★Rock my head★
Eran aproximadamente las 11 de la noche, había una tormenta, y Michelle, la chica de rulitos, aún estaba en casa de Paquita, su amiga de cabellos claros que era un poco suicida. Paquita había demorado un poco para entrar en la pubertad y eso la afectó un poco su mente y empezó a pensar en matarse porque tenía mucha ansiedad y nervios por todo, sobre todo en la escuela y no podía calmarse a no ser que hiciera chistes crueles de ella misma. Había hecho un montón de bromas sobre suicidarse pero Michelle nunca esperó que ese día llegaría.
Cuando Paquita le contó lo que quería hacer, Michelle tembló de nerviosismo y le dolió el estómago, siempre que se sentía nerviosa le daban ganas de ir al baño, pero sabía que en esa situación era penoso decir "Espérate ahí, que voy pal ñoba" así que decidió quedarse callada; esperando que un mensaje motivacional cayera en su cabecita.
Sin esperárselo, Paquita salió de la ventana (la casa era de dos pisos) y se iba a tirar, estaba apunto de hacerlo con esta tormentota, Michelle no sabía qué hacer, le temblaba todo...no quería ver una muerte, menos de una persona que conocía. Ella sin pensarlo agarró la mano de Paquita pero las dos se resbalaron. Justo al lado de la casa de Paquita pasaba el tren, Michelle como pudo maniobró como una demente y cayeron en el tren.
Ni ellas sabían cómo aún seguían vivas. Eso era lógicamente imposible, y con la lluvia, menos, pero de alguna manera Michelle pudo lograrlo. (En los sueños siempre aparecen cosas inexplicables)
Al entrar en el tren por unas ventanas (que por cierto, casi se caen tratando de entrar a una ventana, estaban abiertas también) pudieron ver que las luces estaban encendidas, aunque no tanto, porque ya a esa hora sería el último tren de la noche. Habían muy pocas personas, Michelle se estaba empezando a marear por el movimiento mientras que Paquita estaba deprimida por su intento de suicidio. Michelle no podía entender a su amiga a la perfección pero no permitiría que hiciera tal locura, aún tenía muchas cosas que vivir, Paquita tenía muchas cosas que ver.
Estaban dando vueltas por el tren, no se quedaban quietas, de un lado para el otro, Michelle tenía miedo de no saber cómo regresar a su casa, se sentía muy perdida...y ella apenas recordaba los nombres de las calles, se sentía una porquería en ese momento.
Sintieron que el tren paró en algún lugar, la lluvia se detuvo por ese lado para su "buena suerte", ellas bajaron con la poca gente que estaba también.
—¿Ahora qué hacemos? -Preguntó Michelle triste.- no sabemos hacia dónde ir.
—Tú no. Yo sí. -Respondió Paquita segura de sí misma.
Michelle sabía donde estaba, pero tenía mucho miedo pedirle a un taxi que la llevara, podía secuestrarla, a esa hora sería muy peligroso, preferiría ir caminando aunque su casa estuviera en el otro extremo de la ciudad.
—No nos queda de otra, tendremos que caminar. -Dijo sin ánimos la enana Michelle.
—¡Alto ahí, loca! -la detuvo Paquita.- Siempre hay una salida, a ver, a ver....-Puso su mano en su barbilla pensativa.
Michelle estaba parada esperando la respuesta pero luego vio "festival asiático" escrito a mano con muchos colores y brillos (re gay) y eso le llamó la atención, que ella supiera, en su ciudad nunca hacían cosas tan bonitas como esas decoraciones, y todo se veía muy ordenado. Se dirigió a las decoraciones y vio que habían algunas personas arreglando los preparativos para mañana, un buen señor le regaló un guineo con chocolate, no tenía idea de porqué se lo daba pero lo aceptó por amabilidad. Aunque también es peligroso aceptar cosas de extraños, así que entró en una crisis mental.
Observó a una señora de mayor edad cargando a un cabrito, tampoco sabía porqué pero le pareció muy tierno así que se acercó un poco, la señora levantó la vista y vio a Michelle, la señora se levantó con la cabra en los brazos y se la entregó. Sin decir nada, se marchó.
Michelle quedó impactada de que le hayan regalado un guineo y un cabrito así como así. Pero sonrió ante tal acto, nadie le había regalado antes una cabra...
Paquita se dio cuenta de que Michelle no estaba más escuchándola y miró a todos lados para encontrarla, hasta que la vio en frente del escenario, como una estatua, admirando todo con una cabra.
— ¿De quién es la cabra? -preguntó Paquita señalando al animalito.
— Mía. -Michelle no podía estar más contenta.
Paquita hizo una media mueca, tal vez los padres de su amiga no aceptarían a una cabra en su casa. Le entristecía saber que quizá no vaya a poder quedársela.
Quedaron charlando las dos amigas frente al escenario, Michelle trataba de convencerla de no hacer alguna locura después pero Paquita se hacía la sorda, su amiga de rulitos quedó callada buscando consuelo de la cabra, no sabía qué más decir.
Unos 2 minutos pasaron cuando en el escenario se apareció un chico, la de rulitos sabía perfectamente quién era, no lo podía creer. No podía creer que eso le estuviera pasando a ella.
Sus ojos se encontraron con los de Wonwoo, su "favorito" pero en verdad se le complicaba encontrar su favorito en Seventeen.
No sabía si en verdad la estaba mirando a ella pero no había nadie más atrás suyo, a no ser que estuviera mirando a la cabra(?) seguro era a la cabra.
Se aparecieron los otros 12, parecía cámara lenta, sumándole la brisa que hacía por estar cerca del mar, se veían demasiado bien. Michelle y Paquita quedaron bendecidas de pies a cabeza, y no olvidemos a la cabrita.
Los 13 miraron a las dos únicas jovencitas al frente, hicieron su típico saludo que hizo sonreír a la rulitos, quería decirle cuánto la hacían feliz, quería preguntarles muchas cosas, abrazarlos, pero se bloqueó al momento de pensar todo eso.
Como su coreano es nivel sólosédecirsaranghae tenía vergüenza y tampoco estaba segura de su inglés, así que decidió quedar en silencio.
Paquita estaba curiosa, así que les dijo que quería escucharlos cantar; los chicos no le entendían nada, pudieron notarlo por la expresión de sus caras.
— Paquita, no creo que te entiendan. -comentó Michelle lo obvio.
— Son raros por ir a un país que no hablan su idioma...
Michelle en su interior se preguntaba si ella era rara por escuchar canciones que no eran de su idioma. Se sintió un poco triste, pero no tanto como para dejar de sonreírle a los chicos.
— Hola. -dijo uno de los integrantes, el que se veía como Jesús sin barba y sin cabello largo, el religioso, el niño bueno.
Michelle quedó más enamorada por su hola, amaba su acento. Paquita le respondió hola y le preguntó si podían cantar, como lo dijo muy rápido quizá no pudieron entender...quizá.
Rulitos sin pensarlo se lanzó a hablar.
— Can you please sing right now? -Trató de hablar alto, ya que su voz normalmente era muy baja.
— Sure, we have to practice so it's okay. - (algo que nunca me pasará en la vida real) Respondió Joshua con su voz tan amable, no lo llaman Mr. Gentleman por nada. Michelle se alegró mucho porque le haya entendido, mientras que Joshua acariciaba con cariño a la cabra.
— Oh, because is more fresh, right? -preguntó Michelle. Joshua asintió rápidamente, a lo que Vernon también lo hizo, Michelle hizo un pequeño gesto de saludo. Ya habían experimentado la calor y la humedad de este país. Saludó a Mingyu que estaba justo detrás, mientras que los demás estaban practicando o estirando sus piernas, otros daban pequeños saludos hacia ellas u observando a la cabra.
Paquita no entendía ni un pepino, ni sabía quiénes eran esos con color de cabello diferente, y estaba frustrada porque quería hablarles pero no le entenderían, lo único que sabía de ellos es que olían rico.
Michelle estaba fascinada, creía que estaba soñando por todo lo que había pasado en tan poco tiempo. Sentía que no se merecía nada de eso, no creía que ahora mismo tenía su propio concierto privado.
Los chicos ensayaban para el concierto que tendrán mañana, lo hacían demasiado perfecto, estaban sincronizados perfectamente como siempre, Michelle los admiraba cada vez más. Paquita los miraba con vigor, y algo en ella le dijo que le gustaría seguir viéndolos, respiró hondo y empezó a animarlos, diciéndoles que bailaban bien, Michelle sonrió al saber que a su amiga le terminó por agradar Seventeen.
– No pensarás en lanzarte, ¿verdad? ¿Nunca más? - Rulitos la miraba con una sonrisa triste. Esperanzada en que al menos ellos le dieran alegría y ver que el mundo es grande y maravilloso.
– Tal vez haya formas más convenientes de suicidarse...
– ¡Paquita!
– ¡PeRo! - recalcó - Estoy muy agradecida de haber resbalado, de seguirte hasta acá y poder encontrarlos. No te preocupes, no pensaré en matarme. No quiero perderme de Seventeen - La mirada de Paquita se dirigía hacia los chicos, estaba dispuesta a cambiar su manera de pensar, de sí misma, sobre la vida y sobre las cosas que la rodean.
Michelle acariciaba a la pequeña cabra mientras apoyaba su cabeza en el hombro de Paquita, se sentía al fin en paz junto a su amiga observando a estos chicos que le daban esperanza a su mundo, a ese mundo grande lleno de realidad.
Ambas escuchaban sus canciones, aunque no entendieran lo que cantaran, (aunque Michelle se había memorizado alguna de sus canciones en español, hasta trató de memorizarlo en coreano), no se sentía necesario en ése momento, cada palabra que decían lo expresaban con mucho sentimiento y pasión, ellos sentían la música y así se lo transmitían a ellas. A Paquita se le salieron pequeñas lágrimas, y se limpió rápidamente, Michelle fingió no verla, y siguió observando a los chicos, levantó al cabrito como si fuera Simba y gritó: ¡¡Gracias, Seventeen!! No le importaba si se viera raro, quería expresar de alguna manera su felicidad, lo feliz que la hacían, aunque recibió pequeñas patadas del cabrito.
Las 2 amigas se abrazaron con cuidado para no tener que aplastar a la cabrita, Paquita le susurró a Michelle palabras de agradecimiento, Michelle nunca esperó que Seventeen le subiría tantos ánimos a su amiga. Que con sólo algunas canciones tocaran su inalcanzable corazón.
Los chicos seguían cantando y bailando mientras veían a las chicas, como si le estuvieran dedicando cada letra de la canción sólo a ellas. Esa canción era lo que necesitaba Paquita, ése inocente afecto, acompañada de una amiga y una cabra, sentía que ya lo tenía todo en el mundo y no deseaba irse a ninguna parte.
[-----]
Yyyy me desperté.
Cha esto es muy gay y cursi pero casi lloro con mis propias palabras, qué cosas, ¿no?
Esto lo empecé a escribir por el 2017, el año de Seventeen pero nunca me convencía realmente si debería subirlo o no, y lo pensé tanto que ya hasta pasó 1/2 años :)))
Pero mejoré algunas cositas 🖤
Siento que expliqué de una mejor manera aaaa
Enseñanza de todo mi sueño= Stan Day6
Hasta luego~ 🤹🏻♀️
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top