26. Agitación en el club.

Y cuando esa presencia estuvo frente suyo, Wong Yukhei afirmó a Jungwoo aún más contra su cuerpo para dar a entender sin palabras que ese hombre no estaba solo y, por supuesto, que había un vínculo entre ambos. Había que ser idiota para no entender el mensaje que tenían esos ojos oscuros, la mezcla de molestia y apetito sexual era el reflejo puro de todas las ideas que estaban pasando en la cabeza de Jung Yunho.

Tragó saliva. No, con su Jungwoo jamás.

—Nunca te he visto por este lugar —barrió toda su atención de arriba hacia abajo, el aludido sintió como su espalda era tocada por el escalofrío que le provocaba el tono erótico que había usado— pero por el lenguaje que tiene tu cuerpo puedo decir que ya has elegido a un prostituto con el cual follar, supongo que escuchaste que Lucas tiene muy buena fama —entrecerró los ojos — la gente se pelea para poder tenerlo en su cama cumpliendo cada de sus fantasías.

Y fue cosa de pocos segundos en el que Yukhei soltó la cintura de Jungwoo para sujetar a su jefe por las solapas de su traje yempujarlo contra una pared. Había gruñido profundamente desde su pecho mientras el pelinaranjo ahogaba su propio grito con una mano.

Todos los que estaban cerca de aquella estancia giraron sus rostros para saciar su hambre de curiosidad ¡La estrella y el jefe discutiendo!

—¿Por qué te enojas tanto cariño? ¿He dicho alguna mentira? —su tono de falsa inocencia provocó aún más su ira, como si ser empujado por su ropa o a punto de ser golpeado no le importara lo más mínimo— ahhh ¿Estás enamorado?

—Para tu mierda Yunho, no tienes derecho alguno de apoderarte de mi vida privada — el mayor observó al muchacho que temblaba en su sitio antes de guiñarle el ojo— ¡Basta ya!

Le dio un puñetazo justo en los labios, como había estado con la boca abierta fue imposible no morderse por dentro. Sí, su saliva empezó a tener un sabor metálico y sus comisuras labiales se sentían húmedas con la sangre, pero incluso aún así no le importó en lo más mínimo sonreír.

—Solo ten cuidado, más de alguien acá podría querer follar a tu niño.

Después de decir sus palabras sus expresiones cambiaron a una gama de sentimientos negativos mientras ordenaba su ropa al estado en el que estaban antes de la discusión. Secó el resto de la sangre con un pañuelo que llevaba en la mano y salió de allí dirigiéndose hacia un lugar donde solo los clientes exclusivos bebían alcohol y conversaban de negocios acompañados de un hombre o una mujer sentado en sus piernas.

Gimió molesto pero volvió a centrar su atención en el hombre que miraba sus zapatos con vergüenza. No le importó que otros miraran, sostuvo su rostro para acariciarlo, su propia garganta estaba estrecha.

—No debes estar aquí, este lugar es horrible —susurraba— por favor bebé ve a casa.

Tragó saliva, pestañeó lentamente y lo miró fijamente a los ojos, Jungwoo los tenía humedecidos.

—Tienes miedo —murmuró dejando que esa mano acunara su mejilla— ¿Quién es?

—Mi jefe y el manager de Sexual Writer — gimió asqueado— vete, este no es tu mundo.

Y aunque sentía sus extremidades adormecerse o su corazón latir a un ritmo inestable producto de la fobia social, negó lentamente y abrazó de lado a ese hombre. Él podía reconocer el temor en otras personas porque era experto en el tema y sabía que Yukhei no se sentía seguro con él ¿Cómo había dejado que llegara a este nivel de dependencia como para no ser capaz de decirle adiós?

Sintió su estómago revolverse ante la sola idea de que todo lo que a él le gustaba, que era el trabajo de S.W., fuese manejado por el tal Jung Yunho.

Y por un lapso de segundo en el que todo había cesado, volteó hacia atrás pero la figura de Dongyoung no estaba allí ¿A dónde se había ido?

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Bebió lentamente el líquido verde fluorescente que tenía en su vaso, el ardor en su garganta fue tal que no pudo evitar escupir un poco y quejarse mientras intentaba respirar, era absenta con 70 grados de alcohol. ¿Cómo a las personas les podía gustar esta mierda?

Apoyó el vaso sobre la superficie de la barra y dedicó a observar todo lo que tenía alrededor.

Estaba en el mismo salón donde hace casi 2 meses su mejor amigo descubrió a "Lucas" parado en medio de un par de mesas sociabilizando con clientes, era un espacio enorme con pista de baile, bar, luces de neón, tal cual lo tenía un club nocturno solo que había un detalle, las personas que lo visitaban vestían con trajes muy elegantes como un verdadero evento.

La única cosa que parecía sobresaltar de todos ellos eran los trabajadores sexuales que se paseaban entre las mesas, hacían algún show en el dancefloor o se sentaban en las piernas de los clientes para ofrecerse.

Entrecerró los ojos cuando todos giraron los rostros a la pista de baile donde aquel muchacho parecía derretirse sobre un asiento mientras la música sensual lo acompañaba.

—Me atrevería a decir que él, después del gran Lucas, es la mejor zorra de este lugar — murmuró un hombre a su lado después de golpearle con el codo. Kun Hang lo miró con el ceño frucido ¿Quién era él pare creer que podía hablarle como si lo conociera? — la manera en la que mira a sus clientes con aquellos ojos tan especiales, uhhhh... mierda —gimió meneando el rostro— voy a apuntarme con él para otro día.

Algo era cierto, Xiao De Jun bailaba con tanta gracia y provocación que hombres y mujeres parecían hechizados bajo sus encantos. Miró hacia el lado con rechazo cuando algunos recuerdos llegaron a su cabeza sobre aquella noche en la que le pidió explicaciones hace 1 mes atrás.

Flash Back

Se sentía totalmente intimidado por la manera en la que esos ojos alargados lo estaban observando, una mirada intensificada por sus cejas como si estuviera enojado.

—¿No vas a decirme nada verdad?

—¿Qué quieres saber? tú quieres información, tú pídela.

Sostuvo su vaso de cerveza y lo bebió completamente antes de secarse los labios con el dorso de la mano y fruncirle el ceño. ¿Por dónde podía empezar? Se supone que debiera recurrir a su propio primo para pedirle explicaciones sobre su silencio pero estaba seguro que necesitaba tiempo para ello o seguramente estaba con Jungwoo.

Bien.

—¿Por qué está trabajando como prostituto?

—El dinero que se gana como trabajador sexual es bastante, pero trabajar en "Boleumdal" para Yunho tiene muchos beneficios además de los económicos ¿Wong Yukhei no tuvo una infancia en condiciones precarias?

—Pero supongo que se inició en ese jodido mundo siendo adolescente ¡En esa época ya no pasaba hambre! es un... es un —gruñó— ¡Es un completo idiota!

Estiró la mano para pedir una cerveza adicional pero fue Xiaojun quien lo hizo, al parecer conocía a los dueños del local y trabajaban rápidamente para llevarle lo que quería ¿Eran parte del mundo del que estaban hablando?

Durante el transcurso de los minutos fue haciendo más preguntas pero no todas pudieron ser respondidas, por ejemplo sobre la identidad del jefe que tenían o cualquier cosa que hiciera mención de Sexual Writer.

—El... el solo pensaa-aaar que se está esssponiendo a un mundo lleno de peligro me... me hace dar náuseas de ello —sus palabras eran arrastradas por el alcohol.

—¿Acaso eres de esos que piensan que los trabajadores sexuales somos un saco lleno de enfermedades? —por primera vez en lo que llevaba conversando, Xiaojun esbozó algo parecido a una sonrisa— deberías conocer algo más de ese mundo para que tus palabras tengan fundamento, de lo contrario solo quedas como un hombre estúpido.

Hendery abrió la boca enfadado para defenderse ¿Por qué tenía la necesidad de ser creído y además de insultarlo de forma gratuita cuando apenas se conocían? Pero se quedó callado cuando ese muchacho dio unas instrucciones hacia las personas del personal para que cerraran las puertas que daban para esa terraza confiriéndoles total privacidad.

Por suerte la terraza no estaba expuesta al público por lo que desde afuera tampoco podía verse.

—¿Qué... qué haces? —tenía alcohol en la sangre, suficiente para sentirse un poco nublado pero no lo suficiente como para no saber que estaba pasando— no m-me mires así.

En aquel momento Xiao Jun inclinó el rostro hacia su cuello y tomó un pliegue de su piel entre sus labios y lengua mientras se recargaba encima suyo. Kun Hang contuvo la respiración, iba a quitárselo de encima, iba a pegarle un puñetazo por sucio pero en vez de eso cerró los ojos y tragó saliva de forma compulsiva.

Después empezó a descender mientras arrastraba los labios sobre su ropa hastasituarse en el espacio que dejaba entre sus piernas, estaba sentado de rodillas con esa mirada que parecía hechizar a cualquiera.

—Siempre tan correcto cuando conversas con tu primo —acariciaba su mejilla derecha sobre el muslo izquierdo de Hendery, como un gatito— ¿Crees que no me di cuenta que me mirabas?

—Es... es tu cara toda malditamente seria, tu fastidio injustificado. ¿Cómo podría decirle que desde un principio Xiao De Jun lo detestó porque en algunas ocasiones cuando quería hablar sobre Sexual Writer o el club sexual, se lo encontró en la enorme casa interrumpiendo todos sus planes? ¿O por el solo hecho de que era atractivo pero no podía joderlo porque era primo de su amigo??

Siguió arrastrando el rostro hasta acercarse a la cremallera y presionarlo en su entrepierna, Kun Hang jadeó pero sus manos no hicieron algún amago para quitárselo de encima, mucho menos lo detuvo cuando le bajó la cremallera y luego descendió el pantalón por sus piernas hasta dejarlo en los tobillos.

—Tu pene está contento ¿No te asustas por ser un inmoral que desea la mamada experta de un trabajador sexual?

—Yo no la quie... quiero yo... yo no — balbuceó confundido.

Xiao De Jun acarició su pene una y otra vez por sobre la tela para que la erección se hiciera más pronunciada y fuerte, no le dio espacio a dudas, descendió su ropa interior también y sosteniendo la base de su hinchado miembro fue que se la llevó a la boca.

—Mierda, mierda, mierda ohhh.

Su voz ronca maldiciendo era algo que lo provocaba desde lo más animal que llevaba dentro. Había querido hacer algo y solo ahora después de mucho tiempo podía darle una mamada deliciosa probando cada centímetro de piel caliente.

Lubricó con su propia lengua el glande y el cuerpo, era experto en artes orales si podía llamarlo de esa manera. No habían arcadas, solo la necesidad imperiosa e innegable de tenerlo en el fondo de su garganta cada vez que lo sacaba y metía de su boca.

Gimió fascinado cuando Wong Kun Hang dejó de luchar consigo mismo y sostuvo su cabello para tomar la iniciativa y follarle la boca de forma repetitiva. Lo miró con descaro con sus ojos brillantes lo que pareciera enfadarlo ¿O encenderlo?

—Maldito, maldito... maldito.

Estuvo un par de minutos así hasta que gruñó alto mientras sus piernas se tensaban y mientras su pene derramaba todo el semen dentro de esa boca. Todo era un poco retorcido ¿Cómo podía parecerle tan atractiva la manera en la que ese hombre se tragaba todo como si estuviera hambriento de ello?

¿Cómo pudo sentir que perdía la cabeza cuando Xiao De Jun se sentó en sus muslos y besó su boca para compartir la evidencia de lo que había disfrutado?

Y le había gustado, sí, le había gustado demasiado perderse en la nube del alcohol y el placer cuando el hombre de ojos especiales se frotaba contra su entrepierna para buscar su propio orgasmo.

Fin Flash Back

Bebió de golpe lo que le quedaba y terminó de observar hacia el otro lado cuando se dio cuenta de cómo se estaba excitando pensando en ese momento y en la forma en la que actualmente el muchacho estaba bailando.

Nunca se sintió atraído por un hombre, no le causaba rechazo la homosexualidad ni quienes se sentían "clasificados" por dicho término, le habían gustado un par de chicas pero jamás a sus 21 años mantuvo una relación con alguien porque no lo había considerado. Tampoco era idiota ni ciego sobre sus propios deseos, estaba claro que había disfrutado lo ocurrido esa noche pero después de caer en la realidad se había asustado demasiado.

Y estaba seguro que Xiao De Jun lo sabía y se mofaría de él cada vez que pudiera.

En teoría no tenía que perder el tiempo toda la noche viendo como otros se comían con la mirada a aquel muchacho y permitiendo por otra parte a su mejor amigo exponerse a los peligros del comercio sexual. Dejó el vaso en la superficie de la barra y caminó con las manos en los bolsillos hacia la salida, su vestimenta distaba un poco de los clientes de este lugar ¿Qué importaba? No era uno de ellos.

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Con cada paso que daba en las estancias de este lugar sentía que se adentraba aún más en un mundo distinto. "Lucas" mantenía su mano ajustada en su cintura y le iba enseñando para qué o qué eran las cosas que habían, desde habitaciones de lujo como un hotel donde el trabajador sexual pudiese satisfacer a su cliente, hasta salones privados donde la gente podría tener prácticas sexuales temáticas como sadomasoquistas o fetichismos variados.

Las personas que caminaban cerca se volteaban a observar a Lucas como si se tratara de un pedazo de carne pero Kim Jungwoo era incapaz de ver que muchos de ellos estaban anonadados con su presencia, con su cabello naranjo o su piel de porcelana blanca.

No le gustaba lo que veía, no le gustaba lo que sentía, no podía juzgarlos por optar a llevar esta vida porque él mismo se había acostado con Sexual Writer sin saber su verdadera identidad, sin embargo era incapaz de desear pagar por alguien para que pudiera satisfacerlo así.

Hubo un momento en el que se adentraron por otro lugar donde sus ojos se quedaron fijos en una puerta que estaba vigilada por hombres de aspecto macizo. Las personas parecían más cautelosas al momento de entrar.

—¿Qué es eso? —susurró Jungwoo.

—No lo sé, jamás he entrado.

"Camina mirando hacia el frente, Lucas" masculló uno de los guardias.

Siguieron caminando hasta que el castaño rubio llegó hacia el exterior donde estaba la piscina iluminada totalmente sola y frente a ellos el campo extenso de césped, árboles y caminos de piedra. El frío se estaba haciendo presente aunque a esta altura cuando la primavera estaba cerca no era tanto como a inicio de año.

Yukhei se sentó en una reposadera y abrió las piernas para que el mayor se acostara en aquel espacio y apoyara el rostro en su cuello y el resto del cuerpo sobre su torso. Lo envolvió con su abrigo negro y suspiró cuando sintió la nariz de Jungwoo arrastrarse por la superficie de la piel de su mejilla izquierda como si quisiera hacerle cariño.

—De verdad no quería que estuvieras aquí porque no estoy orgulloso de lo que soy o lo que hago.

—¿Cómo ese hombre puede tanto poder sobre ti? —frunció el ceño— ¿Desde cuándo ejerces como prostituto? —como su silencio se estaba prolongando, depositó un beso suave, quería alentarlo a ser valiente incluso si o sentía tragar saliva de forma compulsiva — Yukhei...

—Desde casi los 17 años.

Y lo dijo con tanto miedo que, incluso bajo la luces del exterior que decoraban el enorme sitio, pudo ver como su piel había perdido el color.

Kim Jungwoo empezó a respirar acelerado y no porque el peso de la ansiedad hiciera daño en su interior, no, era el pensamiento de asco y rabia que le generaba pensar que alguien lo había sometido a este mundo de manera ilegal.

—Bebé ¿Pu... puedes calmarte?

—Maldición Yukhei ¿Es que acaso no te das cuenta que ese proxeneta abusó de ti siendo menor de edad? manipuló tu mente, te hizo creer que lo necesitabas, que necesitabas esto —casi escupió con asco— en la adolescencia estamos calientes, queremos masturbarnos todo el tiempo y es normal pero pasar... ¿Pasar a...?

Y dejó de hablar cuando vio el rostro de ese hombre mirando el vacío con la barbilla tensa y los ojos húmedos, maldición, no necesitaba verlo así inmerso en una fragilidad absoluta, estaba acostumbrado a ser el que siempre tenía miedo y al que consolaban pero no esto.

Se sentó sobre sus muslos mirando hacia su cara, sostuvo sus mejillas y depositó un beso pequeño y suave en cada una de ellas, también en su frente y en su tabique nasal mientras lo sentía suspirar como si se tratara del consuelo que necesitaba.

—Lo siento, no tuve la intención de hacerte sentir así.

—Soy un idiota ¿Verdad?

—No lo eres, fuiste vulnerado y ahora parece que estás más comprometido —con su dedo índice tocó su frente y después con el resto de los dedos cuando quiso peinarlo, algunos curiosos miraban desde lejos— ¿Es por eso que tienes miedo?

Contuvo la respiración cuando el castaño escondió el rostro en su cuello mientras lo abrazaba y respiraba de su aroma, estaban encajados. Fue en ese momento que le dijo el cómo se sentía y como creía que la codicia estaba a tragándose lo poco de lo bueno que quedaba en un Jung Yunho, que podía estar en cosas aún más ilegales y que no se iba de esta mierda por temor a represalias, a que se supiera la verdad de su prostitución y su identidad como Sexual Writer.

—Estás siendo obligado a venderte —gimió.

—A estas alturas tengo que armarme de valor para hacer lo que antes creía que era placer —desprendió su frente de la superficie de piel antes de observarlo con angustia— no caigas conmigo cariño, es tu oportunidad de correr.

Estuvieron así un par de minutos acurrucados y dándose pequeños besos de vez en cuando, pero la presencia de alguien a su lado los sacó del trance en el que se encontraron. Era un colega que parecía preocupado, era un extranjero.

—Lucas, el jefe te necesita en su oficina.

El aludido observó a su "pareja" y luego a su colega.

—No puedo, estoy ocupado.

—No te conviene hacerlo, parece molesto y necesitaba hablarte así que debes ir... solo.

Jungwoo se paró y tiró de la mano de Yukhei, incluso si otros lo consideraban afeminado eso no restaba que tuviera la suficiente fuerza para mover al otro de un solo movimiento.

"Me pidió que te escoltara a la oficina" dijo a modo de disculpa por no moverse de allí e interrumpirlos.

—Debes ir, estaré bien, de hecho me contactaré con Hendery —apretó su cintura por sobre la camisa negra, sus susurros eran íntimos— por favor no quiero que te haga daño.

Tuvieron una pequeña disputa de un par de minutos en el que Jungwoo trató de convencerlo para que se fuera, fue difícil pero lo logró después de que Wong Kun Hang le dijera el punto donde se encontrarían. Incluso así el castaño rubio caminó mirando cada 2 segundos al muchacho ¿Por qué tenía tanto miedo?

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No iba a quedarse solo en el exterior y mucho menos cerca de una piscina en la que un borracho pudiese lanzarlo por el solo placer de verlo ahogarse así que se abrazó a sí mismo y caminó de vuelta a la enorme mansión.

Cuando una persona se imaginaba un prostíbulo recuerda tres cosas importantes: un bar, mesas donde las personas podían hacer show o un lugar oscuro y lúgubre en el que seguramente una persona recibía el dinero por la mujer que te ibas a acostar, habitaciones en estados simplones o

precarios, caricias patéticas y orgasmos fingidos. Pero no, esto era totalmente fuera del alcance de otras personas.

"Boleumdal" era una mansión enorme de tres pisos, lujo en cada detalle y adorno, sus clientes eran personas ricas, sus trabajadores sexuales parecían modelos de ensueño, los candelabros que colgaban de techo bañados en cristales, algunos pilares de mármol. Trató de llamar a Kun Hang porque sentía que se estaba perdiendo, no encontraba la figura que le había señalado en la que estaba apoyado.

Miró su teléfono, la señal era deficiente, cuando este le había contestado no podía escucharle del todo.

Jungwoo sentía que el pánico estaba volviendo, dentro del club sexual/prostíbulo habían suficientes personas como para que la fobia social empezara a comer su seguridad, odiaba que los clientes/trabajadores lo observaran con tanto deseo. Incluso una mujer de proporciones escandalosamente buenas se acercó a él cuando se apoyó en una pared.

—¿Eres nuevo por aquí? No he visto tu rostro ¿Eres cliente o prostituto? —acercó la mano, acarició su cabello y luego su mejilla derecha— eres lo suficiente bonito para ser sometido.

Tragó saliva.

—Es... Estoy seguro que... que si fuese hetero- sexual estaría encantado pero no me gustan las mujeres —descendió la mirada hacia su escote, sus pechos cubiertos se veían preciosos pero no le causaban nada, ni un atisbo de placer u erección. Luego la miró a los ojos.

—Podría ponerme un arnés, corazón, tenerte en cuatro siendo penetrado contra una almohada —le guiñó un ojo— soy abierta a todos los gustos pero tengo algo muy claro, me gusta dominar en el sexo.

Y cuando esa mujer apretó el pantalón en la zona sobre su entrepierna, se sintió tan molesto y vulnerado que la empujó antes de caminar rápido hacia cualquier dirección, había girado cerca de una esquina en la que encontró una escala de mármol que daba hacia un subterráneo, se metió allí sin pensarlo.

—Maldición Hendery ¡¿Dónde estás?!

Ni siquiera le funcionaba el wifi, el destino parecía confabular en su contra.

Empezó a rascar su cuero cabelludo, sus brazos, el deseo de vomitar era más fuerte. El sentir que iban a hacerle daño no podía quitarlo fácilmente, apoyó la espalda en el muro de aquel pasillo, estaba sollozando. El subterráneo era más oscuro con luces de neon lilas, la visibilidad era escasa pero sabía que alguien se acercaba, algo malo, algo iba a pasar.

Dio un pequeño grito cuando una mano sostuvo su muñeca derecha y lo tiró hacia una parte antes de escuchar un portazo.

—No me hagan daño, no me toquen, no por favor ¡No!

—Tranquilo.

Esa voz permitió que se secara las lágrimas con el dorso y mirara hacia arriba. Allí estaba él, Kim Dongyoung, con un pantalón negro y camisa negra, con el ceño fruncido, con el rostro preocupado.

Se sintió tan patético de sí mismo y de su fobia social que escondió el rostro entre sus piernas y se quedó así mientras sollozaba.

—¿Por qué estás aquí? Este no es un lugar para una persona como tú —dijo con suavidad después de unos segundos— estás en una crisis de ansiedad.

—No necesito que me de una sesión psicológica ¡No es más mi tratante! —masculló antes de secarse el rostro con la ropa y pararse— que lindo ¿No? venir a un lugar donde las personas son amenazadas para trabajar.

—¿Hablas por tu amigo verdad? Para ser amenazado Lucas lo hace muy bien, no por nada es el más solicitado —ajustó los puños a los costados antes de enderezarse— lo que haga con mi vida personal no es de tu incumbencia sin embargo aún así, a pesar de que no seas mi paciente te estoy salvado ¿Lo sabes no? —apuntó afuera— te tengo aquí, todo tembloroso y fácil de acceder ¿Sabes lo que han estado hablando los otros clientes como yo? que quieren pagar para tener sexo con el chico de la cabellera naranja y mírate, te tengo aquí.

—No puedo creer que confié mi terapia y deseo por salir adelante con un hombre como usted —tragó saliva— no se atreva a ponerme un dedo encima.

Doyoung le dio una mirada de arriba hacia abajo ¿Qué caso tenía negar que Kim Jungwoo era hermoso y que tendría potencial si quisiera explotarse como prostituto? ¿Qué caso tenía negarse a sí mismo la idea de que pagaría lo necesario para poder tenerlo entre las sábanas de su cama?

De hecho no era buena idea verlo respirar agitado por el susto, con su cabellera despeinada y los labios rosados entreabiertos, pero, en el fondo ese no era el punto por lo cual lo había encerrado.

Se acercó lentamente y con la misma calma apoyó una mano en su mejilla cuando el menor contuvo un gemido.

—No deberías haber bajado, Yunho iba por ti y cuando está hambriento no hay fuerza que quite la idea de su cabeza —murmuraba acariciando la mejilla con la punta de su dedo— amo tener sexo, no puedo negarlo, pero no soy tan despreciable para someterte a algo que tú no quisieras y cuando iba a ver un show para acostarme con alguien... te vi agitado en medio del pasillo, unos pasos más lejos de ti divisé la figura de Jung Yunho — Jungwoo jadeó asustado— debes irte o no tendrás suerte, no terminarás la noche sin haber sido abusado sexualmente.

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