𝟎𝟎. i think your house is haunted
ּ۪ ⊹ prologue ── ❛ i think your house
is haunted, your dad is always mad
and that must be why.❜
Cada persona vive con su guerra interna, luchando con los altibajos a los que los llevaba la vida. La crudeza de una vida imperfecta. Cada problema que un alma poseía se veía reflectado en sus acciones y decisiones. Uno no elegía la vida que le tocaba, por eso mismo podía llegar a ser confuso a la hora de preguntarse: "¿Por qué a mi?"
Había una repuesta sencilla para aquello. La vida que se le era entregada a cada uno era cosa del destino, era la fortaleza que cada uno poseía en si mismo. La seguridad de que se podrían enfrentar cualquier problema u obstáculo que se le viera en el camino.
Cada persona era el o la guerrera de su propia historia, luchando contra sus propios monstruos con la esperanza de ver un amanecer lleno de paz y tranquilidad. Existirán muchas historias crueles y tristes que podrían destrozar un corazón en segundos, cómo también historias más ligeras que llevan suaves altibajos que desarrollaron a la persona que es ahora.
Augustine Walker estaba en las penumbras de las cuatro paredes de su cuarto. Estaba en el rincón de la pared, sentada en el suelo mientras abrazaba sus piernas con miedo, aferrando sus uñas en su piel. Lo único que quería era que los gritos de su padre se detuvieran, que el silencio reinara en la casa y que la tranquilidad finalmente llegara..
Sus orbes marrones estaban de tonalidades rojas y sus manos apretaban sus piernas, con temor de separarse de ellas, con miedo de que se rompiera. Se sentía vulnerable, sentía la debilidad apoderándose de ella.
Lo único que sentía era como su cuerpo temblaba sin parar. Cómo las lágrimas caían por sus mejillas, su pecho subiendo y bajando con desesperación y en busca de aire. Cómo su nariz hacía un pequeño movimiento al estar llena de mocos. Cómo sentía que su corazón se rompía cada vez más.
Cada palabra, cada grito, cada golpe dolía.
── Qué pare, que pare, por favor. Que se vaya a dormir ── pidió August susurrando mientras se llevaba las dos manos, tapándose la cara con temor, sus dedos temblando sin descanso alguno.
── ¡Eres un pequeño pedazo de mierda! ¡Le dije a tu madre que no te tuviéramos, que eras un error! ¿Me hizo caso? ¡No! ── confesó Adam haciendo que a Augustine se le hiciera difícil respirar.
La chica, con dificultad agarró su teléfono, lo desbloqueó y pulsó el primer contacto en su lista. JJ. Tenía miedo que llegara a mayores. Tenía miedo que su padre lograra entrar a su cuarto.
Sin embargo, enseguida lanzó su teléfono al ver cómo la puerta se abría. Había logrado entrar. La chica se levantó con rapidez. Se sentía muy agobiada, su garganta se cerraba y el miedo estaba cada vez más presente.
── ¿Creíste que con poner seguro te salvarías? Pensé que eras inteligente ── soltó con ironía mientras se acercaba de manera amenazadora a su hija.
── Papá, por favor...── susurró August antes de que el hombre la ignorara, empujándola contra la pared de manera brusca.
La chica chocó contra esta, haciendo que un marco se cayera y se pegara fuertemente en la cabeza, cayendo al piso.
── No me llames "Papá" ── murmuró Adam antes de agacharse para empezar a golpear a su supuesta hija.
Un golpe, dos, tres, cuatro...
── Para por favor ── pidió entre susurros mientras su padre la golpeaba sin piedad alguna, sus lágrimas caían sin parar.
...cinco, seis y siete. Y cesaron, los golpes se detuvieron, pero el dolor continuaba. Sentía esa fuerza contra ella que pronto la marcaría de hematomas.
¿Era normal sentir tanto dolor? ¿Querer gritar lo más fuerte que se puede? Eso sentía August, pero no hubo descanso para ella, ya que su padre no paró hasta que le dió suficiente sueño para dejarla en el suelo de su cuarto. Sola. O al menos eso creía el hombre.
Augustine, lloraba sintiendo ese dolor en el pecho, esa dificultad para respirar bien, sintiendo como su cuerpo no se tranquilizaba, como sus heridas sangraban. Fueron siete golpes los que quebraron lo que quedaba de su corazón.
Siete golpes marcando su cuerpo, dejando en ella un recordatorio de donde provenía. No importaba cuanto intentara, Augustine siempre estaría atrapada en esa casa, con el.
JJ Maybank se encontraba con John B. en el Chateau. Su cuerpo descansaba en uno de los sillones mientras jugaba con su gorro, con un porro decorando sus delgados labios. El rubio se había quedado a pasar la noche debido a que su padre no estaba de un buen humor ayer.
── ¿Oíste que habrá un huracán? ── preguntó John B. al rubio quién estaba fumando un porro acostado en el sillón.
── Si, un asco, vamos a pasar el verano limpiando. ¿Sabes cuál sería una buena forma de pasar el verano? ── comentó JJ mirando al castaño con una sonrisa ── Cerveza y cigarros, lo único que necesito.
── Estás lleno de mierda ── respondió negando con la cabeza.
── Augie estaría de acuerdo conmigo ── dijo pensando en esos tiernos ojos color chocolate, antes de que su teléfono sonara ── Hablando de Augie...
── ¿Te habló? ¿Va a venir? ── preguntó John B pero su ceño se frunció al ver como el rubio se levantaba con preocupación ── ¿Qué pasó?
── ¡Maldito Adam! ── fue lo único que dijo antes de salir por el porche y subir en su moto. Sin embargo, aquello fue suficiente para hacerle saber a John B. lo que pasaba.
El motor de su motocicleta rugió mientras seguía la ruta hacia la casa de August. Una expresión llena de preocupación y el enojo en su sangre. La velocidad no importaba, solo quería llegar con la chica y saber que estaba bien.
Una vez ahí, estacionó su moto en la parte de atrás para que Adam no la viera. Se bajó de esta y se quitó la gorra con preocupación mientras caminaba hacia la ventana del cuarto de Augustine.
Al oír voces se apoyó en la pared para que no se viera que el rubio estaba ahí y no meter a la Walker en más problemas.
── Papá, por favor... ── masculló Augustine cerrando los ojos con dolor.
Por otro lado, JJ hizo una mueca de tristeza al escuchar a su persona más importante tan débil. Su corazón palpitaba sin límite mientras la necesidad de intervenir crecía cada vez más.
── Eso es para que aprendas a no ser tan inútil. Maldito pedazo de mierda ── dijo antes de marcharse y cerrar la puerta bruscamente.
Augustine abrió los ojos y se sentó en el suelo, apoyando nuevamente su espalda en la pared. Se llevó una mano al pecho intentando regular su respiración. Pasó sus manos por sus labios y al quitarlas vio sangre en ellas. Su nariz estaba roja al igual que sus ojos, las cuales no paraban de soltar lágrimas. Su garganta se cerró, lo cuál hacía que se le dificultara respirar.
JJ suspiro y se asomó por la ventana. Pero al verla así, tan débil, tan golpeada, tan rota, se le rompió el corazón. Pasó rápidamente por la ventana, llamando la atención de la chica, quien suavizó su mirada apenas lo vio.
── Hey Augie, estoy aquí ── susurró con los ojos lagrimosos mientras se agachaba en frente de la chica ── ¿Puedes respirar?
August lo observó callada mientras asentía con la cabeza frenéticamente. Las lágrimas se escapaban por sus mejillas con desesperación, mientras sentía unas manos acariciar su rostro limpiándolas.
── Ya estás a salvo. Estoy aquí ── murmuró antes de dejar un beso en la cabeza mientras acariciaba tiernamente la espalda de August luego de rodearla con sus brazos en un abrazo desesperado.
── Me quiero ir de aquí ── masculló, pero el rubio logró escucharla perfectamente.
── Bien, vamos. Hay ropa en el Chateau ── dijo para levantarse al igual que la chica.
Una vez levantado cargó a está haciendo que pasara los brazos al rededor de JJ, escondiendo su cara en el cuello del rubio.
──¿Sabes qué no es necesario que me cargues? Puedo caminar ── dijo sin quitar su cara del cuello.
── Lo sé, sé que eres lo suficientemente fuerte para hacerlo, pero déjame hacerlo por ti esta vez. ¿Qué usó esta vez? ── preguntó tensando la mandíbula.
── Sus puños, navaja, pared. Ya sabes que le encanta experimentar con nuevas cosas ── dijo con una sonrisa triste.
── Lo mataré ── masculló para dejar a August en el suelo y luego abrazarla ── Iremos dónde John B., ¿sí? Ahí estarás más tranquila.
── Está bien ── respondió la chica ── JJ. Gracias por venir ── agradeció con una sonrisa tierna mientras el rubio se subía a la moto para luego mirarla con cariño.
── Siempre, August. Ahora vamos ── dijo señalando con la cabeza el asiento detrás de su moto.
August pasó una pierna para el otro lado de la motocicleta para luego sentarse y rodear con sus brazos al rubio, aferrándose a él. JJ encendió la motocicleta y soltó unos cuantos ruidos antes de avanzar. Alejándose de aquella casa. La casa la cual Augustine le tenía tanto temor, agobio y odio.
Era como si, su casa estuviera embrujada y por eso su padre estuviera siempre enojado. Aunque agradecía tener a un amigo que la entendiera y la ayudará. Se ayudaban el uno al otro.
Estaban destinados a encontrarse.
EDITADO : 10. 10. 24
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