Sana golpeaba el lápiz mientras veía como Tzuyu le enseñaba a esa chica que no conocía pero que no la dejaba de ver, no entendía como no se daba cuenta que se la estaba comiendo con la mirada, es que sentía y estaba bastante segura que si no hubieran personas ahí de seguro estarían haciendo exactamente lo que ella quiere evitar, los celos se estaban llevando la poca tranquilidad que tenía, es que no podía más, debía intervenir de una manera u otra.

Antes de que esa chica que tenía más tetas que ganas de existir siguiera hostigando a su pequeña y amada Tzuyu, se mordió el labio inferior y rodó los ojos, debía mantener la compostura, técnicamente no tenía derecho alguno de tener celos porque no eran nada más que personas que tienen sexo casual, así que se mantenía en silencio sin decir una sola palabra desde lejos estudiando el problema.

Buscando alguna solución que pareciera válida y que no hiciera que Tzuyu se sienta intimidada por ella o que se aleje por lo que está comenzando a sentir, ese veneno que se tranca en su garganta, quiere gritarle tantas cosas a la castaña que no le queda de otra más que morderse el labio inferior y apretar los puños debajo de la mesa con todas sus fuerzas.

Lo peor de todo es que era bastante evidente incluso más de lo que fue ella cuando comenzó el juego con Chou, admitía que si era bastante lenta así que de seguro no estaba pensando en otra cosa que no fuera darle la lección, solo que a esa chica en particular parecía que no le interesaba para nada eso de andar detrás de chicas que, aunque no tenían pareja, si tenían a alguien que las cuidarla y estuviera esperando por ella.

Mina no había ido a su rescató ya que estaba con Chaeyoung así que prefirió no molestarlas, en su defecto agarró de la mano a una de las chicas de primer año y la sentó frente a ella, ésta parecía estar confundida pero no dijo nada, siguió como si nada ya que parecía que estaba ayudando en una especie de misión ultra secreta del gobierno así que no se quejaba porque la verdad es que no tenía amigas.

"Mi nombre es Lee Chaeryeong". Dijo bastante orgullosa de ser ella, haciéndole ojitos a la castaña que parecía estar estirando el cuello como una jirafa para ver que era lo estaba pasando.

"El mío Minatozaki Sana". Sonrió y desvió la mirada a los pocos segundos, es que no podía hacer contacto visual si tenía detrás suyo a esa chica con la mano en el muslo de su chica, apretó los dientes. " Es un placer conocerte Lee Chaeryeong". Hizo una pequeña reverencia.

"El placer es mío...". Suspiró y sonrió un poco, se sentía bastante mal ese día pero gracias a lo que le estaba pasando no parecía ser tan inútil como sus compañeros la hacían sentir.

"Toma mi número, cuando quieras puedes contar conmigo". Le pasó el papel con el número escrito con una tinta de color morado, la pelirroja lo miró y sonrió en grande, había conseguido una amiga nueva.

Volviendo al tema principal y la verdadera razón por la que la jaló, Sana caminaba dando fuertes pisotones hasta que llegó frente a Chou quien se dio cuenta de su presencia por la repentina sombra que cubría el libro por completo, estaba tan enojada que no le importaba para nada que todas se dieran cuenta de que algo malo estaba sucediendo.

"¿Puedo sentarme a tu lado?". Hizo contacto visual con la susodicha y rodó los ojos.

"Claro que sí...". La rubia estaba feliz de verla ya que no la pudo ver en la noche por estar estudiando hasta altas horas de la noche. "Jihyo ella es Sana, Sana ella es Jihyo". Hicieron una reverencia mutuamente y cuando desviaron la mirada se maldijeron por lo bajo, una por interrumpir y la otra por notar las intenciones.

Es que aunque supieran sus nombres ya eran enemigas a muerte por culpa de una persona que no se daba cuenta de la magnitud del problema en la que se estaba metiendo y metía a otra.

"¿Que hacen?". Su mano viajó hasta el muslo de la menor y sonrió cuando ésta se sobresaltó, le encantaba cuando eso sucedía, apretaba y de vez en cuando le clavaba las uñas.

"Ella me está ayudando con las sumamente importante". La mano de Park llegó al hombro de Tzuyu, Sana al ver eso metió más y más la mano hasta llegar al centro de la menor y presionar lentamente, estaba llevando aquellas bragas de encaje que tanto le gustaban, no lo podía negar, ella también estaba mojada incluso más que la contraria.

Chou echó un poco la cabeza hacía atrás y luego suspiró, tenía que aguantar los sonidos que de seguro se escaparían si se desconcentraba, Sana se las iba a pagar de una manera u otra no debería estar haciendo eso ya que estaba ocupada, se supone que iban a respetar el espacio de cada una pero no lo está haciendo.

"Le hice la pregunta a Tzuyu". Ambas se fulminaron con la mirada, apoyó el mentón en su mano libre e inclinó un poco la cabeza para ver a la nombrada, ésta tenía las mejillas rojas. "¿Podrías decirme que es lo que hacen?". Infló un poco las mejillas y sonrió, la tenía en sus manos.

Podía hacer con ella lo que quisiera y eso le estaba nublando la razón, se estaba olvidando que es ella la que va a terminar sufriendo por todo lo que está haciendo, Tzuyu se acercó lentamente a su oreja y jadeó, no esperaba que lo hiciera y me encantaba que solo hubiera sido para ella.

"En dos horas te espero en el segundo piso la última fila a la derecha". Gimió y se volvió a sentar como si nada estuviera sucediendo, los dedos de los pies de Sana se apretaron y tuvo que morderse el labio para no jadear, había conseguido lo que tanto esperó.