🍭 ፧ 𝘁𝗿𝗲𝗶𝗻𝘁𝗮 𝘆 𝗱𝗼𝘀 • ✦⁾
Beomgyu miraba a su alrededor.
¿Dónde está?
La pregunta pasaba una y otra vez.
Estaba asustado.
Caminaba mientras sollozaba por las calles.
Félix.
¿Dónde estaba su hermano?
Era su culpa. Él lo había descuidado pero sólo le había quitado la vista por unos segundos.
Tan sólo unos jodidos segundos.
Había llevado al zoológico a Félix y a sus amigos. Debía haber escuchado a Yeonjun cuando le dijo que fuera con un guardaespaldas.
—Beomgyu hyung, yo… no sé dónde está Félix.
Jeongin lo miró con ojos tristes.
Se sentía inútil, asustado.
Sus piernas no respondieron y cayó al piso.
Había gente buscando a su hermano por todos lados en el zoológico.
Lloraba en el piso pues no sabía donde estaba Félix.
Chris y Jeongin se miraron un momento.
También estaban preocupados por Félix. Había sido un instante en el que miraban a los chimpancés cuando al voltear el niño no estaba.
Los brazos de los pequeños envolvieron al mayor. En ese momento solo debían darle su comprensión.
…
Somi no parecía escuchar a nadie.
Cuando Beomgyu la vio. Tenía la barriga ligeramente abultada por su embarazo y la mirada pérdida.
Su corazón se estrujó.
—Nonna...
Hyuna lo miró, y para sorpresa de Choi, lo abrazó.
Lo abrazó con todas las fuerzas que su delicado cuerpo tenía.
—No es tu culpa osito Gyu. Tranquilo.
Beomgyu se sintió aún peor.
Él la había juzgado tanto cuando ella no parecía reprocharle nada.
Ambos lloraron en el otro.
—Fue tan sólo un segundo. Perdóname nonna, perdón.
Somi simplemente lloraba.
Le dolía verla así y haber sido el causante de todo.
Su vida volvía a ponerse de cabeza.
Sintió un fuerte jalón separarlo de su nonna.
Yeonjun.
El mayor tomó con fuerza a Beomgyu y lo estampó contra la pared mientras apretaba su cuello.
Choi perdía la respiración y apretaba las fuertes manos de su hermano mayor.
—¡¿Cómo es posible Beomgyu?! —Beomgyu sentía que se lo merecía, sin embargo las lágrimas de ambos chicos corrieron por sus ojos—. ¡¿Es acaso tu maldita venganza?! ¡Félix no tenía la culpa de nada!
Somi trató de separarlos, pero era muy débil. Yeonjun le dio un simple empujón que la tiró.
Taeyeon llegó y miro la escena anonada. Llamó a la seguridad pero tardaban demasiado.
La cara llena de ira de Yeonjun era lo único que sus ojos veían.
Su cuerpo se aferraba a la vida buscando respirar, pero Yeonjun era demasiado fuerte.
—¡Yeonjun, suelta a tu hermano!
La voz de Kai irrumpió y apartó a su esposo de Choi.
Beomgyu cayó al piso y hasta ese momento los policías entraban y con ellos Soobin, el cual corrió hacia él para abrazarlo.
—Hyung, ¿estás bien? ¿Qué pasó?
La garganta de Beomgyu dolía cuando trataba de hablar. Sus cuerdas vocales emitían simples sonidos ahogados y Soobin lo cargo.
—Debería llevarlo al hospital.
Kim pasó con su esposo en brazos al hospital. Ese jodido lugar en la que Beomgyu se la había vivido.
Soobin miró mal a Yeonjun cuando pasó, sin embargo caminó hacia la salida.
Odiaba el hospital. Lo hacía sentirse inútil. Ni para vivir servía.
No podía creer que se liberaba de un problema para meterse en otro.
Pasaba por constates e innecesarias depresiones.
Por más que quiso negarse a ir a aquel lugar, Soobin seguía llevándolo.
Quería quedarse. Quería buscar a Félix. Quería arreglarlo todo.
Quería abrazar a Soobin para que lo consolara, quería besar a Taehyun para sentirse querido.
Quería tener a Félix otra vez en sus brazos.
Su celular sonó.
¿Beomgyu había olvidado dejar el celular cuando el policía se lo había pedido?
No.
Ese no era su celular.
¿En qué momento alguien le había puesto el aparato encima?
Ya estaban en la camioneta, Soobin se percató de lo que ocurría y contestó.
—Pon el altavoz —la persona al otro lado de la linea contestó.
Soobin miraba calculador, parecía pensar todos sus movimientos pues la situación era crítica.
—Ya lo estás.
—Muy bien —fue un momento de silencio hasta que del otro lado de la línea contestaron—. Tengo al niño.
Beomgyu sintió su corazón detenerse.
—¿Qué quieres?
—No es dinero si es lo que piensas. Es algo más. Mucho más importante. Simplemente deben saber que los estamos vigilando. Sabemos porque Beomgyu no puede hablar. No hablen con nadie. La policía investigará por su cuenta.
—Quiero oír al niño. Quiero saber que esta bien —la voz de Soobin sonó firme. Beomgyu habría fallado en ese momento.
La línea se pausó por un segundo.
—Hyung...
Era Félix.
Beomgyu comenzó a llorar pero no podía hablar. Cubrió su boca y miró a Soobin.
—Félix, campeón, ¿Éstas bien?
Soobin miró hacia el suelo. Triste.
Félix era un lucero. La noticia tenía a todos pendientes.
—¿Soobin hyung? ¿Dónde están? Tengo miedo.
El pecho de Beomgyu se estrujaba con cada palabra.
Era injusto. Era malo.
Era un simple niño. ¿Cómo podían hacerle eso?
—Estarás bien, Fefe. Sólo espera un poco. Vamos por ti en cuanto podamos…
—Tu tiempo acabó. No le digan a nadie que les hablé. Están advertidos.
Fue lo único que dijo la voz.
Taehyun debía seguir trabajando, pero Beomgyu sabía como le afectaría a Kang.
Por más que lo negara, Kang quería mucho a Félix.
Sin embargo ahora lo que menos le importaba era Taehyun.
Debía encontrar a su hermano.
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