¿Cómo había llegado a Corea?.

No es posible que un asesino pueda ir de país en país como si nada, algo tuvo que haber hecho para dar con su paradero, tiene que tener contactos en Corea que investigaron lo suficiente como para dar en donde se encontraba y eso no estaba bien, sentía que estaba en peligro, ya no quería salir, nunca más, prefería estar escondida porque si la llegaban a encontrar estaría jodida.

No quiere que le pase nada a Tzuyu por su culpa y tampoco a sus amigas ya que las quiere los suficiente como para considerarlas familia, por esa razón ella debía irse más lejos, no tenía que encariñarse porque tarde o temprano las cosas acabarían igual, ella siendo arrastrada a lo más profundo del infierno, ardiendo en llamas mientras ve a todos morir por su culpa.

Porque siempre era ella la causante de las peores catástrofes, sus ojos se llenaron de lágrimas así que volvió a cerrar los ojos porque no quería que Tzuyu se diera cuenta de lo frustrada que estaba, había pasado una semana, la peor de su vida, en la que tuvo exámenes en todas las materias y tuvo que lidiar con sus pensamientos y lo que debía hacer.

Se iba a volver loca si no le decía a nadie de las personas cercanas a ella que se alejaran porque era lo mejor, si la veía sola atacaría, en vez de estar buscando a los que él considerará sus amigos y así poder atacar, debilitar lo que creería que es su nueva fortaleza, estaba más que jodida, ya estaba pasando el nivel y no era más que alguien que estaba viendo y viviendo el final de sus días.

"Bebé...". Parpadeó varias veces y miró a Tzuyu, ésta parecía estar extrañada así que se le quedó mirando esperando que le dijera ele por qué tenía esa expresión porque no era tan común que estuviera así porque siempre sabía todo. "Llevo cinco minutos llamándote pero no contestabas". Se sienta y la abraza, pegando tanto sus cuerpos que siente que se ahoga, no es que este mal es que ya no puede más, sus pensamientos están arrasando con todo lo bueno que hay en su vida.

Está volviendo a enfrascarse única y exclusivamente en aquella persona que la destrozó, eso es tan triste que hasta ella siente pena por sí misma, porque ahora las cosas no serán fáciles nada será tan sencillo como ha sido hasta ahora, y es que está destinada a tener una vida complicada, siente que ha huido lo suficiente de ello.

"Me preocupe porque pensé que te pasaba algo o qué realmente no me escuchas". Sonrió un poco y la besó, era la única forma en la que podía soltar todo, en una simple y corta acción que hacía que su corazón se acelerara que en lo único que pensará era en la satisfacción de tener a alguien a su lado que era tan bueno y comprensivo.

"Últimamente he tenido muchas cosas en la cabeza". Hace puchero y se recuesta al lado de Tzuyu, está se acomoda y la envuelve entre sus brazos, pegándola cada más al punto en el que ya no hay un espacio entre ellas. "Por eso he estado tan perdida pero ahora me doy cuenta que he estado dejando de lado mi prioridad". La rubia se le queda mirando esperando que diga algo más pero tal parece que ya no tiene nada que compartir.

"Entiendo, a veces sucede a mi mucho he de decir". Soltó una pequeña risilla que provocó cientos de cosas en Sana, era demasiado adorable cuando se lo proponía. "Pero lo que quiero que sepas es que estoy aquí para ayudarte así que si necesitas decirme algo referente a eso yo seré todo oídos". Movió las orejas haciéndola reír, no quería estar en ningún lugar que no fuera a su lado y eso automáticamente la transportó a Japón, cuando tenía esa misma sensación por esa chica de ojos marrones vibrantes.

Nunca iba a perdonarse lo que pasó, porque aunque no era la única con la culpa era la que pudo evitar la situación, no debieron salir por ese lugar ni mucho menos pasar por ese callejón bajo aquella tormenta, todavía no puede escuchar el sonido de los truenos porque aún siente algo caliente en su rostro, la sangre de su amada chica.

De su primer amor.

"Te quiero". Eso la dejó sin aliento, ¿Escuchó bien?. Se permitió llorar, no sabía si era de alegría o tristeza pero lo hizo sin importarle nada porque sentía que había conseguido a ese alguien especial que ha estado buscando por tanto tiempo, estaba frente a ella o bueno entre sus brazos, diciéndole algo tan simple pero que se siente tan real que la asusta un poco, es impresionante.

"Y yo a ti". Murmuró en un hilo de voz, ya estaba cayendo bajo eso que no quería mencionar para que no fuera tan real y le aterraba porque no quería que también le arrebataran, otra vez, a alguien a quien ella podía considerar una persona demasiado importante.

"Permíteme decir que siento que estás así desde que viste a ese chico". Se apoyó de sus codos y la miró, ya no sentía celos era miedo de que llegará a desarrollar algún tipo de gusto por alguien que no fuera ella. "No lo puedo negar, es perfecto y extrañamente correcto, hasta como habla, se mueve y sonríe".

"Él es el chico perfecto que todo el mundo quiere pero yo soy la única que sabe cómo realmente es". Fue lo que dijo, esa no era la respuesta que estaba buscando Tzuyu, esperaba que le dijera algo que las hiciera hablar o hasta reír pero no, eso fue contundente y certero, como si estuviera diciendo cada palabra con rabia y desprecio, nada más doloroso que verla apretar los dientes, se había dado cuenta que estaba llorando así que se mantuvo en silencio, acariciando su espalda confundida ya que no sabía que era lo que sucedía pero aún así se quedaría para ayudarla en todo.