creo que es la misma ropa, huele a basura y ¡Dios! tiene un aspecto de muerte.
Me encargo de jalar su oreja, aunque me lleve una cabeza más arriba mientras él suelta quejidos se deja hasta llegar la bodega. Lo suelto molesta, sus ojos me observan y le observo decepcionada.
— ¡Casi dos horas tarde!, es inaceptable
– Digo — Vas a quedarte hasta la noche a limpiar el lugar, mañana vuelves a llegar tarde y te tocará atender en la hora pico – Acaricia su oreja y no me despega la mirada — Otra cosa, usa perfume o algo, la presentación es demasiado importante, ¡no puedes llegar! – Señaló su aspecto y frunce el ceño, y antes de que pueda hablar le tiró una toalla en la cara — Tienes tres minutos, sales y atiendes a los clientes.
Salgo de la bodega y regreso al mostrador, donde vuelvo a tomar las órdenes y preparar cafés para los estudiantes. Tal vez esté actuando como un ogro con él, pero se lo merece, no puede llegar así, ¿Quién se cree?.
Pasan los tres minutos y él sale, renovado y limpio como esperaba, el uniforme lo hacen ver apuesto y no lo niego.
Camina hacia mí con toda la seriedad en su rostro, me aparta un poco del mostrador y toma una de las bandejas que hay debajo, uno de los pequeños trapos lo mete en su bolsillo, atiende a la gente que está afuera.
Lo hace con una facilidad y naturalidad que me dejan perpleja. ¿Realmente no estoy soñando? Tal vez me golpee la cabeza con alguna de las cajas de la bodega y ahora estoy alucinando.
Lo veo como está atento a lo que le dicen y después asciende, regresa con la misma actitud fría y se acerca a las máquinas.
Parece que va a preparar los cafés.
— ¿Quieres que yo...?
— Déjalo – dice seco — Yo lo hago – Toma uno de los vasos, lo coloca y baja la palanca. Puedo ver el vaso llenarse y el resto lo hace con facilidad.
La tarde pasó rápida, los clientes llegan, se van, Shadow y yo atendemos, servimos y limpiamos el café. Esto parece tan natural que me da miedo, hoy iba a ser un desastre, hoy Shadow estropearía todo el local pero no fue así si no lo contrario.
No lo hizo como Silver, tiene su modo, no interactúa con los clientes e incluso algunos se atrevieron a preguntar por el erizo albino con la sonrisa brillante.
Les respondo que él no volverá al café, al menos no para trabajar y los clientes lo comprenden.
Cuando llega la hora de cerrar el local, cierro la puerta. Volteo el cartel de abierto y miro mi reflejo en el espejo, puedo notar un poco de cansancio en mi rostro. Shadow se acerca con una cubeta y un trapero, no espera órdenes y comienza a limpiar.
— Realmente, me has sorprendido – digo y no escucho respuesta — ¿Ya habías trabajado antes?, fue genial, y aunque llegaste tarde hiciste bien tu trabajo, incluso cuando la otra noche no me pusiste atención.
El sonido del trapero chocar contra al piso era el único sonido seguido de las máquinas de café, parece abstenerse de responder y no voy a obligarlo, fue solo el elogio. La cubeta se escucha cerca y lo veo acercarse al mostrador sin dejar de limpiar.
— ¿Estás cansado? – Le pregunto y no obtengo respuesta, ¿Qué le pasa a este?; él aún me da la espalda — Bien, no respondas entonces – Suelto y me alejo a la bodega para quitarme el uniforme.
Regreso y lo veo con su celular en mano, me acerco a entregarle las llaves, las estiro esperando que las agarre. Ya tengo suficiente con su mirada de pocos amigos y su actitud grosera. Mira que yo intentando hacerme su compañera y él me ignora de esa forma.
Levanta la mirada de su celular y acerca su mano a su oreja, quitándose un audífono negro que apenas se distingue en su pelaje.
—¿Decías algo? – Observo el audífono en su mano, me quedo pensativa mientras las partes en mi mente concuerdan. ¡¡Todo este tiempo los estaba usando?! ¡yo que pensaba diferente!
— ¡Si! – Dije y le arrebató el audífono — ¡No puedes usarlos! – Le reclamo y su reacción no me causa efecto, Su mirada que me cuestiona, sus orbes rubí que se mantienen oscuros y su postura se vuelve rígida.
— ¿Qué tienen de malo?, No recuerdo leer la norma que no podía hacer uso de aparatos electrónicos en horas de descanso – Remata y me quita el audífono.
— ¡Pero yo sigo presente, y además de intentar hablarte tu usas esas cosas! – Las señalo — Y además negro, ¿no se te ocurrió otro color que por lo menos se notara?.
— ¿De verdad te molestas conmigo por usar audífonos? – Sonríe con gracia tomando las llaves — No puedo creer que te molestes por esto.
— ¿Tienes algún problema con eso? – Pongo mis manos en mi cintura.
— Tienes una actitud infantil, ¿Así te comportaste con Silver? – Me dice — Apuesto a que no eras así con él, desde lejos se nota, ¿Cuántos años tienes? – Se queda pensativo, mi molestia incremente al llamarme de esa forma.
— ¡Soy lo suficientemente madura! – Me señalo con el pulgar, regresa la vista — Y que si fui o no de esta forma, esta soy yo. Puedo ser exigente, perfeccionista y amigable, incluso puedo ser tu peor pesadilla – Me cruzo de brazos
— Entonces eres toda una caja de sorpresas – No me relajo, guarda sus audífonos en los bolsillos de su pantalón, me limito a contestarle. Él observa el reloj en la pared — ¿Tu amigo el azul vendrá por ti? – Me pregunta y niego, Sonic tiene cosas que hacer.
— Llamaré a un taxi – Le contesto — Tu, ¿Sabes donde se encuentra el trabajo de Silver? – Me atrevo a preguntar, después de todo Silver tambien es mi amigo, no lo sé, se ha ido y me ha dejado indecisa, confundida. Ni siquiera me lo explica por mensajes.
- Trabaja en una oficina, no se cual - Me responde con una actitud diferente.
— Por lo menos, ¿él se encuentra mejor?
– Su mirada luce fría y me causa un escalofrío que me preocupa, no se que tipo de relación tienen estos dos a aparte de ser hermanos, pero no parecen caerse bien.
Tal vez me estoy metiendo demasiado en cosas que no debo, debe ser algo muy personal.
— Pregúntaselo cuando lo veas – Me da la espalda. Carga la cubeta con el trapero y regresa a la bodega. Creo que no debí preguntar.
Tiempo después, no volví a saber nada de Silver. Shadow y yo nos llevamos... no de lo mejor como para ser mejores amigos. Pero la tensión entre ambos bajo y ahora más que soportarnos se puede decir que hacemos un excelente equipo de trabajo y nos llevamos bien.
Aunque el siga con su pinta de delincuente y sus comentarios distantes que a veces me hacen dudar, él es así.
Hoy domingo, ¡el último día del Coffe-Key!, el lunes llegan las vacaciones y me siento emocionada.
Los chicos y yo quedamos de ir de viaje a un parque para acampar. Sobreviviré a la naturaleza, lo presiento. Invité a Shadow pero él tiene cosas que hacer.
Ahora llega un poco más temprano, justo a tiempo cuando estoy por levantar la reja y él sin mucho esfuerzo se encarga de levantarla.
Volvemos a la rutina en el local, la hora pico nos deja agotados y el descanso lo tomamos en las mesas que están dentro. Recargo mi cabeza sobre la mesa mientras Shadow disfruta de un café amargo.
Escuchó como él se levanta tras los golpes en el vidrio y abre la puerta.
— ¿Qué haces aquí? – Lo escucho preguntar ne fijo en los clientes y me quedo atónita. Silver rasca su nuca sin dejar de sonreír mientras Shadow le da una reprimenda por venir sin avisar. ¿Por qué tanto escándalo por eso?. Veo a Silver acompañado de una gata color lila.
Sus ojos miel me encuentran en el local y me saluda amable, con una de sus sonrisas de antes. Mi corazón vuelve a saltar en cuanto lo veo. Shadow luce molesto pero apenas y lo puedo notar. Toda mi atención cae nuevamente en el albino cuando entra decidido a saludarme.
No me hago del rogar y corro a sus brazos, está un poco más alto, tiene un nuevo aire tan relajado y contento que su felicidad se me transmite.
— ¡Amy! — Me aprieta con fuerza — ¡Sabia que ambos estarían aquí!.
— ¿Tenemos algún otro lugar? – Le dice Shadow, Silver ignora el comentario.
— También te extrañé, aunque no lo creas – el azabache despega mirada y su atención se va de vuelta a su café.
— Pensé que nunca volvería a verte – Le digo con un toque de enojo — Te he mandado tantos mensajes que pensé que te habías olvidado de mi.
— No, no, ¡mi celular se estropeó!, te juro que intenté venir al café pero tuve un viaje con la empresa, ¡Viajé hasta los ángeles! – Dice contento, no puedo reclamarle — ¿Shadow no te lo dijo?
Mire a Shadow buscando respuestas, maldito azabache.
— ¿No lo dije? estaba seguro que sí – Mentiroso.
— Amy – Mi atención regresa a Silver, su brazo pasa a la cintura de la gata mientras la invita a integrarse — Ella es Blaze, mi prometida – Sus ojos miel brillaban como nunca, algo se partió en mi pecho.
— ¿Vas a quedarte ahí toda la noche? – Escucho la voz de Shadow a mis espaldas, la parte trasera del café es oscura y espeluznante.
No volteo, escucho como se cerca y el olor a chocolate caliente entra por mi nariz. Mi favorito.
— ¿Lo sabías? – Suelto — ¿Lo sabías y nunca me lo dijiste? no me mientas Shadow lo sabías – Volteo molesta, su mirada oscura me atraviesa.
— Lo sabía – Confiesa y me estira una mano para levantarme de la banqueta — Él me la presentó mucho antes por una videollamada.
— ¡¿Y por qué esperaste hasta ahora para decírmelo?! – Le grité — ¡Sabías lo que sentía por él y tú solo te burlaste!
— Nunca me burle de tí, ¿Que iba a decirte? oye Rose, mi hermano va a casarse así que deja de soñar. Yo no tenía por que decírtelo, fue culpa de él no mía.
Ignore su mirada, no quiero verlo.
— Me dio dos boletos para su boda, será en un par de semanas. Supongo que el otro es para ti. Si estas dispuesta a asistir a su boda.
— Nunca lo había visto así – Shadow me mira atento — Sus ojos, su sonrisa, ¿Lo notaste? él está diferente y yo estoy aqui sufriendo por un amor no correspondido...
— No fuiste la indicada – Me estira su mano nuevamente, la atrapo y me levanto con su ayuda.
— Iré – Le digo — Ni se te ocurra gastar ese pase con alguien más, tengo que ir a su boda. Merece todo el apoyo de ser feliz – Limpio las lágrimas de mis mejillas y Shadow luce tranquilo que asciende con una corta sonrisa comprensible.
Me entrega el chocolate que no dudo en tomar. Me duele por que sí me gustaba, pero, él encontró a alguien.
— Ya te llegará el indicado Rose – Me dice al entrar.
— ¿Tú crees?
— No lo creo, lo sé – Una sonrisa se plasma en su rostro, me mira de soslayo y me invita a avanzar.
El olor a café del local nos acompaña y siento un revoltijo de emociones. Bueno, quien sabe, si Silver encontró el amor,
¿Por qué yo no puedo encontrarlo también?
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