FranciaxPeru
ItaliaxPerú

En un mundo donde los países son representados como seres humanos, Perú se encontraba en medio de una situación un tanto complicada. Dos países poderosos y fascinantes, Italia y Francia, habían comenzado a mostrar un interés particular en él. Desde que se conocieron en una conferencia internacional, algo entre ellos comenzó a cambiar. Al principio, era una rivalidad inocente, un juego de miradas y sonrisas disimuladas, pero pronto eso se transformó en algo mucho más intenso.

Italia, con su actitud alegre y despreocupada, siempre trataba de robar la atención de Perú con sus bromas y encantos. Era el tipo de persona que no podía dejar de sonreír, y su energía era contagiosa. Francia, por otro lado, era mucho más reservado y misterioso, pero su elegancia y su mirada profunda cautivaban a Perú de una manera diferente. Cada palabra que salía de su boca tenía un toque de melancolía y poesía, algo que hacía que Perú se sintiera intrigado y atraído por él.

Al principio, Perú no sabía cómo manejar la situación. Italia lo perseguía con una pasión juguetona, mientras que Francia era más sutil, pero igualmente persuasivo. Los dos competían por su atención de maneras diferentes, y Perú no podía dejar de sentirse halagado, pero también algo confundido.

"Perú, quiero que sepas que siempre he admirado tu belleza y tu carácter", le decía Francia con suavidad, tocando su mano de forma delicada. "Eres un país fuerte y noble, y me gustaría conocerte mejor."

Italia, al escuchar eso, soltó una risa y se acercó rápidamente. "¡Vamos, Francia! No seas tan serio, Perú necesita algo de diversión. ¡Deja que te lleve a dar un paseo por las colinas de mi país! ¡Será un sueño!"

Perú, entre risas y sonrojos, no podía evitar sentirse atraído por ambos, pero algo en su interior le decía que debía tomar una decisión.

Con el tiempo, los tres comenzaron a pasar más tiempo juntos, y aunque las tensiones aumentaban entre Italia y Francia, Perú comenzó a darse cuenta de que no quería elegir. Ambos países lo hacían sentir especial, pero de maneras muy distintas. Italia le ofrecía alegría y aventuras, mientras que Francia le ofrecía seguridad y profundidad emocional.

Una tarde, cuando los tres se encontraban en un hermoso jardín, Italia y Francia comenzaron a discutir sobre quién tenía el derecho de ganarse el corazón de Perú. Las palabras se volvieron más fuertes, pero lo que ninguno de los dos esperaba era la respuesta de Perú.

"¿Por qué no los dos?" dijo Perú, mirando a ambos con una sonrisa tímida. "No quiero elegir. Ambos me han mostrado diferentes facetas del amor, y creo que puedo ser feliz con los dos."

Italia y Francia se miraron sorprendidos, pero pronto comenzaron a sonreír. Al principio, la idea de compartir a Perú no les parecía sencilla, pero con el tiempo, ambos aceptaron que su amor por él no necesitaba ser excluyente. Juntos, formaron una relación única y equilibrada, llena de amor y comprensión.

Al final, Perú había logrado lo que muchos pensaban imposible: encontrar el equilibrio entre dos amores profundos. Italia le traía la alegría y la ligereza que necesitaba, mientras que Francia le ofrecía la pasión y la serenidad que también deseaba. Y juntos, los tres vivieron felices, compartiendo su amor sin necesidad de elegir entre ellos.