Capítulo O24: I knew it
Mordió la punta trasera del bolígrafo mientras veía el asiento vacío de la taiwanesa, no se había presentado a clases desde aquel día, iban dos semanas que no sabía nada de ella y le frustraba porque no sabía que era lo que le pasaba, tenía miedo que haya cometido una locura pero por lo que Mina le dijo, se estaba quedando en la casa de una amiga así que todo estaba bien, por lo menos estaba a salvo, eso la hacía sentir mejor solo que no quitaba que se sintiera mal, cada vez peor, por lo que estaba pasando.
Tenía la culpable, están completamente convencida que era la única culpable de todo lo que pasaba, ya que si no hubiera salido, si tan hubiera tomado buenas decisiones en el pasado, dejado de lado lo que era estar en un status alto en Japón, las fiestas, el alcohol, el amor de su vida, besos, caricias, un disparo, sangre, alguien que abusaba de ella y luego nada, eso era lo que pasaba por su cabeza una y otra vez, sentía que su mundo se había acabado en ese momento pero todo cambio cuando conoció a Tzuyu, ésta no sabía que era lo que sucedió y la trató como ella quería.
Se sentía tan bien en Corea, sobre todo cerca de la menor, que sentía que volvía a vivir, por fin podría dejar de lado todo lo que pasó aquella noche y por más que eso siguiera sabía que tarde o temprano se convertiría en algo que podría llegar a superar, con la ayuda de la rubia era capaz de todo solo que ahora ya no estaba en su vida, ni siquiera en clases y eso le preocupaba, porque no quería ser la causante de que perdiera el año o algo peor la expulsión.
"Minatozaki, estoy aquí no allá". Desvió la mirada al profesor. "Si quiere saber en dónde se encuentra su compañera de cuarto por favor que sea fuera de las horas de clases". Hablaban como si no fuera nadie, como si no debería importarle el hecho de que la persona que quiere está lejos de ella, claro que nadie lo sabía pero aún así, esperaba aunque sea un poco de compasión, ya se dio cuenta que es imposible que alguien se compadezca.
"Disculpe". Una disculpa que sabía que no tenía que pedir, aún así se quedó viendo hacia la pizarra, parecía que le estaba prestando atención solo que sus pensamientos se basaban en Tzuyu, estaba tan preocupada que apenas y podía mantenerse tranquila, no tenía ni la menor de cómo no se había vuelto loca en todo este tiempo.
Miró a Mina quien movió un poco la cabeza, era una señal que de debía estar tranquila porque Chou estaba bien, bajó la mirada a la libreta y limpió las lágrimas que bajaban por sus mejillas, debía seguir adelante y luchar por lo que más quería, estaba harta de perder contra alguien que no merecía nada en el mundo, nada más que sufrimiento y dolor.
Luego de estar por tanto tiempo anotando cosas que la verdad es que poco le interesaban, la hora acabó y pudo salir, no le hablo a nadie ni siquiera subió la mirada fue directo al lugar en el que podía estar sola con suerte nadie pasaría o le diría algo, porque si, la han estado culpando de la repentina fuga de Tzuyu, le duele tener la culpa solo que no quiere que las demás personas lo confirmen porque está segura que tendrá que salir de ese lugar, tal parece que la trataban bien solo por estar al lado de Chou.
"Te lo dije". Cerró los ojos y apretó los puños, la única persona en el mundo que no quería tener cerca. "Tarde o temprano la alejaría de ti". Sonrió. "Agradece que no la mate como lo hice con...bueno...ya sabes". Se acercó lentamente y se mordió el labio. "¿Cómo se siente volver a estar sola?".
"Vete de mi vida por favor". Pidió sin subir la mirada del suelo.
"Juntos para siempre". Canturreo. "Minatozaki Sana siempre será mía". Dijo imitando la voz que tenía de niño, se le erizó la piel, las cosas no acabarían bien pero haría de todo para acabar con lo que la ha estado atormentando por tanto tiempo. "¿Recuerdas cuando te lo dije?". Rió. "Mientras te penetraba en ese hermoso callejón". Se estiró y agarró a la menor del cuello. "Y escuchaba tus gritos, como me apretabas, y llorabas gritando el nombre de esa puta". La castaña lo miró a los ojos, sin expresión alguna.
"Me das asco". Apretó los dientes aguantando las ganas que tenía de llorar, porque no le daría el gusto de verla sufrir. "Maldito violador".
Sonrió y levantó la mano, golpeándola directo en la mejilla derecha, cayó al suelo y se quejó, estaba sangrando tanto que toda su boca se encontraba llena de sangre. "Cuando deje caer el condón...me imaginé la reacción que tendría Tzuyu". Suspiró. "De seguro estaría llorando o gritandote". La agarró del cabello y arrastró hasta pared. "Y tu tratando de explicarle cómo llego ahí". Se agachó y la ahorcó. "Te tengo que decir algo muy importante...". La miró a los ojos. "Y es que si no eres mía". Se encogió de hombros. "No eres de nadie".
Antes de que pudiera pegarle, algo impactó contra su cabeza. "¡Pelea con alguien de tu tamaño!". Levantó el bate y le pegó justo en la rodilla. "¡Levántate, vamos!". Gritó con todas sus fuerzas. "¡Hijo de pu-". Cuando le iba a volver a pegar, Sana la abrazó por detrás y la apretó, ya no quería ver más, era suficiente. "Suéltame, él merece mucho más".
"Por favor...detente". Cerró los ojos y asintió. "Además ya viene la policía". Aseguró. "Dame...". Le quitó el bate y la miró a los ojos. "Perd-". La abrazó con tanta fuerza que dolió, había estado planeando eso, para que lo capturaran lo único que no estaba en sus planes era la llegada repentina de Tzuyu.
"Por favor no vuelvas a hacer algo así". Sollozó.
"Ya todo pasó". Sonrió, por fin se liberó.
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