37. Lo que realmente deseas
Sus dedos largos y blancos se inmiscuyeron en las hebras de su cabello oscuro mientras su lengua lo chupaba con avidez. El sabor del tequila se mezclaba en su boca durante un beso que parecía ser lo único que necesitaban en este momento.
Hace un par de horas atrás habían discutido sobre lo sucedido, le había manifestado lo mucho que lo odiaba por hundirlo en "la mierda" mientras que Yukhei decía que le dolía haber dejado algo que lo hacía feliz y con lo cual se proyectaba, palabras que fueron y vinieron removiendo las cicatrices de las heridas en su corazón.
Mientras se besaban, las manos grandes, calientes y posesivas de Sexual Writer se inmiscuyeron bajo la camiseta que llevaba puesta para luego serpentear sobre la superficie de la piel de su espalda y tocar lentamente en todas las direcciones.
Jungwoo interrumpió con cuidado el beso.
—Yukhei —jadeó, ambos estaban respirando más agitados— yo...
El aludido lo miró con ojos taciturnos.
Beber alcohol había parecido una buena idea para quemar su garganta y la desesperación que crecía en su pecho, pero de pronto su lamento se vio interrumpido por la llegada del mayor y de Ramsés a su habitación. Ahora sabía que eso había sido un error para ambos puesto que no podía frenar la cascada en la cuál su cuerpo se estaba cayendo.
Era deseo, uno tan puro y real que le asustaba ¿Cuándo había sido la última vez que lo había experimentado? ¿6 años atrás?
Con el ceño levemente fruncido y con sus manos aún en la espalda del mayor, Yukhei lo atrajo a sí mismo pero esta vez todo lo que hacía era calmo. Notó el movimiento de su manzana de Adán cuando tragó saliva, podía dar cuenta de un temblor en el labio inferior o un movimiento de sus ojos que ponían atención a los suyos y a su boca.
—Detente —trató de decir con un tono de voz frágil.
—El cuerpo no miente —susurró. Ni siquiera sentía el efecto del alcohol dando vueltas por su sangre— si no quisieras esto ¿Cómo es que puedo sentirte temblar de deseo?
Hincó los dientes en su cuello para tomar un pequeño pliegue de piel y pasarle la lengua. El rubio jadeó entrecortado y es que sí, estaba temblando en una mezcla de deseo y temor porque se suponía que esto no debía estar pasando, que había dejado atrás en el pasado todos los recuerdos que tenía por este hombre, que solo había sido "algo pasajero", etc.
Já.
Su cerebro empezó a apagarse y solo se dedicó a sentir, tanto así que sus ojos se llenaron de lágrimas cuando Yukhei lo acercó aún más y lo observó a los ojos después de mordisquear su cuello. Sus ojos también estaban cristalinos.
Un mensaje que no se decía verbalmente pero que era claro, una melancolía por "lo que pudo ser" si las circunstancias hubieran sido distintas, algo que les fue arrebatado.
Las manos que mantuvo sobre la superficie de su espalda abandonaron el lugar solo para sostener la ropa por el dobladillo y empezar a subirla por su torso hasta quitársela a través de los brazos que tenía sobre su cabeza, fue así que Kim Jungwoo quedó con el torso desnudo.
—Eres hermoso —susurró bajito.
Se quitó su propia ropa dejando también con el torso y abdomen desnudos.
Zeus observó sus pectorales y los músculos que estaban levemente marcados, el color de su piel seguía siendo escasamente morena y de aspecto terso.
Anoche había tenido sexo con un ruso para calmar el dolor de la discusión pero ahora, 24 hrs más tarde, estaba frente a él jadeando y anhelando poder perderse contra su cuerpo.
Cerró los ojos, inclinó la cabeza hacia adelante y lamió su pectoral izquierdo disfrutando de la textura de un pezón y el sabor de la humedad. No había cambiado en absoluto y como si de droga se tratara no quería detener el contacto. Fue así que el rubio terminó de rodillas delante suyo mordisqueando todo su abdomen.
Yukhei tenía la posibilidad de introducir sus dedos en esa cabellera y hundirlo más sobre su piel, quizás ponerle agresividad al asunto pero no, no quería sentirse de esa manera así que también se agachó un poco para sostenerlo de sus caderas y sentarlo sobre la superficie de un mueble.
No dijo más nada, solo tomó su cabello rubio y lo acercó para besarlo lentamente. El sabor salado de las lágrimas no debía sentirse bien pero lo hacía.
—Eres precioso —susurró el menor para luego arrastrar los labios por todo el torso, morder sus pezones color melocotón y luego bajar por el abdomen pasando la lengua por el camino "de felicidad".
Jungwoo gimió al aire, sus piernas no se movieron tanto, solo sus pies se retorcieron.
—Yukhei...
Con calma y respeto desabrochó su pantalón y lo descendió por sus esculpidas piernas, cuando tuvo acceso a su ropa interior acercó su rostro y presionó sus labios en la erección. Mierda, si esto no lo estaba provocando ni siquiera estaría así.
Una sola mirada a sus ojos, un solo e imperceptible asentimiento y ya estaba besando la cara interior de sus muslos y luego sus rodillas. No se lo dijo pero aquel hombre lo leía, puso las piernas en sus hombros para besarle también los tobillos y la pantorrilla.
Podía afirmarse del mueble y dejar que lo tocara en todas partes pero él también tenía "hambre" por el moreno frente suyo.
Se paró completamente e hizo lo mismo, quitó su pantalón, lo lanzó a un costado, luego se mordió los labios tocando sus muslos y pantorrillas gruesas.
—Igual que antes —susurró más para sí mismo que el otro.
Wong Yukhei no quería intervenir ni mucho menos presionarlo a hacer algún movimiento de lo cual no estuviera seguro, por eso solo se dedicó a observar como lo exploraba con sus manos tal cual en los viejos tiempos.
Un gran jadeo escapó de su garganta porque no se había esperado que Jungwoo presionara su boca abierta contra la erección por sobre la tela de la ropa interior, mucho menos que repasara los labios de arriba hacia abajo para masajearlo y dejarlo más erecto.
Quería dejarlo, que sintiera la libertad de "ser" en el sexo, sí, permitir que las cosas sucedieran y solo observar como si tuviera miedo que esto explotara como una burbuja de jabón o como si esto fuera un sueño y cualquier movimiento falso lo despertara.
—Dios... —jadeó el rubio llenándolo con su aire caliente, un acto que lo hizo temblar y gemir en respuesta.
De un segundo a otro vio la ropa interior en el suelo pero no le dio tiempo de pensar mucho porque esa mano de dedos blancos abarcó la base de su pene antes de meterlo tanto como podía dentro de su boca.
Difícil fue mantener el equilibrio, difícil fue no caer en el borde de la cama o mantener las piernas cerradas. Tuvo que darle espacio al rubio para que se posicionara entre sus muslos y lo chupara de arriba hacia abajo como quien bebe agua estando deshidratado.
A la mierda, el lado animal que guardaba como hombre no podía ser ocultado más tiempo, la necesidad de sostener un puño de pelo en su nuca fue más fuerte. La propia vida de sus caderas lo llevó a empujar su miembro para follar esa boca y garganta húmeda mientras el muchacho se masturbaba con la mano derecha.
Lo dejó chupar, lamer y el otro se dejó invadir también provocándose el uno al otro como dos animales en periodo de celo.
Por supuesto las cosas se pusieron peor cuando Yukhei sostuvo al mayor de los hombros y de alguna manera lo empujó a la cama después de arrebatarle el boxer y dejarlo totalmente desnudo, con las piernas abiertas como las alas de una mariposa y su erección allí destacándose por sobre lo demás.
Extendió su lengua sobre sus testículos y también los humedeció ¿Era normal sentirse aún más hambriento de este hombre cuando lo escuchaba gemir por lo bajo con las caricias que le brindaba?
—Más, más por favor más —rogaba sediento.
Recordó aquellos encuentros con los ojos vendados o las veces en las que en su departamento terminaban teniendo relaciones después de ver una película o algo por el estilo. Ojalá pudiera retroceder el tiempo y hacer las cosas bien desde ese entonces porque estaba seguro que si algo cambiaría sería este presente en los que un encuentro como este se sentía pecaminoso.
Yukhei flectó más sus piernas para que se abrieran y le dieran el espacio necesario para acercarse e invadir su ano con la lengua.
Estaba seguro que Jungwoo había conseguido algo más que solo un nuevo trabajo cuando decidió cambiar su personalidad completamente. Maldición ¡Era precioso!
Se deleitó con la sensación de aquella lengua entrando y saliendo de aquella estrecha pared, era como si lo recordara, como si esto solo estuviera encajando para él. Se chupó deliberadamente dos de sus dedos desde la punta hasta la base para introducirlos y tantear por dentro hasta sus paredes.
Para quien pudiera apreciar la escena desde afuera, Kim Jungwoo y Wong Yukhei eran un verdadero espectáculo. El mayor se retorcía en las sábanas con gracia y lentitud mientras que el otro sudaba y jadeaba tocándolo en su interior.
—No puedo esperar más, lo siento bebé.
"Bebé", aquella palabra hizo rememorar tantas cosas que llegó a dolerle el pecho pero abandonó cualquier cosa de índole negativa para dedicarse a sentir y vivir el ahora. Sí, además los dos ya eran hombres responsables conscientes de las necesidades carnales de sus cuerpos, porque en esto no estaban involucrando sentimientos ¿O sí?
Se quitó una mano de la frente para ver como Yukhei sostenía su miembro y lo pasaba por toda la zona interglútea estimulándolo para llevarlo al límite. La textura de su glande resbaladizo en su sensible piel se sentía bien y no quería que lo sacara de allí, pero todo se sintió mejor cuando abrió los pliegues de su ano para introducir su miembro poco a poco.
—Ohhh mmmmttt...
El moreno no quería desprender sus ojos de aquel rostro, no quería perderse cada gesto que Jungwoo hiciera cuando después de tanto tiempo estaban teniendo sexo de nuevo.
Fue de a poco en proceso tortuoso para ambos, por una parte quería que se acostumbrara a la invitación pero por otra necesitaba follarlo tan duro hasta saciarse, si es que acaso eso era posible.
Cuando llegó hasta la base se inclinó hacia la adelante para afirmarse del respaldo con ambas manos, mover su entrepierna cadenciosamente mientras observaba embelesado los ojitos brillantes de Jungwoo ¡Que deliciosa la manera en que abría su boca con cada embestida o mordía sus labios recibiéndolo!
Ohhhh. No pudo resistirse, tuvo que unir su frente con la suya para luego besarlo mientras lo follaba.
¿Qué importaba cuanto gemían o jadeaban? Ramsés se había escapado dentro del departamento Dios supiera dónde pero ambos estaban solos, eran saludables y mierda, sí, estaban calientes.
Pero él sabía que no era la posición "más favorita" de todas así que se apartó un poco abandonando su cuerpo, se sentó al borde de la cama y luego le pidió que se sentara sobre sus muslos.
—¿No te molesta mi cuerpo? no estoy... tan delgado ni bonito como antes —susurró sonrojado dejando que el otro quitara el cabello húmedo de su frente y recorriera con sus labios toda la superficie de su costado izquierdo.
—¿Qué quieres que te diga Jungwoo? —jadeaba.
Levantó la barbilla y asintió, no podía permitir que existiera la inseguridad frente a este hombre ¡¿Por qué tuvo que decir eso?! y Yukhei por supuesto que no quería fomentar eso aunque tampoco iba a decirle que estaba precioso, encantador y sublime o algo por el estilo.
El rubio lo rodeó con sus largas y fuertes piernas después de abrazarlo por el cuello, Yukhei escondió su rostro en la curvatura de su cuello y comenzó a follarlo de esa manera o, como según se apreciaba de otro ángulo, era el mayor quien lo cabalgaba para sentirse mejor.
Prudencia y decoro no existían, la necesidad animal era mayor así que mientras más rápido y fuerte fuera la fricción, mucho mejor, nada de disimulos, solo era jadear, remecer la cama haciéndola crujir y jadear y gemir, jadear y gemir, arañar la espalda del otro y perderse en besos húmedos y profundos.
Sin condón, solo piel contra su interior.
Después de un par de minutos, para cuando el menor se corrió dentro suyo, Kim Jungwoo le dio los últimos tirones a su miembro en una masturbación efectiva que acabó con un orgasmo potente. Sus alaridos agudos se fundieron contra la oreja del pelinegro y todo lo que pudo hacer después fue derrumbarse sobre él para que ambos cayeran en la cama.
Se sentía bien estar sobre su cuerpo y subir y bajar con cada respiración, empapado, satisfecho pero con la mente andando a mil por hora como si el efecto de la droga acabara. ¡Se había acostado con Wong Yukhei!
—Puedes ir a bañarte si quieres, el baño está a menos de 1 metro —susurró contra su mejilla.
Asintió, se paró y desapareció tan rápido como pudo dejando al otro mirando el techo cuestionándose todo lo malo que estaba haciendo.
Meneó la cabeza, fue a otro baño para poder mojarse el rostro y limpiar con una toalla mojada parte de su cuerpo. Además de ir a la cocina a beber tanta agua como podía para eliminar pronto el alcohol en su sangre. En ese momento Ramsés maulló a sus pies observándolo inquisitivamente.
—¿Qué?
¿Cómo hacerle entender a ese humano que no quería que el otro hombre bonito se fuera? Otra vez.
Ya más repuesto regresó a su habitación donde vio a Jungwoo con ropa interior sentado en la orilla de la cama con la mirada perdida en el suelo.
—Si hay algo que quieras hablar por favor hagámoslo ahora ¿De qué vamos a tener miedo si ambos somos adultos?
—Lo que ocurrió no significa que las cosas hayan mejorado, Huang Xuxi.
—Estúpido sería pensar lo contrario ¿Sabes? —caminó a su cama y se sentó al lado del rubio— Huang Xuxi, a... aún no me acostumbro al nombre y han pasado 6 años...
—El mundo es muy avanzado ¿De verdad crees que nadie descubrirá tu pasado en Boleumbdal? —su tono de voz sonó más preocupado que otra cosa— soy periodista, sé de lo que hablo.
—Kim Dongyoung hizo un muy buen trabajo, muchos le debían favores pero... en el caso que saliera a la luz supongo que te conviene estar lejos de mí como todo... este tiempo —observó con atención un cajón del mueble pensando si era correcto hacer lo que hubiese querido, pero no, este no era el momento— y... si me preguntas, si de algo soy culpable de aceptar esta entrevista es porque también conocieras mi lado más humano —volteó el rostro hacia él, estaban tan cerca que casi podía sentir la respiración del mayor en su cara— estoy cansado de vivir pensando todo lo que dejé en el pasado contra mi voluntad porque así fue Jungwoo, el precio por hacer justicia me dañó bastante...
Tragó saliva para tratar de ser fuerte pero sus ojos eran una apertura al interior de su alma y fue imposible no dejar que se humedecieran.
—Dañó a todos —susurró.
—Lo sé, lo sé... —si el rubio supiera todo el daño psicológico que había ganado con el proceso, realmente no habría actuado como actuó en Londres con él— solo digo que cuando decidas abrir esa puerta e irte de vuelta a Corea, trates de dejar de pensar que soy un monstruo —sonrió débilmente— eres periodista, superaste la fobia social ¿Por qué no puedo alegrarme que seas feliz?
"Porque de alguna manera no estoy completamente feliz" pensó asustado y sintiendo un vacío en el pecho ¿Realmente no lo era teniendo tanto éxito en todo?
El menor movió las sábanas y redujo la luz a una tenue en la habitación, las consecuencias de beber tanto alcohol empezaron a hacerse notar cuando el dolor de cabeza presionó su frente y parte de sus ojos.
—Te dije que no bebieras tanto —susurró Jungwoo— tr... trata de acos...
—¿Qué tan mal debo estar para pedir que te acuestes aquí a mi lado? quizás me da un infarto tanto beber alcohol, quizás caiga en un coma etílico —medio sonrió y se retorció bajo las sábanas y ropas de cama. La ebriedad había vuelto, era el mejor escudo para disimular la angustia que tenía.
El otro lo miró con pena, ni siquiera sabía si quería seguir molesto, solo... solo podía observarlo y preguntarse si de verdad podría ocurrirle algo en el caso de dejarlo allí.
Bueno, tuvieron sexo, acostarse a su lado no podía ser más grave que eso y a decir verdad, pensar en irse ahora al aeropuerto cuando casi era media noche, cuando no tenía la ropa puesta y se sentía agotado no lucía como la mejor idea.
Volvió a observarlo y contuvo la respiración, se había quedado dormido de forma inmediata.
—Está bien —susurró asustado.
Esto no debía ser pero estaba sucediendo, abrió la manta desde el otro lado de la cama y se introdujo en ella, sintiendo como un golpe a sus fosas nasales el aroma de un perfume masculino, el perfume que Sexual Writer ocupaba.
Su corazón se disparó a las nubes cuando esos brazos lo rodearon desde atrás, cuando hundió su rostro contra la cabellera y cuando flectó las piernas para que él también lo hiciera y adoptaran la posición cucharita.
"Se siente como antes" balbuceó somnoliento el menor antes de volver en la inconsciencia.
Flash Back
"Duerme", su nuevo amigo tocaba con mesura su cabello dándole un efecto anestésico.
—Sé que es extraño pero no me cuestiones por favor —susurraba débil y aunque trató de abrir los ojos los cerró de inmediato, solo un espacio breve lo separaba de aquellos labios— ¿Podrías abrazarme?
Una petición inocente y a la que no iba a negarse. Esta vez se volteó hacia la pared e inmediatamente sus piernas se enredaron con las de su amigo, también su vientre fue envuelto en un abrazo mientras que Jungwoo enlazó sus dedos firmemente con los de él.
Pudo sentir como el castaño rubio hundía su rostro en la cabellera aspirando el perfume que emanaba. Jungwoo tragó saliva y se acurrucó aún más contra su cuerpo ¿Qué sentido tenía negar que su corazón estaba latiendo ansioso y no por fobia social?
Fin Flash Back
—Se siente tan bien como antes —susurró permitiéndose por un par de segundos dejar de cuestionar toda la mierda que había en su cabeza y solo dedicarse a sentir el calor de Yukhei.
Al otro día, lunes 21 de julio 2025.
Su mano tanteó con cuidado todo el espacio hacia su lado izquierdo en busca de un calor que faltaba, cuando no consiguió llegar con algo abrió los ojos antes de gemir y voltearse hacia el lado donde no llegaba con tanta intensidad la luz del exterior.
Mierda ¡Mierda! El dolor de la cabeza era como haberse dado de lleno contra una pared, la presión se disparaba hacia todas partes especialmente hacia la parte posterior de sus ojos. Una resaca asquerosa por haber bebido media botella de Whisky.
Esperen. Jungwoo no estaba.
Se volteó nuevamente hacia el lado izquierdo de su cama encontrando las sábanas revueltas. ¿Qué hora era? tanteó debajo de la cama para encontrar su teléfono y luego de mirar la pantalla por 1 segundo supo que era casi la 1 de la tarde.
Ramsés saltó sorpresivamente en el lado donde durmió el rubio y se acomodó después de rascar las sábanas con sus patitas y almohadillas. Parecía que no iba a salir de allí en un buen tiempo, no al menos durante la mañana.
—Lo extrañabas mucho ¿Verdad? —estiró la mano para acariciar su lomo, el gatito levantó la mirada— perdóname por no saber retenerlo.
Besó su cabeza antes de pararse para recorrer el departamento y dar cuenta que sí, que no había rastro alguno de maleta o su presencia, que Kim Jungwoo se había desplazado como un fantasma sobre el piso para no ser notado.
Después de beber mucha agua se sentó en el sofá de la enorme sala de estar y mirar hacia afuera por el ventanal pensando en lo ocurrido anoche, en lo hambriento que se había sentido pero también todo el sentimiento que no había manifestado de forma honesta.
Después de 6 años volvieron a encontrarse pero tampoco tuvieron la valentía para conversar de verdad lo sucedido, lo dicho en el parque era un barniz comparado con todo lo que se pudo haber expresado.
Meneó la cabeza, tenía que recordar que lo suyo con el rubio había quedado en el pasado y que lo de anoche no significaba cosa alguna más que sexo. No tenía que pensar en nada más, ni crear escenarios adicionales, no le hacía bien a nadie.
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Flash Back
Cuando abrió los ojos y se estiró para mirar la hora, vio que era temprano, 8 de la mañana.
Se giró sobre el estómago hacia el lado derecho y vio allí cerca de su rostro el de Wong Yukhei durmiendo plácidamente como si los peligros y todo lo sucedido no existiera, como si estuviera sumergido en una burbuja de paz ¡Incluso sus pequeñas comisuras labiales estaban inclinadas hacia arriba!
Jungwoo se mordió los labios y estiró la mano para tocar sus mejillas y sus labios, tocar con la punta del índice izquierdo el contorno de sus cejas y el tabique nasal. Y de pronto se sintió en el pasado nuevamente donde no tenía grandes responsabilidades, donde era un chico que necesitaba el cuidado de otro. Sí, la breve época donde fueron "pareja" sin declararse como tal.
Sintió sus ojos ponerse a lacrimosos.
—Perdóname por no poder ponerme en tu lugar pero casi me quito la vida en la peor crisis emocional vivida después de que cortaras conmigo por una carta —susurró con dificultad— perdóname por no poder perdonarte ahora, perdóname por no quedarme para escucharnos bien pero... creo estar bien, lo tengo todo y no puedo permitir sufrir otra vez.
Después de vestirse y arreglar todas sus cosas, regresó a la habitación del menor para besar con suavidad su frente quedándose así un par de segundos antes de retirarse, sostener a Ramsés entre sus brazos, acunarlo, dejarlo en el suelo e irse de la propiedad sin mirar atrás.
Fin Flash Back
Seúl, Korea.
Estiró la mano hacia un lado para sostener el teléfono cuando empezaba a sonar, ni siquiera vio de quien se trataba porque estaba sentada sobre la cama trabajando en el computador, Joonhyuk aún no llegaba.
—Mamá —escuchó la voz inestable del muchacho desde la otra línea.
—Mi amor, Jungwoo —apartó todo lo que tenía sobre su regazo en un solo movimiento y se sentó de golpe con los ojos bien abiertos— mi amor ¿Qué sucede?
—Mamá —balbuceó antes de enterrar el rostro entre sus manos— ¿Por qué me siento así?
La edad jamás era el impedimento para que una persona recurriera a lo más cercano en tiempos de crisis. Maldición, escuchar la voz de Hellen fue el detonante para que Jungwoo empezara a llorar bajito contra su mano en un rincón del aeropuerto de Berlín esperando que su vuelo estuviera disponible para abordar.
—¿Ocurrió? —no había que ser un genio para entender lo que pudo haber pasado para que su "hijo" se sintiera así, el sonido afirmativo la hizo estremecer— Dijiste que no te quieres sentir así ¿Así cómo?
—Así mamá, así como miserable en todos los sentidos, como con una herida abierta que me duele, he estado tan seguro de lo que logré que este viaje solo me hizo pensar que nunca he estado estable y no es justo, no es justo perder mi tranquilidad, no es justo sentir que pude cometer un error, no debí venir... yo no quiero sentirme inseguro de nuevo mamá, no lo quiero.
Hellen tenía sus ojos llenos de lágrimas, además, como una persona desde afuera tenía una perspectiva diferente y sabía muy bien lo que estaba pasando.
—Mi amor, toma ese vuelo, avísame la hora en la que llegarás a Corea y conversemos, conversemos de verdad sin miedo ¿No te has puesto a pensar que algo que no se cierra de manera correcta nunca cicatrizará? ¿De qué tienes miedo? ¿De reconocer que te has sentido bien a su lado?
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