I: Conejos.

——Heather——

-¡Hyaaaaaa~!-primer grito en la sala. ¿De quién? De Laura Thotson, hija menor de la familia Thotson, dueña de industrias Thotson y blah blah blah.

El punto es que el pastel de frambuesas volador hizo su trabajo y ahora la mora y el sirope de chocolate destilaban por su sedoso y bien planchado uniforme que por cierto es tan acalorado que hierve hasta donde no llega la luz.

Todas las presentes voltearon hacía mi como si fuera la única capaz en hacer tal gracia.

Oh, es verdad, si soy la única.

- ¡Guerra de bocadillos voladores!-grite a todo pulmón y lancé mi siguiente munición a mi próxima víctima, Sabrina Sciot. La verdad no tengo ni la mas mínima idea de quien sea la tipa pera bah...

Enseguida algunas chicas de grado inferior que parecían conservar algo de sentido de la diversión continuaron el juego y ahora la amena, tranquila y jodida hora del té era mi escenario de locura.

Las divas gritaban y se movían como conejos ciegos, chocando con todo mientras miraban horrorizadas sus prendas manchadas.

Mis secuaces, pupilas, bella y reservadas niñas en camino al fujoshismo-palabra inventada por mi, creo-lanzaban bocadillos a diestra y siniestra mientras yo veía orgullosa la escena.

Era tan parecida a la de un instituto normal que casi salto de felicidad... Hasta que la vieja teñida llego rebotando sus melones, agh.

- ¡señoritas!-llamo intentando controlar a las conejas pendejas-. ¡Mantengan la calma!

Y así siguió 15 minutos más hasta que logró mantenerlas acorraladas en un solo lugar mientras sollozaban por sus pobre y estúpidos uniformes.

Enseguida dirigió su mirada hacía mi y si éstas matarán, ya estaría seis metros bajo tierra.

- Señorita Sindei, tendremos que llamar a su representante-Y aquí vamos de nuevo.

* * *

Me encontraba sentada en unos bancos frente a la oficina del director, esperando a que Nube, mi madrastra-alias: ¡tengo que ponerle uno!-saliera del despacho.

Observé entonces detalladamente mi manchado uniforme.

¿Con quien debería emparejar al director Franklin?-Pensé tan fuera de lugar como siempre.

Ese hombre, era de seguro la personificación de disciplina, tamaño hobbit, porque sí, mide 1,50 cm el jodido enano.

¿Con un masoquista o algo por el estiló?- me auto pregunte, el hombrecillo de cabellos perfecta y simétricamente grafilados color azabache, y ojos color avellana era ese tipo de persona te hace respingar con solo la presencia, y eso le agradaba.

Crucé mis brazos y pegué la cabeza a la pared, y esta se pegó a ella por el caramelo esparcido en mi cabello.

Puta mierda. Bufé molesta y empecé a forcejar entre quejidos. finalmente la despegue dejando caramelo y algunos cabellos dorados pegados a la pared.

Joder carajo, ¡Iba a quedar calva! ¿a quien le pasa esto? ¡por Zeus!

- Eso sera difícil de quitar- escuche una voz familiar y vire mi rostro.
Se trataba de Josep, el conserje-alias: blue-un tipo difícil de ver durante las horas de clase. ¿Razon? Era un hombre, cero hombres en un internado de chicas, y no estaba de mas decirlo, pero uno bien guapo.

Pero yo como fujoshi, mi sentido del acoso no es normal y se hasta donde vive, sumando el hecho de que me eh quedado acá varías veces esperando a Nube, cuando llaman a mi representante y púes, hablar es lo mío.

- Holi-saludé-, Blue.

- Buenas tardes señorita desastre.

Saludó con una sonrisa y rodé mis ojos. Entonces un pensamiento cruzó mi cerebro y me abalance hacía él e hice una pequeña revisión.

- Hey ¡hey!- exclamó mientras medía el ancho de su cadera y me apartó.

- ¿No te puedes quedar quieto?- chille.

- ¡¿Pero que rayos haces?!

No le respondí nada y terminé por observarlo detenidamente.

Alto, muy alto. Piel tostada, ojos azúl oscuro y cabello de la misma tonalidad.

Solo faltaba comprobar algo, así que sin pensarlo mucho me dirigí hasta su brazo y lo mordí.

Él ni se inmutó y me miro como si fuera un alíen -cosa que estoy empezando a considerar-a lo que lo solté.

- ¿Que fue eso?-preguntó sin siquiera ver la marca dejada por mí en su brazo.

Algo me decía que ese dolor no le desagradaba. Él era el perfecto. ¡Mi sentido fujoshi jamás me fallaba!

- Dime Blue-dije cruzando mis brazos-, ¿alguna vez has considerado la posibilidad de ser azotado por el director Merri?

Su cara se desencajó y su boca se abrió ligeramente.

- ¿Que?-fue lo único que pudo articular.

- ¡Piensalo un poco! Ser llevado al orgasmo a través de un poco de dolor...¡Podria prestarte uno de mis mangas sadoma--

Él me tapo la boca avergonzado, y sonrojado, aún que su piel fuera tostada, podía distinguirse un tenue rojo en sus pómulos.

¡Se estaba imaginando todo!

- Ya, mejor calla-musitó nervioso-. Ya buscaré algo para sacar ese desastre de la pared.

Y se fue avergonzado. Interesante descubrimiento.

Digo, una persona normal, o una no-masoquista se aterraria con el hecho, y él se sonrojaba pensándolo. ¡Era algo! ¿no?

Me reí como retrasada unos segundos mientras limpiaba mi nariz que empezaba a gotear por cosas...que ustedes piensan...siempre. Yo lo sé hermanas, ustedes lo hacen.

- ¡Oh! Valla...¿Pero que tenemos aquí?- escuché un chirrido molesto que me sacó de mis dulces pensamientos. Alce mi mirada azulina para encontrar la café de Edna.- ¡Cariño! ¿que ha pasado contigo? Digo, es como sí tu belleza se hubiera vuelto estrambótica, ¡ah! Cierto, tu no tienes. Ja ja ja.

Dijo intentando hacer sarcasmo pero no, no le salió.

El sarcasmo es toda una arte y ella estaba blasfemando.

- ¡Oh, querida!-dije alzando mis manos delicadamente-. Los pandicornios han estado cagando nutella en el invernadero y pues, no eh llevado mi sombrilla repela mierda.

Enseguida una mueca de desagrado se formó en cara.

- No sea tan vulgar jovencita- escuche otra voz, la reina de los chillidos estaba aquí.

- Debería traer mi sombrilla mas seguido y meterselas por donde no llega la luz...-susurre para mí pero sus oídos de cuaima entrenados para los chisme eran otras arte que nunca eh podido aprender y me escucharon, poniendo una cara de trauma (Ese trauma zukulentho) como si les hubiera reproducido un CD drama hard de esos que escuchas hasta el lubricante hacer su trabajo.

- N-no-musito roja-, ¡No puedo creer lo que eh acabado de escuchar!

- ¡Señorita Sindai!

Enseguida rodé los ojos y ví como Nube finalmente salía del despacho.

La tomé del brazo y arranqué a toda velocidad hacía la salida con ella arrastrada por mí.

Una vez estuvimos en frente de la escuela, una limusina estacionó y sin dar tiempo a Mario, el chofer-alias: fontanero tatuado- abrí la puerta, me introduje y arrastre a Nube adentro.

Una vez el vehículo hecho marcha, solté un largo suspiro de alivio.

¡libre soy! ¡libre soy! ¡el plástico no me ahogara!

Sonreí para mí misma pensando en mi acogedor hogar, y ahí fue cuando me encontré con la mirada dorada de Nube quién le veía con el entrecejo fruncido.

Se avecinaba una tormenta, Nube no están de humor.

- Eh...¿lindo día, no?-eres una genia Heather.

- ¿Me puedes explicar esto?-preguntó de manera exasperada y me señaló de arriba abajo.

- ¿Esto?-pregunte señalando el uniforme-, una blasfemia a la moda.

Ella suspiró y rodó los ojos.

Vamos, quizá sea una descuidada con mi apariencia que parece un mapache violador en sus días, pero de ropa sabía.

- Hablo en serio Heater, cariño- dijo está vez con un tono mas maternal-. Es la tercera vez que nos llaman por alguna travesura tuya. En el mes.

Recalco por alguna razón la frase "en el mes"

Dirigí mi mirada azulina al paisaje urbano reflejado en la ventana.
Si bien Nube no era mi madre, la consideraba como algo parecido.

A la final la mía, el saber donde estaba...me interesaba poco, quizá tanto como yo le interesé a ella.

- Lo siento-murmure entre dientes.- ¡Pero mira que tengo la razón cuándo digo que ese instituto es la cosa mas aburrida jamás creada! digo ¿a quien cojones le gusta tomar el té durante toda la jodida tarde? ¡emezare a repugnarlo!

Una pequeña curva se formó en los labios de Nube, y aunque la quiso disimular, la pude captar.
Justó lo que buscaba.

- Entiendo eso pequeña-dijo mirando la ventana a igual que yo-. Solo espera una semanas mas cariño, ya Hazel y Aaron irán a hacerte compañía.

Hazel era un intento de prometido, y Aaron el hijo de Nube.

- Oh seh yeah-dije haciendo una morisqueta además de mi baile de victoria que consistía en alzar los brazos y mover la planicie donde debía ir mi trasero.

Aunque sentada era básicamente restregar el culo al sofá del vehículo...

En fin, alce la mirada por la ventana y me percaté de que ya casi llegábamos al Waffle diabético, bautizado así por su singular estructura algo curva y color pastel, sumando todos los brillos que destellaban de el de día y noche mas algunos toques de colores brillantes, parecía haber pasado por una lluvia de azúcar y caramelos.

Cada hotel de Papú tiene una temática diferente, y este era la casa de la bruja del cuento de Hazel y Gretel.

Siendo Hazel, Hazel-conejo-chan, Nube, Gretel, yo como la bruja malvada y Aaron un tipo en tanga...

Ya que mi cuento es a mi manera y punto.

Llegamos al estacionamiento y justo después de que la limo se aparcara, baje como alma que persigue el diablo hacia mi casa, en el ultimo piso del Waffle. Un penhouse acomodado Y modificado para el perfecto vivir de cuatro personitas.

Una vez atravesé las pesadas pero elegantes puertas del caoba me encontré con Esteban, el mayordomo-alias: Sebastian-un tipo que no pasaba los 30.

- ¡Holitas!-yo y mi seriedad.

- Buenas tarde señorita Heather, bienvenida a casa.

- Gracias, ¿Sabes dónde están Hazel y Aaron?

- El señorito Hazel está preparándose para una importante reunión de negocios, y el joven Aaron esta haciendo preparativos para la donación al refugio de animales...

- Uhm...ok, ¡Gracias Sebas!

Dije corriendo hacia mi habitación. No era Sebastian-rompe-ovarioas-sama de Kuroshitsuji, pero su cuerpo esbelto, cabello negro grafilado y ojos café creaban esa sensación de tenerlo cerca, además de ser un perfecto uke para el fontanero tatuado, un tipo buenorro, castaño ojos cafe (no, no es MarioBros)

Ahora a buscar a Hazel y a Aaron. Esos dos solo me llevaban un mísero año (bueno, Aaron dos) y ya parecían viejos en los negocios.

Ya en mi habitación me saque el caluroso uniforme deseando quemarlo pero pensando que soló sería una semana mas antes de que lo cambiarán por la llegada de más miembros con esa cosa entre las piernas que tanto les envidio.

Me puse algo ligero, tomé una toalla y camine hacia el baño grande de la casa, el que tenia casi un spa imnecesario adentro.

Tome la manilla de la puerta, le di vuelta y me percate del vapor que había dentro del lugar.

Lo espante un poco, y contemplé una de esas escenas que me hacen sentir la fujoshi afortunada que soy y con los ovarios a mil.

Hazel, un chico rubio por naturaleza, delgado pero tonificado, ojos verde esmeralda, conejo mayor y verdadero divo de la casa, forcejeaba un poco contra Aaron, mi hermanastro sobrante de pectorales, perfecto abdomen para embarrar con nutella, pelirrojo ojos dorados; en la misma bañera, desnudos, mojados, y con un ejercito de conejos saltando por todos lados.

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Holitas c:
Ya se, no es fin de semana, pero estuve castigada hasta ahora y no había podido tomar mi celular o algo que me conectara a WiFi desde el jueves c':

(Nunca jamas le hagan un broma pesada a su prima mayor es su días c':)

Lo bueno es que aprendo que el huevo hace bien al cabello c':

¡Ya aparecieron los conejos!
¿Que estarían haciendo esos dos?
Hehehehe 7u7 ¡descubralo en los próximos capítulos! *inserta voz de comercial*

Para compezar mi retraso haré un capitulo mas o dos antes del fin de semana (donde subire el respectivo capitulo semanal) pero dejenme dormir un par de horitas c:

¡Gracias por leer, votar y cometar!

Los hamo (づ ̄ ³ ̄)づ

Bye...

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