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Los primeros días después del curso habían sido extraños para Beomgyu, y más porque iniciaba la semana con Soobin.

A pesar de haber estado sólo una semana apartado del mundo, se sentía fuera de lugar en su cama cómoda y enorme.

Era lunes y Soobin estaba en la universidad, mientras Beomgyu, como siempre, estaba sólo.

Se sentía extraño no tener la constante presencia de Taehyun frente a él quejándose de todo.

Durante una semana no se habían separado para nada. 

Beomgyu dormía en los brazos de Taehyun y ahora cuando despertaba, ya no estaba con él.

Aquel curso los había unido más que nunca. 

Sin embargo debían recobrar el curso de sus vidas como siempre habían sido.

La gran puerta se abrió y Beomgyu desde el piso de arriba, reconoció el sonido de la puerta abrir.

Corrió escaleras abajo como siempre hacía y vio a Soobin entrar.

Se lanzó al cuello de su enamorado como lo había hecho desde siempre. Pero esta vez no sintió que le correspondiera.

Aún sin entender se separó para ver la cara cansada de Soobin.

—Hola amor —le dijo Soobin desanimado y Beomgyu cambió su semblante a uno lleno de preocupación.

—Soobin, ¿Estás bien?

Soobin le sonrió sin ganas.

—Estoy agotado hyung. La universidad me está consumiendo.

Beomgyu se soltó y lo llevó de la mano al cuarto que compartían.

Soobin se quedó dormido tan sólo su cabeza tocó la almohada y Beomgyu suspiró.

Realmente le habría gustado pasar el rato con Soobin, pero el chico se veía realmente cansado.

Tomó su celular y se puso a jugar un rato con él hasta que se aburrió.

Se aburrió como siempre lo hacía.

El timbre sonó y con miedo a que Soobin despertara se fue rápidamente a ver quien era.

—¡Hyung! —Heeseung lo abrazó.

Hacía casi un mes que no veía a su mejor amigo porque este se había tenido que ir un mes de Seúl a visitar a su hermana que al parecer, estaba embarazada.

—¡Heeseung! ¿Qué tal?

Beomgyu lo invitó a pasar.

—Soobin está exhausto. Está durmiendo en su habitación ¿Quieres comer algo? 

Heeseung negó.

—Ya comí, gracias hyung. Sólo vine a saludar.

Beomgyu asintió sentándose con Heeseung en el gran sofá de los Kim.

—¿Y qué tal todo? 

Lee sonrió a más no poder.

—En nueve meses seré tío. La verdad mi ingenua hermana aún es muy joven pero ella está feliz, y si ella lo está, yo también.

Beomgyu asintió sonriendo.

—¡Aigo! Que bien Heeseung ¿Y que tal Yuna?

La sonrisa de Heeseung se esfumó y Beomgyu se preocupó de haber dicho algo malo.

—¿Heeseung?

Lee suspiró con aire triste.

—Nos acabamos de enojar. Apenas llegué de Busan y vine a verte. Ella dice que me paso demasiado tiempo contigo pero bueno. Está loca si cree que dejaré a mi mejor amigo.

Beomgyu tragó saliva.

—Heeseung, no quiero ser la razón de que te enojes. Deberías ir a verla. 

Hee negó con la cabeza tan rápido que Beomgyu temió que se rompiera el cuello.

—No hyung. Estoy con ella todo el tiempo. La espero por horas, ¡Literal horas! Fuera del baño de la escuela a que salga. Estoy con ella todos los días en la facultad y la dejo en casa todas las tardes. La paso a recoger en las mañanas y la voy a dejar en las reuniones con sus amigas. La amo y es una buena novia. Jamás me pide cosas materiales y nos turnamos para pagar las cuentas en los restaurantes. Pero simplemente me gustaría que me dejara tener tiempo con mis amigos. Hyung, sabes que te quiero mucho y Yuna no lo entiende. 

Hee soltó un largo suspiro.

Se había desahogado.

—Lo siento, seguro te estoy agobiando con mis problemas.

Beomgyu puso su mano en el hombro de su amigo y le sonrió.

—Heeseung, sabes que nunca me voy a cansar de ti.

Hee le dedicó una mirada iluminada. Tal y como lo había visto alguna vez en los ojos de niño de Soobin, y que hacía tiempo también en Taehyun.

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—Soobinnie —llamó Beomgyu con voz ligera—. Amor, ven. Es hora de comer. 

Soobin se levantó con pesadez y fue recibido por un tierno besito de Beomgyu.

—Heeseung te ayudó haciendo tu tarea. Ya se fue pero dijo que debías descansar. Los primeros semestres en la facultad son horrorosos.

Soobin ya estaba bien. Había dormido al menos cinco horas y se veían por el enorme ventanal de su habitación, los tonos anaranjados del atardecer.

Beomgyu le pasó una bandeja con comida.

—La cocinera fue muy amable y preparó un poco de comida para que te sientas mejor.

Soobin le acarició la cara a su siempre atento prometido. 

No fue consciente de lo bonito que se veía Beomgyu hasta que lo observó de pies a cabeza. Sólo llevaba una sudadera hasta los muslos y un bóxer debajo, dejando sus lindas piernas blancas a la vista.

Comió con calma y luego vio a Beomgyu apartar la bandeja y sentarse en su regazo.

Choi escondió la cabeza en su cuello y comenzó a balancearse.

—Te extrañe Soobinnie.

Soobin enredó sus dedos en el claro cabello de su prometido, dejando caricias y besos en su frente.

—Yo más Beommie. No sabes lo horrible que es regresar muriendo de la escuela y no verte ahí para mí.

Beomgyu aspiró el aroma de Soobin y como solía hacer, restregó su rostro sobre el menor cómo un gatito.

Se envolvieron en caricias y uno que otro ligero gemido salía de los labios del mayor, pero no llegaban a más que eso.

Habían prometido guardar sus encuentros sexuales lo menos posible y controlarse para que no ocurriera lo que había pasado en Japón.

Todos menos ellos creían que eran vírgenes y no querían dar motivos para dudar de la "pureza" de Beomgyu.

Beomgyu le había dado su virginidad a Soobin por el simple hecho de que Taehyun no podía ser el primero. Además de que deseaba a Soobin.

—Beommie, Kai me dijo que debo buscar el anillo de compromiso.

Beomgyu soltó una risita.

—Aún faltan dos años. Además, ¿no se supone que debe ser sorpresa? —dijo Choi.

—Como si no supieras que te voy a pedir matrimonio. 

Beomgyu borró su sonrisa.

Claro que se iban a casar. Pero le habría gustado que fuera sorpresa la propuesta de Soobin.

Le habría gustado tener una vida donde no todo lo hubieran planeado ya.

Dónde hubiera conocido a Soobin en la escuela y después de años de conocerse, Kim al fin se atreviera a pedirle matrimonio en algún lugar romántico.

Sin embargo no le gustaba quejarse.

Nada le faltaba si se referían a lo básico para vivir.

Era afortunado de no tener que trabajar para comer.

Pero se sentía un inútil.

Su vida sólo era ser el esposo de dos hombres.

Era de lo peor...

—Hyung, ¿Estás bien?

Beom asintió.

—Es sólo que...aún me impresiona lo rápido que pasa el tiempo.

Soobin le sonrió y comenzó a darle besitos por toda su cara

Beomgyu amaba que hiciera eso. 

Soobin se acomodo entre sus sus piernas y Beomgyu se tensó.

—Soobin…

—Tranquilo hyung. No voy a hacer nada malo.

Sonrió con picardía y bajo sus besos directos hacia las blancas piernas de Choi.

Si eso era no hacer nada entonces Beomgyu quería ver a Soobin hacerle algo.

Los besos recorrieron sus pálidas piernas y Beomgyu simplemente cubrió su sonrojada cara.

Soobin le subió la sudadera y Beomgyu le apartó la mano.

—No Soobin…

—No me vengas con que ahora no quieres. 

Beomgyu tragó saliva. 

—Si quiero, pero ya lo hicimos una vez y debemos esperar...

Soobin se apartó. Se veía molestó y a Beomgyu le extrañaba verlo así.

—Hyung, tú eres el que siempre me pide hacer esto. Se suponía que debíamos ser vírgenes hasta el matrimonio pero tú no quisiste eso, y ahora que quiero…

—Pero yo no quiero Soobin. Déjalo. 

Soobin suspiro y miró de nuevo a Beomgyu que parecía tragarse las lágrimas.

Su corazón se ablandó y se acercó a abrazarlo. 

—Lo siento hyung. La universidad me está matando. Estoy más estresado de lo que debería. Lo siento. 

Beomgyu aún estaba algo confundido por el repentino cambio de humor de su Soobin.

—Está bien —dijo al final, correspondiendo torpemente al abrazo y dejándose acunar por los largos brazos de Soobin.

. . . . . . . . . . . . . . . . ꒰ ☁︎ ꒱ ,,  ⌲ 

Kang Taehyun detestaba un sin fin de cosas.

Desdé sus padres hasta una mancha en su impecable y costosa ropa.

Pero algo que realmente no soportaba y le enfermaba era que lo llamaran Oppa.

Vivía en Corea, y en la escuela estaba rodeado de chicas con esas costumbres.

Y claro que no era culpa de las chicas. Ellas vivían en una sociedad donde llamarle Oppa a un chico mayor que ellas era normal y no era mal visto.

Pero para Taehyun no había excusas. Si alguien se atrevía a llamarlo Oppa se volvía en su enemigo.

Acababa de entrar al primer semestre en la universidad. Y bueno, estaba en la misma universidad que Kim Soobin y su estúpido grupo de amigos.

La única persona con la que hablaba en la escuela era con Jungwon, quien no paraba de hablar de sí mismo.

Era casi como él. Sólo que Yang Jungwon si tenía "amigos".

Kang era un marginado social en la escuela, y sabía que el único culpable era él.

Él se había comportado como un idiota desde el primer día y no tenía el título de prepotente idiota por nada.

A lo lejos vio a Ezaki Hikaru. La estúpida mejor amiga de Kim Soobin.

Era mayor que ambos y ya estaba en el último semestre en lenguas. 

La chica tenía un extraño atractivo de ojos ligeramente rasgados con un color verde agua intenso.

Aunque era bastante baja de estatura, Kang sabía que tenía un temperamento fuerte.

No fue hasta que la vio frente a él cuando se dio cuenta de que lo había llamado.

—¿Oye? Te estoy hablando baboso.

Kang la siguió ignorando mientras guardaba sus cosas en el casillero.

Después pasó a su lado empujándola sin tanta fuerza.

—¡Oh! Lo lamento, no te vi. Con eso de que mides diez centímetros.

La chica frunció el ceño y maldijo algo que parecía ser japonés.

Cosas tontas que hacían los estudiantes de lengua en esa universidad.

—Escuchame narizón. Yo no tenía ganas de venir a hablar contigo, pero Choi Beomgyu está fuera de la universidad buscándote, Oppa.

Taehyun bufo.

Oppa. Ella lo había llamado así joder.

Y lo más jodido era que ella era mayor que él.

Él claramente podía llamarla Nonna. Pero ella no tenía el derecho de llamarlo Oppa.

Que lo llamara Oppa siendo mayor que él le había molestado más que cuando lo llamó narizón.

—Antes que nada, no soy tu Oppa. Segundo, seré narizón pero al menos no hago el ridículo metiendome a las audiciones del equipo de baloncesto cuando no le llego ni a la cintura a las demás jugadoras.

Hikaru simplemente sonrió.

—Si vamos a hablar de ridículos en los deportes, no te quiero recordar la vez que Jake Shim te opaca en...espera, Jake Shim te opaca en todos los partidos...

Quiso replicar a los comentarios de la chica, pero sus ojos se clavaron en Beomgyu.

El chico hablaba tímidamente con una bola de idiotas del equipo de fútbol americano.

Se fue sin mirar a Hikaru y tomó la mano de Beomgyu para abrazarlo con posesividad. 

—Lo lamento chicos, pero por más blanco que sea mi prometido, él no es como la cocaína que toman para ganar en los partidos. Ahora no se le acerquen.

El equipo de fútbol simplemente miró a Kang con recelo y se fueron.

No querían discutir con el idiota de Kang Taehyun.

Kang tomó la cara de Choi en sus manos y lo obligó a verlo a los ojos.

—¿Qué crees que haces aquí? Este no es lugar para ti. Está lleno de idiotas.

Beomgyu hizo una mueca.

—Quería venir por ti. Ayer cuando empezó nuestra semana me dijeron que estabas fuera por un viaje de promoción. Quería verte.

A Kang le llegó un inesperado color en las mejillas.

Nunca nadie había ido por él a recogerlo sólo para verlo.

—Gracias —dijo casi con miedo—. Vámonos. Te invitaré a cenar a algún restaurante lindo. ¡Pero sólo porque hace mucho no voy! No por otra cosa.

Beomgyu le sonrió divertido.

—Claro. Como usted diga, joven Kang.

. . . . . . . . . . . . . . . . ꒰ ☁︎ ꒱ ,,  ⌲ 

Taehyun y Beomgyu caminaban de la mano.

Realmente era algo incómodo aún ir de la mano, pero debían aparentar estar de lo más enamorados para las cámaras.

Taehyun llevaba los pantalones negros que había llevado su último día de curso porque para él eran especiales.

Llegaron a un restaurante caro y distinguido de la zona alta en Corea. Pidieron una mesa y se sentaron con calma y pidieron sus órdenes.

Los precios eran exageradamente costosos para lo que servían, pero a ellos desde niños se les había inculcado no ver los precios. 

Comieron con calma y hablaron sin tema aparente.

Taehyun había sentido una molestia en el bolsillo delantero de su pantalón, y no fue hasta el postre cuando decidió ver que era.

Era el anillo que le había dado Beomgyu en el curso.

Al principio se enojó porque eso significaba que no habían lavado bien sus pantalones, pero luego se le ocurrió que igual y había pasado por algo.

Tenía un anillo de caja de cereal en las manos y a Choi Beomgyu en un restaurante lujoso.

¿Acaso el destino podía ser más claro?

La pregunta salió de sus labios sin que él se diera cuenta siquiera.

Aún faltaban unos años para que pasara, pero nunca era demasiado pronto para ellos.

—¿Te quieres casar conmigo?

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