🍭 ፧ 𝘃𝗲𝗶𝗻𝘁𝗶𝗰𝘂𝗮𝘁𝗿𝗼 • ✦⁾

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—Si te pones a pensar en todas las cosas que odias de tu vida, te llevaría más tiempo del que te tomaría pensar en las cosas que amas de ella —dijo Jake.

El chico lo había estado visitando de vez en cuando para subirle el ánimo.

Estaba mejor, aunque cada que Taehyun y Soobin le pedían que recapacitara sobre la situación de Somi y Félix, acababa en horribles discusiones que lo llenaban de estrés y Jake estaba ahí para ayudarlo.

Heeseung también lo visitaba y sus llegadas eran gloriosas, sin embargo con él siempre eran bromas y chistes, y con Jake todo era más serio.

—Lo sé, es sólo que...son tantas cosas —Beomgyu y él podían estar días enteros hablando y no se cansaban.

Se entendían tan bien que incluso los silencios que tenían formaban un aura más tranquila.

—Lo sé, Gyu. Es difícil pero aunque no lo creas, morir es necesario. A lo que voy es. En cualquier momento nos llegamos a aburrir de las cosas. Canciones que antes amábamos las podemos llegar a odiar a causa del tiempo. Si el humano fuera eterno entonces no valoraría nada. Podría tener todo pero llegará un momento en el que todo se vuelve monótono. Si fuéramos eternos no valoraríamos la salud. No valoraríamos a las personas. No nos valoraríamos a nosotros mismos. Si no conoces el dolor, ¿Entonces cómo conoceremos el placer?

Beomgyu sabía que esas palabras eran ciertas.

Gente casada de años se aburría de su pareja. De su vida.

No quería ser como su madre. Llegar a cierta edad donde la única persona que tienes pierde interés en ti.

No quería voltear al pasado y ver que no había aprovechado su vida. 

Ya no tenía quien lo detuviera. Sus padres, los que elegían todo por él, ya no estaban.

Pero, ¿Realmente era libre?

Incluso muertos, Beomgyu no podía evitar querer complacer a su simple recuerdo.

Si quería podía casarse con Taehyun, Soobin y Jake.

Si quería podía divorciarse. Podía huir con Jake al lugar que quisiera pero...

No.

Su corazón ya estaba demasiado involucrado con otras dos personas.

Por muy difícil que fuera para él creerlo. Jake era mayor que él.

Había viajado a trabajar a China, sin embargo nunca pudo dominar el idioma y volvió a Corea a repetir los siete años que había perdido en ese país. Viviendo al día y apenas comiendo.

La vida no había tratado bien al chico pero ahí estaba, tan firme y mayor. 

Había salido adelante sin rechistar. Ni siquiera había conocido a sus padres. Realmente no tuvo a nadie con él en un principio pero la vida le había enseñado a ser feliz.

Beomgyu admiraba su fuerza y le daba un poco de esperanza.

A pesar de lo que pasaba si Jake había salido de todos aquellos problemas, los suyos no eran impedimento.

—Gracias hyung.

Jake no respondió, simplemente sonrió. Sonrió tan hermosamente como él sabía.

Le contó sobre su sueño.

Sobre cómo sentía que caía y de momento a otra despertaba.

También le contó sobre lo que le decían de los ángeles.

Que algunas veces te hacían caer.

—Los sueños simplemente son representaciones de tus pensamientos. Tu mismo sin darte cuenta estás pensando en todas aquellas cosas que quieres o que muy en el interior deseas. Aunque en el ciclo del sueño en algunos casos. Tu cuerpo en vez de inhibir la contracción muscular, la aumenta. Causando que tus pulsaciones bajen y al llegar casi hasta cero tu cuerpo lo interpreta como si estuvieras a punto de morir y envía un choque para que despiertes.

Beomgyu se impresionó de lo sabio que era su hyung y este sólo se encogió de hombros.

—Me gusta mucho leer.

—Eres genial hyung.

. . . . . . . . . . . . . . . . ꒰ ☁︎ ꒱ ,,  ⌲ 

Taehyun miró a Beomgyu durmiendo.

Normalmente su prometido lo recibía con los brazos abiertos cada que llegaba pero esa vez se veía demasiado cansado.

Le habían llegado demasiadas cosas encima de golpe y el pálido parecía estar roto.

Taehyun se fue desvistiendo y se puso un pantalón de pijama para acostarse tras el chico, abrazando su pequeña cintura.

—Taehyunnie— Beomgyu habló con voz adormilada—. Llegaste, perdón estaba cansado.

Taehyun se maldijo a sí mismo por haber despertado a su hyung.

—Está bien amor. Lamento despertarte.

Beomgyu se volteó, quedando frente a frente del menor.

Llevaba una camisa hasta los muslos y su castaño negro revuelto. 

Tan hermoso.

Beomgyu se menospreciaba a sí mismo. Solía decir que era muy delgado o muy blanco. Que era muy pequeño o que odiaba que sus ojos fueran tan pequeños. 

Pero lo que él tomaba como defectos, Taehyun lo veía como perfectos rasgos.

¿Por qué le exigía tanto a su cuerpo?

Taehyun nunca había tenido problemas con su físico. Por más que le dijeran que su nariz era grande, él pensaba que no estaba mal.

—Lamento despertarte hyung. 

Kang acarició las delgadas y blancas piernas de su hyung, haciéndolo sonrojarse.

—Taehyunnie…

—Hyung, me encantan tus piernas.

Kang se colocó en medio de estas haciendo sonrojar aún más a su mayor. 

—Taehyunnie…

—Dejame...sólo déjame tocarte hyung. Sólo eso.

Beomgyu lo miró sin decir nada y Kang simplemente acarició las piernas de Choi. 

Bajo hasta ellas y las besó.

Beomgyu cubrió su boca para no soltar ningún gemido, sin embargo ambos se detuvieron.

Beomgyu ya no tenía porqué callar sus jadeos ya que Félix ya no estaba ahí.

Taehyun ya no se enojaba por ver todos los juguetes del niño botados por ahí.

Félix ya no estaba iluminando la vida de Beomgyu ni haciendo enojar a Kang.

El niño que era su luz se había ido y su simple recuerdo revolvió el estómago de Beomgyu.

Taehyun se detuvo al ver las lágrimas de su prometido cayendo en sus mejillas y las limpio con sus pulgares.

—Hyung…

—Fue mi culpa Taehyunnie… Yeonjun ya no sabe dónde está Félix. Somi se fue. Él era mi hermano y ahora no sé dónde está.

Taehyun consoló a su hyung acariciando su cabello.

—Los encontraremos.

Abrazó a Choi queriendo quedarse junto a él ahí, abrazándolo para esperar con su hyung el día de su boda que no llegaría.

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