Desde una de las de las aulas vacías se escuchaban eco de unas voces y unos gemidos, Jungkook estaba recorriendo el pasillo cuando oyó unos ruidos inusuales. Decidió ir a investigar de dónde provenían y verificar que no hubiera ningún estudiante en las aulas.

A sus treinta y seis años, ya era un profesor consolidado que había presenciado y escuchado todo lo imaginable; no era sorprendente que atribuyera muchas cosas a los cambios hormonales o el simple morbo que les generaba hacer cosas prohibidas en una institución.

Al llegar al aula de donde procedían estos ruidos se encontró a dos chicos masturbándose con un vídeo porno, envió a los chicos al despacho del rector, donde serían amonestados por su conducta inapropiada, y les retiró la laptop.

Una vez que se solucionó el problema, se dirigió a su oficina; no iba a devolver la laptop de esa manera, solo para que, en la próxima oportunidad, volvieran a repetir lo mismo. No comprendía cómo los padres actuales podían permitir que sus hijos navegaran por internet sin ninguna protección o supervisión.

Para evitar que este tipo de situaciones se repitieran en el futuro, decidió tomar medidas. Implementaría restricciones en ese ordenador para impedir el acceso a páginas maliciosas nuevamente.

Al abrir el ordenador el vídeo que estaban viendo comenzó a reproducirse. En este se veía a un joven atado a una cama, sin ropa y en una actitud sumisa mientras que otro tipo deslizaba por su cuerpo una fusta que caía severamente en su pecho y miembro arrancándole al receptor gemidos de dolor y placer que hicieron a Jungkook bloquear cualquier tipo de movimiento;sus ojos no podían alejarse de la escena, más concretamente de la cara de aquel chico que era torturado.

La escena era bastante particular se encontraba en la sección hardcore y era el fragmento de una película; como era de esperar era sexo duro con vejaciones y golpes hacia el pasivo; pero este pasivo se veía tan excitante cada que pedía que lo golpearan y lo cogieran más duro que incluso Jungkook tuvo que detener el vídeo para cerrar la puerta y poder desprenderse de sus apretados pantalones porque su miembro estaba erecto.

Jungkook era un hombre casado, era heterosexual de eso no le cabía la menor duda; pero como pdía explicarse que esos ocho minutos lo prendieran tanto hasta el punto de tener que masturbarse mientras lo veía en bucle una y otra vez, terminando justo cuando aquel actor ponía sus ojos en blanco, con la lengua sacada y todo su angelical rostro rojo del esfuerzo y las bofetadas que recibía mientras introducía su mano entera en su entrada para sacar el semen y correrse.