La Pasarela del Corazón
Francia x Perú
En el estudio de moda más exclusivo de París, el diseñador Francia estaba en plena creación de su próxima colección. Entre los maniquíes y telas costosas, estaba Perú, su modelo principal. Perú era joven, con una belleza exótica que combinaba perfectamente con las elegantes piezas que Francia diseñaba. Francia observaba cada detalle mientras Perú desfilaba por la habitación, luciendo su última creación.
Mientras Perú giraba, mostrando el caftán de seda que caía suavemente por sus hombros, Francia no pudo evitar un suspiro de admiración. “C’est magnifique…” murmuró, sus ojos reflejaban más que solo el orgullo por su trabajo.
Perú le dirigió una sonrisa amistosa. "¿Dijiste algo?"
"Oui, oui… Solo que te ves… espléndido", respondió Francia, buscando las palabras en español y acercándose para ajustar un pliegue en la prenda.
A lo largo de la sesión, Francia se encontró robando miradas hacia Perú, sorprendiéndose a sí mismo cada vez que sus ojos se perdían en la figura de su modelo. Pero lo que más le intrigaba era la risa fácil y la personalidad cálida de Perú, quien parecía iluminar la sala con su sola presencia.
Después de varios ajustes, llegó el momento de descansar. Francia invitó a Perú a sentarse en un rincón del estudio, donde había preparado un pequeño picnic con baguettes, queso y vino. Mientras comían, Francia, en un momento de valentía, se inclinó hacia Perú y le dijo: “Tu es plus beau que tous mes rêves…” (Eres más hermoso que todos mis sueños).
Perú parpadeó, un poco desconcertado. “Gracias, pero no entendí mucho de lo que dijiste”, confesó con una risa nerviosa.
Francia sonrió, viendo su oportunidad. “Solo dije… que eres una inspiración. No solo eres bello, sino que tienes un espíritu radiante.” Su mano, casi sin darse cuenta, se posó sobre la de Perú. “Desde que te vi, mi mundo ha cambiado. Te amo, Perú.”
Esta vez, aunque Francia habló en francés, la palabra “te amo” quedó en el aire, y Perú la entendió. Abrió los ojos sorprendido, sus mejillas ruborizándose. “Francia… no sabía que te sentías así.”
Francia no pudo contener más su emoción y, sin decir más, se acercó lentamente. “Tal vez el francés no es necesario para el amor”, murmuró, sonriendo justo antes de besar a Perú.
Desde ese día, la pasarela se convirtió en un escenario de su historia de amor, donde cada prenda y cada desfile compartido era un símbolo de la pasión que surgió entre el diseñador y su modelo.
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