17. Amigo

No sabía, no estaba viendo, pero incluso dentro de sus sueños casi podía adivinar que afuera se había puesto a nevar en la ciudad de Seúl mientras él era envuelto en una calidez embriagadora y en unos brazos que lo sujetaban por la cadera en una posición cómoda.

Necesitaba despertar y con la poca fuerza de voluntad que le quedaba se obligó a si mismo a levantar los párpados. Las imágenes pasaron de ser borrosas a nítidas, pero Kim Jungwoo no se movió en absoluto más que su cabeza, tragó saliva cuando descendió los ojos hacia su vientre para ver dos enormes manos cubrirlo como si le perteneciera.

"Piensa rápido, piensa rápido".

¿De qué servía armar un plan si su cuerpo no quería obedecer? ¿Si Wong Yukhei lo acurrucaba de nuevo y decidía entre sueños que hundir su nariz en la cabellera naranja del mayor, era mucho mejor que cualquier otra cosa? ¿Era pecado admitir que esta intimidad se sentía demasiado bien o demasiado familiar? Cerró los ojos un instante para hacer memoria.

Anoche después de observarlo dormir y después de mandarle un mensaje de texto a su padre que se quedaría con Yukhei, se dirigió a la sala de estar y con varias mantas se envolvió sobre un sofá para descansar ¡¿Por qué amanecía bajo las sábanas de su cama como si fueran una pareja?!

—Wong —susurró.

Se giró sobre su vientre con cuidado hacia el lado derecho y fue allí que perdió el aliento, a escasos centímetros de su rostro estaba el de Yukhei descansando profundamente. No tuvo la voluntad para decir que no y detenerse, pero estiró la mano y tocó con mesura sus mejillas, su nariz, luego descendió por la barbilla y tocó sus labios con el dedo índice y el del medio.

Sí, estaba entre sus brazos y bajo las mantas, tocando su rostro y cuestionándose como había llegado a parar aquí. Su temperatura corporal era la normal, lucía bien, su semblante era de tranquilidad, el episodio febril era historia.

Eran amigos.

—¿Lo somos? —susurró otra vez.

Recordó ayer cuando escuchó a Yukhei decir que agotaba ser el que siempre reía, el que siempre estaba bien y como Jungwoo prácticamente no fingía sus estados de ánimo sintió lástima, no sabía lo que podía estar dañando su seguridad al punto de enfermarlo. Él tenía esa necesidad de no abandonarlo, después de todo Yukhei había demostrado muchas veces que era una persona de buen corazón.

¿Y a dónde había ido a parar su fobia social? ¿Por qué no temblaba si estaba prácticamente en el papel en el que un novio se encontraría con otro?

Estaba formulando demasiadas preguntas, podría levantarse y acomodarse en el sofá otra vez pero la calidez, comodidad y seguridad eran como el llamado del pecado, la tentación en bandeja de plata. Mierda ¡Y es que sí! ¡Wong Yukhei se veía demasiado guapo durmiendo!

Cerró los ojos y fingió que estaba durmiendo cuando escondió su rostro en el cuello del menor y se dejó acurrucar otra vez. Pero el fingir no había servido de mucho, después de unos minutos Kim Jungwoo se quedó realmente dormido en esa cama acostado con su vecino.

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Suspiró fascinado con el olor de las verduras salteándose en aquel sartén, con el aceite de oliva y algunas especias. Movió lentamente la cuchara de madera dejando que los pensamientos de la madrugada llegaran a su cabeza como un secreto que solo él podía tener.

Flash Back

Paracetamol para bajar la fiebre, los paños húmedos que Kim Jungwoo dejó sobre algunos sectores de su cuerpo, el quedarse dormido, todo había sido efectivo para sentirse bien al cabo de unas horas. 4.30 de la madrugada fue el momento en el que se despertó por unos ruidos extraños que provenían de la sala de estar. Un poco aturdido revisó la hora en su teléfono, sí, le costó adecuarse y recordar que anoche su vecino lo había visitado, pero ¿Y qué tal si alguien estaba entrando forzosamente a su propiedad?

Con cautela se paró sin emitir ruido alguno sobre la madera y se acercó a la escena dispuesto a pelear si era necesario, sin embargo, lo que vio lo hizo despojarse de esos pensamientos y acudir en su ayuda.

Jungwoo estaba convertido en un ovillo abrazándose a sí mismo para protegerse de "algo", la debilidad de su aura y su voz lo hicieron sentir mal.

—No le pegues, por favor... no le pegues.

Decía repetitivamente, sus ojos desbordaban lágrimas, sus extremidades temblaban, trataba de acurrucarse más entre las mantas.

Estaba teniendo una pesadilla con su madre y las escenas de violencia inferidas hacia su papá. Yukhei se agachó hasta el sofá con un nudo en la garganta, el muchacho se había quedado a cuidarlo, estaba durmiendo cuando afuera estaba nevando, estaba teniendo pesadillas, tenía que salvarlo así que tocó su hombro y susurró su nombre.

—Jungwoo-ah... Jungwoo, cariño despierta.

Pestañeó aturdido, sus ojos estaban entrecerrados, parecía despierto pero seguro estaba dormido. No dijo nada, siguió sollozando, pero esta vez estiró sus brazos al cuello del menor y dejó que este cargara su cuerpo hacia donde fuera que lo estuviera llevando.

Al cabo de unos minutos, Wong estiró sus brazos y lo abrazó por la cintura y cadera para adoptar la posición "cucharita" después de taparlo con las mantas. Los espasmos, los sollozos y temores se redujeron a nada, lo sintió suspirar de satisfacción.

Incluso en la inconsciencia su cuerpo sabía dónde pertenecía.

Fin Flash Back

Mezcló los fideos y verduras, cuando estas estuvieron listas los dejó en dos bowl distintos. De pronto algo cambió en el ambiente que lo hizo voltear el rostro a la entrada de la cocina, allí parado y apoyado en el marco de la puerta estaba el mayor observando con timidez lo que estaba haciendo, la pureza de sus mejillas sonrojadas y cabello despeinado lo noqueó muy fuerte, también la manera en la que Ramsés se estiraba entre sus brazos para mordisquear sus dedos. Todo se sintió tan natural y sano que su corazón se encogió de amor.

—B-Buen día —murmuró.

Hyung, no voy a hacerte daño, puedes tomar un asiento que desayunaremos ¿Sí?

Sopa y fideos salteados, el ambiente cálido gracias al aire acondicionado, el departamento era acogedor y él tenía que contenerse de correr donde Jungwoo, sentarlo en sus muslos y besarle su boquita mientras le decía lo bonito que lucía.

Tomó asiento frente suyo y sostuvo los palillos y cuchara antes de susurrar "Gracias por la comida". Yukhei sabía que los silencios podían poner ansioso al mayor así que puso su teléfono sobre la mesa y puso música de idols que estaban de moda para tararearla mientras comía.

No hablaron mucho, pero entre pausas todo era bien, sin cuestionamientos, como dos grandes amigos relajados o al menos eso era lo que parecía.

Al final cuando el plato de ambos estuvo vacío, Jungwoo miró directamente a los ojos del otro a medida que sus mejillas tomaban el color rosado de sus labios. Lucía ansioso, estaba avergonzado.

—No sé cómo sucedió, pero... Yukhei ¿Tú te acuerdas como llegué a tu cama? —lo observó por un par de segundos antes de negar lentamente y mover los hombros a modo de disculpa, el mayor estaba mortificado y sus mejillas ya estaban rojas— perdóname, yo... ni siquiera sabía que fuera sonámbulo, quizás tuve mucho frío ¿Por qué no me despertaste cuando lo hiciste tú?

"Porque verte entre mis brazos es algo que quiero grabar en mi memoria, porque me gustas demasiado, porque contemplarte en silencio es agradable y bonito".

—Porque estabas profundamente dormido —se paró, sostuvo el platillo del pelinaranjo pero cuando pasó por su lado murmuró— no te deshagas en tanto perdón, terminaré por pensar que ha sido lo peor que te ha pasado —Y luego de que su voz bordeó los límites de sonar muy sexual, empezó a reír como solo él sabía hacerlo, escandalosamente— es solo una broma Hyung, una broma hace bien para empezar el día y tener más energías... FIGHTING HAEYADWAE!

Pero Jungwoo no río en absoluto, tampoco gesticuló algo parecido a la incomodidad, solo frunció el ceño mirando de arriba hacia abajo con preocupación a su vecino.

"No lo estoy, agota ser el que siempre sonríe y está bien".

—Yukhei, a... a partir de ahora p-puedes sentirte como quieras a mi lado, si quieres ir d-donde alguien para contar tus preocupaciones, estoy a una... llamada de distancia.

Necesitaba dejar de verlo como aquel hombre alto y lleno de risas estruendosas para ver más allá de su persona. Tener la fobia social no tenía siempre que ser algo malo ¿Acaso no podía ayudar a otros, con las enseñanzas que sus propios problemas le dejaban o los consejos que su psicólogo le daba?

Y supo que había dado en el clavo cuando la sonrisa de aquel muchacho se perdió de su rostro lentamente para tragar saliva. Anoche lo había salvado de la fiebre, quien sabe cuántas otras veces luchaba solo con sus propios temores. Si él como Jungwoo le había confesado lo de la fobia social y el daño de su madre ¿Por qué él no podía hacer lo mismo?

Mierda. Estaba haciendo otro amigo ¿No? Eran amigos. Sí.

"Muchas gracias... Hyung" murmuró esbozando una sonrisa pequeña.


Al otro día domingo 23 de diciembre 2018.

Y supo que estaba sonriendo como bobo cuando levantó la mirada y un par de clientes estaban con el ceño fruncido tratando de adivinar la razón por la cual observaba tanto la pantalla del teléfono. ¿Qué querían que hiciera? El chico que le gustaba había iniciado por voluntad propia una conversación el día de hoy preguntándole qué estaba haciendo, no podía desaprovechar esa oportunidad y más cuando cada día que pasaba, apartaba la timidez hacia él.

De inmediato caminó hacia la cocina, el restaurante "The Wong Family" vendía distintos platillos tradicionales chinos y en estas fechas donde las personas tenían un poco de días libres solía aumentar la demanda. Además, desde que incorporaron hace un par de años el sistema de delivery y ventas online además de la pizza (sugerencia de Yukhei), captaron a los clientes jóvenes.

—No es obligación que hagas esto hijo, estás hecho para los negocios, no una cocina —su madre lo abrazó por la espalda y enterró el rostro en su pecho, fue cosa de segundos en el que se volteó y sostuvo sus mejillas— ¿Qué sucede?

—Deja de decir eso, el restaurante es tan importante para mí como lo es para ustedes.

Algo que podía admirar y decir de su familia es que incluso si tenían mucho dinero los valores y calor humano no se perdían. The Wong Family partió siendo un restaurante muy pequeño en Hongkong en el que participaban sus abuelos y también los padres de Wong Kunhang su primo, pero luego se expandieron y cuando llegaron a Corea del Sur empezaron a masificarse. Pero nada de eso impediría que quienes iniciaron el restaurante estuvieran tras bambalinas cocinando y haciendo lo que tanto les gustaba.

—Entonces manos a la obra campeón que esas cebollas no se cortan solas.

Después de depositar un beso en su mejilla, Yukhei se volteó y empezó a tararear. El sonido de los distintos tipos de sartén, el aceite, las especias, las personas que caminaban de un lado a otro, las instrucciones y agradecimientos.

Estaba admirado de todo lo que el público no veía cuando iba a comer a alguna parte, un simple plato a los ojos de otro podía significar un orgullo para un amante de la gastronomía.

—Eres pésimo haciendo esto, voy a golpearte ¿Sabes? dejas en vergüenza el apellido Wong, deshonor

—Kunghang lo empujó con el hombro mientras también cortaba algunas verduras, su conversación era en cantonés, ambos rieron— te he visto demasiado contento ¿El motivo de tu alegría tiene apellido Kim y por nombre Jungwoo?

Se sintió ansioso por un par de segundos, luego se dio cuenta con emoción que sí, el motivo de su alegría en parte era por Jungwoo y no tenía que estar mintiendo sobre eso dado que realmente había interacción entre ambos como "amigos".

Sonrió aún más.

—En parte, pero...me alegra esto, estando aquí ayudando a mis padres, compartiendo con mi primo favorito.

Kunghang volvió a golpearle la cabeza. Era cierto que, debido a exámenes, su trabajo como Sexual Writer y la vida sexual como Lucas lo habían hecho separarse un poco. Su familia no tenía idea alguna de sus dos vidas secretas así esto también formaba parte de lo que la gran tarea de equilibrar identidades.

En un momento como faltaban camareros para atender las mesas y él estaba descansando, sostuvo una libreta y se dirigió a una de ellas, pero su rostro se fue deformando cuando creyó ver a alguien familiar parada allí cerca de la entrada. Estiró un poco el cuello, un par de personas se desplazaron de una mesa a otra por lo que cuando trató de ver hacia la puerta principal la figura no estaba.

Caminó y observó fuera del restaurante en todas las direcciones posibles, después de un par de segundos una mano presionó su hombro provocando que dieran un salto.

—¿Qué es lo que sucede? Era Kunghang con el ceño fruncido.

"Creí haber visto a la madre de Jungwoo" murmuró tratando de normalizar sus latidos, sus ojos trataron de captar algo cerca, pero esa persona no estaba ¿Y si había confundido las cosas?

—No tendría por qué estar aquí, pero si la ves avísame, feliz le diría unas cuantas verdades a esa mujer.

No creía estar lo suficientemente loco como para haber alucinado, pero de haber venido ¿Cuál eran sus motivos? ¿Espiarlo? La sola idea de lo que pudiera estar pasando por su cabeza lo hizo temblar.

—Vamos, tomaré algunos pedidos y por favor ni una sola palabra de esto a Jungwoo.

Hendery se quedó más tiempo observando a los alrededores del restaurante, pero no vio absolutamente nada particular. Aunque no entendiera la razón por la que esa mujer estuviese aquí, Yukhei sí y no le gustaba para nada. Pero no le diría a su amigo, alertarlo y disminuir el avance que estaba logrando sería contraproducente.

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Encendió las luces blancas alrededor de su cama, eran las 7 de la tarde y estaba su habitación completamente a oscuras. Tomó un pequeño respiro cuando vio cada uno de los paquetes ordenados encima de su cama, todos envueltos con sus papeles de regalo y sus cintas respectivas. Era primera vez en su vida que hacía tal cantidad de obsequios, quizás para otros podía tener poco valor, pero a él no, porque cada persona nueva a la que le pertenecía significaba que estaba en su vida y eso, para una persona con fobia social, era el reflejo de un avance hacia la mejoría.

Antes solo compraba dos: uno para su padre y otro para Hendery ¡Ahora había 6!

Los sostuvo, los guardó en un rincón y luego se acomodó sobre las almohadas para observar su teléfono. Su estómago se anudó porque una salida con Sexual Writer significaba pedirle a Yukhei que mintiera.

Y cuando dejó su teléfono tomó una gran bocanada de aire para tranquilizar a su corazón, unas simples palabras de preocupación no debían afectarlo tanto pero sí, lo estaban haciendo.

Llevó el dorso de su mano a la boca y empezó a reír mientras daba patadas por toda la cama, la fobia social no había impedido que al fin después de tanto tiempo pudiera hacer otro amigo. Pero, la sonrisa se fue perdiendo cuando los pensamientos negativos querían luchar dentro de su cabeza.

—Y... y Si... ¿Y si es mi amigo solo por lástima?

Pero un amigo por lástima no tendría todos los detalles que él tuvo para que fuera al psicólogo, para preocuparse que estuviera bien, no se quedaría a cuidarlo porque tenía miedo de que apareciera su madre ni nada de ello.

Se dio un par de cachetadas, momento en el cual su padre apareció en la puerta con las cejas fruncidas.

—¿Tienes... una explicación razonable para esto?

—Estaba tratando de apartar los pensamientos negativos de mi cabeza —se sentó a su lado en la cama y lo miró, estaba dispuesto a escucharlo porque sabía que su hijo necesitaba hablar— papá ¿Tú crees que Yukhei es mi amigo por lástima?

La sonrisa en los labios del mayor fue adorable, su inseguridad era un rasgo que quizás le había heredado y aunque no debería sonreír en este caso no podía evitar hacerlo, se veía pequeño.

—Yo que he conversado a solas con él puedo asegurarte que no hay lastima, los ojos y acciones de Yukhei me dicen que es un muchacho que te estima mucho... —le pegó un codazo suave— y que le gustas mucho.

Sintió su cara arder, a toda costa su padre quería que fueran algo más que amigos y la situación podía ser tragicómica desde el punto de vista suyo. Era extraño que en su cultura se aceptara tan bien de buenas a primeras la homosexualidad, pero sería aún más extraño que un padre fuera como una especie de fan y quisiera a toda costa tuvieran una relación más allá de la amistad.

—Ni siquiera sé si le gustan los hombres, no te hagas ilusiones —lo miró de arriba hacia abajo— y tú hueles muy bien y estás particularmente muy atractivo... ni siquiera voy a preguntar qué harás.

—Kim Jungwoo ¿A qué te refieres? ¿Acaso no puedo salir con mi amiga a comer?

—No soy bobo, papá... por cierto felicidades, la alegría a ambos les queda muy bien.

"Sí estamos saliendo" dijo avergonzado antes de despedirse. Jungwoo tragó saliva y miró al cielo cuando estuvo solo, Hellen Tucker era una mujer preciosa tanto por fuera como por dentro, estaba confiándole lo más preciado que tenía, solo esperaba que tanto ella como él se cuidaran mutuamente.

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Aromáticas, pequeñas y rojas, cada una de las velas estaba apostadas en la esquina de aquella habitación del hotel creando un ambiente sensual. Afuera estaba lloviendo, había llegando el invierno y el frío calaba hasta los huesos, seguramente aquellas gotas se transformarían en copos de nieve que, si estuvieran aquí adentro, se derretirían al instante.

Jungwoo contuvo el aliento cuando aquel hombre entró en la habitación tras su llamado. Sexual Writer había peinado su cabello con un poco de gel hacia atrás luciendo un poco oscuro, su rostro tenía un antifaz de color negro, su torso estaba completamente desnudo y los pantalones de cuerpo ceñían cada curva de sus piernas firmes.

—Zeus —murmuró tragando saliva compulsivamente.

Aquel hombre de piel lechosa estaba sentado en el suelo con las manos en sus rodillas y una mirada de sumisión que podría acabar a cualquiera. Sus largas piernas llevaban medias de encaje blanco, su ropa interior era unas pantaletas de encaje del mismo color, su torso estaba totalmente desnudo y su cuello era decorado por un choker blanco del cual colgaba un cascabel pequeño.

Jadeó, podía ver una cola blanca encajada en su trasero. Un plug anal.

Lo había ido a buscar a la misma plaza de siempre, pero esta vez no habían ido a su casa, estaban en un hotel de lujo donde guardaban su identidad. Jungwoo le pidió que lo dejara solo en aquella habitación por un par de minutos donde se preparaba, quería darle una "sorpresa".

—Cosita rica —murmuró acercándose a él y repasando una mano en su cabellera naranja.

—Estoy a su disposición para que me haga todo lo que usted quiera, soy absolutamente suyo.

Era un gatito bonito, todo largo y todo blanco, todo sumiso, todo suyo.

Hoy iban a estar jodiendo toda la noche, de eso estaba seguro, lo dejaría dormir cuando los primeros rayos de sol salieran por la mañana y cuando estuviera exhausto, con las piernas encogidas y al borde de la incapacidad de caminar.

Luego estarían el resto de las horas durmiendo satisfechos entre las sábanas retorciéndose de placer por la calidez de sus cuerpos. Comerían juntos, lo pondría boca abajo sobre la mesa para joderlo con las piernas abiertas hasta derramarse dentro suyo nuevamente.

Miró su pantalón, su pene estaba hinchándose con las imágenes.

—¿No le gusto? ¿Me veo ridículo?

—Cariño, estoy tratando de guardar la compostura, pero es ridículo ¿Cierto? Ambos somos adultos, ambos sabemos lo que nuestros cuerpos desean —había solicitado un sillón tantra color blanco que le daría facilidades variadas. Se sentó y apoyó su espalda en la curvatura después de quitarse los pantalones de cuero, estaba totalmente desnudo— ¿Sucede algo bebé?

Jungwoo trató de pararse pero el plug se movió dentro de su cuerpo por lo que enterró las uñas en sus muslos. Se sonrojó ante la sonrisa atrevida del "dominante". La mano de Sexual writer golpeó sus muslos llamándolo y pidiéndole que se sentara encima suyo.

—No tengo mucha imaginación —gimió con un nudo en la garganta— pero esto es un regalo de navidad, sino es suficiente si no es lo que esperaba yo...

—El solo hecho que quisieras pensar en mí para darme un regalo me hace sentir profundamente honrado, pero me causa curiosidad Zeus, antes te horrorizabas con estas cosas ¿Te gustan las medias y los encajes en tu cuerpo?

—Siento que me veo lindo —miró sus piernas y las tocó con delicadeza— la ropa no tiene género, eso me ha dicho usted.

La sonrisa de aquel hombre desnudo en el sillón fue tan sensual que tomó un poco de aire para acercarse aún más. "Esa es la idea, amor, tu goce es el mío, tu seguridad la mía, esto es el mejor regalo que puedan darme" le susurró justo antes que aquel hombre de 1.80 metros se sentara sobre sus muslos y lo mirara de cerca.

—Necesito besarlo.

—"Papá" te está esperando.

Se acostó sobre su cuerpo uniendo sus torsos desnudos, luego lo abrazo por el cuello y lo besó porque era todo lo que quería, cuando su boca estaba con la suya todo era mejor, todos los miedos se esfumaban. Sexual writer le entregaba su lengua y Zeus la chupaba ávidamente.

Con sus manos enormes recorrió su espalda, la curvatura de su trasero y luego sus muslos que terminaban en largas piernas cubiertas por medias.

Pero sabía que iba a enloquecerlo el hecho de sostener el plug para adentrarlo y sacarlo de forma repetitiva. Retorció los dedos de sus pies mientras más hacía sonidos con su boca, su pene hinchado tiró de su ropa interior y como pudo lo sostuvo para que se refregara contra el de S.W.

—Busca tu propio placer —masculló contra su mejilla.

Jungwoo no dudó en hacerle caso, escondió el rostro en ese cuello y dejó que su cadera se retorciera contra la entrepierna de ese hombre, dejó que le quitara el plug y empezara a penetrarlo con sus dedos.

Empezaba a ser estimulado en varias direcciones, su miembro teniendo fricción con el de aquel hombre, su ano tocado por sus dedos y la pierna derecha acariciada con la otra mano.

Sabía que durante la noche podrían practicar cosa un poco más osadas, que lo anudaría de tobillos y muñecas para penetrarlo en posición cucharita, que pinzaría sus pezones, que algunos juguetes sexuales harían lo suyo, pero ahora quería esto simple y modesto.

Solo por unos segundos, solo por esos instantes en los que se tocaban tan cálidamente, hubo un atisbo de perfume que le hizo pensar en Wong Yukhei. Solo por ese instante dejó que su mente fluyera y le diera un poco de los buenos resultados de la imaginación.

¿Y qué si esos dedos largos, esos besos húmedos y esos abrazos hubieran sido de él? Recordó aquella noche en la que se emborrachó y había deseado besarlo, pensó en eso, en el que Yukhei lo estaba disfrutando escondidas en el departamento.

—Aaaahhh.

Y se sintió culpable por disfrutarlo, por desear que eso se hiciera realidad. Era una perra.

Se aturdió cuando las caricias se detuvieron y los besos dejaron de ser eso. Sexual Writer estaba peinando su cabellera mojada con ternura, pero le indicó hacia el sector donde había dejado su ropa doblada.

—Cariño, ha estado sonando desde hace unos minutos.

—¿Qué?

Mierda, no podía pensar bien con su pene tan duro como una piedra y el de aquel hombre rozándolo. Meneó la cabeza y caminó hacia ese sector diciendo palabras vulgares, no podía creer que habían interrumpido su momento de "gloria" y placer personal.

Sostuvo su teléfono, 3 llamadas perdidas de la señorita Tucker, 2 de un número desconocido, todas en menos de 10 minutos.

—Pero que... —mientras sostenía el aparato la llamada entrante de Hellen Tucker apareció de nuevo— se... señorita Tucker, soy yo, Jungwoo dígame que...

Y Yukhei, aún oculto bajo su personaje de Sexual Writer, observó todo desde el sofá tántrico. Saltó de inmediato cuando a Jungwoo las piernas le fallaron y se cayó de rodillas al suelo mientras balbuceaba.

El teléfono se cayó de sus manos y cuando trató de recogerlo volvió a resbalarse, sus emociones explotaron cuando empezó a sollozar como un niño cuando trató de correr hacia la puerta.

—Cariño ¡No puedes salir semidesnudo! ven, ven ¡Zeus! —lo tomó de los codos, pero este se sacudió desesperado.

—¡Es mi papá! ¡Es mi papá! tengo que ir al hospital ¡TENGO QUE IRA VER A MI PAPÁ!

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