Capítulo XIX: Gomita
—Ah! tengo tanto sueño.
—Mmh.
Ambos estaban todavía en la cama desparramados. En días como estos donde el invierno se sentía cada día más a fondo no tenían ánimos para hacer nada. Ayer habían vuelto juntos de la escuela, habían merendado en una pastelería y luego siguieron derecho hacia la casa de Jimin. Estaban solos, como de costumbre la madre de Jimin en sus interminables turnos de enfermera, pero ya era prácticamente como el segundo hogar de Yoongi así que no había problema.
Su segunda casa.
Jimin pensaba que debían estar rondando las 08:13 de la mañana, todavía demasiado frío y gris el día. Parecía que llovería.
Suspirando y torciendo su cuerpo en un estirón delicioso giró sobre su estómago en dirección a Yoongi quien seguía tumbado boca arriba pero con los ojos cerrados.
Sabía que estaba despierto por la forma de respirar y porque novia los dedos de su mano derecha. Un extraño hábito que había tenido desde siempre.
Sonriendo por su malvado plan, Jimin se arrastró como un gusano hasta quedar arriba del pecho del mayor y junto sus manos, apoyando así su barbilla para mirar a su novio con esos ojitos manipuladores.
Yoongi solo abrió uno de sus ojos y miro en su dirección con esa mirada que decía es-muy-temprano-no-jodas. Aunque solo le duró unos segundos, luego suspiró y bajo su mano libre hasta los cabellos un poco locos del menor y comenzó a acariciarlos. Jimin sonrió, satisfecho de sí mismo, y acomodo su cara a un costado del cuello contrario para luego rodear la cadera ajena con sus piernas y continuar con una de sus manos acariciando el lado libre del cuello de Yoon.
Dejó escapar un ruidito contento cuando la otra mano libre bajo a sobar su culo de forma cariñosa, dejándolo completamente relajado.
Ah~ que buen novio era su Yoongi.
—Te amo mucho, mucho, muchito.- dijo mientras presionaba besos por el cuello pálido-. ¿Tu me amas?
—Si, bebé. Te amo también.
Jimin miró hacia arriba y observo la sonrisa de gomita. Sonriendo también, orgulloso de ser dueño de esa sonrisa.
Un trueno resonó por algún lado antes de que Yoongi soltara un bostezó.
—Ah Minnie, tengo mucho sueño. Ven acércate un poquito más y abrázame.
-unas palmaditas recibió su trasero- Dormiremos un rato más y luego desayunaremos. Tengo mucha flojera.
Soltó unas risitas bobas mientras abrazaba aún más fuerte a Yoon y comenzaba a repartir besos por su mandíbula y mejillas. Una mano fuerte se agarro de su muslo y lo sujeto hasta dejarlo completamente arriba de si. Jimin sonrió, riendo aún más y disfrutando de las caricias que dejaban las pálidas manos en su espalda. Una de las manos se coló por debajo de su pijama y comenzó a rascar su espalda solo porque si.
Todavía las pesadas y abrigadas mantas color violeta estaban sobre ellos, solo sus torsos cubierto por los pijamas quedaban a la vista. La habitación seguía a oscuras salvo por la luz que entraba gracias a la ventana.
Jimin se sentía tan bien. Tan relajado y amado.
Yoongi se sentía satisfecho y Feliz teniendo a su bebé encima suyo, dando y recibiendo caricias.
Una nariz empezó a molestar en la mejilla regordeta y sonrosada, haciéndole cosquillas y molestando de forma graciosa. Despegó su frente del cuello contrario y lo miro tratando de ocultar su sonrisa.
—¿Que quieres? Intento dormir aquí.
Yoongi lo miró sonriendo, divertido de molestar. —Dame un beso.
—No.- contesto Jimin y volvió a esconder su cara en el cuello de su novio. Aspirando el aroma natural de Yoongi. Luego chillo cuando unas palmas frías tocaron sus glúteos y empezaron a pellizcarlo-. Ay! Tienes las manos frías gatito.
—Dame un beso y las quito.
El menor hizo un pucherito mientras apoyaba sus antebrazos en el pecho amplio y dejaba su rostro a la vista. Se veía tan lindo con las mejillas hinchadas y esa boquita rosada que se arrugaba en un puchero tierno.
Yoongi quería comérselo a besos. Y en verdad podía hacerlo.
—Siempre tienes las manos frías.- Jimin dijo mientras se inclinaba y presionaba un beso en los labios finos.
—Por eso las meto en tu culo. Para que se calienten.
Otra risotada bonita salió de los labios gorditos y Yoongi volvió a presionar sus labios juntos, chupando el inferior unos segundos ante de soltarlo.
—Mi culo no es un calefactor.- sus labios siguieron juntándose-. Y al parecer, tus manos no son lo único que se calienta con mi cuerpo.
El mayor sonrió esta vez de forma más provocadora.
—No. No voy a negarlo.- otro beso y una mordida-. A quien quisiera engañar. Mi chico es el más lindo y sexy de todo el mundo.- el orgullo se sentía en su voz-. Y es todo mío.
Minnie río sonrojado y encantado, viendo la sonrisa de gomita en la cara de Yoongi. Completamente adorable.
Siguieron con la sesión de besos unos momentos más hasta que decidieron que era hora de levantarse y comenzar a preparar el desayuno.
Se amontonaron en el baño y se molestaron el uno al otro mientras se lavaban los dientes y luego bajaron a la cocina.
La casa seguía a oscuras y solitaria. La madre de Jimin no volvía todavía. El turno de 72hs de la mujer tendría que estar terminado a mitad de la mañana.
El hijo suspiró mirando hacia el reloj y luego a la puerta, esperaba que su madre aunque sea hubiese podido desayunar algo.
Un toque en su cadera lo devolvió a la realidad y vio como Yoongi pasaba por su costado para empezar a preparar el café y el decidió que era hora de ayudar también, empezando por buscar los ingredientes para preparar unos panqueques.
Ambos se concentraron en la preparación de su desayuno y no hablaron mucho, más que para pedirse cosas y preguntar por otras.
Todo era muy agradable y cómodo. Suponía que la confianza y el tiempo juntos era el causante de que todo se sintiera correcto.
Para cuando el menor termino de hacer los panqueques y decorarlos con mermelada, Yoongi ya había puesto la mesa y llenado las tazas del café preparado anteriormente. El de Minnie con una lágrima de leche y el de el completamente negro.
Cuando estaba por deslizarse a la silla continua a la de Yoongi una mano tiro de su cintura hasta dejarlo sentado en las piernas contarías. La cara del pálido mostraba una sonrisa traviesa y contenta.
Y así fue como pasó todo el desayuno en el regazo de su novio, mientras desayunaban unos ricos panqueques con café.
Una mañana adorable.
Me extrañaron?
¿Que les gustaría ver en el próximo capítulo? No se olviden de votar y comentar. 💜
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