⊰⊹ 13: Un pequeño problema •
A TaeHyun le duelen las mejillas por sonreír tanto, y no por una razón agradable.
La hermosa chica le devuelve la sonrisa con un agradecimiento entre los labios, tomando el capuchino que TaeHyun le entrega en su mesa. Ella abre la boca para decir algo más, probablemente una invitación para salir algún día o algún piropo obsceno de los que TaeHyun siempre recibe, pero él ya está alejándose.
Generalmente, no le gusta que la atención recaiga sobre él, pero, para su mala suerte, no le es fácil pasar desapercibido, sobre todo cuando pasa de ser el alabado capitán del equipo de basquetbol de la universidad a ser un simple barista que usa un ridículo delantal en una pequeña cafetería dentro del campus.
Las interacciones sociales lo ponen de mal humor, pero se obliga a ser amable: está en el contrato.
Se deja caer en una silla cerca del mostrador. Ya está bastante irritado. Para colmo,muere por un par de cervezas frías, pero alguna pauta estúpida en el reglamento le prohíbe beber durante sus horas de trabajo. Y no lo mejora el hecho de que su mente no puede dejar de darle vueltas a un asunto al que se supone que no debería prestarle atención.
Siempre había sido bueno apartándose de su mente y funcionando en automático; es un requisito para la supervivencia cuando tienes a padres tan exigentes que siempre estás a un paso de sufrir un aneurisma* por estrés, así que no tener el control sobre su cabeza ahora está exasperándolo de sobremanera.
TaeHyun se alborota el cabello violentamente, gruñendo de frustración. Algunos comensales le envían una mirada de extrañeza, pero TaeHyun los ignora. Todo esto es culpa de YeonJun.
Si YeonJun no le hubiese contado con lujo de detalles su erótica experiencia con SooBin, la imaginación de TaeHyun no se habría encargado de recrear muy vívidamente cada posible escenario, ni mucho menos habría reparado, una vez más, en los detalles a los que siempre les había quitado crédito.
No es que pensara que YeonJun fuese poco atractivo, claramente su exótica belleza siempre fue algo que admiró en secreto, pero a TaeHyun le gustaba creer que no era para tanto... hasta ahora.
YeonJun siempre se veía adorable y guapo, sus piernas siempre fueron bonitas y su trasero redondo siempre fue llamativo con cualquiera pantalón que usara. Pero ahora lo son más de lo normal, y es incómodo.
Pero no tan incómodo como percatarse del atractivo de SooBin.
Podía soportar ser demasiado consciente de la belleza de YeonJun, que luce lo suficientemente suave y amigable para que mirarlo con otros ojos no sea tan mortificante, pero notar la belleza de SooBin, que luce más grande, intimidante y, en general, más viril de la manera estereotipada, es nada menos que aterrador.
Suficiente había tenido con convertirse en un observador, para su vergüenza, bastante activo del encuentro carnal de la pareja en la dichosa fiesta. El hecho de que TaeHyun no pudo sólo concentrarse en la deliciosa forma en la que su cuerpo se funcionaba con el de BeomGyu, sino que constantemente regresaba a ver cómo YeonJun entregaba su pecaminoso cuerpo a SooBin y este lo tomaba con la seguridad que sólo un propietario tendría, como si YeonJun fuera suyo, ya era demasiado degradante.
TaeHyun se siente mal del estómago al recordarlo. Ver más nítidamente el aclamado atractivo de SooBin es más de lo que TaeHyun puede y quiere manejar.
-Quiero lo mismo de siempre.
TaeHyun levanta la cabeza y está a punto de poner buena cara para el cliente, pero su sonrisa se convierte en una mueca de disgusto apenas disimulada cuando un sonriente Mathew le devuelve la mirada desde el otro lado del mostrador.
El enano se ha vuelto un cliente frecuente en estos días, o, tal vez, ya lo era, pero TaeHyun recién le está prestando la suficiente atención para reconocerlo después de la fiesta. No había tenido que lidiar con él porque su compañero de turno lo hacía siempre, pero el idiota se está tomando demasiado tiempo en el baño otra vez.
TaeHyun se levanta de mala gana y se apoya en el mostrador, mirando hacia abajo al molesto chico con aspecto de duende.
-Lo siento, mis poderes telepáticos no están funcionando correctamente hoy, ¿podrías ser más específico, por favor?
Mathew chasquea la lengua, negando con la cabeza.
-Siempre tan sarcástico, TaeHyun. ¿No te has ganado demasiados problemas por ello ya?
-Sólo es fácil alterar a los idiotas, así que no. Pero gracias por preocuparte.
TaeHyun hace una mueca al oír la risa chillona del contrario.
-No presentaré una queja por mal trato sólo porque me agradas, TaeHyun.
-Uff, qué alivio. ¿Qué vas a pedir?
Con una sonrisa tranquila, Mathew responde. TaeHyun le cobra y luego prepara su pedido sin tomarse demasiado tiempo como tenía planeado hasta hace unos segundos, preguntándose por qué se siente tan molesto ante la mera presencia del chico. No es como si Mathew haya hecho algo en su contra. A decir verdad, el enano sólo buscaba en BeomGyu lo mismo que TaeHyun, pero hay algo en él que lo incomoda. Algo en su serenidad, algo en su actitud de superioridad, como si supiera cosas que los demás no, como si tuviera la verdad absoluta. Simplemente no le gusta.
-Aquí tienes.
Mathew le agradece mientras toma su café. No se va, sin embargo. Se queda mirando a TaeHyun, con una suave sonrisa creciendo en sus labios mientras más fastidiado se ve TaeHyun.
-¿Qué quieres? -exige TaeHyun por fin, echándole una mirada exasperada.
-¿Cómo te ha ido con BeomGyu? -contesta Mathew a cambio.
TaeHyun se congela.
Su situación con BeomGyu es un poco complicada.
TaeHyun realmente quiere creer que BeomGyu solamente está demasiado ocupado como para contestar los mensajes. Las pequeñas sonrisas que BeomGyu le dedica al pasar a su lado en alguna parte del campus alimentan la pequeña chispa de esperanza; sin embargo, nada pasa después de eso, incluso tras los intentos de TaeHyun de arreglar la confusa y apenas existente relación que hay entre ellos.
El hecho de que Mathew siquiera pueda intuir que hay algo mal entre BeomGyu y él es... inquietante.
Sin embargo, la mención de BeomGyu hace que TaeHyun se digne a prestarle al contrario la suficiente atención. Mathew parece satisfecho por ello mientras vuelve a hablar.
-Mira, sé que no te agrado porque crees que quiero robarte a tu bonito rubio, pero no es así.
TaeHyun alza una ceja, desconfiado. Mathew ríe.
-Lo digo en serio. Es decir, sí, el sexo con él es bueno, pero nada más. -Mathew se encoge de hombros. Luego, alza las cejas sugestivamente hacia TaeHyun-. Aunque veo que tú estás interesado en algo más que eso.
Contenido el impulso de negar la acusación, TaeHyun alza la barbilla solemnemente.
-Eso no te incumbe -responde TaeHyun con resolución, dispuesto a terminar la conversación ahí mismo.
-Oh, vamos, no es como si no lo supiera -bromea el pelirrojo-. Estuve allí, ¿recuerdas? Los vi desde primera fila.
El pequeño golpe del puño de Mathew en su hombro no duele, pero TaeHyun aparta el hombro de todos modos, con disgusto. Sabe que debió prepararse para la mención del tema en algún momento; su nombre y el de BeomGyu ya resonaban bastante antes de la fiesta, incluso en un campus tan grande. Pero, por alguna razón, el que sea Mathew quien lo saque a la luz hace que TaeHyun quiera arrancarle la lengua para que deje de meter su estúpida nariz donde no lo llaman.
-No lo has visto de nuevo, ¿verdad? -inquiere Mathew.
Extrañado por la deducción, aunque acertada, TaeHyun frunce el ceño, con la interrogante tatuada en su rostro.
-¿Por qué me miras así? Es BeomGyu -aclara el pelirrojo, como si fuese lo más obvio del mundo-. Aunque he de admitir que me sorprende que no te haya buscado un par de veces más. Supongo que no eres tan bueno.
-¿Tan bueno? -pronuncia entre dientes.
Los puños de TaeHyun se cierran con fuerza, y se ve obligado a ocultar sus manos en sus bolsillos para que la cámara detrás de él no capte sus ganas de acomodar las pecas en el rostro de Mathew con un solo puñetazo.
El pelirrojo se encoge de hombros y explica:
-Ya sabes, no le gustas tanto.
TaeHyun, sintiendo una insólita punzada en su pecho, no responde esta vez, temiendo que si dice algo, inevitablemente se empujaría a sí mismo hacia el borde del barranco.
-Pero no te desanimes -dice Mathew con una sonrisa calmada-. Es posible que puedas convencerlo si insistes. Aunque será mejor que te acostumbres a los polvos rápidos como el de esa noche. Es lo único que BeomGyu puede dar.
TaeHyun siente un tic en su ojo izquierdo.
Todo lo que pasó en la fiesta fue tanto de un cuento de hadas como de una película trágica, y no de las graciosas. TaeHyun nunca había visto a alguien romper su buena imagen con tanta rapidez como BeomGyu lo hizo ante sus ojos, pero TaeHyun quiso creer que solamente no conocía a BeomGyu tan bien como pensó. Juzgarlo por algo que él mismo hizo (y junto a BeomGyu, para variar) sería el colmo de la hipocresía.
Sin embargo, no sería descabellado pensar que BeomGyu sólo está interesado en el sexo. Ha de admitir que la idea se formó gracias a concepciones externas, aunque no le gusta pensar así de BeomGyu, incluso si eso no es nada malo. No obstante, TaeHyun le resta importancia; no es como si él quisiera casarse justo ahora.
Pero eso no viene al caso ni siquiera si es TaeHyun quien lo piensa, porque no es su asunto. El que Mathew se tome la atribución de afirmar algo que no le compete, y, además, de esa manera tan despectiva, es asqueroso.
-De todos modos, no es algo de lo que me enorgullezca. -Mathew se encoge de hombros, con una mirada reflexiva-. Sólo follo con él porque BeomGyu es... bonito, ¿entiendes a qué me refiero?
TaeHyun siente ganas de vomitar al comprender, mejor de lo que le gustaría, lo que Mathew quiere decir.
La tensión en la mandíbula de TaeHyun y sus orejas casi echando humo deberían ser suficiente pista para hacerle saber a Mathew que está logrando hacerlo enojar y que debería dejar de buscar problemas con él, pero, al parecer, no lo es. O, en realidad, Mathew las ignora olímpicamente.
-Pero si a ti te gusta de verdad, no hay problema -declara Mathew-. No tengo nada en contra de los homosexuales.
TaeHyun no quiere pensar en por qué esas palabras son el detonante para su ira contenida. Sólo sabe que si Mathew se atreve a soltar alguna mierda más sobre BeomGyu, encontrará lo que parece buscar con desespero: una bonita nariz rota y sangrante.
-¿De qué carajos estás hablando? -gruñe entre dientes TaeHyun al fin, con la rabia viajando rápidamente por sus venas.
El pelirrojo abre los ojos y retrocede, asustado.
-Oye, oye -tartamudea, levantando sus manos temblorosas para ponerlas frente a él como escudo-, hermano, tranquilo. No es necesario que te exaltes.
-Ya estoy alterado, así que será mejor que empieces a...
-¿Por qué te molesta tanto? Sólo digo la verdad -reclama, confundido-. No me digas que sientes algo por él.
Odiando el impulso de encogerse ante la vergüenza que llega a él repentinamente, TaeHyun escupe con voz tensa:
-Eso no es asunto tuyo.
-Oh, acerté -canturrea el pelirrojo con una sonrisa llena de mofa, acercándose una vez más al mostrador-. Estás perdido.
La paciencia de TaeHyun empieza a agotarse. Perder el trabajo y, probablemente, su beca parecen cosas insignificantes mientras el desagradable sentimiento de humillación se expande rápidamente por todo su ser.
-Ríndete, hombre. -dice Mathew, sonriéndole con pena-. BeomGyu no es para nadie.
TaeHyun vira los ojos.
-¿Por qué debería escucharte? -TaeHyun aprieta más sus puños dentro de sus bolsillos, apenas dispuesto a conservar sus nudillos intactos.
-No responde a tus mensajes -enumera Mathew, lanzándole una mirada poco impresionada-, no te ha hablado más, tampoco ha tratado de follar contigo de nuevo. ¿Me equivoco?
TaeHyun lo fulmina con la mirada, fastidiado por sus atinadas suposiciones, pero Mathew continúa.
-Te ignora como si él fuese la gran cosa, pero seguramente está rogando por la polla de alguien justo ahora. -Chasquea la lengua antes de inclinarse sobre el mostrador y cubrir su boca con una mano sin realmente bajar la voz-. Apuesto a que ese alguien es SooBin, ¿tú no?
Antes de que pueda evitarlo, las cejas de TaeHyun se alzan por la sorpresa, no sólo por la despreocupada acusación, sino que también por la coincidencia entre la conjetura del enano y la suya, pero, sin estar dispuesto a perderse en su cabeza un segundo más, la rabia regresa con creces al semblante de TaeHyun. El pelirrojo se aparta velozmente.
La campana de la entrada suena cuando alguien ingresa al local, pero la sangre zumbando en sus oídos cubre el sonido por completo.
-Como sea -continúa Mathew, desinteresado-. Si tanto quieres follar con él otra vez, te daré una solución: no citas, no flores, nada de esas mierdas cursis. Envíale una foto de tus manos o tus abdominales y lo tendrás gimiendo como una puta en una videollamada. Así son las cosas con BeomGyu.
Con el deseo de estrellar sus puños contra la sonrisa relajada del enano, TaeHyun exhala lentamente. Mathew parece no tener impulsos suicidas tan intensos, pues, en ese momento, toma su café y se despide animadamente mientras se dirige hacia la salida, no sin antes recordarle su consejo animadamente.
TaeHyun tiene que aferrarse al mostrador con todas sus fuerzas para no ir tras él. No quiere terminar en la Oficina de Conducta Estudiantil únicamente por tratar de sacar la mierda de la inútil cabeza del enano de una manera no muy pacífica.
Sin embargo, pese a que su vista aún tiene esos puntos rojos debido a la furia líquida fluyendo en sus venas, TaeHyun divisa de reojo una silueta que le resulta conocida, a unos metros de distancia de la puerta. Cuando voltea, puede ver que cierto chico de familiar cabellera rubia y preciosos ojos azules le devuelve la mirada fijamente.
El corazón de TaeHyun se salta un latido.
El enojo de BeomGyu es más que evidente, y TaeHyun traga con dificultad, sintiendo la boca seca de repente.
-Hey, BeomGyu -saluda con su mejor intento de voz neutral, fallando terriblemente-. Hola.
No sabe cuánto ha escuchado de toda la conversación, pero TaeHyun no va a detenerse a preguntar por ello: está seguro de que BeomGyu oyó lo suficiente, si su mirada endurecida es indicador de ello.
El miedo hace que un escalofrío baje por la espalda de TaeHyun.
Dios, BeomGyu seguramente piensa que TaeHyun también cree esas cosas espantosas sobre él, algo que definitivamente no es así. TaeHyun tenía a BeomGyu en un altar desde antes de la fiesta; su no conocido lado atrevido no ha hecho que su visión sobre él cambie. Sabe que BeomGyu no es alguien malo y, a decir verdad, el misterio que este secreto suyo crea a su alrededor lo hace todavía más atractivo. Definitivamente, no va a dejarse llevar por las palabras de un imbécil, y eso es lo que planea transmitirle a BeomGyu.
Pero, al parecer, el sentimentalismo para el que se estaba preparando no es necesario.
BeomGyu acomoda su pequeño bolso en su hombro, mirándolo con frialdad antes de decir:
-No te molestes en enviarme esa foto.
Entonces, el rubio sale del establecimiento a paso ligero.
TaeHyun boquea, pasmado, pero no lo piensa mucho antes de salir corriendo detrás de él. Al diablo si el gerente lo sanciona por dejar el puesto solo.
-BeomGyu, espera, no es lo que parece -explica TaeHyun cuando lo alcanza, caminando a la par con él.
BeomGyu ni siquiera lo mira.
-No me digas.
TaeHyun casi se tropieza mientras se coloca frente al rubio para caminar de espaldas y poder mirarlo.
-En serio. Por favor, espera. Yo estaba...
-Cállate, TaeHyun. No me interesa.
El rubio lo esquiva y sigue avanzando.
-BeomGyu, por favor, déjame explicarte.
Frustrado, TaeHyun vuelve a tratar de caminar a su lado. Sin embargo, un vistazo a los lados hace que se dé cuenta de la cantidad de personas que están viendo la escena que ambas están montando.
Sus pies se vuelven tan pesados como el concreto y se pegan al suelo casi de inmediato, en cuanto la instantánea vergüenza hace que TaeHyun sienta la bilis subir por su garganta.
Mientras ve a BeomGyu irse, TaeHyun concluye rápidamente que BeomGyu no va a escucharlo y será mejor que le dé su espacio. Sin más, TaeHyun se da media vuelta y se dirige hacia la cafetería de nuevo, ignorando lo mejor que puede todas las miradas que lo siguen como si fuera un bicho raro y desagradable.
Tal vez, lo es.
TaeHyun contiene las ganas de vomitar.
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*Aneurisma: Hinchazón o protuberancia en una arteria, que puede aumentar el tamaño de esta y, si llega a romperse, puede causar hemorragias graves.
Esta escena estaba ubicada en un pasillo antes, pero me gustan los cambios de escenario que estoy haciendo. ¿A ustedes qué les parece?
🥀Nhara
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