Parte 1: La Traición
Poco Usaxperu
Rusia x Perú
China x Perú
RusiaxPerúxChina
El día había comenzado como cualquier otro. Perú se había levantado temprano, preparando una sorpresa para Estados Unidos. La relación entre ambos había estado algo tensa en las últimas semanas, pero Perú estaba decidido a recuperar la chispa. Era su forma de demostrar cuánto lo amaba y lo mucho que estaba dispuesto a luchar por ellos.
Había decorado la casa con velas, luces tenues y flores frescas. La mesa estaba perfectamente arreglada con los platos favoritos de Estados Unidos, y una botella de vino descansaba en un costado, esperando ser abierta. Todo estaba listo para una velada romántica, pero Estados Unidos aún no regresaba.
Perú decidió salir al jardín para esperarlo. La noche estaba tranquila, y el aire fresco lo ayudaba a calmar la ansiedad que sentía. Sin embargo, mientras caminaba, escuchó risas provenientes de una zona más alejada de la propiedad. Extrañado, siguió el sonido hasta que su corazón se detuvo.
Allí estaba Estados Unidos, inclinado hacia México. La forma en que sus ojos brillaban mientras le susurraba algo al oído era inconfundible. Antes de que Perú pudiera reaccionar, vio cómo México sonreía y lo besaba, con una confianza que lo dejó petrificado.
El sonido de la bandeja cayendo al suelo rompió el momento. Ambos se giraron hacia Perú. Estados Unidos tenía los ojos abiertos de par en par, pálido como un fantasma. México, en cambio, sonrió con despreocupación, como si no hubiera hecho nada malo.
“¿Qué es esto?” murmuró Perú, incapaz de contener el temblor en su voz. Las lágrimas amenazaban con caer, pero él luchaba por mantener la compostura.
“Puedo explicarlo,” comenzó Estados Unidos, dando un paso hacia él, pero Perú levantó una mano, deteniéndolo.
“No te atrevas,” dijo, con la voz entrecortada pero llena de ira. “No tienes nada que explicar. Vi suficiente.” Dio un paso atrás, alejándose de ellos. “Disfruta tu tiempo con él, porque conmigo se acabó.”
“¡Espera!” gritó Estados Unidos, pero Perú ya había comenzado a caminar hacia la casa. A mitad de camino, se detuvo y miró por encima del hombro.
“Ah, y México,” dijo, con una sonrisa amarga. “Espero que lo disfrutes. Porque te garantizo que pronto lo verás arrepentido de haberme perdido.” Sin decir más, entró en la casa, dejando a ambos atrás.
---
Esa noche, mientras estaba sentado en su cama, Perú repasaba lo que había ocurrido. Su pecho dolía como si una daga lo hubiera atravesado, pero al mismo tiempo, una idea comenzó a tomar forma en su mente.
“Si él puede jugar conmigo, yo también puedo jugar,” susurró para sí mismo. Tomó su teléfono y marcó un número que había estado guardado en su lista de contactos desde hace tiempo.
“¿Hola?” respondió una voz grave.
“Rusia, soy yo. ¿Estás ocupado?” preguntó Perú, intentando sonar casual.
“Para ti, nunca,” respondió Rusia, con un tono cálido que hizo que Perú sonriera por primera vez en todo el día.
“Necesito verte. Y tal vez a China también. ¿Puedes arreglarlo?”
“Por supuesto,” dijo Rusia sin dudarlo. “Estaremos allí en menos de una hora.”
Perú colgó y dejó escapar un suspiro. Si Estados Unidos pensaba que podía jugar con su corazón, estaba a punto de descubrir lo equivocado que estaba.
---
**Continuará...**
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top