★⌒ヽExtra 3

Extra 3: ¿Quieres ser nuestro novio?

—Entonces... ¿Para qué venimos a este lugar? —Chan pregunta a su esposo mientras entran a la pequeña cafetera junto a Changbin y Seungmin.

—¡Quiero que conozcas a mi amigo! Changbin y Minnie vienen solamente porque todo pagaré yo y ellos quieren comer —Jeongin responde con una sonrisa, caminando hacia una mesa de las del fondo.

—¡No es por eso! —se queja el demonio de la Gula bufando levemente—. Ni Bin ni yo conocemos mucho el mundo humano, nos conocimos allí abajo y nunca tuvimos citas reales.

—¿Y por eso tienen que interrumpir mi cita con mi esposo? —esta vez Chan habla, recibiendo un golpe de Changbin.

—Por eso mi hijo me enseñará bonitos lugares a dónde llevar a mi novio —Changbin sonríe hacia Chan quien solo le saca la lengua.

—¡Lix! —la voz de Jeongin hace que los tres miren hacia donde este miraba, encontrándose con un chico vestido con una camisa blanca, un pequeño crop top celeste encima, pantalones vaqueros y una boina blanca en su cabeza.

Tanto Seungmin como Changbin no pueden apartar su vista del bonito chico de apariencia tierna y el mismo pensamiento inunda la mente de ambos.

"Es jodidamente lindo"

—Innie, hola. ¿Con quiénes viniste hoy? —el desconocido se acerca a su mesa con una tierna sonrisa en su rostro, un pequeño delantal cubre parte de su vestimenta y pueden deducir que es ahí donde trabaja el chico.

—Bueno, mi esposo Chan, quien ya conoces por las fotos que te mostré, mi papá Changbin y su pareja Seungmin.

La vista del desconocido cae sobre Changbin y Seungmin quienes, sin entender el por qué, separan sus manos que hasta el momento se encontraban unidas y lo miran de igual manera.

—Es un gusto conocerlos, yo me llamo Lee Félix y espero poder llevarme bien con ustedes —el desconocido por fin se presenta y tanto Changbin como Seungmin piensan que el nombre le queda perfecto. Félix se acerca a los dos mayores y, con una pequeña libreta en su mano, les sonríe—. ¿Podría tomar su orden?

—E-eh sí —Seungmin muerde su labio mientras baja la mirada, sonrojado—. Me gustaría tan solo un café con una tarta de chocolate.

Y tu número también si es posible, piensa con una pequeña sonrisa.

—Yo quiero lo mismo —esta vez habla Changbin sin apartar la vista del chico. Jeongin empieza a sospechar de lo que está sucediendo. Félix anota los pedidos con una sonrisa y luego se gira hacia Chan y Jeongin. Ni de esta manera Changbin y Seungmin apartan la vista de él.

—Yo quiero un batido de chocolate con, uhm, una tarta de hojaldre —Chan pide esta vez con una sonrisa.

—Yo pediré luego, ahorita quiero ir a hablar con el gruñón de Wooyoung. Vamos, Lix —Jeongin se levanta de su asiento y, agarrando el brazo de su amigo, camina hacia donde era la cocina, frunciendo su ceño al ver que tanto Changbin como Seungmin seguían mirando atentamente a Félix.

—Bien, mi novio junto el mocoso ya se fueron, ¿me pueden decir por qué lo ven con tanta intensidad? —Chan va directo al punto viendo a ambos chicos—. Es decir, apenas podían hablar cuando les preguntó su orden.

—Exageras, Chan, solo lo veíamos como una persona que recién conocemos, deja de inventar cosas donde no las hay —Seungmin suelta un pequeño bufido intentando desviar la atención.

—Exacto, de seguro es porque terminaste de ver tus dramas de triángulos amorosos y ahora necesitas ver uno donde sea —Changbin murmura viendo al chico aparecer nuevamente para atender otra mesa.

Seungmin lo mira también. Aquel chico tiene algo hipnotizante y no puede entender qué es.

—¿Crees en el amor a primera vista?

—También lo has sentido con aquel chiquillo, ¿no? —Changbin se gira hacia Seungmin.

Horas después de salir de aquel café siguen pensando en el bonito chico con apariencia similar a la de un pollito y de nombre Félix. Ahora se encuentran tirados en el piso del apartamento que comparten.

—Es que de verdad era demasiado hermoso... —Seungmin suspira, llevando sus manos a su rostro—. No sé si lo sentiste, pero cuando lo miré a los ojos te juro que me quedé hipnotizado, su tierna mirada me dejó de esa manera.

—También lo sentí —murmura esta vez Changbin, mirando a su novio.

—¿Lo intentamos?

—¿Qué?

—Ya sabes, conquistarlo.

—Tal vez lo asustaremos.

—Prefiero eso a no hacerlo.

—Tal vez no le guste tener una relación de tres.

—Entonces que nos rechace, aprenderemos a vivir con eso.

Se quedan en silencio unos segundos antes de que otro suspiro saliera de los labios de Changbin y se sentara. Seungmin imita a su acción y ahora ambos se giran para quedar frente a frente.

—Bien, pero no vayamos muy rápido, podemos asustarlo.

—Le quitas lo divertido a la vida, Bin.

Seungmin ríe, pero acepta. La pareja se mira con una sonrisa antes de levantarse para caminar hacia la habitación que comparten y acostarse en la gran cama.

—Siempre sentí que algo nos faltaba —confiesa Changbin, abrazando por la espalda a su pareja—. Tal vez ese chiquillo es lo que...

—Tal vez sí —Seungmin le corta, acariciando sus manos—. Solo prométeme que no me dejaras si esto sale mal.

—Jamás lo haría, mi corazón está contigo y lo estará para siempre al igual que mi alma —el rizado deja un casto beso en el cuello del pelinegro—. Después de todo nos unimos hace mucho tiempo, ¿lo recuerdas?

—Éramos niños cuando eso pasó —el de cabello lizo sonríe, apegándose más al cuerpo de su mayor—. Dos niños aprendices de demonios para ser contenedores, haciendo un pacto de sangre con el que unieron sus almas por la eternidad, ¿no suena idiota?

—Nosotros éramos dos niños idiotas —Changbin cierra los ojos, dispuesto a dormir—. Aunque esa fue la mejor idiotez que pudimos hacer.

Seungmin ya no responde. La sonrisa en su rostro y el sonrojo cubriendo sus mejillas deja claro muchas cosas. Él tampoco se arrepentía de aquel pacto de sangre que hicieron siendo tan solo niños de 12 y 10 años. Hace más de 100 años aquello y el recuerdo seguía vivo en su mente como si hubiera sido ayer.

Seungmin y Changbin entran a la cafetería en la que habían estado el día de ayer con una sonrisa. Sus miradas buscan de inmediato al castaño con el que se encontraron el día de ayer y sonríen al encontrarlo. Está allí y su vestimenta no es muy diferente a la del día anterior.

Félix lleva una camisa blanca, pero ahora con un crop top color canela suave, un pequeño pañuelo de colores rosa con blanco está atado alrededor de su cuello y unos jeans de tiro medio haciendo conjunto. Se ve perfecto.

La pareja camina hasta una de las mesas y esperan pacientes el ser atendido. No pasa mucho tiempo hasta que el pelicastaño está allí listos para tomar su orden.

—Oh, ustedes vinieron ayer con Jeongin —Félix les sonríe al verlos—. ¿Pedirán lo mismo que ayer?

—Uhm, yo no. Pediré otra cosa —Seungmin tiene que morder su mejilla para no decir lo que quiere, se supone que le prometió a Changbin no asustar a Félix—. Querré, uh, un licuado de frutilla, un sándwich y una porción de tarta de chocolate —ordena con una sonrisa. Félix asiente con una sonrisa y finalmente se gira hacia Changbin que también debe retener su lado coqueto. Una tarea difícil teniendo en cuenta que es el recipiente del demonio de la lujuria y está en su sangre el ser coqueto.

—Yo pediré tan solo una tarta de frutilla junto a un jugo de naranja.

—Está bien, en unos minutos les traigo su pedido —Félix hace una pequeña reverencia antes de darse la vuelta sintiendo el cansancio invadir su cuerpo, otra vez está teniendo un ataque.

—Es muy difícil —se queja Changbin apenas el castaño desaparece de su campo de visión. Seungmin asiente dándole la razón—. ¿No te parece algo extraño? Siento que lo conozco de algún lado.

—Yo también —coincide Seungmin mirando al chico atender otras mesas—. Pero no lo sé, tal vez y es solo un deja vu de vidas pasadas.

Bromea el menor haciendo que Changbin riera, ellos no tienen vidas pasadas, solo recuerdos de contenedores antiguos y ellos se la pasaban en sus reinos. Nunca salían al mundo humano a disfrutar.

Los minutos pasan hasta que el castañito vuelve a acercarse a su mesa esta vez con su pedido en una bandeja.

—Bien, un licuado de frutilla, un sándwich y una porción de torta para ti —Félix deja todo el pedido de Seungmin frente suyo sonriendo—. Y un jugo de naranja con tarta de frutilla para ti —ahora deja el pedido en frente de Changbin, sin embargo, en la pequeña bandeja aún queda un vaso con lo que parece licuado de durazno junto a un pequeño plato que tiene una porción de torta—. ¿Les molesta si me siento a pasar mi descanso con ustedes?

La pareja se mira con sorpresa, sin embargo, niegan con la cabeza y luego asiente, dando a entender que sí podía pasar su descanso allí. Félix sonríe y se hace un lugar al lado de Seungmin, saca su licuado junto a su torta de la bandeja y así dejarlos en la mesa para finalmente dejar la bandeja en sus pies.

—Entonces... —Lee le da un sorbo a su bebida antes de volver a hablar—. Gula y Lujuria, ¿cierto? —pregunta, causando impresión en los dos demonios—. Es imposible no reconocerlos, ayer no dije nada porque bueno, no sé si Jeongin y su esposo lo saben.

—En realidad, estamos aquí gracias a ellos —admite Seungmin tomando de su licuado—. Jeongin también era un demonio, pero a diferencia de nosotros, él fue convertido por Changbin.

—Oh, así que por eso no se asustó cuando le conté de mis ataques —Félix sonríe y lleva una de sus mano al centro de su pecho, haciendo una pequeña reverencia—. Lee Félix, recipiente del demonio de la pereza.

—Oh, ahora sé por qué me sonabas tanto —Changbin sonríe, recordando cuando escuchó hablar del chico—. Eres el demonio que nunca está en su lugar, siempre está en el mundo humano.

—Exactamente, allí abajo es muy aburrido como para vivir cientos de años, así que llevo años aquí arriba, es más divertido —Félix se encoge de hombros, dándole otro sorbo a su licuado.

—Lo sabemos, abajo no hay muchas que hacer —Seungmin sonríe mientras una de sus manos se dirige al pañuelo que el castaño tiene en su cuello—. Lo prometí, pero realmente no soy alguien de paciencia. Queremos que salgas con nosotros, los tres en una cita.

—¡Seungmin! —regaña Changbin mientras Félix explota en carcajadas, sorprendido y avergonzado por el atrevimiento del demonio de la gula.

—Acepto, pero no se quejen si me siento cansado en medio de la cita.

Félix sonríe dejando a los demonios restantes embobados. De verdad aquella sonrisa los ponía tontos, bueno, más de lo normal.

—¿Por qué tan formales a una cita? —murmura Félix viendo a sus, casi, novios vestidos de traje.

—Porque es la cita número 50, la mitad de cien y tenemos una sorpresa —responde Seungmin sonriendo como niño pequeño mientras toma la mano del castaño.

—¿Las contaron? —pregunta el castaño tomando la mano del rizado. Quedando así entre medio de sus los dos demonios.

—Tal vez, además, ya son 250 días desde que nos conocimos —esta vez habla Changbin mientras los tres empiezan a caminar.

—Ustedes realmente... me sorprenden —declara Félix negando con la cabeza, de verdad aquellos chicos lo sorprenden cada día más.

Los minutos pasan en total silencio, pues ninguno de los tres dijo algo más luego de eso. Changbin y Seungmin porque estaban nerviosos y Félix porque él tuvo la palabra al último, no tiene nada qué decir.

—Shh —Changbin suelta la mano del castaño para ir detrás suyo y ponerle un pañuelo para tapar su vista—. No te lo puedes sacar hasta que digamos, ujum.

El castaño bufa, pero asiente mientras se queda quieto, siente a ¿amigos? moverse, pues Según ya no está agarrando su mano, y eso le impacienta aún más. Quiere arrancarse el pañuelo que tapa sus ojos, sin embargo, no quiere arruinarle la sorpresa a Seungmin y Chan.

—Bien, puedes quitarte ese molesto pañuelo —Seungmin le indica.

Félix no tarda en obedecer y se quita el pañuelo observando la escena que tiene en frente. Los dos chicos están apoyados en una rodilla como si fueran a pedir matrimonio. Changbin sostiene la cajita con una de sus manos mientras que Seungmin la abre, sus brazos libres forman un corazón entre los dos.

—¿Quieres ser nuestro novio? —hablan al mismo tiempo con una sonrisa en el rostro al terminar.

Félix no sabe si reír por lo tonta que es la propuesta, o asentir efusivamente para indicar que sí quiere ser el novio de aquellos dos idiotas. Finalmente, opta por hacer ambas al mismo tiempo mientras se acerca a los otros dos demonios para abrazarlos. Seungmin y Changbin se sonríen de manera triunfadora mientras abrazan a su ahora novio.

—Mira, te mandamos a hacer este anillo —Changbin se aleja un poco tomando la pequeña cajita—. Cuando Seungmin y yo empezamos nuestra relación, yo tenía un anillo con su inicial y él uno con la mía, al conocerte y empezar a salir contigo decidimos cambiarlos y hacer uno para ti.

Félix mira el anillo que ahora sería suyo, es de oro y tiene escrito un bonito "C&S". Luego mira el de Changbin que tiene "S&F" y finalmente, mira el de Seungmin que tiene "C&F"

—Realmente son unos cursis —ríe Félix, abrazando con fuerza el cuerpo de los dos contrarios.

—Uhm, así de tontos nos quieres, por eso aceptaste ser nuestro novio —reclama Seungmin, sonriendo.

Félix no tiene nada que responder, solo puede quedarse abrazado a ese par de bobos que robaron su corazón ocho meses atrás a primera vista.

Adaptación finalizada. ¡Gracias por leer!

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