Capítulo 29
Recién llegaba de mi trabajo con algo de agotamiento. Por suerte mi adorable novio no tenía actividad laboral en este día, por lo que podía recibir de todo su cariño cada vez que terminaba mi jornada con cansancio.
Me lancé a la cama boca abajo apenas saludé a Nagisa y quería tanto descansar que ni quise quitarme mi uniforme antes de hacerlo.
Pero algo me inquietaba... Aunque no pudiera verlo directamente, notaba a Nagisa mirándome fijamente desde el marco de la puerta de nuestra habitación. Sentía que no era su típica mirada y eso, de cierta forma, me estaba intimidando y poniendo los pelos de punta.
Oi sus pasos acercarse, tomándomelo con normalidad. ¡Pero lo extraño vino cuando empezó a tocarme el trasero! Ya entendía por qué debía estar preocupado y que en realidad no me estaba mirando a mí como tal, sino a mi retaguardia.
—Ay, Karma —oí cómo soltaba un suspiro. De esos cuando algo le gusta o enamora—. Me gusta cómo te ves con tu ropa de trabajo. En especial tu trasero... —cambió su tono de voz en la última parte. Nunca lo había oído hablar de esa forma... o, creo que sí. ¿No usaba acaso ese tipo de tono en sus antiguos vídeos porno heterosexuales?
—¿Qué piensas hacer, Nagisa?
—Es que... me ha dado u-una... —supuse que se había puesto nervioso y sin siquiera tener que verlo—... una erección.
Tenía el presentimiento de que esta vez sería distinto a lo de siempre. Nunca iniciábamos con el tocándome ni halagándome. Maldición, seguramente iba a darme tan bien como a todas esas mujeres en sus antiguos vídeos y quizá tener ese privilegio por primera vez, me emocionaba.
—Haz lo que quieras —volteé mi rostro para verlo de reojo con una sonrisa—. Siento que quieres probar algo nuevo, así que adelante. No veo problema con eso —me impresioné a mí mismo por no haber titubeado ya que esto también me avergonzaba un poco. No sabía lo que él fuera a hacer y estaba nervioso ¿para qué negarlo?
—¡¿En serio?! —gritó alegre y yo asentí. Sacrificaría mi cansancio del día para hacerlo feliz. Después de todo lo amaba y también... Ah, hace mucho no teníamos intimidad.
Nagisa me dejó boca abajo aún y agarró mi cinturón, desabrochándolo, para bajar mis pantalones. Sabía que estaba desesperado, sin embargo, lo hacía despacio, al igual que con mi ropa interior unos segundos después. Sentía su aliento cercano a uno de mis glúteos, siendo este reemplazado por sus dientes dejando una fuerte marca. Me quejé por el dolor.
—Lo siento, siempre había querido hacer eso.
—Sé más cuidadoso conmigo, por favor —me cubrí el rostro con las manos por lo ridículo que había sonado eso, pero a Nagisa le gustó.
Con más cuidado, Nagisa siguió dejando marcas por todo mi trasero y parte de mi espalda. A él de verdad le gustaba hacerlo y yo empezaba a tener el gusto por ello.
Me dio la vuelta y se sentó sobre mi vientre. Por segunda vez en mi llegada me besó, se notaba bastante que hasta en los besos quería dominarme. Torpemente puse mis brazos tras su cuello correspondiendo al necesitado ritmo de mi pareja. Luego de unos segundos él estaba mordiendo mi labio inferior hasta jalar un poco de él, ya sabía con qué intención. Abrí mi boca y tras eso nuestras lenguas chocaron recorriéndose mutuamente. Dejé que Nagisa ganara en esa batalla para que se diera su momento.
Aún con nuestras lenguas jugando, sentí las manos de Nagisa bajar hasta mi pecho. Desabotonaba la camisa blanca manga larga que traía puesta del trabajo. Lo hacía rápido, impresionantemente sin siquiera tener que ver para hacerlo.
Cuando terminó empezó a bajar sus besos hasta mi cuello. La sensación de eso era desconocida, pero curiosa y emocionante. Lo fue más cuando cambiaron a mordidas, que me obligaron a suspirar levemente. ¡Hasta yo me sorprendí de lo extraño que sonaba eso!
—Qué lindo ser el primero en oírte así, en esta situación. Yo también debo marcarte —me besó y siguió con su camino de mordidas hasta mi pecho. Cuando observó mis pezones, les dio atención por lo —inconscientemente— erectos que se habían puesto.
Cerré mis ojos. Se sentía bien, pero no me podía dejar de sentir avergonzado por las seguramente extrañas muecas que estaba haciendo y siendo mi primera vez así, era obvio que pasaría algo como esto.
Después de que Nagisa me tuvo jadeando por tener su lengua y manos en mis pezones, siguió hasta mi torso —que igualmente— marcó tal cual como había hecho antes. Me sentí peor cuando vio mi tan evidente erección. Tanto que giré mi rostro hacia un lado para que tampoco notara mi sonrojo.
Tocó mi pene levemente y sabía que lo hizo para molestarme, pero no hice nada para no sentirme aun más avergonzado. De la nada tomo mis piernas y las abrió.
Tenía miedo, pero después de pensar que había hecho sentir bien a tantas mujeres, ¿por qué no debía ser igual conmigo? Hasta tenía la certeza de que conmigo sería diferente.
Empezó a masturbar mi miembro mientras que al mismo tiempo sus ya húmedos dedos rozaban mi entrada tímidamente.
¿Estaba asustado?
—¿Tienes miedo, Nagisa? —pregunté al sentir que se detuvo y por darme cuenta de su extraña expresión facial.
—Ah, solo no quiero hacerte daño —suspiró y eso me hizo sentir un poco menos confiado de sus habilidades en la cama.
—No digas eso, me asustas... —lo miré nuevamente—. No creo que v-vayas a lastimarme. Después de todo he visto tus vídeos y confío en lo que haces —le brindé una sonrisa.
Él asintió y tal parecía que mis palabras lo hicieron sentir mejor porque ya empezaba a sentir la punta de un primer dedo entrando. Temblé por la ansiedad y cierto miedo, pero lo disimulé un poco para que Nagisa no se sintiera como lo hizo recientemente.
Sin embargo, me fue inevitable quejarme del dolor que se hacía más constante. Nagisa no paró, más bien me masturbaba y supuse que para hacerme sentir mejor. Lo cual estaba funcionando.
—Relájate un poco, Karma. Así podrás sentirte bien, amor.
Asentí y solo bastaron unos segundos para que la molestia se fuera. Unos minutos más y los tres dedos de Nagisa ya embestían mi interior sin problema alguno. Hasta se sentía bastante bien, me gustaba.
—Voy a entrar, Karma.
Asentí con algo de nervios por lo que estaría por sentir, pero era vergonzoso decir que también lo anhelaba. Hasta debo admitir que en mis momentos viendo los vídeos de Nagisa, me había imaginado siendo penetrado por él mismo. Podría decirse que también estaba esperando por algo así, pero más por una relación con él ante todo.
Nagisa delineó su pene en mi entrada y comenzó a meterlo lentamente, pero la espera era algo torturosa. Finalmente ya estaba dentro de mí en su totalidad y era tan... excitante. Me gustaba esta nueva sensación, experimentar con él de esta forma fue buena idea.
—Muévete, por favor —le pedí con cierto desespero.
El comenzó con el vaivén de sus caderas, subiendo y bajando entre las paredes de mi interior. Ambos nos estábamos sintiendo muy bien.
Mis gemidos lo hacían sentir satisfecho y me daba cuenta de eso por la sonrisa que ellos ponían en su rostro. Me ponía feliz hacerlo sentir bien, incluso estando en el papel del pasivo. No me sentía mal que así fuera porque como dije, de cierta forma lo esperé.
Él se inclinó hasta juntar nuestros labios y en medio de sus embestidas nos saboreábamos mutuamente, fuera normalmente o de esos besos franceses que a ambos tanto nos gustaban. Incluso él seguía mordiendo partes de mi cuerpo que solo me hacían gemir más y me ponían más excitado.
—Te a-amo, Karma —me dijo en medio de uno de sus besos. Esas palabras siempre me daban la seguridad de que realmente estábamos haciendo el amor y no era solo sexo casual.
Justo después de que Nagisa impactara con su pene en mi próstata, terminé por correrme y contraje mi entrada a propósito para darle una buena sensación. Por lo que después de subir y bajar un par de veces más en mí ya había eyaculado llenando mi interior con su semen.
Al acabar salió de mi interior para poder recostarse sobre mí, aproveché entonces para abrazarlo.
—Deberías dejarme hacértelo así más seguido, Karma —jadeaba recuperando el aire que hace poco había perdido.
—Lo mismo digo. Deberías dejarme hacértelo —contraataqué de forma burlona.
—Ya veremos.
Nos terminamos acomodando mejor. Con uno al lado del otro bajo las sábanas abrazados. Podría decirse que ya estaba más que agotado, pero no me arrepentía de haber acabado mi día de tal forma con Nagisa.
Hasta tenía ganas de repetirlo, pero de distintas formas después, sin embargo será para otra ocasión, el cansancio me puede más ahora.
Es mi primer lemon NagiKaru :' Me siento escritora puta, no lo malpiensen, puta por escribir cochinadas xD
Sí, ya sabemos que la historia es KarmaGisa. Espero no ver comentarios como: "Ezto no ez Najicaru". "Najiza nho puede ser ceme ajdjbsjdbbdns". Porque sino les agrada esto, entonces pueden irse a leer un montón de historias en las que Nagisa es muy sexualizado^^ (CofcofLovexcofcof).
Por cierto, trolleé¿ a Rolyat con este cap cuando ella iba a editarlo, le dije que era lemon, pero no especifiqué quién iba arriba y quién abajo 😏 Así que se llevó una sorpresa xD Puede que a nadie le importe, pero se nos hizo gracioso.
Y capítulo un día tarde por culpa de Rolyat, como siempre. Me va a pegar por esto, pero sabe que la amo <3
Bueno, hasta la próximaaaaa. Esperemos que miércoles y no jueves xd.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top