La rubia se abrazo a sí misma tratando de protegerse de los constantes objetos que le eran lanzados por aquel grupo de chicos que la molestaba desde el primer día que llegó, sin tener una razón siquiera para hacerlo.

Si bien notaba que para aquellos chicos no había necesidad de tener una razón para hacer tales cosas, al menos pensó que tendrían un poco de sentido común antes de cometer algo. Pero se equivocó. D & D tenía un terrible orden jerárquico para sus estudiantes.

Puesto que a pesar de ser un excelente lugar de estudio, teniendo una educación de calidad, no eran los docentes o el director quienes controlaban dentro, al contrario, eran aquellos chiquillos ricos que habían formado una banda.

— ¿Qué les hice para que me molesten así?— la rubia se atrevió a preguntar a aquel grupo que la mirada desde arriba, puesto que en algún momento sus piernas perdieron fuerza obligándola a caer de rodillas raspando parte de estas contra el suelo.

Uno de ellos se acercó hasta ella, tomándola por las mejillas con una fuerza un poco exagerada para gusto de la rubia, sus paredes internas chocaban con sus dientes haciendo que sintieran un leve dolor.

— No necesitamos una orden para golpear a alguien, idiota, simplemente seleccionamos a alguien y ya— soltó con una sonrisa cínica que hizo que SoYeon tuviera asco de aquellos chicos.

— Son unos idiotas— habló sin miedo. El pálido se alejó, observando a sus amigos, estos comenzaron nuevamente a lanzar objetos a la rubia, quien únicamente se cubrió en busca de algún refugio nuevamente.

— Alto— ordenó nuevamente aquel pálido — déjenla antes de que llore.

SoYeon levantó su mirada, efectivamente quería llorar. Pero nunca lo haría, mucho menos frente a aquellos chicos que no hacían más que traerle problemas creyéndose superiores, bajo su mirada cubriéndose con su corto cabello, enterrando su cabeza en sus piernas esperando a que esos bullies se fueran.

Y no dudaron en hacerlo, uno de ellos se detuvo para divisar a la chica hacerse bolita en aquel lugar, sus sollozos comenzaron a escucharse pero esto no le importaba.

Se giró caminando nuevamente tras su grupo.

— ¡SoYeon!— aquella pelirroja corrió hasta su amiga para abrazarla.

— SooJin...