cap 8

El martes, después de tres días del baile de navidad, salí por fin de la escuela por las vacaciones de esta, un mes de pura felicidad en casa. No había hablado con Freezer ni siquiera por mensajes. Supuse que estaba ocupado o algo así que no me preocupé en llamarlo.

Entré a la última clase del día: literatura.

Amaba ésta clase y más por el sexy profesor que tenía. Lindos ojos, con un aroma delicioso emanando de toda su ropa y con un muy buen físico. Siempre salía bien en los exámenes ya que de verdad me gustaba que el profesor dijera que era su mejor alumno

-¡Chicos, chicos, chicos! Tranquilos, sé que están a 40 minutos de al fin librarse de las tareas por un mes, pero, por favor, no nos comportemos cómo monos, ¿bien?

Tomó un libro de la banca de Lilith, la
estúpida chica que siempre coquetea con
él.

-Por favor, abran su libro en el último capítulo. Al final de la clase tengo que tener 27 reseñas en mi escritorio. -exclamo. Todos hicieron sonidos de fastidio a excepción de mí.

Ya había adelantado mi reseña. Mi celular vibró dentro de mí bolsillo del pantalón. Lo saqué y leí el mensaje nuevo.

"Te espero en el baño. Estoy consciente de que no tienes nada que hacer. Kyabe."

Le sonreí a la pantalla. Tomé la reseña y la metí en el libro. En la esquina anoté mi número.

"Por si algún día en vacaciones necesita diversión :)"

Tomé mis cosas, me levanté de mi asiento y me acerqué al profesor Hit. Me miró
mientras caminaba hacia él y sonrió.

-Bien, no me sorprende. - dijo mientras se sentaba a la orilla de la silla de madera-Puedes irte, Frost- me sonrió.

Le corresponde la sonrisa y jugueteé con mi cola

-Nos vemos, Hit.- dije coqueto.

Me di vuelta y salí del salón. Corrí hasta los baños y via Kyabe texteando en su celular.

-¿Con quién hablas?- le pregunté

-Mi novio

-Oh.

Cuando al fin terminó de hablar con su queridísimo novio, fuimos a comer a casa de Abrehel . Cuando terminamos, Kyabe y yo fuimos a mi casa para ver unas películas. La película fue una asquerosidad; zombis comiendo a personas y el último sobreviviente terminó siendo el típico postre de los fenómenos.

-Agh, ¿cómo pudiste hacerme ver esa porquería? - le reclamé a Kyabe. -Abigor dijo que era buena.

-Pues no lo fue. - exclamé.

Tomé el recipiente de las palomitas y bajé las escaleras para dejarlo en la cocina.

Empecé a echarle un poco de agua para quitar el rastro de mantequilla. Una canción empezó a sonar.

- ¿Hola?- contesta.

-¿ Cómo estás, dulzura?

Freezer por fin se había librado de sus múltiples ocupaciones y se dio tiempo para hablar con su alumno primerizo.

-Oh, muy bien,¿ y tú?

-Un poco aburrido, en realidad-bostezó.

-Uhm - torcí el gesto.- ¿A qué se debe su extraña aburrición, profesor? - musité.

-Bueno, mi trabajo no es muy condescendiente. No es mi tipo de trabajo.

-¿por qué trabajas ahi entonces?

-No puedo decírtelo.

-Oh, vamos, no se puede decir que soy tu alumno aún, no te he pagado ninguna clase.

-Pero vas a hacerlo-escuché cómo gritaron a su nombre. Él sólo suspiró frustrado. -Nos vemos el jueves, precioso. Solo llamaba para pedirte que nos veamos en el hotel "Zephar"

-Oh, claro. ¿A qué hora?

-A... ¿las siete te parece bien?

-Perfecto

-Bien. Hasta el jueves.

-Hasta el jueves.

El sonido de la línea muerta se escuchó tras la bocina. Subí las escaleras para regresar con mi amigo.

A la media noche, mi amigo tuvo que irse ya que su mamá no quería que se quedara en mi casa, así que, me quedé una noche más solo en mi casa. Tenía insomnio así que en lugar de meterme a la cama, me metí en el jacuzzi de mi baño. Puse unas velas y un poco de música para acompañar mi delicioso baño. Alguien decidió llamarme.

Vi la pantalla del celular y sonreir.

-Profesor...

-¡Carajo! Pensé que estabas durmiendo -musitó.

-¿Y maldice por eso?

-Solo... lo lamento.

- No debería. Su llamada es demasiado grata ahora mismo.- dije con voz provocadora. Al parecer lo notó porque hizo lo mismo.

-¿Ah sí?

-Ajá.

-Dime... ¿por qué es tan grata?

-Bueno, me gustaría practicar lo que he aprendido, si no es mucha molestia-meti mi mano al agua y la saqué haciendo que un chorro saliera y volviera a su lugar de nuevo.

-¿Cómo vas a practicarlo?

-Tenía pensado invitar a venir. Mis padres no están y tengo muchas ganas de aprender algo antes del jueves.

-¿Qué quieres decir con eso? - preguntó confundido.

-Dios mío. Quiero que venga a mi casa... es miércoles, creo que no estaría mal adelantar la clase.

-Bueno, no estaría nada mal- susurró tentador.

-Entonces, ¿viene?-le pregunté. Sentí una punzada en mi estómago en el momento que dije eso.

-Voy en camino, querido Frost.

-Amo que diga mi nombre de esa manera, señor Freezer

-El mio suena mejor saliendo de tus labios - colgó.

Rápidamente sali de la tina y me enredé en una toalla. Tomé la crema y la embarré rápido en mi piel. Puse un poco de perfume cerca de mi cuello y mi pecho. Me quedé en toalla sentado en una silla de la cocina. El timbre sonó. Sonreí y corrí a abrir.

Me asomé por el visor de la puerta y ahí estaba mi adorado profesor. Llevaba puesto unos jeans, una playera blanca y una chaqueta de cuero. Abrí y posó su mirada a mí.

-Te ves muy bien- dijo mientras se acercaba a mi.

- Tú te ves muy bien.

Reimos al mismo tiempo. Entró y cerró la puerta detrás de él mientras me seguía hasta mi habitación.

-¿Cuál sería la clase de hoy?- le pregunté mientras me sentaba en la orilla de mi cama.

-Bueno, me fascinaría enseñarte posiciones.

Mordí mi labio.

-Pues, estoy abierto a lo que me enseñe.

Sonrió malicioso. Se acercó a mí. Tomó mi mentón con sus dedos e hizo que siguiera su mirada.

-Pero antes, quiero relajarte. No me gusta que estén tensos antes de enseñarles algo.

Sus dedos bajaron por mi cuello hasta la separación de mis pezones. La toalla se arrugó debajo de su dedo indice y empezó a soltar sobre su mano. Tomé una bocanada de aire y empecé a sentir la excitación recorrer cada uno de mis músculos. Me levantó de la cama y me hizo recostarme en ésta. Sonrió y se puso encima de mi a horcajadas.

Sus manos a mis costados, su rostro encima del mío y su respiración al compás de la mia.

Puso su mano en la esquina de la toalla y empezó a deslizarse suavemente hacia abajo. Mi corazón se aceleró y lo único pude hacer fue cerrar los ojos. Abrió la que toalla encima de mi cuerpo y la jaló a un costado para quitarla por completo. Besó mis labios mientras bajaba su mano hacia mi pelvis. Bajó más y más. Toco mi entrada. Empezó acariciando y luego metió su dedo en mí. El ritmo era lento y suave hasta que se volvió duro y rápido.   Mi cuerpo no solo quería su dedo, quería tenerlo dentro de mí de nuevo.

-Oh, Freezer .. mete tu... - pense en la palabra menos vulgar para señalar su pene, así que sólo puse mi mano encima de su miembro y lo acaricié lentamente.

Sacó su dedo y empezó a lamer mis pezones. Quité el cinturón de su pantalón y desabroché el botón del pantalón para luego bajar el cierre. sonreí me beso nuevamente en los labios y su lengua pidió permiso para invadir mi boca. Concedido.

Su lengua era un juego perfecto para la mia. Sus movimientos eran Suaves, pero apasionados y me encantaba que hiciera eso. Se separó de mí y se levantó para quitarse el pantalón y la camisa, pero me dejó de trabajo del bóxer. Metí mi mano en el bóxer y acaricié más rápido el miembro de Freezer. Le saqué el bóxer e hice que se pusiera encima de mí nuevamente. Beso mis labios de nuevo y empezó a poner el condón en su miembro. Cuando al fin estuvo listo, metió su pene muy pero muy lentamente.

-¿Duele?

-Solo un poco - contesta.

Se inclinó hacia mí y empezó a hacer movimientos más rápidos. Sus embestidas me volvían cada vez más loco, llenándome de placer y deseo.

-Ah, más-grité. Envié mis manos a su trasero empujándolo a mí.

-Oh, joder, Frost.-jadeó.

Abrió más mis piernas e hizo sus movimientos más rápidos.

Su miembro  caliente entraba y salía de mí trasero, después se movió en círculos y fue más rápido. Empezamos a jadear, incesantes. Agarro mis muñecas y alzó mis brazos justo arriba de mi cabeza y se mantuvo agarrado a mis muñecas mientras recorría mi cuello con sus labios. Se abalanzó hacía mi lentamente, con cuidado, pero voraz.

El fuego entre nuestros cuerpos era impresionante, casi imparable.

-¿En qué piensas?- dije entré jadeos.

-En lo mucho que... - soltó un gruñido. - ¡Satan! - gritó.

Mis paredes abrazaron su miembro  todavía más, juntando de una vez por todas nuestras emociones en una. Estábamos llegando al éxtasis.

-¡M-me vengo, Freezer!-grité apasionado.

-Ah... Yo, yo también - gruñó.

Al final los dos sacamos suspiros incontrolables, palabras incesantes y yo, una que otra lágrima. Aún me dolía un poco ahí abajo.

-Me hiciste sentir en las estrellas - dijo
Freezer mientras se acomodaba a un lado
mío y recorría todo mi abdomen con su dedo índice.-Me fascina tu abdomen- Sonrío de lado y yo solo pude levantarme y volver a ponerme mi ropa encima. Él hizo lo mismo.

-¿ Empezamos con la clase?

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