𝟏𝟕. gave so many signs
ּ۪ ⊹ chapter seventeen ── ❛ i gave so
many signs, so many signs. ❜
La noche nunca se había sentido tan triste. Tanto la mañana como la tarde había sido cálido puro, mostrando los tonos naranjas despampanantes. Sin embargo, de manera extraña, ese cálido no llegó a la noche. Se había convertido en una feroz noche fría y horrorosa.
A lo mejor se trataba del reflejo de la vida de Augustine Walker. De cómo su vida pasaba de tener momentos agradables y dulces, una vida atormentada y oscura. Era una manera metafórica de demostrar los altibajos desde que era una niña pequeña.
Por otro lado, si hablábamos de JJ Maybank, el era la luz de la chica. Aun teniendo una vida desastrosa al igual que la castaña. Logró ser su persona segura, la persona a la que siempre recurriría. Al final, negativo por negativo era positivo, no lo decían ellos, sino las matemáticas.
Augustine se abrazaba a si misma mientras se encontraba encerrada y sentada en el suelo del baño del Chateau. Sus lágrimas se deslizaban por sus mejillas sin detenerse y su corazón latía sin parar.
La chica de ojos marrones, lloraba los brazos de JJ Maybank. El rubio nunca la había escuchado llorar tan descontroladamente. Era tan doloroso el simple hecho de verla así. Ella ya le había contado todo, con dificultad, la chica de ojos marrones, le explicó lo que Josh le había hecho.
Sus heridas habían sido curadas, tenía curitas en sus muñecas. Y mientras se las ponían, mostró una pequeña sonrisa al ver que eran de Bob Esponja, estaba al tanto que su John B., siempre compraba esas.
── August. ── la voz de JJ se escuchó afuera del baño, triste, preocupado. AUgust negó con su cabeza, incluso cuando el rubio no podía verla. ── Por favor, dejame entrar. Sea lo que sea que paso, hablemoslo. Estoy aquí para ti.
── No puedo. ── susurró la chica.
── ¿Por qué no puedes? Augie, ¿qué pasó? Dime qué pasó.
── Es un secreto. ── susurró nuevamente, solo logrando que JJ frunciera el ceño.
── Prometo no decírselo a nadie. ¿Qué te hizo? No soporto verte así.
── Josh. ── soltó como un susurro casi inaudible, pero él lo escucho. Si que lo escuchó, ya que inmediatamente todo su cuerpo se tensó.
── Déjame pasar. ¿Qué te hizo? Augie, por favor, dímelo. ── habló el ojiazul con más desesperación que antes mientras llevaba una mano a la manija con intencion de abrir la puerta, sin embargo antes de que pudiera esta ya había sido abierta por August.
Su rostro tan roto, sus ojos derramando lágrimas sin parar y sus sollozos sin parar. Observando con temor al chico que tenía frente a ella. Estaba rota, se sentía rota.
── Puedes confiar en mi, Augie. ── susurró dando un paso hacia al frente, viendo su era seguro acercarse a ella sin hacerla sentir incómoda.
── Jay, él... ── su voz rota salió casi como un susurro, logrando que el ceño del rubio se frunciera con confusión. ── Él...
No terminó su oración. Simplemente retrocedió para sentarse nuevamente en el suelo del baño, apoyando su espalda en la pared. JJ rápidamente aprovechó para entrar al baño y acto seguido cerrar la puerta, tomando lugar a un lado de August.
── Augie... ── murmuró bajando la voz, como si ya hubiera descifrado. ── ¿El se aprovechó?
El quería que fuera mentira. Ella deseaba que no hubiera sido así, pero no quedaba más que aceptar, pues era la verdad. Había sucedido y no había vuelta atrás.
── Sí. ── un sonido tan agudo como un susurro quebrado fue suficiente para romper el corazón de JJ.
Mientras August lloraba, JJ no pudo evitar sentir culpa e impotencia. Sentía que era solo su culpa haberla alejado aquel día, haciendo que visitara la casa de Josh sola. Pero a la vez, tenía ganas de ir y quemar la casa con ese Kook dentro, o golpear su rostro hasta que de su último suspiro. Sin embargo, sabía que ella lo necesitaba.
La ojimiel escondía su rostro avergonzada en el pecho de JJ, este la abrazaba fuertemente, mientras algunas lágrimas silenciosas se escapaban por sus mejillas al escuchar el dolor de su chica.
Por otra parte, Kiara Carrera y Pope Heyward escuchaban desde la sala como su amiga se desahogaba, logrando que sus ojos se llenaran de lágrimas, esperando a que cuando August se sintiera cómoda, les explicara todo.
── Lamento que tengas que estar aquí, soportándome. Perdón si soy una carga, y estás en todo tu derecho a irte, JJ ── se disculpó la castaña separándose del abrazo para conectar sus ojos marrones con aquellos color azul.
── No eres una carga, nunca lo serás, Aug. Te tengo, y no te tienes que disculpar, nunca te debes disculpar por sentirte así ── explicó JJ tomando con ambas manos la cara de August, para después dejar un corto beso en la punta de su nariz, logrando sacarle al fin una sonrisa a la chica, la cual no duró mucho ── Estás a salvo conmigo. Puedes llorar todo lo que necesites.
── Gracias, Jay. Te quiero ── masculló August abrazándolo, dejando descansar su cabeza en el cuello del ojiazul.
Las palabras de JJ fueron reconfortantes, pero no logró quitarle todos esos sentimientos a la castaña. Su mentó aún divagaba en esa tarde, le desagradaba completamente el cómo ello la hacía sentir. Culpable, sucia, débil, si tan solo Augustine hubiera luchado más, a lo mejor se hubiera escapado de Josh. O al menos eso era lo que pensaba ella.
Un rato después, Augustine, se sentía lista para confesar todo. Ello no lo hacía porque se sintiera presionada, sino porque sentía que tanto Pope, como Kiara, merecían saber la verdad.
Salió de la habitación con JJ detrás de ella, él se rehusaba a alejarse de ella, así que siempre mantuvo contacto físico con la castaña.
August se dirigió a la sala, llamando la atención de Kiara y Pope, quienes se sentaron derechos en el sofá, listos para escuchar a la castaña.
── Sé que se preguntan muchas cosas y estoy lista para contestar todas sus preguntas. Pero creo que primero tengo que explicarles algo que les he ocultado todo este tiempo. ── comenzó a hablar August sentándose a un lado de JJ, mientras que este acariciaba su rodilla en señal de apoyo ── Creo que saben que conozco a JJ y John B. desde los seis años. Ellos estuvieron para mi siempre.
» Tanto a ti como a Pope les mentí respecto mi padre. Robert no es mi padre, ni siquiera existe. Adam es mi verdadero padre. Me quedé junto a él desde que mi madre murió, se podría decir que en ese momento comenzó a odiarme y a culparme de ello. Se volvió igual al padre de JJ, y me hacía lo mismo. Los moretones que ustedes notaban no eran golpes contra la puerta o pared, eran golpes de Adam. Invente otro nombre para que no supieran que Adam era mi padre, no quería preocuparlos o ser una carga, sentía que era suficiente con JJ y John B. sabiéndolo.
» Y acerca de Josh...digamos que él no era el novio del año, algunas veces se ponía violento y gritaba mucho. Al principio de la relación se mostraba muy dulce, supongo que eso cambió.
Los orbes color miel de Augustine comenzaron a llenarse de lágrimas e hizo una leve pausa para tomar aire y continuar relatando. Por otro lado, Kiara y Pope la observaban apenados, se encontraban tan preocupados y tristes por lo que su dulce amiga tuvo que pasar.
Kiara enseguida se abalanzó a su mejor amiga y la abrazó fuertemente, como si quisiera protegerla de algo. Lágrimas cayeron por las mejillas de las dos chicas, y pronto Pope se sumó al abrazo.
Augustine despertó esa mañana sola, completamente sola. Supuso que JJ ya se había levantado, ya que la noche anterior los dos durmieron juntos.
August se levantó y se dirigió al baño luego de tomar la ropa que usaría. Antes de meterse a la ducha observó cada parte de su cuerpo, cada parte que el había visto, que había tocado. Se preguntaba si sería así de difícil verse así misma para siempre. Se preguntaba cuánto tardaría en volver a sentirse como una persona normal. Se tomó una corta ducha fría y se aseó para después salir al jardín del Chateau.
── John B. desapareció ── comentó JJ desde el borde del jacuzzi, antes de que sus ojos color azul viajaran a August ── ¡Augie! Ven aquí.
El rubio abrió sus brazos en señal de que lo abrazara. Sin embargo ella mantuvo su distancia, aún le resultaba raro, simplemente no podía sentirse normal ante la muestra de afecto física. Así que evitó a toda costa los brazos del rubio, quien, si bien se veía dolido, parecía entenderlo a la perfección.
── ¿Cómo te sientes? ── preguntó JJ con una pequeña sonrisa triste.
── Supongo que bien, es que si soy sincera, ni siquiera sé cómo me debo sentir ── explicó la Walker, mientras JJ la miraba con pena ── No me tengas pena, Jay. Ya es suficiente con Kie y Pope sintiendo pena por mi papá.
── No es pena, Aug, es más bien, culpa. El saber que pude haber estado ahí para ti, para protegerte ── confesó JJ haciendo que August suavizara su mirada.
── No es tu culpa, Jay, es culpa de Josh. Y ahora no podemos hacer nada, así que por favor no te culpes ── dijo la castaña antes de desviarse de tema ── Cambiando de tema, ¿dónde mierda está Johnny?
── Yo tengo la entrevista por la beca mañana. Debemos terminar ── comentó Pope mientras probando el balde que subiría con el oro.
── Hablando de Roma ── soltó JJ al ver a John B. regresar ── Preparé el cabrestante para sacar el oro y todo.
── No. Yo lo hice ── contradijo Pope.
── ¡Johnny! Ya decía yo que era raro no verte en tu casita ── exclamó August con una pequeña sonrisa.
Aunque los tres fueron ignorados, ya que el castaño pasó de largo para entrar a la casa. August se alejó aún más del rubio antes de fruncir el ceño y observar con confusión a JJ.
── ¿Qué fue eso? ── preguntó Pope llegando junto a Kiara donde Augustine y JJ estaban.
── Te iba preguntar lo mismo ── replicó JJ bajando del jacuzzi para que los cuatro se adentraron a la casa, encontrándose con John B., quien desordenaba todo el lugar en busca de algo.
Augustine abrió levemente sus labios totalmente sorprendida por el comportamiento de su mejor amigo. Ella ya lo había visto comportarse de diferentes maneras a través de la búsqueda del oro.
Sin embargo, esta vez era diferente. Había solo odio en sus ojos, la manera en la que sus orbes marrones se habían oscurecido. Y al parecer, la castaña fue la única que pudo notar aquello.
── ¿Estás bien? ¿Qué pasa? ── preguntó Pope acercándose al Routledge que rebuscaba entre los muebles de la sala.
── Hermano, ¿qué pasa? ── preguntó esta vez JJ mientras John B. se acercaba al sofá cama para levantar el colchón y sacar el arma del ojiazul ── John B., ¿para qué necesitas el arma?
Pero no hubo respuesta. El castaño solo empujó a su amigo al sofá para después caminar en dirección an August, haciendo que la castaña diera unos pasos hacia atrás, asustada. Aunque este dobló en dirección a la salida antes de llegar a ella.
Los cuatro salieron de inmediato tras John B., notando como este se subía a la motocicleta de JJ, sin si quiera preguntarle.
── John B., ¿qué te pasa? ── exclamó August finalmente, captando la atención de su amigo.
── ¡Ward sabe sobre el oro! Él mató a papá, mató a mi padre ── confesó el castaño logrando sorprender a sus amigos.
Y después de esas palabras se marcho, dejando sin palabras a los cuatros pogues. August corrió preocupada atrás de él, pero al ver que no había manera de alcanzarlo se detuvo.
── Debemos hacer algo. No podemos dejar que vaya y asesine a Ward, se lo llevarían a la cárcel ── habló Kiara llevando ambas manos a su cabello preocupada.
── Tomemos el HMS Pogue y busquemos en el lugar más obvio al que John B. iría. A la casa de los Cameron ── dijo Pope causando que los demás estuvieran de acuerdo.
── Bien, andando ── ordenó JJ logrando que todos lo siguieran y se subieran al bote, a excepción de August, quien miraba dudosa el Chateau ── Aug, ¿qué pasa?
── Creo que lo mejor sería que me quedara aquí, por si John B. regresa, podría intentar calmarlo o hacerlo entrar en razón ── explicó Augustine, provocando que Kiara y Pope asintieran en de acuerdo.
── Bien, me quedaré contigo ── avisó el rubio lanzándole las llaves a Pope, quien atrapó de manera torpe. JJ se acercó a la castaña y se plantó frente an ella con una pequeña sonrisa.
── JJ, no es necesario. Ve con ellos y yo solo esperaré a John B., se que llegará ── replicó Augustine dejando una mano en la mejilla del rubio. Aquella acción se había convertido bastante usual entre ambos.
── No te quiero dejar sola de nuevo ── JJ dijo entre susurros con un tono apagado.
── Prometo que sólo leeré un rato y hasta podría ordenar un poco la casa. Lo prometo. ── habló alzando su meñique para entrelazarlo con el de JJ, luego de que este lo observara desconfiado.
── Más te vale, vuelvo en un rato ── se despidió dudando en su dejar un corto beso en la frente de ella, pero al ver cómo la chica asentía, presionó de manera delicada sus labios en la frente de August antes de marcharse.
Y ahí fue cuando Pope, Kiara y JJ se fueron del Chateau, dejando a Augustine sola en aquella casa. La ojimiel sabía que no haría nada malo, pues lo había prometido. Sin embargo, sentía que necesitaba estar un momento a solas, para pensar.
Y no había mejor forma de liberar estrés que ordenando.
Tres susurros fueron más que suficientes para despertar a August. La castaña había ordenado toda la tarde, sumando que todos sus pensamientos la habían consumido, logrando que estallara y llorara descontroladamente. Sus ojos estaban rojos e hinchados, y le dolía la cabeza.
Sin embargo, eso fue lo menos importante cuando escuchó como su mejor amigo la llamaba entre lágrimas. Se levantó del piso del cuarto en el que dormía usualmente cuando se quedaba con el Routledge y caminó hacia la sala, observando cómo John B. buscaba a sus amigos con la mirada, mientras lágrimas caían por sus mejillas.
── ¿John B.? ¡John B.! ── exclamó dos veces antes de acercarse al castaño y aferrarse a él, acariciando su cabello a, notar como John B. la abrazaba con tristeza.
No aguantaba el contacto físico últimamente, pero, al estar tan preocupada por su mejor amigo. El último pensamiento que tenía era que este la lastimaría.
── Perdí a mi padre por su culpa, y ella ni siquiera me creyó, luego de...luego de todo lo que pasamos juntos, no me creyó ── John B. soltó entre susurros una vez que las lágrimas comenzaron a caer sin parar.
── Johnny, solo dale tiempo, para ella puede ser muy difícil que la persona que siempre a admirado termine siendo una farsa ── explicó separándose del abrazo para tomar la cara de John B. en sus manos y limpiar las gotas que caían por sus mejillas ── Pero sabes que sin importar lo que pase, nos tendrás a nosotros, siempre.
Routledge miró los orbes color miel de August y mostró una pequeña sonrisa antes de volver a abrazarla. El castaño realmente se sentía agradecido por hacerle recordar de lo que él poseía.
Ya que al final, Augustine siempre será como una hermana pequeña para él, y él será un hermano mayor para ella, sumando que los pogues serían una familia para ambos. Ahora no tendrían que preocuparse por estar solos, siempre se tendrán al otro.
Luego de unos momentos abrazados, John B. se dirigió a su cuarto y tomó la foto de su padre de una pizarra de corchos. Se sentó en la orilla de la cama junto a Augustine y la observó con tristeza.
── Big John fue un hombre maravilloso, creo que se merece una buena despedida, ¿qué te parece? ── dijo August logrando que su amigo la observara antes de asentir y levantarse junto a ella.
Fueron unos largos minutos, lograron hacer una pequeña canasta y dentro de esta estaba una pequeña vela. Caminaron al muelle, John B. con la fotografía de su padre y August con la pequeña canasta que hizo. Una vez ahí, ambos se sentaron en la orilla y colocaron la canasta en el suelo.
John B. arregló la foto en la canasta de modo que quedara levantada y sacó un encendedor de su bolsillo para encender la vela. Los dos tomaron el borde de la canasta y la dejaron en el agua, para que se fuera y descansara al fin.
── Adiós, papá ── murmuró John B. antes de limpiarse las lágrimas con una mano, mientras que con la otra la entrelazaba con la de August.
── Adiós, Big John. Estarás siempre en nuestros corazones ── se despidió de manera dulce para después apoyar su cabeza en el hombro de su amigo, observando cómo la canasta se alejaba mientras la foto se quemaba.
John B. y Aug se quedaron un rato admirando el mar, abrazados. Lograron ponerse al día un poco. La chica lo consoló por unas horas y al final le confesó lo ocurrido, sentía que si le decía a John B., se sentiría un poco más a salvo de lo que ya se sentía con JJ. Y fue así, el la consoló de igual forma que ella lo hizo hace un rato.
Y comenzó a hacerse irónico que cada uno de los pogues tuviera pura mierda en su vida. Se preguntaba si no hubiera sido parte del grupo su vida hubiera sido mejor. Pero los hubieras no existen, y al final del día, eran ellos los que la mantenían viva. Eran ellos los que le daban una razón para vivir.
La castaña se levantó del suelo seguida de el Routledge, y abandonaron finalmente el muelle abrazados para dormir un rato. August se acostó en la cama de lo que a ella le gustaba llamar, su cuarto. Y su mejor amigo, terminó abrigándola con mantas igual que un padre, para despedirse de un beso en la frente.
Sin embargo, le era imposible dormir. Muchas cosas habían pasado en poco tiempo, y sentía que si cerraba los ojos por unos segundos, algo peor pasaría. Aunque si no dormía no sería de mucha ayuda para su amigo.
Estaba apunto de quedarse dormida sino fuera porque sintió a alguien a su lado y unos brazos rodearla. Su mente pensó inmediatamente en Josh, y se alejó alarmada, logrando que su respiración se acelerara rápidamente.
── Tranquila, soy yo. JJ ── susurró JJ al notar el miedo que ocasionó. August al verlo se calmó de en seguida y su respiración comenzó a regularse antes de acomodarse nuevamente entre las cobijas ── Lo siento. Se me ha...
── Esta bien, tranquilo ── murmuró August re acomodándose en la cama, pero guardando una pequeña distancia entre ambos. ── John B. llegó hace un rato. ¿A ustedes como les fue?
── Kie y Pope tuvieron una discusión, aunque logré ser mediador y se calmaron. Los llevé a cada uno a casa. Estoy seguro que para mañana estarán bien ── explicó el ojiazul logrando una mueca en Augustine.
── Nunca te habría imaginado de mediador, cada día me sorprendes más ── susurró la ojimiel antes de cerrar sus ojos dispuesta a dormir un poco.
── Ni yo, Augie ── murmuró rodeando a Augustine con ambos brazos.
── JJ, lo siento.
── ¿Por que? ── preguntó el rubio moviéndose levemente para observarla.
── Porque no me puedes tocar.
── ¿Por eso lo sientes? August, entiendo que por lo que pasaste cambio cosas en ti. Lo respeto, no necesito tocarte para quererte, con tan solo mirarte es suficiente. ── sus palabras fueron como una cascada de alivio recorriendo el corazón de August.
EDITADO: 28. 12. 24
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