"Horror" (Parte I)
Posiblemente el estar dentro de una sala de hospital, sin nada mas que ver que el techo blanco, unas cortinas mustias en un ventanal sombrío, una cama fría y una televisión sin nada importante que decir, podría ser desesperante. O desalentador.
Si, quizás sí que era un poco desesperante. Pero no cuando no se podía sentir nada.
–¿Cariño?
La voz de su madre se escuchaba lejana. Naruto movió su cabeza con pesadez y miró a su madre con ojos muertos.
Kushina sintió un frío recorrerle la espalda al ver a su hijo. Pálido, sin vida ni alegría en sus ojos que eran del espectro mas triste de un azul costero, de ese que se ve en muelles con hollín y gaviotas moribundas volando bajo. No había nada, nada que ver o que sentir.
–¿Necesitas algo, amor?¿Agua o comida?
Naruto la miró fijamente sin verla en realidad, sin estar ahí presente siquiera. Como si su mente volara por otros lugares, distantes y fríos. Atrapado, en realidad.
Kushina tuvo que escapar de aquella opresiva habitación donde nada podía hacer para evitar que su hijo se consumiera en su propia miseria.
Naruto movió su mirada pesada hacia su mano derecha, que estaba siendo sostenida por el férreo agarre de Sasuke, invisible para su madre, para todos y para él. Con el rostro enterrado en la camilla.
–No hay heridas–susurró el rubio ladeando su cabeza, sobresaltando al chico.
Sasuke lo miró, sorprendido, con los ojos llenos de lágrimas. Con más dolor del que se puede describir.
–No las hay. Ese es el punto.
Convino mientras subía a su rostro para dejar en sus labios un beso tembloroso. Piadoso.
–Pero se sentía tan real. Tan real. Podía sentir mi carne desgarrándose con tanta claridad que pensé en desmayarme.
Naruto ladeó su linda cabeza a un costado, mechones rubios le acariciaron el rostro.
–Yo sé–gimoteó lastimero.
–Eres un monstruo, Sasuke. Un demonio ¿No es así?.–no lo dijo con malicia ni para herirlo.
Hubo un largo y frío silencio, que dijo bastante por si solo.
Sasuke no supo como podía seguir ahí, mirándolo a la cara, con la misma disculpa insulsa colgandole en los labios.
–Lo soy. Un incúbo.
Naruto elevó sus comisuras en un gesto escalofriante.
–Entonces, supongo que después de todo no puedo culparte. Aunque si hubieses mencionado ese detalle antes nos hubieramos ahorrado muchas cosas–el tono casual con el que lo decía era tan punzante como un cuchillo–Pudiste haberme follado muchísimo antes de que esto fuera más lejos y nos jodiera a ambos.
Sonaba curiosamente tranquilo, apacible pero vacío. Terriblemente vacío.
–No es así como las cosas...
La mirada filosa de él rubio lo detuvo. Antes de siquiera empezar a disculparse.
–No me importa. No me interesa cuales eran o no tus intenciones. Eso ya no puede importar menos.–susurró suavemente–Para ser un ente sobrenatural te apegas mucho a los clichés humanos.
–No sé que más decir, no se supone que yo tendría que pedirte perdón, no se supone que esté arrepentido, no se supone que duela, que me enamorara de ti, que hiciera las cosas que hice por ti y que dañarte me esté matando porque eso no se supone que es lo que un jodido incúbo hace.
Los ojos azules lo miraron fijamente, como si acabase de descubrir los colores en su rostro pálido. Algo dentro de Sasuke se retorció dolorosamente. Algo que no se suponía tendría que doler.
Porque no, esto no tendría porque estar pasando.
–No se supone que yo siguiera con vida.
–¿Cómo dices?.
–Tenías que haberme matado–gimió con su voz rompiéndose un poco–Tendrías que haberme terminado de romper porque esto me duele tanto que ni siquiera lo siento.
–¿Ahora eres tu el egoísta? No hagas esto.
Naruto se hundió un poco entre las sábanas mientras las lágrimas se deslizaban sin emoción por sus mejillas regordetas y sonrosadas. Sasuke pensó que en ese momento, como en ningún otro se veía terriblemente hermoso.
–¿Él que seas un incúbo interfiere de alguna manera con mi incapacidad de odiarte?. Porque deseo hacerlo pero no puedo.
–No. Solo eres tu siendo un maldito ángel.
Literalmente.
–¿Por qué te esfuerzas en parecer normal?–preguntó Naruto finalmente mientras limpiaba sus mejillas.
–Porque llevas días sin reaccionar y estoy muriendo de miedo de arruinarlo todo. Otra vez–confiesa sintiendose el doble de idiota–Quiero explicártelo o tratar de hacerlo.
–No eras tu ese día. Te veías diferente. No escuchabas y aunque lo noté desde que he vi, no huí. Corrí hacia la boca del lobo. ¿Acaso me odias?
–No, al parecer los incúbos somos seres muy posesivos, me enferma que tú pudieras...–negó rápidamente–Yo solo no sabía porque de pronto quería hacerte daño.
–Miedo.
Sasuke bufó exasperado. De pronto molesto con la fría insensibilidad del rubio. Porque para él todo seguía siendo tan nebuloso. Estaba en terreno desconocido.
–Tal vez.
–Tenías miedo de que yo fuera a elegirlo.
–No.
–Sí. Cuando nos asustamos hacemos cosas estúpidas. Al parecer en eso no son tan diferentes los incúbos de nosotros.
Y que Naruto lo dijera, con todas sus letras, lástima a muchísimo más que cualquier cosa que Itachi o Kyubi hicieran para entrenarlo.
–No ibas elegirlo–gime vergonzosamente agudo porque se niega a aceptar la posibilidad. No es hasta que su propia naturaleza le falla y la posesividad lo ahoga–Eres mío.
Sasuke se da cuenta que Naruto parece entender todo con bastante rapidez y el miedo lo embarga, le trepa por la garganta y cae hasta el fondo de su estómago.
–No, no iba a hacerlo–concurre Naruto.
"Pero ahora podría hacerlo"
No lo dice, pero Sasuke puede imaginarse su voz diciéndolo y duele. Con un infierno lo hace.
–¿Por qué no?–Sasuke necesita escucharlo. Naruto no dudó en decirlo.
–Porque yo te pertenecía más de lo que alguna vez me pertenecí a mí mismo.
No puede ni quiere evitarlo así que se inclina a besarlo otra vez, agradeciendo a cualquier cualquier providencia divina que hiciese que Naruto lo aceptase aunque fuese por breves momentos.
Deslizo sus labios rotos de tanto morderlos por sobre los de Naruto quien no lo detuvo pero tampoco le correspondió.
Era suficiente el solo sentir su aliento chocando contra si boca y perderse en su cercanía.
–Puedes pedirlo. Puedes mandarme al infierno y me iré, jamás volveré.
–Lo dices como si fuera sencillo.–ríe sin humor.
–¿No lo es?
–"Vete al infierno, Sasuke". Es algo así como decir "Vete a casa".
–En realidad no, somos demonios pero somos mas neutrales de lo que se podría imaginar.
–Neutrales.
Pareció meditar la palabra por unos momentos y luego se acomodó en la camilla para dormir.
–Te permitiré explicarte. No creo que me sirva de algo pero tal vez a ti si.
Entonces se desbordó, le contó todo. Absolutamente todo. El inicio, como lo conoció y el proceso sencillo de enamorarse de él, sus entrenamientos, sus razones, sus sueños. Todo lo que tenía dentro lo sacó en ese instante, con la voz ligera y rápida, atolondrada. Tratando de explicarse y de poner mil y un "quizás" y "hubiera". Intentando arreglar algo, lo que sea, tan solo para dejar de sentirse mundano, débil y despreciable como de aquellas almas que robaba en época de escasez.
Le explicó cuanto lo amaba sin palabras y cuando se halló vacío solo le quedó su propia respiración agitada para llenar el silencio en sus oídos.
Naruto no lo miró ni siquiera una vez pero escuchó cada una de sus palabras, cada una de ellas se le clavaron como espinas por toda la piel pero apenas y emitió más sonido que el de sus respiraciónes.
Recapituló todo a medida que Sasuke le confesaba todo y se dió cuenta que el mismo nunca se enteró cuando es que cayó rendido a sus pies. Era tan confuso.
Pero sabía cuándo fue.
Después de dos profundos suspiros se atrevió a volver a hablar.
–Te perdono, Sasuke.
Los ojos del mencionado se abrieron de sobremanera. Conocía ese tono de voz.
–¿Qué? ¿Qué acabas de...?
–Te perdono. Por eso. Por todo–susurró con los ojos cerrados, respirando lento y controlado.
–No es lo que te pedí.
–Pediste disculpas.
–No esperaba que me las dieras tan fácilmente.
–Está bien. Lo digo en serio–dijo con suavidad mientras de hundía en las sábanas.–Pero no pidas más.
–¿Qué?
Sasuke definitivamente no estaba llorando cuando le dió la mirada más dolorosa que se puede concebir.
–No pidas más porque no hay más.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top