Capítulo 31
Un par de días después nos desplazamos hacia Nueva York, donde sería la segunda ceremonia del premio al que estaba nominado Karma. Ese día llegamos temprano, sin embargo, yo quise pasármela descansando durante todas las horas restantes junto a la noche por mis horribles traumas con los aviones. ¡No importaba que solo hubiera sido cinco horas y media! El trauma seguía.
Así que como en Hollywood, fue hasta el día siguiente en el que quise salir a conocer todo el lugar. Karma ya estaba más dispuesto a acompañarme que antes.
Así que al principio simplemente andábamos caminando por las amplias calles Newyorkinas, conmigo fotografiando hasta la más mínima cosa porque para mí estar en Estados Unidos era la mismísima gloria.
Me impresionaba tanto el exceso de edificios y comercio, era fascinante para mí, aunque me recuerda mucho a Tokyo en cierta parte. Me gustaba ver los cientos de anuncios y pantallas que había en casi todos los edificios.
Edificios tan altos que me dolía algo el cuello por intentar ver la punta de estos, pero de cierta forma ya estaba acostumbrado por tener a un edificio andante justo a mi lado.
—Nagisa, ¿quieres comer un hot dog? —señaló Karma uno de aquellos puestos, los cuales antes sólo había logrado ver en películas y series estadounidenses.
—¡Sí, sí quiero! —salté emocionado. Pues, en Japón pocas habían sido las ocasiones en las que probé aquella comida rápida y no desperdiciaría la oportunidad de probarla directamente desde su país de origen.
Karma compró uno para cada uno y yo lo comí con tanta alegría y encanto. Sabía delicioso a pesar de todo lo que tenía.
Continuamos caminando mientras comíamos nuestros hot dogs y hablábamos durante el camino.
—¿Por qué nunca pensaste traerme una comida como estas en tu último viaje? —hice un puchero.
—No sabría bien después de un viaje de tantas horas y no será necesario que te traiga algo porque pienso llevarte conmigo en viajes como este.
Su última declaración me hizo sonrojar, por lo que lo disimulé dándole una lenta mordida a mi comida, pero no funcionó porque Karma ya se estaba riendo.
Después de estar caminando unas horas más, volvimos al hotel al anochecer cansados por esta misma causa. El día siguiente tendría una sesión de fotos. Ya que Konori y yo nos habíamos hecho amigos, le conté de mi venida a Estados Unidos y él me habló sobre una amiga que reside aquí y que es una muy buena fotógrafa. Por lo que, hablamos con el jefe para que me permitiera realizar aquella sesión de fotos.
•••
—Nagisa, despierta —lo mordí suavemente en su cuello, ya que no parecía que tuviera la intención de levantarse y me extrañaba, pero él mismo se buscó una sesión de fotos a tan tempranas horas.
Luego de unos cinco minutos se levantó y empezó a alistarse junto a mí, ya más animado por conocer a la amiga de su compañero, que no terminaba de caerme tan bien por lo que le hizo a Nagisa en el pasado. No logro comprender como tiene un corazón tan grande y puro, capaz de perdonar a quien sea, yo simplemente no podría, no me lo permitiría.
Cuando estuvimos listos, salimos del hotel y caminamos hasta el estudio en el que estaría aquella fotógrafa. El lugar realmente estaba a pocos pasos de nosotros.
—Oh, tú debes ser Nagisa Shiota. Eres más lindo de lo que Konori describió —dijo la fotógrafa justo al vernos. Qué confianzudos eran los estadounidenses
—Sí, soy yo —él hizo una leve reverencia. Olvidé decirle que no era necesario aquí, pero ya era muy tarde—. Un gusto conocerla, Shina-san.
—No es necesario usar honoríficos. Aquí no hacemos eso —rio sacando la cámara de su estuche—. Y bien, ¿empezamos?
Nagisa asintió y yo me hice a un lado para no estorbar, como era también costumbre en Japón cada vez que lo acompañaba a sus sesiones de fotos.
Luego de acomodar mejor las cosas como iluminación y escenografía, el flash de la cámara empezó a aparecer. Nagisa siempre se veía tan lindo en cada pose. Siempre pensaba que él había nacido para esto.
—Karma, sosténme esto un momento, por favor —me extendió el abrigo que traía puesto y yo lo tomé, pero la voz de la chica no me hizo retirarme de él del todo.
—Amigos, ¿ustedes son pareja? —fue lo que preguntó y era algo inusual que las personas pensaran eso.
Miré a Nagisa para saber si responder o no, si mentir o si decir algo; pero se adelantó él mismo respondiendo.
—S-Sí —asintió también y el chillido agudo de la fotógrafa por poco y me deja aturdido.
—Entonces ambos posen frente a la cámara. Debo sacarles fotos juntos como pareja.
—No, no, no quiero que esto estropee la carrera de Karma como director. Gracias —negó también Nagisa con sus manos.
—No importa —dije—. De todas formas hace tiempo estaba pensando hacer pública nuestra relación. Solo que quiero saber antes qué piensas.
—Ah, como sea.
—Entonces déjenme sacar esas fotos —chilló Shina de nuevo emocionada y Nagisa no se negó a las fotografías, por lo que lo tomé de la cintura empezando a posar con él frente a la cámara.
Empezaba a acostumbrarme a los gritos de la estadounidense con cada distinta pose. Incluso yo besaba, tocaba o abrazaba a Nagisa. Estaba tan emocionado por crear un álbum de fotografías solo con él y el resultado fue todo un éxito sinceramente.
•••
La segunda noche de premios había llegado y estaba emocionado por la posibilidad de ganarlo. Aunque si no era así, me sentiría de todas formas feliz por haber conseguido el primero.
Llegamos con Nagisa al lugar. Ninguno había estado aquí, por lo que no nos terminábamos de acostumbrar a la amplitud de estos salones. Solo que a diferencia del primero, no había mesas ni comida, sino sillas por hileras. Algo parecido a un teatro, pero mucho más moderno.
Tomé a Nagisa de la mano llevándolo conmigo a los asientos que nos asignaron y nos sentamos. Esta vez no habría compañeros míos de algún filme porque el premio se trataba de mí, no de ninguna película. Pero me sentía muy feliz al menos con la compañía de la persona que más amo en el mundo.
—Tengo tanta fe en que ganarás este también —dijo Nagisa entrelazando sus dedos con los míos. Me conmoví tanto que no pude contenerme a robarle un rápido beso.
—Gracias, amor.
Esta vez fue un presentador quien abrió el evento. Empezó así, con la categoría de mejor actor, siguiendo con la de mejor interpretación y otras más, a las que sinceramente no les presté mucha atención ya que obviamente mi emoción estaba centrada en mi nominación y en Nagisa también. Eso no lo niego.
—Mejor director —dijo finalmente el presentador luego de tan desesperantes y ansiosos minutos. Empezó a nombrar a los nominados, además de a mí. Cuando por fin miró el sobre con el nombre del ganador plasmado en él.
—Serás tú, Karma —decía Nagisa. Lo notaba tan animado como yo lo estaba.
El presentador miró al público por unos segundos y dijo:—. El premio Vral para el mejor director es para... —hizo el típico suspenso en presentadores como él—. ¡Karma Akabane!
—¡Ganaste, Karma! ¡Ve por tu premio! ¡Ve, ve! —Nagisa me empujaba totalmente emocionado y me levanté de mi asiento para caminar hasta el escenario, donde tuve que subir unas cuantas escaleras. La multitud era demasiada, casi como la de la última vez. Me sentía feliz porque tantas personas presenciaran mi logro.
Recibí el Vral que me extendió el presentador, tomando después el micrófono para dar mis palabras.
—Buenas noches a todos. Es un honor estar aquí y más por haber sido ganador, agradezco el apoyo de tantas personas que han valorado mi trabajo como director. Con esto puedo decir que ya es todo un sueño cumplido —sonreí sosteniendo mejor el premio en mi mano—. Pero no solo quiero agradecerles a aquellos que me han brindado una mano, sino a una persona demasiado especial para mí. Es de quien he estado enamorado desde hace mucho tiempo y quien es mi pareja también actualmente —fijé mi mirada en Nagisa, quien me veía sorprendido, pero conmovido al mismo tiempo—. Las experiencias que he tenido a su lado me han hecho mejorar sinceramente, su apoyo me inspira en los proyectos que he hecho después de haberlo conocido y su aporte en mi vida la ha cambiado y convertido en algo mucho mejor. Por eso quiero agradecer a mi pareja —levanté el premio en el aire y con algo de fuerza grité—. ¡Gracias, Nagisa!
Recibí un gran aplauso por parte del público y bajé del escenario. En mi caminata hacia los asientos oía a las personas murmurar cosas respecto a lo que dije al estar sobre el escenario.
—»¿Quién es Nagisa? «.
—»¿Será un hombre o una mujer? «.
—»Me suena de alguna parte «.
Ignoré todo lo que decían. Después de todo ya había hecho pública mi relación con él y en algún momento debía pasar.
Me senté a su lado al llegar, aún oyendo a gente hablando a nuestro alrededor, que luego se calló por la voz del presentador al ir con la siguiente categoría.
—Karma, ¿por qué hiciste eso?
—Porque no es más que la verdad, cariño. Además, me dijiste que no te molestaba hacer pública nuestra relación.
—¡Nunca te dije eso! —estaba alarmado—. ¡Nunca te dije que sí, pero tampoco que no!
—Ah, ya qué —alcé mis hombros—. Deberías sentirte feliz porque te hubiera dedicado mi premio. Pude haberlo hecho con cualquier otra persona, pero te escogí a ti y no lo valoras.
—¡Lo siento! —me abrazó con fuerza y dejé el premio sobre el suelo para corresponder a su abrazo—. De verdad gracias, Karma. Yo te debo más cosas que tú a mí, pero estoy muy feliz por ti.
—Tan solo saberlo me hace sentir mucho mejor.
Me separé y lo besé varias veces para después darme cuenta de que más de una cámara tenía el lente puesto en nosotros dos.
Hola, de verdad lamento no haber publicado el miércoles pasado. En primer lugar, lo olvidé y luego pensé en reservar este capítulo para hoy.
Tal vez en algunos países ya sea más de las doce, pero por lo menos aquí ya casi es media noche, así que ¡feliz navidad! Ah, qué digo, ya no me emociona esta festividad de mierda desde que dejaron de darme regalos, pero aun así espero que la estén pasando bien. Por mi parte, este es mi regalo de navidad para ustedes, no sé si de Rolyat lo sea, pero mío sí.
Y pues nada, hasta el próximo miércoles fijo. Disfruten los tamales y el pavo. ❤
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