- ¡Silver!, ¡No dejes que lleguen al portal! – White apretó el mango de su martillo, mandando a volar a la máquina que tenía frente, esta se golpeó contra la pared del templo destruyéndose al instante.

- ¡¿Qué crees que intento hacer?! – Silver movía ambas manos con velocidad, haciendo ademanes con sus manos utilizando sus poderes para lanzar lejos a las criaturas.

Las criaturas eran bastante grandes, incluso White tenía complicaciones al momento de destruirlas. El hijo del Doctor Eggman era un adolescente irritante, caprichoso, pero bastante inteligente y malvado.

Los habían perseguido hasta un templo extraño con un portal encendido, el chico quería viajar entre dimensiones y conquistar distintos mundos para su propia diversión y satisfacción.

Pero ellos tres no lo permitirían, a pesar de estar teniendo problemas, no querían alertar a sus otros compañeros, creían que juntos podrían detener a Arnold uniendo fuerzas.

- ¡Ratas estúpidas! – Grito Arnold al disparar plasma hirviendo hacia sus cuerpos, lo cual por mucha suerte lograron esquivar.

- No te saldrás con la tuya, ¡jamás! – Patrick desapareció del campo de visión, apareciendo frente al portal después de haber lanzado a varios robots y sorprendiéndolos, pues la invisibilidad era su mayor estrategia.

- ¿De verdad lo crees?, yo siempre estoy un paso delante de ustedes – Arnold sonrió de forma maléfica, mostrando sus perfectos dientes blancos mientras apretaba uno de los botones de su nave. 

- ¡Patrick cuidado! – White se percató de lo cerca que su hermano estaba en el portal, intentó correr para quitarlo, al igual que Silver, después de todo él tenía que protegerlos a toda costa.

Los tres intentaron apartarse del portal, pero fue muy tarde, el portal estaba muy abierto y consumiendo todo a su alrededor como un hoyo negro, absorbiendo a la familia de tres erizos.

El mismo Arnold tuvo que sostenerse de uno de los pilares del templo, para de esa forma no ser absorbido. Su plan había funcionado, cuando los tres erizos cayeron dentro del portal, lo cerró al instante soltando una risa de victoria.

Deshacerse de los tres erizos más fuertes de Mobius, enviarlos lejos a otro lugar para que nunca pudieran regresar. Y conquistar esa misma dimensión. Todo estaba saliendo a la perfección.

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Un fuerte dolor en la cabeza fue lo que sintieron, los tres se encontraban en un campo de pasto, parecía ser un jardín grande, un parque tal vez. White intentó levantarse con mucho cuidado, el lugar donde estaba no lo había visto jamás. Al igual que sus tres hermanos, miraban atentos su alrededor. 

Escucharon un par de rísas acercarse, y sin pensarlo más tiempo los tres se pusieron en posición de pelea, listos para cualquier enemigo cercano. Pero se sorprendieron al ver a un coneja pequeña y a uno de esos chaos. Hace años que los chaos habían desaparecido. Era claro que no estaban en su hogar.

Y fue como si un rayo de luz hubiera atravesado sus mentes, recordando lo ocurrido, Arnold había encendido el portal y esté los absorbió, no estaban en su dimensión, la coneja emocionada corrió hacia Silver. Gritando su nombre un par de veces mientras daba algunos saltitos de emoción.

- ¡Silver! - La niña se abalanzó sobre él, abrazándolo de la cintura mientras él se quedaba estático ante la acción. ¿Quién era ella?, observó a sus hermanos buscando ayuda, la pequeña no tenía intención de soltarlo, ¿qué debían hacer?.

La coneja al notar que no e correspondía  se separó y el Chao llegó a su lado, observando a los tres erizos con dulzura.

- ¿Vienes de visita? - La menor le preguntó, sonriendo de forma amigable, no parecen ser una amenaza y además, ¿Los conocía? - ¿quienes son ellos Silver? - Le pregunto curiosa, mirando a Patrick y White detrás de él.

- Ellos son.... - Lo pensó, lo más probable es que existiera un Silver en esta dimensión, pero Patrick y White no. ¿Pasarían desapercibidos?, o por lo menos explicarlo e intentar buscar ayuda. ¡¿Pero de quien?! - Son unos amigos míos - Explico después de segundos.

- Ya veo, soy Cream, un gusto conocerlos - Se presentó de forma encantadora, haciendo una corta reverencia mientras su Chao volaba en círculos emocionado - ¿vienen a ver a los demás?, o...¿algo malo sucede?.

- No es eso - Le interrumpió el albino - No sucede nada, es solo una corta visita y...¿No sabes donde puedo encontrar a Logan? - Era su única salvación, que logan estuviera en esta dimensión, pero a cambio, la coneja levanto una ceja algo confundida, jamás había escuchado ese nombre. 

- ¿Quien es Logan? - Pregunto sin comprender de lo que hablaba Silver, el solo suspiro decepcionado, no, definitivamente no sabían cómo volver a su hogar - ¿Quieres que le pregunta a Sonic?, o puedo decirle a Tails, incluso a Amy si quieres.

Se quedó en Shock, ¿Amy?. Sintió esa punzada en el pecho. No, debía estar jugando. Pero era otra dimensión, lo cual. ¿Amelia estaba viva aquí?.

Ascendió inconscientemente, pero Patrick lo agarró del hombro alejándome un poco de la coneja.

- ¿Nos disculpas linda? - La menor acepto mientras el se hacía a un lado con Silver y White.

- ¿Dónde estamos?, ¿Por qué ella te conoce? - White estaba aún más confundida que sus propios hermanos.

- Parece que en esta dimensión los conozco, o tal vez mi otro yo los conozca. Parece ser que ninguno de ustedes, ni nuestros amigos se encuentran aquí - Sus hermanos quedaron con los ojos como platos. Esta dimensión era extraña para ellos.

- ¿Entonces como vamos a regresar?, no nos conocen y nosotros a ellos tampoco - Patrick estaba preocupado, debían volver a su dimensión, le incomodaba este lugar.

- Tal vez, si seguimos a la niña podamos encontrar la forma de explicarlo - Dijo Silver mirando de soslayo a la pequeña.

- ¿Y que si nos ven como enemigos?,  así no podremos salir de aquí.

- No lo harán, no tenemos. motivos de dañar los ni dañar lo que habite en esta dimensión. Podemos hacerlo - Silver estaba muy confiado de que funcionaria.  Sus hermanos no estaban del todo seguros, algo raro había en Silver pero, decidieron seguirlo.

Los tres se acercaron a la coneja, que con mucho gusto los guiaba entre el parque hasta llegar a una casa color crema con un hermoso jardín de flores. parecía que afuera estaban teniendo un día de parque o una pequeña fiesta.

Ella corrió alejándose de ellos, llegando hasta estar con su madre mientras le mostraba lo que había comprado.

Los tres se acercaron con preocupación. llamando la atención de los demás mientras se acercaban.

- ¡Silver, nos alegra mucho verte! - Un erizo azulado se acercó con gran velocidad, en menos de un parpadeo ya se encontraba a su lado.

Silver estaba muy incómodo, 
tantas personas nuevas para él, que decían conocerlo y parecían conocerlo.

– ¿Sabes donde esta... Amy? - Estaba emocionado, triste y feliz a la vez,  quería encontrarla y verla de nuevo.

– No, aun no ha llegado, pero puedes esperarla con nosotros - Dijo extrañado,  ¿Desde cuando Silver los visitaba tan seguido?.

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Al poco tiempo, y después de tratar de ignorar preguntas incómodas y personales sobre ellos apareció Amy. Por la puerta principal con una charola de pastelitos.

Silver y Patrick sintieron como si algo les hubiera robado el aliento. No podían creer lo que estaban viendo, su madre seguia viva en esta dimensión.

Mientras tanto, White observaba los cuadros en la pared de la casa, no conocía a nadie, ni siquiera a la mujer rosada que apareció. Pero parecía que sus hermanos la recordaban.