⊰⊹ 03: El trato.
Es BeomGyu. Está apoyando su peso en un lado del sofá de tres asientos que está cerca de la barra de la cocina como parte de otra pequeña sala de estar improvisada, toma pequeños sorbos de su bebida con tranquilidad, pareciendo confiado al lucir sus largas piernas en un ajustado pantalón de cuero sintético, cuyos detalles de metal, bajo las luces de colores que van y vienen por el lugar, crean destellos que hacen imposible evitar voltear a mirarlo siquiera una vez; es una trampa en la que TaeHyun cae en redondo, pues, después de echarle un vistazo, ya no puede apartar sus ojos de él.
La respiración se le queda atrapada en la garganta por unos segundos, en los que puede admirar la fiereza de esos grandes ojos mirando, con autosuficiencia y casi un poco de egocentrismo, todo el lugar y a cada persona que le da una segunda mirada a él y a ese atuendo que lo hace lucir tan candente como las brasas del mismísimo infierno.
Lo que hace que TaeHyun salga de su trance es la descarga de electricidad que le atraviesa el vientre casi dolorosamente. Son expresiones completamente diferentes a lo que TaeHyun conoce de BeomGyu, verlo siendo tan sexy y determinado a la vez es algo que no había hecho antes; usualmente, cuando lo admiraba desde lejos, BeomGyu se veía como un chico sereno y se comportaba con timidez ante YeonJun cuando lograban encontrarlo solo, sin que SooBin estuviera sobre su espalda o unido a su cadera por una cuerda invisible, al menos, por un momento.
El cambio es tan refrescante que TaeHyun siente que no puede con esto, prueba suficiente de ello es su pulso acelerado y el calor que, de pronto, empieza a sentir.
«¿Qué hace él aquí?», se pregunta TaeHyun, con cientos de pensamientos un tanto traicioneros arribando a su mente confundida.
Desde que empezó a poner más atención a todo lo que a BeomGyu respecta, después de un par de meses de llegar de intercambio, lo que más llegaba a oídos de TaeHyun fue la cantidad exuberante de apodos que la gente se tomó la atribución de ponerle a BeomGyu. Está enterado de la fama de BeomGyu, aunque superficialmente, pues jamás le gustó investigar demasiado respecto a ello, pero no cree que BeomGyu sea todas esas cosas que la gente dice que es, mucho menos le agrada que hablen de BeomGyu así; sin embargo, pese a que le hervía la sangre cada vez que algún imbécil repetía ese tipo de afirmaciones como un bebé emocionado porque aprendió nuevas palabras, en realidad, no podía hacer nada sin correr el riesgo de que alguien se diera cuenta de sus sentimientos por BeomGyu, quien terminaría por enterarse de ello y, luego, lo haría pasar un gran dolor al rechazarlo.
Empero, aunque su propia mente está haciéndolo dudar de su moral al considerar, siquiera por un par de segundos, que lo que todo el mundo dice por ahí podría ser verdad, TaeHyun no piensa permanecer en la ignorancia, por lo que, tomando esto como una oportunidad para quitarse de encima la cobardía que lo cohíbe cada vez que está cerca de BeomGyu, avanza en dirección hacia él.
Casi siente vergüenza de sí mismo por estar tan alterado debido a únicamente estar mirándolo, pero, realmente, no le habría importado hacer el ridículo consigo mismo si no fuese porque esa sensual mirada de ojos azules se posa en él. De repente, su estómago da un vuelco gracias a la más revitalizante explosión de emoción combinada con vergüenza que alguien enamorado podría experimentar.
Por otro lado, BeomGyu siente las mismas cosquillas en su estómago al mismo tiempo, pero, en su caso, es debido al visceral miedo que lo abarca de inmediato.
Está paralizado, pero su mente trabaja a mil por hora tratando de hallar una manera de salir de esta. Desde que BeomGyu vio por primera vez a TaeHyun en una de las fiestas de esta "comunidad", la cual descubrió en sus últimos semestres en la universidad, siempre ha logrado desaparecer de su vista astutamente, después, claro, de haberse escabullido como un ladrón huyendo de la policía, como si realmente hubiese hecho algo malo.
Gracias a los breves vistazos que daba con la intención de mantener vigilado a TaeHyun, además de saciar su curiosidad respecto a qué hacía TaeHyun exactamente en ese tipo de eventos (porque no podía evitar sentirse, al menos, un poco interesado por un chico tan guapo como él), BeomGyu sabe que TaeHyun siempre se limitaba a quedarse en alguna esquina, sólo mirando, así que BeomGyu no creyó que TaeHyun tendría ganas de ser explorador y andaría por ahí hasta que inevitablemente se toparan en algún momento. Desgraciadamente, ese momento ya llegó y no tiene idea de qué hacer.
El hecho de ver a TaeHyun viniendo hacia él mientras ese insólito brillo en sus ojos crece más y más, no sería tan importante; no es la primera vez que TaeHyun le ha dedicado ese tipo de miradas. No desde hace mucho es consciente de que TaeHyun siente algo por él, cosa que no sería relevante en otras circunstancias, pues BeomGyu está acostumbrado a llamar la atención de cualquier persona con ojos funcionales, pero ahora que la muy poco discreta insistencia de YeonJun para que tome en cuenta a TaeHyun empezó a tener sentido después de una extraña conversación que BeomGyu tuvo con SooBin, teme que la determinación de TaeHyun respecto a ello sea tan firme.
En caso de que TaeHyun intente hacer algo, realmente, BeomGyu no sabría qué hacer. Claro que TaeHyun es casi demasiado físicamente agradable a la vista, pero la razón por la que ahora está paralizado al ver cómo los metros de distancia entre ellos disminuyen y, con ellos, su tiempo para pensar en una forma inteligente de escapar, es que todavía no está preparado para enfrentar el hecho de que TaeHyun, o cualquiera que esté relativamente relacionado a alguien de su familia, sepa que él asiste a este tipo de eventos.
Ya muchas personas saben que viene con regularidad a fiestas como esta, personas al azar que no son relevantes en su vida, pero el hecho de que personas ante quienes tiene una buena imagen lo sepan no le conviene en absoluto. Si está aquí es porque tiene conciencia de lo que se lleva a cabo, y eso no favorece en nada a su falsa imagen de niño bueno que tanto se esforzó en crear.
En realidad, quien más le preocupa dentro de todo esto es YeonJun. No le gusta mentirle a su primo, no cuando se supone que su relación se volvió más íntima en los últimos dos años después de que casi no convivieron durante toda su vida, pero vivió tanto tiempo detrás de esa fachada que es difícil tratar de destruirla así como así, sobre todo ante alguien como YeonJun.
Aunque una de las intenciones de BeomGyu al venir es darse una razón para dejar de pensar demasiado, un tipo de escarmiento para sí mismo, YeonJun es la razón principal por la que asistió a la fiesta de esta noche. Tratando de dejar de lado todo lo demás que lo preocupa, BeomGyu admite que no quiere perderse la reacción de YeonJun ante todo lo que verá, porque lo conoce y sabe que se escandaliza con facilidad; por lo tanto, la cercanía de TaeHyun es angustiante, porque existe la posibilidad de que vaya corriendo hacia YeonJun para contarle que él está aquí. Y, definitivamente, BeomGyu no está listo para hacerle saber a YeonJun que no es casi un santo como quiso hacerle creer.
La primera opción que le llega a la mente es la de fingir que no está aquí y escabullirse por ahí toda la noche. Tal vez, TaeHyun está ya un poco borracho, y, cuando vuelvan a encontrarse en el campus, podría decirle que lo confundió con otra persona; no obstante, cuando BeomGyu oye su propio nombre ser dicho con voz curiosa pero firme, sabe que está acorralado.
—¡TaeHyun, hombre, hola! —saluda con entusiasmo, sin embargo, tratando de disimular su nerviosismo cuando TaeHyun está ya a nada menos que un par de metros de distancia.
—Hola... —responde, manteniendo esa expresión de intriga en su rostro mientras avanza—. ¿Qué haces aquí?
«La discreción no es una virtud de este idiota», piensa el rubio.
BeomGyu, mientras sopesa sus opciones sobre lo que podría hacer en una situación como esta, pensó por un momento hacerse el inocente y decir que su amigo lo había engañado con que esta era una fiesta de té o alguna mierda similar, pero sabe que ese papel no le queda muy bien en momentos como este. Generalmente, le gusta ser atrevido, así que fingir ser una santa paloma es una opción que rápidamente queda descartada.
—Oh, mi amigo me invitó —dice sonriendo. No va a confesarle que ha venido una vez más para poder por fin encontrar a un chico que cumpla con sus ambiciosas expectativas y satisfaga sus lascivos deseos fetichistas. Quiere ahorrarse esa vergüenza—. Me dio curiosidad, y aquí estoy.
—Ya veo...
TaeHyun, realmente, no tiene algo que decir, nada más no quiso hacer de la vista gorda y fingir que nada pasó, pues no se lo habría perdonado nunca. Desde que TaeHyun lo conoció, BeomGyu siempre se presentó como un chico tímido y reservado (tal vez, inclusive demasiado), nunca se ha metido en problemas de ningún tipo (al menos, no uno del que TaeHyun esté enterado), jamás se abstuvo de dedicarle sus breves sonrisitas amables (y terriblemente encantadoras), por lo que el mero hecho de que esté aquí ya es sorprendente en sí.
Su mente divaga un poco mientras analiza el rostro relajado de BeomGyu. Quiere pensar que BeomGyu, al igual que YeonJun, realmente fue víctima de un amigo juguetón que lo trajo aquí para hacerle una broma pesada y burlarse de sus reacciones moralmente estandarizadas. Existe inclusive la posibilidad de que esté aquí como simple espectador, como muchos otros, sin que eso sea exactamente malo; sin embargo, algo le dice que ninguno de los anteriores es el caso, porque BeomGyu lo mira casi por debajo de sus pestañas, o directamente intenta evitar mirarlo a los ojos, luciendo nervioso y avergonzado, seguramente por haber sido descubierto.
¿Acaso este es el verdadero BeomGyu?
Quizá sea cierto, si es que esa gatuna mirada que la expresión de BeomGyu tenía hace un instante era indicador de ello, así que, para ahorrarse la charla incómoda, TaeHyun, harto de no ser capaz de arriesgarse, toma el camino menos seguro y asume que BeomGyu sabe de qué trata la fiesta.
Empero, TaeHyun no está seguro de si podría proceder con la determinación que hasta hace unos segundos sentía, esa que lo hacía querer jugar con la cordura de BeomGyu hasta descubrir cuál es su propósito al estar aquí, luego, tal vez, intentar llevar a cabo su reciente misión. Y es que sólo imaginar que de verdad podría dar un paso más en su tan poco profunda relación con BeomGyu, tiene a su corazón corriendo una alocada maratón dentro de su caja torácica, y su imaginación no ayuda mucho, que digamos, a que su emoción no lo rebase.
—¿Y qué hay de ti? —pregunta BeomGyu, tratando de saber si puede tomar como chantaje el hecho de que él también esté ahí. Él no puede ser el único que sea cuestionado.
—Estoy siendo un espectador, nada más —dice con tono relajado, sin vergüenza y con una ladina sonrisa astuta creciendo en sus labios.
BeomGyu maldice mentalmente, detestando y envidiando que TaeHyun, al parecer, no tenga problema en admitir cuál es su intención.
Por su lado, TaeHyun sopesa sus opciones, porque si resulta que BeomGyu acepta la propuesta que quiere hacerle, eso significaría que él tiene la oportunidad de acercarse un poco más para abrirse paso lentamente hacia el corazón BeomGyu, la oportunidad de ser uno de los meticulosamente seleccionados candidatos que intentarían conquistar a semejante belleza.
Sólo uno de ellos, porque no tarda en aparecer otro.
—Hey, BeomGyu, hola —saluda un chico de estatura por debajo del promedio, pelirrojo natural, piel nívea y un par de pecas esparcidas casi estratégicamente por su rostro, con los ojos rebosantes de demasiado interés.
La exageradamente sugestiva sonrisa de este inoportuno chico es dedicada específicamente a BeomGyu, quien, en contra de su mejor juicio, agradece la intervención, inclusive cuando tiene que esforzarse por no hacer una mueca de desagrado ante el breve beso que el chico deja en sus labios osadamente.
—Hola, Mathew —dice el rubio con una sonrisa naciendo en sus labios, echándole una miradita prevenida a TaeHyun.
—¿Cómo has estado? Ha pasado un tiempo desde la última vez que nos vimos —habla el pelirrojo con aparente sencillez, pasando una mano por la cintura de BeomGyu con facilidad para atraerlo hacia él.
TaeHyun aprieta los puños con fuerza al ver la obvia insinuación en su gesto, pero se limita a quedarse quieto porque, en realidad, no cree tener el derecho a intervenir, pero al notar que BeomGyu hace una mueca y se remueve en el agarre del chico, sabe que algo anda mal. A TaeHyun no le importa que Mathew ignore su presencia, pero no soporta ver la incomodidad de BeomGyu, pese a que este trate de ocultarla, evidentemente para librarse de TaeHyun también, así que, sin poder evitarlo, carraspea con fuerza mientras toma el brazo de BeomGyu y tira de él para apartarlo del agarre del pelirrojo.
—Estamos ocupados, Mathew.
Ante la expresión de molestia del pelirrojo y los ojos llenos de deseos asesinos de TaeHyun, BeomGyu decide interferir.
—Eh, Mathew, ¿qué tal si nos vemos otro día? —dice, tratando de quitárselo de encima para poder negociar lo más rápido posible con TaeHyun; tampoco quiere al pelirrojo sobre su espalda toda la noche, tan sólo quiere estar tranquilo y disfrutar del show.
TaeHyun, sintiendo su pecho doler, intenta no pensar en que ya BeomGyu y Mathew se habían visto en ese sentido, pero la firmeza de su agarre no cede.
—Me has dicho lo mismo varias veces ya, bonito —se queja Mathew antes de hacer un ridículo puchero.
«¿Por qué será?», piensa BeomGyu antes de insistir.
—Está bien, está bien. Nos vemos luego. Ganaste esta vez, TaeHyun.
BeomGyu rueda los ojos y suspira con resignación, ya acostumbrado a ser tratado como un objeto por ese tipo de imbéciles. No es que le importe mucho aplazar su encuentro, al fin y al cabo, Mathew no entra en casi ninguno de sus estándares, pero, después de pasar casi una semana en abstinencia, de verdad quiere un poco de sexo hoy para salir de su mente atormentada, y con TaeHyun a su lado, ningún otro chico querrá acercarse a intentar algo.
—Bien, ¿qué es lo que quieres, Kang? —espeta al voltear de regreso hacia él.
TaeHyun, al ver la intención de BeomGyu, siente la adrenalina explotar en su torrente sanguíneo. Por un lado, quiere ser directo por fin después de años enteros de ocultar sus sentimientos, pero también hay una parte de él que le dice que debe ir más lento, que arruinaría todo de no ser así.
—Sólo quiero que seas honesto, BeomGyu —comenta con simpleza, llevando su dedo índice y pulgar con delicadeza hacia la barbilla de BeomGyu para sostenerla con firmeza—, ¿qué haces aquí?
—Lo mismo que tú, supongo.
BeomGyu alza una ceja; ha llegado a ser un inclusive gracioso ver que TaeHyun insiste en saber qué hace él en un lugar como este. «Como si se viniese a orar aquí», piensa con ironía. Es divertido, claro, si deja de lado el hecho de que su secreto está en sus manos y que TaeHyun tiene la facultad de manejarlo a su antojo ahora que él mismo se delató.
—Yo sólo venía a beber un poco, bailar un rato y ver qué pasa por aquí, ¿acaso ese también es tu propósito?
—Tal vez.
—El tal Mathew no parecía hablar de diversión casta —gruñe mientras su agarre se vuelve un poco fuerte mientras su mirada cae en esos perfectos labios enrojecidos y pasa su dedo casi agresivamente sobre ellos.
Eso no debió ser excitante para BeomGyu, pero lo fue.
—No es asunto tuyo —responde a la defensiva, sin embargo.
TaeHyun quiere reír, pero se contiene, con ganas de molestar un poco más a BeomGyu.
—Oh, lo es si quieres que tu secretito se mantenga a salvo.
—¿Qué secreto? —dice bajito y parpadeando velozmente, intentando librarse de la situación por medio del papel de inocencia que sabe que interpreta bien.
—No trates de verme la cara de idiota —dice, risueño—. ¿Quién habría creído que el buen BeomGyu estaría en un evento como este?
—Bah —Rueda los ojos, resignado al hecho de haber sido descubierto—, como si fuese algo malo...
—Entonces, ¿por qué tantos nervios hace un rato?, ¿eh?
Mientras mantiene su mirada llena de rencor contenido fija en los ojos de TaeHyun, BeomGyu entrecierra los ojos, pateándose mentalmente al ver que él mismo metió la pata aún más y que TaeHyun lo ha notado, pero no puede seguir expresando su repentino odio, porque TaeHyun ríe y el profundo sonido le causa escalofríos. Cuando TaeHyun empieza a acercarse, BeomGyu se tensa, pues el olor del perfume de TaeHyun invade sus fosas nasales y lo marea un poco mientras la voz de TaeHyun adopta un extraño toque hipnótico.
—¿Tal vez..., desconfías de mí, BeomGyu? —susurra sobre sus labios, creando un suave beso esquimal al frotar la punta de su nariz con la contraria.
—Estoy seguro de que correrás a decírselo a YeonJun —responde a duras penas, ya un tanto ido.
La voz de BeomGyu también baja de tono mientras su mirada no se aparta en ningún momento de los ojos de TaeHyun, que, junto con la melodía de su grave voz, lo seducen con lentitud. Irreparablemente, la belleza de TaeHyun empieza a ser más notoria que nunca bajos las luces de colores que van y vienen, y BeomGyu se regaña a sí mismo por no haberse dado cuenta de esa característica suya antes.
—¿En serio, me crees capaz de hacer algo como eso? No, no, tu secreto está en buenas manos —dice TaeHyun con una sonrisa más amistosa, viendo cómo BeomGyu sonríe en grande con lo que parece ser alivio en su expresión—, con una condición, por supuesto.
Las comisuras de BeomGyu caen para crear un pequeño e inconsciente puchero de decepción, uno que TaeHyun roza ligeramente con sus labios mientras su propia sonrisa vuelve a tornarse traviesa.
BeomGyu rueda los ojos, fingiendo estar fastidiado, aunque, en realidad, no lo está demasiado, porque la idea de tener con este chico, que apenas nota es más guapo e imponente de lo que recordaba, lo que sea que esté insinuando, no molesta en absoluto. Él no es ningún estúpido, desde que vio a TaeHyun hace unos minutos pudo entrever sus intenciones, y, a decir verdad, no parecían ser muy inocentes. Y ahora que puede ver que ya ni siquiera tiene una oportunidad de salvar su imagen es cuando la resignación entra a tallar en su criterio, es por tanto que BeomGyu se permite relajarse un poco, además de la agradable voz de TaeHyun ayudándolo en el proceso.
Es ahí que BeomGyu se da cuenta de que, quizá, sí podría conseguir un polvo esta noche, porque, si no, ¿por qué se acercaría a él con esa aura tan exigente?
Pero antes de que pueda disfrutar del calorcito en su vientre que la atracción incipiente genera, su conciencia salta hasta el frente de sus pensamientos para decirle que no debería ceder ante sus más bajos deseos (por lo menos, no hoy) por diferentes razones; sin embargo, es ese instantáneo desánimo debido a ese último pensamiento lo que termina por impulsarlo a dejar de pensar y empezar a actuar.
—¿Qué es lo que quieres, entonces, Kang? —contesta BeomGyu, sonriendo suavemente mientras lleva sus dedos hacia la chaqueta de TaeHyun para pasar sus dedos por el material lentamente hacia arriba, antes de detenerse a jugar con el cuello de su camiseta sin mangas.
TaeHyun, tratando de no hacer evidente su sorpresa por el resultado de su pequeño juego de coquetería, intenta no exaltarse demasiado por el hecho de que BeomGyu le esté dando pase libre. El nerviosismo lo abarca a la velocidad de una bala cuando BeomGyu se acerca el poco espacio que los separaba y sus cuerpos se unen por completo.
BeomGyu inclina un poco su cabeza hacia atrás porque TaeHyun es más alto (está en el equipo de baloncesto, al fin y al cabo), pero BeomGyu no es un hombre pequeño, así que no lo intimida en absoluto; sin embargo, cuando una sonrisa coqueta florece en esos finos labios rosados y su intensa mirada empieza a devorarlo con fiereza, tal vez sus pensamientos comienzan a cambiar de trayecto y no precisamente hacia el camino del miedo.
TaeHyun ve esta como la oportunidad de conseguir lo que quiere, y se obliga a no tartamudear al responder:
—Te quiero a ti.
═══════ ✧ ═══════
Recuerda votar si te gustó ♡
🥀Nhara
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top