18. Una navidad diferente
Ni siquiera la respiración de cada uno se sentía en ese momento cuando el vehículo estacionó afuera del hospital.
Ni una sola palabra cruzaron en el camino hacia el recinto de salud, Jungwoo había llorado como un niño pequeño hundido en el asiento con las palmas de las manos sobre sus ojos. Pero en este momento, en el que la incomodidad reinaba, en la que un hombre totalmente cubierto en apariencia observaba hacia el frente tras el volante, se dio cuenta que estaba esperando un poco más. Se secó las lágrimas con dificultad, quitó el cinturón de seguridad de su cuerpo y observó con la barbilla temblando a Sexual Writer.
—Mi padre está grave allí adentro y usted no ha tenido ni las más mínima intención de... acompañarme, mostrar un poco de compasión ¡Maldita sea es víspera de navidad! ¡Me está viendo colapsar! y... ¿No dice nada?
—Zeus... yo... yo no...
El muchacho apretó sus labios antes de que los sentimientos empezaran a hacer lo suyo, su barbilla estaba temblando otra vez y sus ojitos de sufrimiento volvían a humedecerse. Revolvió su cabello mientras gemía pero antes de bajarse su voz salió de nuevo, ahora no podía sentir empatía a la persona que lo había provocado tanto.
—¿Yo no qué? ¿Tanto es su afán de ocultar su identidad que no es capaz de ponerse en mi lugar un momento y sacarse toda esa mierda de encima? ¡No quiero que me contacte de nuevo! ¡Está claro que no está un poco interesado en mi como persona más que alguien como un cuerpo con el cual joder!
Y aun así, con el llanto y palabras del muchacho, Sexual Writer no había mostrado la más mínima intención de querer bajarse o contenerlo mientras buscaba información de su padre en Urgencias.
Se bajó de inmediato, cerró la puerta de golpe y corrió hacia el recinto de salud sabiendo que estaba muy seguro de su decisión. Sus zapatillas resbalaron en el suelo abrillantado blanco cuando entró en la sala de espera. Entre todos los asientos fue fácil identificar a la señorita Tucker porque era la única extranjera abrazando sus propias piernas y temblando mientras era interrogada por la policía.
No lo dudó más, caminó entre los asientos clamando su nombre e ignorando a la policía la acurrucó contra su cuerpo dejando que la mujer pudiera al fin tener un lugar cálido contra el cual deshacerse en un llanto amargo.
"Estoy segura que es su culpa... estoy segura que fue ella".
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Escribir en Twitter era todo lo que podía hacer para manifestar el cómo se estaba sintiendo ahora encerrado en las paredes de su departamento mientras el hombre del cual estaba enamorado debía estar sufriendo por su padre. Apoyó la cabeza en la almohada y apartó el teléfono a un costado para mirar el techo de su habitación, su corazón estaba latiendo más rápido, la presión en el pecho y la sensación de ahogo era real.
Podía entender por supuesto el dolor y la rabia de Jungwoo cuando él no tuvo la capacidad para apartar su personaje a un lado y tener la personalidad de decirle que estaría a su lado, que lo contendría, que lo ayudaría, etc.
¿Por qué? ¿Con qué objetivo caía en actitudes cobardes?
Apretó la mano en su ropa donde le dolía el pecho, sus ojos estaban anegados en lágrimas, su boca estaba abierta captando un poco de oxígeno, estaba agitado. La verdad era que había deseado con ímpetu tomar el rol protector, averiguar qué había sucedido, ser la parte de juicio en un momento de dolor pero eso significaba que debía mostrarse como era porque no podía exponer el hecho que
Jungwoo estaba saliendo con un "desconocido", salir de su personaje implicaría que revelaría su identidad como Yukhei y por lo tanto causaría un mayor conflicto. Jungwoo creía que no le había importado, pero Jungwoo no sabía que detrás de todas esas máscaras había un hombre luchando contra sus propios miedos.
—Mierda, mierda ¡Mierda!
Gruñó sosteniendo su cabeza ¿Cómo podía llamarlo y averiguar cómo estaba sin arruinarlo todo? Wong Yukhei no tendría como saber lo que sea que le hubiera pasado a Kim Joonhyuk porque no estuvo a su lado cuando recibió la llamada, su amigo no se lo había dicho a esta altura.
Tenía las manos atadas, todo lo que podía hacer era rezar y rogar que la salud de ese hombre no estuviera tan mal. No iba a dormir en toda la noche pero de algo estaba seguro, esta mentira tenía que acabar luego, estaba arruinando su vida y la de la gente que quería.
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Zapatos que iban y venían en direcciones opuestas con intenciones que quien sepa que traían, las ruedas de un carro que chirriaba por falta de aceite o el ajuste de una tuerca, olor a comida recién hecha. "¿Disculpe señorita enfermera? ¿Cuándo podré entrar a ver a mi padre?/Espere el horario de visitas", etc.
Todos esos detalles que no podían pasar desapercibidos para una persona que llevaba horas sentada en la sala de espera, para él si la hacían porque estaba totalmente ausente de la realidad. Las únicas veces que había hablado habían sido para negarse a comer el desayuno, el almuerzo, tampoco había bebido algo, no había apetito que saciar, no había sueño que conciliar, se sentía muerto.
Hellen había tratado de contenerlo y hacer que comiera pero no había funcionado, Jungwoo tampoco había querido comunicarle esto a alguien y, ahora que estaba solo porque la habían llamado de la estación de policía para tomar aún más testimonios, la angustia volvía.
Estar en la de espera de la Unidad de Paciente Crítico era un poco frívolo, porque durante las más de 16 horas que llevaba acá pudo escuchar en el fondo como una familia se destruía emocionalmente porque un paciente había muerto.
Se abrazó más a sí mismo, eran las ¿8 de la noche? Las pestañeas comenzaron a descender, la falta de azúcar estaba haciéndolo desvanecer, su cuerpo empezó a inclinarse hacia el lado derecho pero antes de desmayarse sintió un sorbete de algo sobre sus labios. El instinto más puro del hambre encendió sus alarmas, succionó algo cálido y dulce como chocolate caliente.
Esperen ¡¿Qué?!
—¿Ah? —levantó la mirada y el jadeo que salió de su boca fue instantáneo— ¿Yukhei?
No había querido tomar su teléfono para comunicarle a sus amigos lo que le estaba pasando, ni siquiera había pensado en eso.
—Necesitas comer, una... la señorita Tucker me pidió que viniera a acompañarte —de una bolsa sacó un sándwich que él mismo había preparado— por favor, hazlo.
Por un instante lo observó, su cabello estaba un poco despeinado pero lo hacía lucir casual, traía un abrigo negro y largo, bajo sus ojos podían divisarse algo de ojeras, parecía cansado pero estaba aquí. No supo por qué lo estaba haciendo pero apoyó el rostro en la curvatura de su cuello y de esa forma fue comiendo lentamente el pan y bebiendo el chocolate caliente.
Mientras más tragaba, más sus lágrimas se asomaban y descendían por su rostro, él no lo estaba forzando a nada, tampoco trataba de decirle palabras para levantarle el ánimo, solo estaba acariciando su cabello por la zona de la nuca y dándole energías de una manera especial.
Cuando acabó con la comida limpió sus pantalones pero volvió a acurrucarse contra su cuerpo, esto no debía sentirse tan bien pero no podía evitarlo, necesitaba consuelo.
—Mi papá está allí dentro...—gimió— fue operado durante la madrugada de urgencia, recibió una puñalada en su abdomen.
Flash Back
El aire de sus bocas salían en forma de vapor, el sonido de sus calzados teniendo contacto con la nieve era reconfortante pero mucho más la forma en la que sus manos encajaban.
Joonhyuk llevaba una sonrisa pequeña que solo decía lo muy enamorado que se sentía, ahora paseaban juntos después de estacionar el vehículo, iban en busca de un restaurante para comer algo, las primeras citas como novios. Hellen lo miraba de reojo y se mordía los labios para contener la risita boba tras la bufanda.
La primera vez que se habían visto fue en clases, Hellen Tucker había sido contratada por la empresa en la que él trabajaba para impartir clases a sus trabajadores y reforzar así el idioma de inglés. Había entrado a la sala dispuesta a saludarlos a todos pero sus ojos se detuvieron en un hombre que estaba sentado mirando distraidamente por la ventana.
Mierda, era guapo, como un modelo o actor y quizás el que lucía con mayor humildad comparado con el resto de sus colegas pretenciosos. Le había gustado desde ese entonces, había sido mutuo.
—Si alguna vez soy inseguro solo pido me tengas paciencia, sabes que desde hace 10 años terminé definitivamente con la mamá de Jungwoo... se siente nuevo. Soy un inexperto, mierda.
Para quien no conocía a Hellen Tucker, podían pensar que era una modelo europea fría y egocéntrica cuando en realidad era una mujer inglesa muy alta con una personalidad un poco atípica comparado con sus pares.
Sin resistirlo más, sostuvo el rostro de aquel hombre y le dio un beso rápido mientras se reía contra sus labios.
—You're so cute! —solo tenía que estirarse levemente porque era lo suficientemente alta, un poco menos de 1.80— definitivamente Jungwoo heredó tu personalidad y sigo pensando que algo muy bueno en realidad.
Kim Joonhyuk sonrió contra sus labios pero perdió toda muestra de felicidad cuando vio que alguien se acercaba rápidamente a Hellen ¿Para asaltarla? ¿Para atacarla? Todo fue demasiado rápido, para cuando vio sus manos manchadas de sangre la persona ya había huido.
Fin Flash Back
—Trataron de robarle las pertenencias a ella pero mi papá se puso por delante para protegerla y recibió una puñalada, le perforaron la vesícula biliar nada más pero...
Sus boca se apretó antes de volver a llorar, dejaba que los brazos de su amigo lo envolvieran mientras continuaba dejando que la angustia lo dominara.
Anoche no había recibido una llamada de la señorita Tucker, un policía sostuvo su teléfono para comunicarse con él porque ella era incapaz de hablar, todo lo que hizo fue llorar desconsoladamente en el hospital mientras a ella misma la revisaban para constatar lesiones. Por suerte solo tuvo un hematoma en la espalda mientras que su novio no tuvo la misma suerte, había entrado a pabellón.
"Sentir que podía perderlo, saber que estuve en peligro y no pude protegerlo, maldita sea, creí que me estaba muriendo".
Y Wong Yukhei tuvo que mirar el techo de aquella sala de espera para barrer las lágrimas que tenía en sus ojos, ni siquiera sabía si había estado bien no revelar su identidad, tampoco pudo contenerlo toda la noche.
—Pudimos verlo muy poco... salió bien de la operación pero todas estas horas son críticas —suspiró agudamente, la voz apenas salía.
—Alguien que sabe que tiene un hijo esperándolo saldrá victorioso de esto, el señor Kim no va a rendirse y, como sé que te ama mucho y no quisiera que te expusieras, voy a cuidarte... voy a cuidarlos —murmuró contra su cabellera naranja— la señorita Hellen volverá después, cuando... cuando me llamó para que viniera a cuidarte le pedí que descansara, ella como víctima debe haberse sometido a mucho estrés.
Y por suerte esa mujer contaba con amigos que pudiesen velar por su seguridad un par de horas para que durmiera en la comodidad de una cama y no aquí. Con Jungwoo no habría fuerza que lo sacara de este lugar.
"Ella le contó a la policía que sospecha de In Jin, le contó lo que había sucedido... ".
Los minutos pasaron lentamente y por primera vez desde que llevaba aquí, sus párpados empezaron a pesarle en demasía, llevaba prácticamente 36 horas despierto y su mente no quería más guerra. Ni siquiera supo que movimientos había hecho pero después de unos segundos apoyó su espalda y cabeza prácticamente en todo el torso de Wong Yukhei, este lo abrazó por la espalda y descansó la barbilla y labios sobre su cabello naranja mientras que con la mano derecha repasaba una y otra vez la curvatura de su cuello para relajarlo.
Se sentía protegido, se sentía demasiado bonito. Nada malo iba a pasarle y a diferencia de Sexual Writer a quien le confiaba su cuerpo, a Wong Yukhei podía confiarle algo más importante, su seguridad en estos momentos.
"¡Porfavor no lo mates!" murmuró asustado antes de abrir los ojos y sentarse de golpe donde fuera que estuviese. Había soñado que paseaba con su padre y que In Jin se acercaba por detrás para enterrarle un cuchillo donde mismo había sido en la vida real.
Su corazón estaba latiendo desbocado dentro de su pecho, estaba completamente empapado, la ansiedad quería abrirse paso y debilitarlo hasta convertirlo en un ovillo pero a medida que el reloj avanzaba comprendió que todo había sido una pesadilla.
Para cuando salió del estado de somnolencia se percató que no estaba en la sala de espera, estaba dentro de una habitación.
Sus ojos viajaban en todas las direcciones, no era un departamento, no era un hotel, la vista de la ventana a su lado le decía que seguía en la clínica.
Sostuvo su teléfono, allí había llegado un mensaje, era su amigo así que lo abrió de inmediato.
Y seguía siendo demasiado bueno con él cuando creía no merecerlo.
Había estado durmiendo ¿2 o 3 horas? Ni siquiera sentía que había descansado pero no podía continuar, su ansiedad era mayor. Se duchó en 5 minutos en el pequeño baño que tenía la habitación, la ropa que le había dejado le quedó a la perfección y combinaba muy bien aunque no era pretenciosa, era cómoda y podía desplazarse bien.
Salió de allí luego de ordenar.
De haber sido distinto el panorama en este momento habría estado cenando y a punto de entregarle los regalos, se habría reído y sonrojado como niño mientras veían una película en la televisión, tal vez dentro de esto habría estado la señorita Tucker envuelta en una manta con sus calcetines de Minion. Se habría sentido cálido y feliz, no angustiado pensando en lo mucho que quería abrazar a su padre encerrado en las paredes de un recinto de salud a casi 24 horas de haber llegado.
Caminó por los pasillos, había mucha calma, poco movimiento de personas. La mayoría de los pacientes seguramente en sus habitaciones, los funcionarios trabajando o teniendo una pequeña cena, las visitas en sus casas o esperando calladamente que les permitieran un poco para saludar a quienes estaban hospitalizados.
Cuando dobló hacia la sala de espera de la Unidad de Paciente Crítico, se percató que la única persona que había allí estaba sentada en el suelo habiendo muchos asientos vacíos disponibles a su favor. ¿Qué?
—¿Yukhei? —se paró delante suyo y abrió la boca sorprendido, allí había un mantel y encima algunos platillos, pero lo más sorprendente era que dentro de su abrigo se asomaba la pequeña cabeza de un gatito negro cubierta con una gorra de Santa Claus— ¡Ramsés!
—Mis papás enviaron esto como regalo, se enteraron lo que al "padre de un amigo" le ha sucedido, comprendieron la razón por la que no voy a pasar esta noche con ellos así que... —sonrió con la boca torcida— ¿Feliz navidad?
La palabra Feliz se sentía inadecuada por la situación en la que estaban atravesando pero no podía no querer buenos deseos para él.
Los guardias de seguridad le habían permitido comer aquí, pero nadie sabía que había traído de contrabando su mascota y es que creía firmemente en el poder que tiene acariciar un animalito en tiempos difíciles.
—Ramsés se ve tan pequeño y adorable de Santa —lo acunó entre sus brazos y llenó de pequeños besos bajo su barbilla, el minino maullaba pero no había alguien cerca que pudiera advertir su presencia— yo... yo no sé cómo devolver esto... Yukhei, estás perdiendo la oportunidad de pasar Navidad con tu familia por estar aquí conmigo sentados en el suelo en la sala de espera de una clínica ¿Qué tiene eso de bueno?
Y aquellos ojos grandes ahora somnolientos por el cansancio lo observaron durante un par de segundos, lo suficientes para hacerlo sonrojar.
—Eso es lo que hacen los amigos y te aseguro que Kunhang estaría aquí también, pero si no mal recuerdas ayer en la noche fue a Macao —miró avergonzado sus manos— le conté lo sucedido, no ha podido encontrar un vuelo a Seúl por las festividades... y... si observas tu teléfono estoy seguro que tienes miles llamadas perdidas de su parte.
Y mientras más lo observaba más se daba cuenta que algo le estaba pasando y que no sentía remordimiento alguno, no quería pensar en Sexual Writer porque se sentía herido, ahora solo tenía que enfocarse en el hombre castaño rubio que jugaba con sus dedos ansioso.
Con los ojos húmedos observó un plato y empezó a comer, Ramsés se había paseado entre sus piernas para luego acostarse bajo el abrigo que su "padre" le había dejado como cama, observando atentamente cada uno de los movimientos que ambos hacían. "Una cena los 3 en familia".
—Cuando pueda volver al departamento debes acompañarme, tengo un obsequio para ti... incluso uno para Ramsés. —¿Escuchaste pequeño? —"Meow!" respondió agudamente— eres afortunado.
Continuaron comiendo, era una navidad diferente, un poco angustiante pero mejor que haber estado solo abrazándose a si mismo y acostado en los asientos mientras esperaba que lo dejaran ingresar nuevamente.
"Viene una enfermera" susurró Jungwoo antes que Yukhei, que había terminado de guardar los platillos en una bolsa de género, sostuviera al gato y lo metiera bajo su abrigo. La mujer de rasgos bonitos les sonrió discretamente a ambos pero después prestó su atención en el mayor.
—¿Señor Kim? —asintió, el aura que emanaba era positiva y eso quería creer, esto tenían que ser buenas noticias— puede venir un momento conmigo.
Ansioso peinó su cabello y caminó a su lado, a veces olvidaba que medía 1.80 y que otras personas podían verse más bajas. Cesaron los pasos en el pasillo cerca de donde preparaban medicamentos, la sala era grande y en forma circular donde disponían 6 camas separadas únicamente por paredes de vidrio totalmente equipadas con monitores y otras cosas médicas.
Un médico se había acercado.
"Su padre ha estado estable dentro de su condición, es una dicha que la lesión por objeto corto punzante no haya dado en el hígado porque estuvo a milímetros de ello, si hubiera hecho un movimiento brusco con el cuerpo también podría haber perforado el intestino delgado con facilidad... para que esté tranquilo, una persona puede vivir sin vesícula biliar pero como ha tenido lesión de otros tejidos y de la pared abdominal estará un poco más de tiempo en la UCI. "
En resumen: estaba estable, evolucionando después de casi 24 hrs de la intervención quirúrgica.
Le permitieron acercarse porque Kim Joonhyuk había despertado hace unos minutos y todo lo que hacía era clamar el nombre de su hijo dentro de su somnolencia. Verlo débil, boca arriba y conectado a otras máquinas, provocaron que sus ojitos se llenaran de lágrimas. No había estado para él como cuando fue niño y no pudo defenderlo de las agresiones de In Jin.
—Papá, papá soy yo —susurró antes de acariciar su frente, los ojos de ese hombre lo enfocaron un momento— papá.
—Woo —trató de sonreír pero el cansancio era más fuerte, por suerte tenía medicamentos para combatir el dolor— dim... que .. st... bien.
—Estoy bien y la señorita Tucker también, está descansando resguardada por amigos, todo ha quedado en las manos de la justicia —trató de besar sus nudillos— tú también descansa, mejora pronto para que puedas volver a casa.
Con las pocas fuerzas que tenía apretó su mano y le sonrió, la única razón por la que quería salir de aquí era porque no podía abandonar a su hijo y porque también quería proteger a Hellen, no tenía la cabeza para crear teorías en este momento pero en el fondo de su corazón algo le decía que las cosas eran más delicadas de lo que parecían.
Después de unos minutos tuvo que salir de allí ¿Y si el cuchillo no hubiera dado allí sino en otra parte como los pulmones, el bazo o en un caso más extremo el corazón? no, no tenía que pensar en ello, eso no había ocurrido y su padre estaba consciente, estable, iba a salir adelante.
Yukhei lo miraba alerta desde el asiento con Ramsés entre sus brazos.
—Está bien, despertó un poco —su voz apenas podía ser oída— no merecía estar aquí hospitalizado en navidad conectado a tantas cosas, un hombre como él no lo merece.
Lo abrazó de lado y juntos los 3 se dirigieron a un sector de la clínica donde podían descansar, estaba claro que los primeros días Jungwoo no querría salir de este lugar y tampoco lo obligaría, sin embargo había dormido tan poco que si no tomaba los resguardos necesarios acabaría hospitalizado.
Jungwoo se sacó el abrigo, los zapatos y se sentó al borde de la cama mientras Yukhei acomodaba sus cosas en el suelo para dormir. Esto no podía estar pasando, esto NO debía suceder.
—Estás loco si piensas que puedes dormir allí —observó la cama a su alrededor y antes de dudarlo se corrió hacia el rincón, no quería que malinterpretara las cosas pero tampoco iba a permitir que alguien, que se había sacrificado para estar todas estas horas con él, tuviera dolor de espalda— hay suficiente espacio para los dos.
¿Y qué hacer si ese muchacho despeinado y de mirada triste estaba sentado en la cama y tocando la zona a su lado para que ingresara? ¿Decirle que no?
Acomodó su abrigo en el suelo para que Ramsés se acunara en medio de ello, después quitó su calzado y se metió bajo las mantas después de apagar la luz.
Mierda, había hecho cosas sexuales con él como Sexual Writer, no podía sentirse como un niño avergonzado en este momento solo por compartir el mismo espacio ¿O sí? Estaba mirando el techo cuando escuchó que Kim Jungwoo susurraba su nombre, sus cuerpos estaban rozándose.
—Gracias por todo lo que hiciste por mí hoy, fue una navidad diferente... si no hubieras llegado probablemente estaría internado por un colapso —que linda sonaba su voz cuando susurraba.
—Puedes creer que soy un hombre que está riendo todo el tiempo pero no es así, también tengo preocupación por la gente y puedo ser muy serio a veces.
Tragó saliva de solo pensar en un Wong Yukhei enojado.
Le dolía en demasía su cuerpo como para girarse hacia la pared así que se limitó a intentar dormir de esa forma pero iba a ser imposible si sabía que Yukhei estaba intentado dormir de la misma manera.
"Duerme", su nuevo amigo tocaba con mesura su cabello dándole un efecto anestésico.
—Sé que es extraño pero no me cuestiones por favor —susurraba débil y aunque trató de abrir los ojos los cerró de inmediato, solo un espacio breve lo separaba de aquellos labios— ¿Podrías abrazarme?
Una petición inocente y a la que no iba a negarse. Esta vez se volteó hacia la pared e inmediatamente sus piernas se enredaron con las de su amigo, también su vientre fue envuelto en un abrazo mientras que Jungwoo enlazó sus dedos firmemente con los de él.
Pudo sentir como el castaño rubio hundía su rostro en la cabellera aspirando el perfume que emanaba. Jungwoo tragó saliva y se acurrucó aún más contra su cuerpo ¿Qué sentido tenía negar que su corazón estaba latiendo ansioso y no por fobia social?
"Papá, si pudiera decírtelo estarías emocionado por mí... me gusta él, me gusta mucho Wong Yukhei".
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