Semana de rastreo:
La familia Jeon era dueña de un importante holding que, por tradición familiar, estaba completamente administrado por sus miembros. Cada área de la logística del grupo era gestionada por un familiar directo, pero la dirección principal siempre recaía en los hijos del primogénito.
En el caso de la familia de Jungkook, la dirección central correspondía a su hermano mayor, Jin, mientras que Jungkook ocupaba la vicepresidencia. Sin embargo, decidió renunciar a este cargo para seguir su verdadera pasión: la docencia. Aunque esto no lo eximía de tener cierto poder y responsabilidad dentro de la empresa.
Su poder e influencia serían las herramientas que emplearía para alcanzar su meta: tener a V bajo su control. Era consciente de que aquella pequeña productora en la que trabajaba buscaba nuevas fuentes de ingresos, lo que facilitaría su entrada. Con una inversión significativa de capital, podría convertirse en el accionista mayoritario, y todos tendrían que acatar sus deseos.
Sin embargo, debía actuar con precaución; no quería ser descubierto, especialmente por su esposa, ya que una infidelidad podría costarle muy caro y poner en peligro su trabajo. Por ello, decidiría arriesgarse a través de empresas fantasma, que serían indetectables y situadas en el extranjero, para que cualquier rastro se perdiera y las diferencias diplomáticas impidieran su localización.
Una vez que hubiera asegurado su participación en la productora, su próximo paso sería conocer personalmente a V. No solo quería verlo actuar en las películas, sino también experimentar esa conexión en la vida real. Imaginaba cómo estar con él, poder hacer realidad sus sueños y fantasías, y, quizás, ser el dueño de sus orgasmos y gemidos.
Mientras tanto, Jungkook mantendría su vida cotidiana como profesor, intentando no dejar que sus deseos interfieran en su trabajo o en su matrimonio. Sin embargo ya sabía que su vida estaba a punto de cambiar de manera irrevocable. La idea de tener a V cerca lo llenaba de un estasis que hacía mucho no sentía, como si hubiera encontrado un propósito nuevo y emocionante.
Así, comenzó con su plan, cuidando cada detalle y asegurándose de que no quedaran cabos sueltos. Sabía que el camino no sería fácil, pero estaba dispuesto a enfrentarse a cualquier obstáculo para lograr su objetivo. Jungkook había completado con éxito su proyecto en secreto dentro del holding Jeon, convirtiéndose en el dueño absoluto de la productora. Posteriormente, se reunió con los directores y su equipo de producción para discutir sus futuros proyectos, el elenco disponible, así como sus aspiraciones y ambiciones.
En solo tres días, ya estaba desarrollando el proyecto de trabajo de la productora. No quería desperdiciar tiempo, así que en los proyectos de V se incluyó como uno de los nuevos protagonistas de Big High Fantasy. Todas las películas y el contenido relacionado con V serían creados de manera única y exclusivamente por él.
A medida que Jungkook trabajaba en la revisión de los guiones, se aseguraba de que cada escena capturara la esencia de lo que había visto en V: su carisma, su intensidad, y esa habilidad especial para despertar los deseos más profundos. Quería que V brillara más que nunca, que cada toma fuera una obra maestra que reflejara lujuria y deseo.
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