⊰⊹ 18: Consuelo (in)decente
Cuando otro suave jadeo se le escapa al sentir cómo la lengua de TaeHyun invade su boca, YeonJun se pregunta cómo fue que llegaron hasta este punto.
La respuesta llega rápido.
Las largas manos de TaeHyun se envuelven alrededor de sus caderas para apretarlas ansiosamente, y YeonJun se estremece mientras se adelanta para unir su pecho al de TaeHyun hasta que no hay más distancia que eliminar.
Puede sentir claramente debajo de él la media erección que TaeHyun tanto se esmera en negar. Sin querer escuchar nuevamente el discurso de negación de TaeHyun, YeonJun no dice nada al respecto; en cambio, su cuerpo lo hace, respondiendo a cada toque con el deseo y la lujuria ante los que TaeHyun hace oídos sordos.
Definitivamente, no es algo que creyó que terminaría haciendo después de que su enamoramiento de secundaria rompiera su corazón indirectamente.
En realidad, no es algo que creyó que haría jamás.
Al final del día, lo que TaeHyun pidió no fue acatado y YeonJun terminó hablando del tema nuevamente. TaeHyun no se sorprendió, mucho menos cuando YeonJun volvió a meter su lengua en su garganta. Y YeonJun no se sorprendió de que TaeHyun cediera tan fácilmente: siempre lo hace.
En resumen, pese a que TaeHyun mostró su desacuerdo desde el principio, ambos terminaron haciendo lo que se suponía que no tenían que hacer, con tanta frecuencia que YeonJun empezó a dudar de la supuesta renuencia de TaeHyun, pues no parecía muy en contra de ese tipo de liberación emocional cuando lamía la boca de YeonJun con tanta intensidad. Y eso que sólo ha pasado un día.
Esa fue su rutina durante el día anterior: los ánimos de YeonJun caían hasta el suelo gracias a su decepción amorosa, luego tomaba la talentosa boca de TaeHyun como distracción hasta que realmente olvidaba por qué aún no se quitaban la ropa, y TaeHyun lo apartaba para que YeonJun dejara de tocar su polla por encima de sus pantalones. Luego, trataba de convencerlo de que lo que hacían estaba mal y que debería estar tratando de hablar con SooBin en su lugar. Entonces, YeonJun recordaba la razón de su tristeza y el ciclo se reiniciaba.
Eso hasta que YeonJun se quedó dormido contra el pecho de TaeHyun y este tuvo que llevarlo a su habitación para que ambos pudieran dormir más cómodos.
Ahora, domingo por la noche, YeonJun no ha dejado de sentir este extraño deseo de contacto físico con TaeHyun. Es demasiado repentino y demasiado intenso para entenderlo, así que no trata de hacerlo.
Su mente no se detiene, sin embargo. Ser demasiado consciente del atractivo físico de su mejor amigo y que se sienta como una gata en celo recientemente no evita que se sienta como un idiota. Sabe que TaeHyun tiene razón: no deberían estar haciendo esto. Incluso si no hay algo real entre TaeHyun y BeomGyu, él no debería interferir en la posibilidad de que lo haya con esta decisión tan impulsiva.
Pero, Dios, TaeHyun se ve tan atractivo cuando sube sus anteojos para que no se deslicen por su nariz mientras explica algún otro tipo de sistema informático que está tratando de comprender, que YeonJun no puede simplemente no querer besarlo.
Es entonces cuando piensa que lo que están haciendo no tiene por qué significar algo, no significa que tengan sentimientos por el uno por el otro. Esto puede terminar cuando TaeHyun logre hacer que BeomGyu se comprometa. Además, BeomGyu no tiene por qué enterarse: se trata de un inocente consuelo entre amigos.
-Se te acabó la cerveza -dice TaeHyun cuando se separan para tomar aire.
Sintiéndose insólitamente relajado, YeonJun se recuesta contra el pecho de TaeHyun, abrazándose a él para pasar la nariz por su cuello perfumado.
-¿Uhm? -pronuncia YeonJun, algo ido.
-Que ya no tienes cerveza en tu nevera.
-Había un six-pack ayer.
-Ya no hay.
YeonJun frunce el ceño, levantando la cabeza.
-¿Te lo acabaste anoche? Lo compré para que lo bebieras poco a poco, no en un solo día, idiota. No voy a comprar más.
TaeHyun rueda los ojos, llevando la cabeza de YeonJun de vuelta a su cuello. YeonJun sabe que es para evitar su mirada, pero no se resiste.
-Sólo te estaba avisando.
YeonJun tararea, rindiéndose una vez más ante el varonil aroma de TaeHyun. Relajándose, YeonJun suspira de puro gusto antes de dejar un par de pequeños besos en la zona.
-Más te vale. -YeonJun se permite perderse una vez más en el anhelo que lo consume poco a poco-. Ya has bebido suficiente para todo un mes.
Entonces, siente cómo TaeHyun baja las manos desde sus caderas hasta sus muslos para acariciarlos superficialmente. YeonJun quiere chillar de gozo, apreciando el novedoso y agradable nivel al que su amistad con TaeHyun ha escalado.
Sin embargo, el eco de la voz de la conciencia dentro de la cabeza de YeonJun se hace cada vez más fuerte hasta volverse insoportable.
-Entonces, ¿qué vas a hacer ahora? -pregunta YeonJun al cabo de unos minutos, con su rostro aún enterrado entre el cuello y el hombro de TaeHyun.
-¿Eh?
-Para recuperar a BeomGyu.
TaeHyun se separa un poco, y YeonJun sale de su cómodo escondite para mirarlo de frente.
-Sí, sé que es raro decir esto después de que acabamos de comernos la boca -YeonJun ríe suavemente-, pero tú y yo sabemos que esto no significa nada. Seguimos siendo sólo amigos.
YeonJun sonríe con tranquilidad mientras espera la respuesta afirmativa de TaeHyun. No obstante, lo que recibe es silencio acompañado de una mirada que no sabe procesar.
Su jovialidad flaquea mientras inquiere con voz tensa:
-¿Verdad?
TaeHyun se recompone en ese momento, como si su mente se hubiera ido por un momento, y parpadea, asistiendo.
-Sí, claro.
YeonJun sonríe, aliviado de haberse imaginado la tensión en el ambiente. Entonces, se inclina para besarlo otra vez. TaeHyun se queda absolutamente quieto mientras su mirada se vuelve frenéticamente otra vez, recorriendo todo el rostro de YeonJun.
El timbre resuena en todo el lugar en ese momento, y ambos se sobresaltan.
YeonJun le resta importancia y vuelve a acercarse a TaeHyun, pero TaeHyun lo aparta de su regazo con prisa, como si hubiera estado esperando por hacerlo.
-Yo atiendo -anuncia TaeHyun, levantándose de un salto.
Aún impactado, YeonJun lo ve desparecer tras la pared que separa la sala de estar del recibidor, preguntándose qué carajos acaba de pasar.
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Cuando por fin llega a la puerta, TaeHyun se toma su tiempo para respirar, pues siente que su corazón podría salir disparado de su boca si sigue latiendo de esa manera.
Con su respiración un poco más serena, TaeHyun abre la puerta por fin, sólo para sentir cómo su estómago se congela y luego explota cuando ve a SooBin ahí parado con una ridícula pose de cachorro arrepentido.
Rodando los ojos con fastidio, TaeHyun sale del apartamento, cerrando la puerta detrás de él para que YeonJun no los oiga. La radiante sonrisa imperfecta que aparece instantáneamente en los labios de SooBin hace que TaeHyun quiera golpearlo para eliminar el tonto gesto, pero se paraliza cuando los ojos de SooBin se posan sobre sus labios.
La sonrisa de SooBin cae un poco y alza una ceja. Entonces, TaeHyun se da cuenta: sus labios, aún hormigueantes, definitivamente están hinchados y brillantes con la saliva de un entusiasta YeonJun. Su cabello tampoco es el mejor peinado justo ahora.
Carraspeando, TaeHyun alza el mentón.
-No tengo que disculparme contigo.
Que SooBin sepa que YeonJun y él se han estado besuqueando las últimas dos horas no representa un problema para TaeHyun; no va a darle a SooBin más peso del que ya tiene en la vida de YeonJun.
Sin embargo, sí que representa un problema para él mismo.
En realidad, engancharse tanto con la boca húmeda y caliente de YeonJun no fue su intención en ningún momento. Trató de mantener su opinión sobre la hermosura y la sensualidad YeonJun como sólo eso: una opinión, una que podría olvidar si la empujara lejos cada vez que apareciera, pero es difícil no prestarle atención a algo que está justo frente a tus ojos, mucho más si es la seducción que YeonJun desprende de cada poro de su piel.
Es como si la mera mirada esmeralda de YeonJun lo llamara como miel a las abejas, burlándose de él con su capacidad para alborotar sus hormonas, y TaeHyun siempre terminaba cediendo ante los efectos magnéticos de los finos labios de YeonJun.
Y no sólo eso, sino que, aunque el hecho de que SooBin sepa que TaeHyun ha estado besando al chico al que le ha traído lo que sea que haya en la bolsa que SooBin sostiene no hace que quiera ponerse de rodillas y rogar por su perdón, sí que siente cierta incomodidad demasiado parecida al remordimiento estando bajo el fijo escrutinio de SooBin, como si su mirada conocedora le devolviera de golpe la autoconciencia que TaeHyun había estado ignorando a propósito las últimas veinticuatro horas.
No obstante, pese a lo avergonzado que se encuentra por su propia debilidad por YeonJun, darle explicaciones a SooBin no ha sido ni es una opción.
-No he dicho nada. -SooBin alza las manos como defensa-. Sólo me parece curioso. Ni siquiera me vas a decir que no es lo que parece.
TaeHyun rueda los ojos, pero el gesto se extingue mientras contiene un estremecimiento y el impulso de abrazarse a sí mismo. Sin la calefacción del departamento o el calor de YeonJun contra el suyo, el frío se asienta rápidamente a su alrededor, pese a que la transición hacia la primavera ya está lo suficientemente cerca para que el frío no sea un problema, sobre todo con la tendencia cálida del clima del norte de Carolina.
-No voy a excusarme. -TaeHyun se cruza de brazos-. Esto es tu culpa.
-¿Ah, sí? -SooBin resopla-. Y ¿cómo es esto -Levanta una mano y arrastra su pulgar por el labio inferior de TaeHyun- mi culpa?
TaeHyun aleja su mano de un manotazo, sin estar dispuesto a soportarlo un segundo más. Pese a que quiere maldecir a SooBin inmediatamente, su voz tambalea y él retrocede, carraspeando.
-No lo sé. -TaeHyun hace una mueca, apartando la mirada-. Sólo arréglalo si no quieres que yo de verdad tome tu lugar.
SooBin se apoya contra el marco de la puerta y sonríe de lado.
-Me gustaría ver eso.
TaeHyun siente el comienzo de un tic en su ojo izquierdo. No sabe si es sarcasmo o una insinuación lo que SooBin usa, pero no quiere averiguarlo.
-¿Podrías ser serio por una vez en tu vida? Agradece que te estoy ayudando, porque si lo haces llorar una vez más, juro que te partiré el culo a patadas.
SooBin se encoge de hombros, con su sonrisa aún tirando de sus finos labios mientras declara:
-Puedo lidiar contigo.
TaeHyun aprieta los dientes. De pronto empieza a sentir calor, y cree firmemente que podría ser la rabia haciendo hervir su sangre.
-Eres tan...
-Oye, tengo una pregunta.
TaeHyun se calla ante la interrupción; la repentina seriedad en el rostro de SooBin llama su atención. Algo en la mirada de SooBin cambia mientras se endereza. TaeHyun se inquieta en segundos.
-¿Qué tan cierto es que -SooBin prieta los labios y frunce el ceño- estuviste hablando mierda sobre BeomGyu?
El tono casi amenazante en la voz grave de SooBin hace que un escalofrío recorra de pies a cabeza a TaeHyun antes de que el peso de tales palabras le caiga encima.
-¡Por supuesto que no! ¿Él te dijo eso? -TaeHyun bufa, llevando una mano a su cadera y una a su pecho-. Yo estaba defendiéndolo.
El fijo escrutinio de SooBin tarda un poco en aligerarse, pero TaeHyun se mantiene firme frente a él hasta que lo hace.
-Está bien. Te creo.
-Y deberías. -TaeHyun resopla, rodando los ojos-. ¿Cómo diablos se te ocurre, imbécil?
SooBin lo mira con una expresión
extraña durante un buen par de segundos. TaeHyun espera un reclamo o algo así por la efusividad de su reacción, pero se lleva una sorpresa cuando SooBin no le devuelve el insulto.
-Lo siento. -Una mueca de genuino arrepentimiento aparece en su semblante, sus hombros caen paulatinamente-. Simplemente, odio que BeomGyu llore o que esté triste o cualquier cosa parecida, y creí que tú...
-Está bien, cállate. -TaeHyun rueda los ojos, irritado-. Será mejor que entres. Yo iré a visitar a BeomGyu; al fin y al cabo, sí es mi culpa que esté llorando.
SooBin asiente dócilmente y TaeHyun siente un peculiar sentimiento hincando en su estómago, pero lo ignora y entra en el apartamento, con SooBin pisándole los talones.
No es que esté ansioso por que SooBin haga el papel del príncipe azul de cuento de hadas para que arregle lo que sea que haya hecho mal y recupere a YeonJun, pero TaeHyun sabe que es la decisión más sensata.
O, por lo menos, trata de convencerse de eso mientras descarta cualquier escenario imaginario sobre lo que podría pasar en una reconciliación entre ellos dos.
Cuando llegan a la sala de estar, TaeHyun no se molesta en fingir entusiasmo mientras anuncia:
-Mira quién llegó.
YeonJun levanta la cabeza desde el sofá para verlo, e inmediatamente se endereza al ver quién lo acompaña, con los ojos bien abiertos y los labios temblorosos.
-Muy bien, los dejaré solos para que hablen. -TaeHyun toma sus cosas del perchero-. Yo tengo un par de cosas que hacer.
TaeHyun ignora deliberadamente las poco discretas muecas de súplica que YeonJun lanza en su dirección mientras SooBin lo saluda, y, sintiendo un hueco en el estómago, se dirige hacia la salida sin mirar atrás.
Se dice a sí mismo, con voz débil en el fondo de su mente, que este es un buen momento para dar marcha atrás. Tiene que hacerlo antes de que el toque de YeonJun se vuelva demasiado caliente para soportarlo, antes de que aquel peligroso sentimiento de esperanza haga explotar su corazón, antes de que todo se vuelva un completo desastre.
Antes de no poder recuperar lo que ya parece tan perdido gracias a un estúpido error como el que acaba de cometer.
Con su corazón retumbando en sus oídos y su respiración acelerada, TaeHyun trata de alejar todos los pensamientos que se arremolinan en su mente mientras sube a su auto y emprende su marcha, pero el inevitable sentimiento de estar llegando a una velocidad de vértigo al punto de no retorno se aferra a él con insistencia durante todo el camino hacia el departamento de BeomGyu.
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🌻Nhara
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