🍭 ፧ 𝗱𝗶𝗲𝗰𝗶𝘀𝗶𝗲𝘁𝗲 • ✦⁾
—Lunes —la voz de Irene, su madre. Lo sacó de sus pensamientos—. Estamos a días de tu boda y tú no cooperas cariño, ¿Acaso no quieres elegir un traje?
Beomgyu miró sorprendido a su madre.
—Pensé que tu lo elegirías por mi. Ya sabes, para no perder esa bonita costumbre.
Su madre rodó los ojos.
—Beomgyu, cielo. Ya deja de quejarte, ¿Así te aguantan tus esposos?
Yeonjun rodó los ojos mientras se acercaba a Beomgyu.
Irene y sus dos hijos habían ido a probar trajes para Beomgyu en una glamurosa y sofisticada tienda al centro de Seúl.
Había visto ya varias cámaras captando a su familia, sería una gran noticia y su boda el acontecimiento más importante de ese año en la comunidad gay en Corea.
Choi no quería pensar en que faltaban sólo nueve días para su boda. Su primera boda.
—Gyunnie, tranquilo. Sé que estás nervioso, pero te aseguro que vestido de cualquier forma Soobin estará encantado.
Beomgyu asintió mientras su hermano le acomodaba el saco blanco que llevaba.
A Beomgyu no le gustaba para nada como se le veía el traje, habría preferido uno negro.
Miró a su hermano mayor frente a él mientras recordaba las palabras de Soobin.
»Yeonjun es todo un hombre. No porque le guste el rosa o porque le guste cocinar va a ser menos hombre. Yeonjun pone reglas igual que Kai. Yeonjun defiende sus puntos de vista y ni siquiera es afeminado. Inclusive si fuera afeminado, ¿Cuál sería el problema?«
La figura frente a él, de espalda ancha y gran altura no era para nada afeminada...de no ser quizá por esos labios gruesos y bonitos.
Pero si lo pensaba bien, Kai también tenía labios gruesos y bonitos, pero los rasgos delicados y cincelados de Yeonjun daban una impresión de que él era el pasivo.
Apartó los pensamientos de su mente. Pensar en que rol llevaba su hermano en el sexo...no era nada agradable.
—Hyung. No me gusta el blanco.
—Tu traje debe ser blanco Beomgyu, no hay de otra —reprimió su madre y Yeonjun le dedicó una mirada severa para silenciarla.
Yeonjun sonrió.
—Es tu boda. Puedes llevar lo que quieras, a Soobin no le importara.
Beomgyu le dedicó una brillante sonrisa.
Su hermano era tan fuerte. Era de las únicas personas capaces de contradecir a su madre.
Beomgyu no le podía negar nada a la mujer. Un claro ejemplo era toda su persona. Cada uno de los aspectos en su vida, habían sido consecuencia de decisiones tomadas por la mujer.
—Esta bien. Ni siquiera sé para qué vine si ya no me tienen respeto. Iré a fumar. Hagan lo que quieran.
La mujer se alejó.
Su hermano soltó un suspiro y se sentó frente a él mientras un silencio incómodo se formaba en ellos.
A pesar de ser hermanos, apenas se conocían.
Cuando Beomgyu había nacido, Yeonjun ya vivía con Kai. Yeonjun le llevaba dieciocho años. Ya era un hombre.
Cuando su madre tuvo a Yeonjun era una niña de diecisiete años. No tenía idea de lo que hacía. Había dejado su carrera de modelo por un año que duraba su embarazo y su abuela había sido la encargada de criar al primer hijo Kim.
Cuando su madre entró en los treintas, lo tuvo a él. Para ese momento su abuela estaba muerta y él estaba sólo. Irene no tenía a quien dejarle a su hijo, así que Somi había sido la figura materna más cercana a él.
Beom amaba a su hermano como cualquier persona normal. Simplemente el hecho de estar unidos de sangre habían obligado a Beomgyu a aprender a quererlo. Igual que sus padres.
Además, Yeonjun era muy parecido a él en demasiadas cosas, pues sus vidas habían sido piezas del juego de poder que jugaban sus padres.
Al final ambos habían acabado aceptando su destino, por eso Beomgyu le había llegado a contar muchas cosas cuando era adolecente. Yeonjun era el único consciente de lo que aquella vez en Hawaii había hecho con Soobin.
Sin embargo, conforme pasaba el tiempo, Beomgyu le había perdido interés a su hermano y su hermano a él.
Yeonjun estaba ocupado supervisando sus pasarelas en Corea y sus padres en el mundo. Y Beomgyu últimamente estaba ocupado en pasarelas y había sido invitado a un sin fin de entrevistas que se iba a guardar hasta después de su luna de miel con Soobin.
Beomgyu sabía que su cadera iba a sufrir después de esa luna de miel. Tantos años de abstinencia debían tener su consecuencia.
Beomgyu se sonrojó tan siquiera de pensarlo y se sentó junto a su hermano.
—Mamá ya planeó toda la boda, pero si quieres cambiar algo dímelo y lo cambiare, Gyu.
Beomgyu asintió.
—Gracias hyung, pero estoy bien así. No es como que me fije mucho en esas cosas.
Yeonjun lo miró con algo de decepción, pero estaba acostumbrado a que lo miraran así.
—Vamos Gyu, es tu boda. Mínimo podrías elegir el color de las jodidas servilletas. Mamá puso decoraciones de todos los colores, ¡Parece una jodida selva! Se toma muy en serio eso de la comunidad gay.
A Beomgyu le daba realmente pereza arreglar los detalles de la boda, pero decidió mostrar un poquito de interés y aunque estuvieran a sólo días de el gran día, no dejaría que su madre escogiera todo.
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Llegando a la mansión Kang, Yeonjun dejó algunas de las compras en el gran sofá, y después de dejar un casto beso en la mejilla de su hermano, se retiró a su propio hogar.
Beomgyu pronto estaría igual.
Después de la boda, Soobin y él buscarían una nueva casa donde vivir. Beomgyu esperaba que fuera pequeña, no le gustaba la idea de seguir viviendo en un lugar tan grande con Soobin.
—Hyung —lo saludó Taehyun. Las dos semanas antes de la boda debía pasarlas con Kang.
Beomgyu corrió a sus brazos y colgó sus piernas en la cintura del menor.
—Taehyunnie. Hola.
Tae le sonrió mientras lo cargaba y se sentaba en el sofá con Choi sobre sus piernas.
—¿Cómo te fue? ¿Ya te arrepentiste de casarte con Soobin?
Choi rodó los ojos y besó con fuerza a Kang para no contestar a la pregunta.
Kang abrazó su pequeña cintura mientras lo acercaba más hacia sí.
—¡Beomgyu hyung, Tae hyung! ¡Apastan a mi Ryan!
Ambos chicos se apartaron asustados y observaron al pequeño niño frente a ellos.
Desde que vivía con ambas familias, Felix se había vuelto un niño más extrovertido y también era el causante de las constantes visitas de Yeonjun a su Beomgyu.
Beomgyu se movió de las piernas de Tae mientras el chico se levantaba para sacar al pobre peluche de Ryan que siempre estaba presente cuando ellos hacían algo.
—Los peluches no van en el sillón —lo regañó Kang.
—Van en a cama, peo Omma dice que ustees debedian hace eso en cama.
Beomgyu se sonrojó a más no poder. Y es que no podía debatir eso. Apenas era un niño, no debería ver escenas así tan joven.
—Tienes razón Lix, ven. Taehyunnie hyung nos va a comprar un helado, ¿Si? Pero no le digas a Omma Somi.
Beom tomó en brazos al pequeño niño mientras este sonreía.
Taehyun en cambio resopló molesto y tomó las llaves de la camioneta de Beomgyu, ya que el deportivo no era apto para Felix.
Beomgyu colocó a Felix en la silla para niños después de avisarle a su madre que lo llevarían por un helado.
Casi parecían una familia.
Beomgyu puso un disco de canciones de 2ne1 que aunque ya no eran un grupo, por alguna razón Felix amaba igual que Beomgyu.
—Sabes hyung, tú y Felix tienen un cierto parecido. No lo sé. Siento que se parece a ti cuando era pequeño.
Beomgyu niega con la cabeza. Felix era sin duda, el niño más bonito que había visto. Nada que ver con él. Beomgyu no era muy fan de los niños, pero ese pequeño se había ganado su corazón.
—¡No digas esas cosas Taehyunnie! Mi Lix es el niño más bonito de toda Corea.
Felix hizo un puchero.
—¿Sodo e Codea? —Beom no puede evitar que su corazón se derrita de ternura mientras lo veía.
—Lix es el niño más bonito del mundo.
Kang sonrió burlón sin apartar la vista del camino.
—Hyung, tienes demasiado mimado a ese niño. Lo mimas más que a mí.
Beomgyu besó la mejilla de Kang.
—Cierto, mejor me caso con él. Lix, ¿Te quieres casar conmigo?
Felix sonrió.
—Peo hyung no eve pei matimonio a Lix. Hyung eta con Soobin hyung y Tayun hyung.
—Es Taehyun —corrigió el nombrado con amargura, ganándose una mala mirada por parte de su prometido.
Llegaron a la heladería y Kang cargó al pequeño en brazos mientras entraban.
Algunas personas que los reconocían tomaban fotos. Sobre todo de Taehyun.
—Tayun oppa, pie heao de cacahuete poque e una ardillita —Felix alzó las manos al ver los sabores en exposición.
—En primer lugar, no soy tu "Oppa", en segundo lugar, es Taehyun, y en tercer lugar no soy una ardilla.
Felix puchereó de nuevo, alzando esta vez los brazos hacia Beomgyu.
Choi negó.
—Lix, Taehyun es tu hyung, no tu Oppa —le dijo. Le dolían bastante los brazos de cargar bolsas con cosas para la boda y no se sentía con ganas de cargar al niño.
—Omma o llama Oppa.
—Omma es mujer, pequeño.
Realmente no le molestaba que el niño hablara así, pero sabía cómo se ponía Kang si alguien que no fuera él lo llamaba Oppa.
Aquel pensamiento arrancó un sonrojo de sus mejillas al pensar que era el único que podía llamar a Tae Oppa sin recibir los peores insultos de su vida.
Pidieron los helados y sin poder negarse al pequeño, Taehyun acabó pidiendo su helado de cacahuetes. Caminaron un rato por un parque cercano mientras se acababan sus helados y aunque Felix quería jugar, debían irse ya que al día siguiente era lunes y tenía que ir a la guardería y Taehyun a la universidad.
Llegaron a casa y después de corregir por última vez al niño sobre su nombre, se fueron a acostar.
—Estoy preocupado por ese niño —habló Kang ya acostado, con Beomgyu sobre su musculoso brazo—. Ya tiene cinco. Debería hablar a la perfección.
—No iba a la guardería hasta hace poco. Además la única persona que podía cuidarlo se ausentaba la mitad del día y se quedaba con su anciana vecina. Estoy seguro de que muy pocas veces tenía oportunidad de hablar con gente. Por eso le es difícil pronunciar. Pero es un niño y aún le falta tiempo. Apenas tiene cinco.
—Fue lo que dije.
Beomgyu le dedicó una mirada inquisitiva a Kang.
Era realmente tan guapo. El tiempo no hacía más que endurecer y mejorar sus facciones. Realmente parecía una ardilla.
Beomgyu se puso sobre él, besándolo con rudeza como solían hacer cuando Kang era un adolescente.
Kang paseó sus manos por las piernas de Choi hasta llegar a su trasero, el cual masejeó sin pudor.
Beomgyu y él se calentaron casi de inmediato, el simple roce entre ellos lanzaba una descarga eléctrica a sus corazones y los dejaba buscando más el uno del otro.
Pero Beomgyu no podía... O no quería. Si se entregaba a Kang, ¿Qué pasaría después?
Para lo único para lo que Tae lo querría sería para follar y nada más.
Y entonces todo el progreso por el que habían pasado no llegaría a nada.
Simplemente no quería ser el agujero que Taehyun follaba cada vez que llegaba cansado de trabajar. Él quería ser los brazos que lo acunaran mientras el menor se desahogaba. Él quería ser la mano que acariciara sus cabellos mientras lo consolaba.
Con aquello en mente, Beomgyu besó larga y duramente a Kang para luego separarse. Sin embargo, ambos estaban duros.
Sintió la mano de Kang llegar hasta su miembro, pero cuando trató de apartarla de sí, el menor habló.
—Taehyunnie…
—Sólo voy a quitarte las ganas, hyung. No haré nada más.
Taehyun se metió entre las sábanas hasta quedar entre las piernas de Choi.
Su cálido aliento chocaba con su miembro, dándole punzadas de excitación.
La mano de su dongsaeng bajo el bóxer, dejando su miembro salir. Gracias a la sábana, Beomgyu no podía ver lo que pasaba ahí, lo que, ¡Joder! Lo hacía cada vez más excitante.
Sintió la lengua de Kang recorrer toda la superficie de su miembro y sin saber dónde poner las manos, cubrió su rojo rostro con estas.
Taehyun metió todo el miembro de Choi en su boca de un momento a otro, sacando así un fuerte gemido de Beomgyu.
—Hyung —le dijo sacando momentáneamente la masculinidad del mayor y con voz ronca habló—. Llámame Oppa.
Volvió a su trabajo mientras Beomgyu sonrojado, metió su mano bajo las sábanas para enredar sus dedos en el cabello de su amante.
—T-Taehyunnie Oppa...
Kang movía su cabeza hacia delante y hacía atrás. Beomgyu movía sus caderas al vaivén mientras lo llamaba por aquel nombre que Taehyun sólo dejaba a ÉL pronunciar.
—Oppa...O-Oppa...
A pesar de que algunos movimientos eran torpes por ser la primera vez de Kang, Beom sentía demasiada excitación al imaginarse la bonita cara de su ardillita en una forma tan obscena.
—O-Oppa me voy a... ¡Ah!
En un último grito, Beomgyu llegó al éxtasis. Kang soltó un ronco gemido, haciendo vibrar su miembro mientras este se venía en su boca.
El menor parecía tener problemas para pasarse su escénica, lo cual acabó por hacer.
Salió de entre las sábanas, y con la misma boca con la que le acababa de hacer una felación, lo besó. Pero lejos de sentirse asqueado, Beomgyu intensificó el beso.
—Oppa...déjame a mí...
Choi sentía la tremenda necesidad de hacerle lo mismo a Kang, pero este lo detuvo.
—Tranquilo, hyung. No debes hacerlo aún. Te esperaré.
Choi sin poder evitar sentir culpa asintió.
Debían primero casarse para que Beomgyu se preparara mentalmente.
—Gracias —murmuró bajito.
Por favor espera sólo un poco más Taehyunnie.
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Hay muchos personajes y últimamente me está costando un poco adaptar esta historia. Así que pido por favor que me avisen si hay algún nombre que olvidé cambiar.
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