Capitulo 2 - Amistades Profundas

~ Tu peor enemigo es el pensamiento, porque entre más piensas, nuevas formas de destrozarte conoces ~

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Recapitulación:

Después de las múltiples apariciones de Satoshi en la vida de Serena, este dio un gran impacto en todos sus sentimientos. Convenciendo a la chica de que le mostrará la ciudad.

Pasaron la tarde en una ruleta de sentimientos que Serena pocas veces había experimentado, desde ser compañeros de clase hasta divertirse en un grandioso arcade, esa melancolía que se negaba soltar a Serena aún se aferraba a ella intentándola someter a la depresión nuevamente en los momentos más vacíos del día, pero Satoshi siempre llegaba al momento para sacarla de sus pensamientos y guiarla nuevamente por ese sendero que empezaba a marcar cada parte de ella.

Todo término con solo una cosa, una simple sonrisa que expresaba más que toda la vida de Serena. Por primera vez en mucho tiempo... Podía sentirse feliz.

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Martes - 6:25 AM - Pueblo Boceto

Kalos parecía pasar por lo que sería una temporada de lluvias y cielos espesos de nubes grises cubriendo cualquier señal de algún astro que iluminará en rayos luminosos.

Pueblo Boceto amaneció como cualquier otro día en el mismo, mientras un chico de cabellera azabache seguía durmiendo plácidamente en su habitación de hotel.

Serena se levantaba de su cama tallando sus ojos ante la falta de sueño que se manifestaba en lagañas. No era un problema decir que no había podido dormir la noche anterior... Pero a diferencia de otras veces, esta pérdida de sueño no fue a causa del ciclo de recuerdos que muchas veces arruinaban su noche.

Su dificultad de esa noche por dormir se manifestaba en el hecho de no poder borrar una sonrisa, estúpida a su parecer. Misma que se manifestaba en su rostro.

No era capaz de dormir ayer a causa del vivo recuerdo de aquella montaña donde se veían las estrellas con facilidad, recordar cada astro en esa noche estrellada le inquietaba y solo lograba divagar sobre la hermosura de tales figuras estelares.

Después de levantarse y estirar levemente sus brazos, bostezo y decidió salir de su habitación en busca de algo de comida. Bajo los escalones de madera que hacían contacto con las plantas frías de sus pies.

Llegó hasta la planta baja y se detuvo sobre la alfombra, misma donde se detuvo y brotó sus pies para conseguir calor en estos, se dirigió a la cocina y apenas giro sobre sí. Vio a si abuela cocinando lo que parecía pasta en una olla grande.

─Hola hija. ─ Saludo la mujer con una sonrisa tapando la olla con la tapa a su derecha para dirigirse hacia Serena y abrazarla.

La chica recibió el abrazo con una leve sonrisa y frito sus manos sobre la espalda de la anciana, misma que la confortaba con su abrazo.

─Buenos Días. ─Acotó una sonrisa desplegándose del abrazo de la mujer lentamente y dirigiéndose a la estufa. ─ ¿Te puedo ayudar?

La mujer de avanzada edad parecía sorprendida ante la actual actitud de su nieta, sonrió ampliamente y le contestó:

─Claro que si hija. ─Destapó la olla liberando el vapor que se había acumulado en su interior. ─Ve picando las verduras, anda. ─Le ordenó con una sonrisa, misma que Serena le regreso para dirigirse a la mesa y empezar a hacer lo que le dijo.

─ ¿Y eso que estas de buen humor? ─Le cuestionó la mujer con una sonrisa pícara pues había visto desde su habitación el chico con el que venía ayer. Tantos años de experiencia no le decepcionaron cuando supo que ese chico haría un cambio en esa chica gris que había llegado.

─No lo sé. ─Serena meneaba su cadera mientras tarareaba una melodía. ─Ayer tuve un buen día... Conseguí un amigo. ─Pronunció con vergüenza pues se le hacía raro decirlo a su edad. Aun así, la sonrisa seguía.

─Me alegro por ti hija. ─La mujer se acercó a la mesa y recogió las verduras que Serena había picado en un plato, para luego regresar a la cocina. ─Espero que seas muy feliz. ─Vertió los condimentos y las verduras sobre la olla y siguió revolviendo con un cucharón.

─Gracias. ─Pronunció la chica con sus mejillas levemente coloradas mirando el vapor salir de la olla.

[•••]

El aire en el pueblo era rápidamente filtrado por un glorioso olor a tierra húmeda y fauna a su alrededor, era el vivo olor de la naturaleza.

─ ¡Te veo después abuela! ─Se despidió la chica peli miel mientras salía de la casa con un paso apresurado mientras sujetaba firmemente su maletín. La mujer solo la despidió con un saludo a la lejanía y una sonrisa.

Le vendría bien un descanso... Un merecido descanso de todo.

Serena caminaba con una sonrisa hacia el hotel donde Satoshi se hospedaba, cruzó la entrada empujando la puerta de cristal encontrándose con la curiosa mujer de cabello rosado.

─Bienvenida, ¿En qué puedo ayudarte? ─Le preguntó la mujer con una sonrisa cordial.

─Eh bueno yo... ─Justo cuando no sabía a lo que venía claramente, Satoshi apareció doblando por el pasillo a su par encontrándose de frente listo para la escuela.

─Hola Serena. ─Le saludo con una amplia sonrisa levantando la mano derecha. ─ ¿Nos vamos? ─Pregunto para luego caminar hacia la salida abriéndole la puerta de cristal para que pasará.

─Ya lo encontré. ─Le sonrió a la recepcionista para luego retirarse y cruzar la salida junto al morocho.

─La juventud... Qué vida ─Suspiro la mujer.

[•••]

Los dos caminaban en dirección a la estación del autobús en espera de que este pasará por el lugar para llevarlos hacia la escuela. Satoshi había sacado la consola portátil que consiguió el día de ayer.

Serena optó por sacar su celular y empezar a ver que encontraba por sus redes sociales.

Post de Miette.

Meme Matemático
Reacción:
Me divierte.

Post de Miette.

Vídeo de gatito haciendo Ñam Ñam.
Reacción: Me Encanta.

Nuevo post de Miette.

Viendo que su búsqueda de combatir el aburrimiento había fracasado decidió hacer lo de siempre, saco sus auriculares del bolsillo de su falda, los conectó a su celular y simplemente dejó que la melodía inundará sus oídos.

Ahora que lo pensaba, era descortés ignorar a Satoshi... Pero el chico tampoco parecía apartar la vista del videojuego en sus manos. Serena noto como Satoshi movía la boca a lo cual retiro el audífono de su oreja.

─ ¿Dijiste algo? ─Le preguntó Serena acercándose a Satoshi intentando escucharlo esta vez.

─Te decía que el autobús ya viene ─Señalo con su mano hacia orillas del camino. ─Y que es de mala educación ignorar a tus acompañantes. ─Sonrió de lado de forma burlona guardando la consola en su maletín.

Unas gotas empezaron a caer sobre la cabeza de Serena anunciando nuevamente la lluvia.

─Pero tú también estabas... ─El autobús llegó generando un estruendo al momento de abrir sus puertas, haciendo que la voz de Serena se perdiera entre el ruido y Satoshi solo entrara al transporte con una sonrisa aprovechando la oportuna llegada del autobús. ─Dhu. ─Le saco la lengua a sus espaldas para luego subir al autobús volviendo a ponerse sus audífonos.

Se dirigió al asiento más alejado de todos y dejó caer su cuerpo sobre el tieso asiento de piel. La música se mantenía fluyendo sobre sus oídos sin embargo sus ojos se posaban en todos los presentes.

Satoshi estaba en el asiento a su par, pero este parecía seguir viciado en la consola. Miro al frente y noto como todos hablaban sin cesar.

A simple vista podría parecer que era un ambiente estresante donde gran cantidad de adolescentes hablaban sin parar... Pero ellos reían y hablaban con sonrisas.

Notaba como le faltaba algo... Tenía a Satoshi, tenía un amigo... Y no era como si en algún momento hubiera deseado tener más... Pero ¿Con uno es suficiente?

No era un simple pensamiento egoísta de satisfacción personal, era más bien una incertidumbre causante de un "¿Se puede ser feliz con un amigo?"

Era como intentar tapar el sol, con un dedo...

Su mente era invalidada por una sensación con la que ya había convivido antes, pero que ahora regresaba atacando más fuerte a causa del tiempo que llevaba sin experimentar esta.

Soledad.

Es tan curioso, no recordaba haber durado menos de una semana sin sentirse sola, y el simple hecho de volver a sentir esta... Le afectaba más de lo normal.

Agitó si cabeza levemente para olvidar todo lo que su mente intentaba retraer a su memoria e intentando despejar sus pensamientos con la excusa del que pensaba más de lo que debía.

Serena dirigió la mirada a su celular y cambio la canción a una que no le recordará tanto sus miserias. Al momento de levantar la mirada se topó con Miette, la cual la miraba fijamente desde el asiento de enfrente.

Serena pauso la música y se quiero los auriculares.

─Eh... ¿Hola? ─Serena paso su mano frente a Miette al no saber que era lo que pasaba.

─Hola. ─Miette le sonrió ampliamente... Tal vez demasiado. ─Veo que ya hiciste un amigo, Hola Satoshi. ─Saludo al chico con un ademán de mano. El chico levanto la mirada y le dirigió una leve sonrisa.

─Eh sí, creo que la conoces... Soy también su tutora. ─Serena era rápidamente invadida por el miedo a decir algo que Miette pudiera aprovechar para molestar.

─Me alegro por ti Serena, es bueno que tengas amigos, ¿sabes? ─Acotó Miette con una sonrisa extravagante llevando su dedo índice a su barbilla. ─Nunca pensé que alguien fuera capaz de... Ser tu amiga. ─La peli azul sonrió al notar que Serena bajaba la mirada. ─Es tan difícil relacionarse con gente como tu... Me sigue sorprendiendo, a decir verdad.

En esos momentos Serena solo veía a Miette como las veces anteriores, la chica que demostraba su superioridad con solo palabras camufladas entre dientes afilados por el egoísmo. Y era estúpido... Nada la impedía plantarle cara o incluso resolver esto de una forma menos ética... Era lo que cualquiera fuera de esa situación pensaría.

¿Qué tan difícil es negarse al acoso? Como si fuera tan fácil... ¿Qué puedes hacer cuando nadie te toma enserio?

─Ella no es aburrida. ─Interrumpió Satoshi sin dejar de presionar los botones de la consola. ─Es menos estresante que tú. ─Pronunció el azabache sin temor aún con la vista en su consola. ─Y es al menos... En otros aspectos mejor que tú... -El ambiente se había tensado ligeramente, al menos en ese espacio reducido donde se encontraban ellos tres. -Considero que poder darle un valor a ti mismo sin tener que someter el de otros, es algo que está intentando muy bien... No como otros, verdad.

Miette rodo los ojos mientras en su mente solo sentía pena por Satoshi. El chico era tan guapo y lo desperdiciaba de tal forma que incluso podría ser considerada una atrocidad, claro. Este pensamiento era solo una excusa para retirarse, ella sabía que las palabras de Satoshi significan algo para ella, pero no estaba dispuesta a ser sermoneada en ese momento.

─Que desperdicio de rostro. ─Miette escupía cada palabra con la intención de herir. ─Quédate con la niña aburrida y cuando te fastidies de ella, me cuentas que tal. ─Satoshi no dejaba de ser un gran partido a su parecer.

Dio la vuelta y se dejó caer sobre su asiento con delicadeza.

─Ten por seguro, que no lo voy a hacer. ─Pronunció lo suficientemente alto para que Miette le escuchará incluso después de que esta lo "ignorara". ─Cuando te canses de la hipocresía puedes llamarme... Tal vez te canses antes de llegar a mí.

Satoshi volvió a su tarea de capturar a todos mientras Serena solo miraba al chico a su par con una leve sonrisa, sin embargo, la chica peli miel había guardado ciertas palabras de Miette en su corazón.

Lentamente volvía al rito al que ya se había acostumbrado... Suspiro, se colocó los auriculares y dejó reposar su cabeza sobre la ventana empañada llena de gotas de agua a causa de la lluvia que empezaba a propagarse afuera mientras sus ojos parecían ver todo al mismo tiempo que su mente formulaba la teoría de la nada.

Vio su propio reflejo en aquel vidrio sucio y empañado, solo se veía en un terrible intento fallido de simular felicidad, ¿acaso todo fue solo un producto de su mente?

Negó levemente, eso era imposible... Se regañaba mentalmente al no poder tener una confianza clara de sí misma... Era como si su propio ser se denigrara.

Tampoco era algo nuevo para ella... Tu peor enemigo es el pensamiento... Claro que sí, ahora lo creía.

El autobús se detuvo, ya habían llegado a la escuela. Satoshi se levantó y guardo el videojuego en su maletín. Le tendió la mano a Serena y le ayudó a levantarse.

La chica lo miro lentamente durante unos segundos mientras este acomodaba su informe... Era cierto que era demasiado para ella.

Suspiro nuevamente viendo que su boca desprendía vapor, camino hacia la salida del autobús mientras sacaba un paraguas de su maletín y lo habría en la salida del autobús.

─¡Gracias! ─Pronunciaba Satoshi al bajar del transporte, siendo correspondido por el chofer con un ademán de mano.

Satoshi se apegó a ella cubriéndose con su paraguas junto a una sonrisa.

─Oye, consigue tu cubierta. ─Se quejó Serena con un puchero, pero sin retirar la sombrilla.

─Solo déjame un poco. ─Satoshi se apegaba a su hombro. ─Eres la única cubierta que tengo y la única que me interesa. ─Sonrió.

Serena se sonrojo violentamente mientras sostenía la sombrilla con firmeza apretando su puño ante el impacto de las palabras de Satoshi.

─Serena, ¿estás bien? ─Y como no es difícil imaginar, Satoshi no era consciente del peso de sus palabras. Para estúpido no se estudia, pero en ocasiones él le echaba ganas.

─Idiota. ─Le pego levemente con su puño en el hombro mientras se sonría entre letras para seguir avanzando hacia la entrada de la escuela.

Una vez dentro, Serena cerro la sombrilla y la guardo adentro de una bolsa para volverla a acomodar dentro de su maletín.

La melodía que anunciaba el inicio de clases armonizaba con la lluvia causando que todos los alumnos empezarán a dirigirse a sus respectivas aulas.

─Vamos. ─Satoshi avanzaba por el pasillo seguido de Serena. La chica lo seguía desde su espalda mirando el pasillo y sus pies.

Serena sonreía levemente para luego empezar a caminar a la par de Satoshi.

[•••]

Las clases avanzaban con la misma pesadez de siempre, Satoshi parecía mantenerse a un margen de tranquilidad entre cada clase, mismo que era obvio donde cada vez era dominado por el sueño.

─ «Agh, no te duermas, no te duermas, no... Te duermas... No... Te... Duermas... ¿Un poke...?» ─Satoshi abría los ojos de golpe al darse cuenta que ya empezaba a entrar en un sueño profundo a lo cual dio un par de leves golpes en su mejilla.

─Esto sería todo de la clase de hoy chicos. ─La profesora al frente levantaba un par de libros en sus brazos. ─Tiene un cuarto de clase libre... Disfrútenlo. ─La mujer les sonrió mientras se despedía pasando por la puerta del aula.

Un suspiro salió de la boca de la mayoría de los alumnos a lo cual cada uno se dio la libertad de hacer algo a su placer. Varios salieron del aula en busca de caminar, otros tantos se reunieron para hablar y Satoshi simplemente dejó caer su rostro sobre sus brazos y procedió a dormir.

─Cierto. ─Sin si quiera haber pasado un segundo desde que cerró los ojos, este los volvió a abrir y saco su celular de su bolsillo.

─ ¿Qué haces Satoshi? ─Serena se asomaba atrás de su hombro mientras veía a Satoshi teclear rápidamente.

─Ya terminé el juego que conseguí ayer. ─Satoshi giro sobre si mientras sacaba su celular mostrando lo que parecía una página web de compra y venta. ─Descubrí este sitio de compra en línea... Es como un supermercado, pero sin salir de casa... Compre una consola que parece ser de la misma compañía junto al nuevo juego ─Sonrió levemente. -Espero que no tarde mucho...

─ ¿Es que acaso no tienes otra cosa en que gastar tu dinero? ─Serena río por lo bajo levemente.

Pasaron leves segundos, que pronto se convirtieron en minutos de silencio cada vez más incómodos. Mientras Satoshi miraba su celular, Serena parecía temblar levemente. ¿Había una razón? Dime tu, ¿que puedes hacer si tu único amigo no inicia una plática?

─Tanto te afectan sus palabras. ─Satoshi aún mantenía su vista fija en el teléfono, pero la chica sabía que sus palabras eran para ella.

─Desde primaria tuve esta rutina con otras personas... Nada ha cambiado, sólo tengo que hacer lo mío y pasará... Pero aun así no logró acostumbrarme, acostumbrarme al tener que sentirme bien cuando me insulta. Como dijiste... No me gusta llamar la atención porque prefiero que sea un simple secreto.

─Es una estupidez. ─Le recriminó al mismo tiempo que guardaba su celular en el bolsillo de su pantalón. ─No siempre las personas que no dicen nada son las más heridas, el que mucho digan "Odio mi vida" "Ojalá muriera". ─Enfatizó las comillas con sus dedos. ─No significa que sean mentira, simplemente son personas que claman por más ayuda... Todos la necesitan, a fin de cuentas.

─Lo sé, lo explicaste ayer. ─Confeso confundida la chica mientras fruncía el entre cejó. ─ ¿Qué tiene qué ver?

─Las personas que nos rodean siempre cumplen un rol importante en nosotros, ya sea directa o indirectamente, siempre podemos aprender algo de los demás. ─Satoshi empezaba a rebuscar dentro de su maletín. ─Como dije ayer, el destino nose resume a dos personas o dos destinos enlazados, todos están conectados, y así como todos te dejan cosas por aprender. Tú también le enseñas cosas a los que te rodean. ─Se detuvo en seco, formo una sonrisa y levanto su cartera. ─Te encontré, mi punto es... No subestimes lo que ves del mundo, todos tienen su propia historia, todos. Hay que ir a comer. ─Se levanto de su silla mientras hacia un gesto con la cabeza para salir del salon señalando hacia la puerta.

─Pero todavía no es... ─Fue interrumpida por el sonido armonioso que anunciaba la salida al receso. ─Bien, tú ganas. ─Sonrió levemente y salió junto a Satoshi.

La chica peli azul los miraba ligeramente a la lejanía desde el grupo de personas que la rodeaban.

El Salón estaba casi vacío, pocas personas estaban con ella. Y las pocas que estaban no se veían muy interesadas en entablar una conversación.

[•••]

Satoshi había nombrado el Receso, la mejor clase de la escuela. Y aún que Serena le insistía que no era una clase en sí, el chico parecía disfrutarlo.

─Considero que este juego es maravilloso con cada nueva generación. ─Pronunciaba Satoshi a la par de Serena mientras recorrían el pasillo. ─Solo me desanima que no estén todos esos monstruitos de los Juegos anteriores en la versión más nueva.

─Sigo sin entenderte nada. ─Reclamo Serena mientras miraba dudosa a Satoshi.

─Solo estoy diciendo que me gustaría probar todo el esplendor de... ─Se quedó callado al mismo tiempo que su cuerpo se detenía de golpe dejando con curiosidad a Serena.

─Que pasa Sa.. ─Satoshi le shisheo levemente al mismo tiempo que ponía su dedo índice sobre sus labios haciendo que esta se callara. Con su otra mano, levantando el mismo dedo señalo al fondo de forma que Serena guio su vista a donde apuntaba.

─Es curioso cómo funciona este mundo. ─Susurro confundiendo a Serena que no veía otra cosa más que un pasillo vació frente a ellos. ─Tan curioso como siempre... Tan curioso. ─Pasaron unos segundos en silencio.

Se escucho el sonido de un frasco rompiéndose, de la nada el pasillo a su derecha se ilumino al mismo tiempo que provocaba una leve explosión.

Un chico de cabellera rubia salía impulsado desde uno de los pasillos que conectaban con el mismo donde se encontraban ellos. Tenía una bata blanca... Actualmente gris ante el hollín que se había quedado de la nube de la explosión, sus lentes estaban en el suelo justo a los pies de Satoshi.

─ ¡Clemont! No, perdón, perdón, perdón. ─Aparecía una chica rubia del mismo pasillo de donde se originó la explosión al mismo tiempo que se hincaba junto al chico rubio y movía el cuerpo del chico de forma muy brusca.

─ ¡Si sigues me vas a matar! ─Se quejo el chico mientras tronaba su cuello con una mueca. ─Ayúdame a buscar mis lentes antes de que vengan los demás y empiecen a preguntar como rompiste nuestro proyecto. ─Pronuncio para luego empezar a tocar el suelo levemente con sus manos en busca de sus anteojos.

─Eh, creo que son tuyos. -Satoshi se había acercado hacia Clemont mientras Serena los tenía en sus manos.

─Gracias. ─Les sonrió la chica mientras recibía los lentes y se los colocaba al rubio.

─Korrina, la próxima vez que quieras mostrarme tu nueva técnica maestra mortal de ataque avanzado con un nombre surrealista... Hazlo lejos de los proyectos escolares, por favor. ─Le pidió el chico a la rubia con frustración como si Satoshi y Serena no estuvieran ahí.

─Sí, sí ya entendí. ─La chica rascaba su nuca con pena, abrió sus ojos dándose cuenta de que estaban ignorando a Satoshi y a Serena los cuales solo podían mirarlos algo confusos.

─Yo soy Clemont de primer semestre. ─Se presentó el chico al mismo tiempo que recogía los pedazos de cristal del suelo. ─Y la loca de patines aquí presente es Korrina, amiga de clases.

─Mucho gusto. ─Pronunció Korrina con pena.

─Igual. ─Pronunciaron los dos al mismo tiempo mientras veían al Rubio recolectar cada pedazo de vidrio.

─Si no es mucho preguntar. ─Satoshi se acercó a Clemont ayudándolo a recoger los restos. ─ ¿qué era lo que... Korrina pateó...?

─Nuestro proyecto de Ciencias...

─Yo sigo pensando que tienes una habilidad para que todo lo que tu hagas explote... No me sorprendería encontrar descendencia musulmana en tu sangre. ─Se burlaba la rubia

El rubio lanzo una mirada amenazante hacia Korrina, pero esta no tomó ningún efecto más que solo causar carcajadas de la rubia.

─Tonta. ─Susurro

─Idiota musulmán. ─Le regreso el insulto.

─ ¡Clemont! ¡Par de idiotas! ─Grito una chica de cabello anaranjado acercándose hacia el rubio aún con su ropa manchada. ─Lo que está ahora cubriendo cada parte de ti... ¿Es nuestro proyecto? ─La chica apretó los ojos esperando que estuviera equivocada mientras apretaba sus puños.

─ ¡Pero esta vez no explotó por mi culpa, fue Korrina y su patada mística del no sé qué del dese!

La chica solo tenía su mirada perdida en los restos del frasco de cristal en las manos de Clemont.

─Ustedes son increíbles, no puedo dejarlos solos un poco porque ya se quieren matar ─La chica vio de reojo a Serena y a Satoshi que los miraban con confusión. ─Eh... ¿Se les perdió algo?

─Misty ten un poco de modales. ─Recriminó la patinadora como si ella fuera la más educada del lugar. ─Estaban aquí cuando todo paso y nos estaban ayudando a recoger, ellos son... ─Se quedó callada unos segundos. ─Esto... ¿Como se llaman?

Misty juraba sentir que su cuerpo se caía ante la poca gracia que eso le daba, pero aun así se mantenía "tranquila".

─Me llamó Serena. ─Se presentó la chica de forma normal para sorpresa de Satoshi. ─De primer semestre.

─Satoshi, este... ─Rasco levemente su mejilla. ─Soy estudiante de intercambio, llegue ayer. Y estoy en la misma clase que Serena.

─ ¿De dónde? ─Pregunto Clemont al darse cuenta de que los rasgos de satoshi no eran para nada a los de un Kalosiano.

─Kanto... ─Apenas término de decir la palabra Misty abrió sus ojos y lo examinó detenidamente.

─No recuerdo a alguien que se vea como tú en las instalaciones de Kanto... Estoy segura de que lo recordaría... Yo también soy de Kanto y estaba al tanto de todos los nuevos alumnos cuando estaba haya. ─La chica empezaba a ver de forma sospechosa a Satoshi mientras lo miraba de arriba a abajo detenidamente.

─Bueno, es que... No solía salir mucho de casa. ─Pronunció como palabras de emergencia mientras sentía los nervios a flor de pie. ─Y este, bueno... No era de muchos amigos en la escuela... Y eso, ya sabes. ─Claramente ni él sabía.

─Supongo que sí. ─Misty dejaba de ver de forma acusadora a Satoshi para luego saludarlo lentamente con ciertas dudas secretas en su cabeza. ─Yo soy Misty como ya te habrás dado cuenta también soy de Kanto. ─Pronunció mientras la dirigía una sonrisa.

Serena y Satoshi le sonrieron levemente y siguieron ayudando a recoger la basura.

El receso apenas había comenzado, y en poco tiempo ya eran Siete personas las que platicaba animadamente en una de las bandas del comedor en cafetería.

─Entonces intentaré entender... Todo lo que construyes... ¿Explota? ─Pronunció Satoshi entre risas mientras el Rubio se ruborizaba entre leves carcajadas.

─No sólo eso. ─Agregó una chica de cabello café con lo que parecía un pañuelo rojo en la cabeza. ─Es como si fuera una maldición donde cada cosa que construye siempre explota por alguna razón... Como nuestro proyecto. ─Pronunció estas últimas palabras mirando fijamente a los rubios en un tono amenazante.

Esta chica se llama May, es una amiga de Misty la cual parecía llevarse de maravilla con todos los presentes logrando encontrar un tema de plática común.

─Pero yo sigo preguntándome lo mismo. ─Pronunció Serena con una pena casi nula al entrar en confianza. ─ ¿Como es que Korrina y Clemont son novios? Si son... Completamente diferentes. Llámame rara pero los polos opuestos solo se atraen en la física.

Todos rieron levemente al notar como Korrina aún se escondía entre su sudadera al ser el centro de atención.

─Es más curioso de lo que piensas. -Pronunció un chico de tez Morena y ojos rasgados. ─Korrina es completamente diferente a Clemont. ¿No es algo ideal para ellos?

Brock, un chico que al parecer también es originario de Kanto, a diferencia de todos los presentes que el pertenece al Tercer Semestre de clases.

Serena realizó una mueca de confusión al mismo tiempo que le daba un bocado al pan que estaba en su mano.

─Korrina es imperativa, deportista, divertida y muy energética. ─Pronunciaba El Rubio sin darse cuenta del rubor de Korrina. ─Yo soy más algo como Cerebro, precavido, y poco energético... Si lo piensos, no siempre estas con una persona idéntica a ti por que fácilmente te aburrirías de estar contigo mismo, pienso que es más divertido buscar algo que te complemento... Algo que te haga sentir especial. Es como si buscaras eso que te hace reír solo porque está ahí.

Las palabras de Clemont llegaban levemente al corazón de Serena mientras en frente de ellos se montaba una escena donde Korrina y Clemont se sonrojaban mutuamente al darse cuenta de la atención que habían llamado.

[•••]

Las clases avanzaban ligeramente más rápido en la cabeza de Satoshi el cual se encontraba derrochando aburrimiento en el aula de clase.

Mientras tanto Serena miraba levemente al vacío de su pupitre mientras pensaba en lo que parecía ser el todo.

Sus pensamientos se volvían un constante cambio de emociones todas siendo dominadas por sus recuerdos, aquellas personas con las que compartió alimento en el receso habían causado un ligero choque emocional en sí.

Serena levanto su brazo siendo cautelosa en no llamar la atención.

─Este... ¿Puedo ir al baño? ─Pregunto al profesor mismo que solo le asintió con la cabeza y le señalo la puerta del aula.

La chica peli miel se levantó de su asiento sabiendo que faltaban pocos minutos para que la clase acabara. salió del aula y se dirigió a los baños yendo directamente al lavamanos.

Fregó su rostro con agua fría mientras tallaba las ojeras abajo de sus ojos, las tentó ligeramente con las puntas de sus dedos.

Se le hacía tan... Curioso.
Desde que recordaba las ojeras eran parte de su vida, desde que todo fue un desastre eran noches en desvelo y llano sin sentido donde despertaba solo con ojeras.

Pero el tacto en su propio rosto le parecía más cálido de lo común. Sin duda sus dedos estaban fríos... Pero sentía que brotaba una sensación de calidez de su propio cuerpo.

El cuerpo recuerda lo que la mente olvida.

Recordaba que aquellas ojeras se volvieron producto de una tarde divertida a la par de Satoshi y un significado cálido en su vida.

Presto atención a su propio reflejo en el espejo viendo su alineado cabello largo y su rostro ligeramente empapado. ¿Se vería más bonito corto?

¿Desde cuándo le importaba su figura? No tenía ni idea, pero todos sus pensamientos fueron invadidos por la melodía del final de clases.

Serena seco su rostro con un pedazo de papel y se dirigió a la salida del baño, para su desgracia. Miette estaba justo en el marco de la puerta impidiendo su salida.

─Hola sere. ─Se acerco a ella con una sonrisa haciendo que la peli miel retrocediera.

─Hola Miette. ─Le regreso el saludo con nerviosos con una sonrisa forzada mientras seguía retrocediendo hasta toparse con la pared.

La peli azul frunció el entre cejo confundida.

─Tu nunca... ─Se quedo callada aun con una expresión de confusión, negó con la cabeza y dejo de hablar para seguir mirando a Serena.

─Este... ¿Que se te ofrece? ─Cuestiono de forma educada aun sabiendo que estaba siendo demasiado inocente

Miette se acercó de forma intimidante a Serena mientras su rostro se había agravado al enojo.

─Siempre tan inocente. ─Pronunciaba con repudio mientras sujetaba un mechón del cabello de Serena. ─Siempre tan irritable. ─Tiro de este causando que Serena gritara.

─Miette. ─Serena empezaba a sentir como la chica tiraba más fuerte de su cabello. ─Solo... Me quiero ir a casa. ─Le suplico al ver como la chica no cedía

─Siempre tan tranquila. ─Sujeto con fuerza la mandibula de Serena.

─Miette, creo que esto ya es incluso demasiado para ti. ─Pronuncio Serena mientras daba pequeñas patadas al aire.

─ ¿Que tan tonta crees que soy? ─Le recrimino enojada. ─ ¿Enserio crees que te pienso matar o hacer alguna herida significante? ¿Acaso consideras que eres superior a mí solo por creer que lo haría? ─Estaba enojada pero su mano temblaba al igual que su voz.

El cuerpo recuerda lo que la mente olvida.

"Cuando te canses de la hipocresía puedes llamarme... Tal vez y te canses antes de llegar a mí."

Las palabras de Satoshi parecían cobrar alguna parte de sentido en su cabeza mientras veía los ojos temblorosos de Miette. 

Era un punto de quiebre... Curioso, mientras Miette ejercía una presión física y atemorizante sobre Serena, la peli azul se volvía cada momento más y más débil.
Mientras que Serena, siendo sometida físicamente, inesperadamente empezaba a tomar una expresión más tranquila y seria.

─ ¿Cuánto tiempo me has odiado? ─Le pregunto de golpe Serena mientras mantenía su mirada perdida. ─Fue cuando llegue, me odiaste desde el momento en el que llegue... ¿Por qué? ─Serena consiguió sujeta la mano de miette que sostenía su cabello, consiguiendo que la soltara.

─ ¡No te interesa! ─Intento zafarse del agarre de Serena, pero esta le seguía mirando. De la nada Serena la soltó.

Miette sobo su muñeca dándose cuenta de que esta estaba roja, el escenario, era incluso poético. La chica que habia sido el objeto de sus burlas, de su inmadurez y su odio, justo en ese preciso momento la miraba desde arriba con una expresión indiferente.

─ ¿Por qué me odias? ─Pregunto nuevamente.

Ante los ojos de Miette Serena ya no parecía la chica que molestaba días atrás mientras esta no hacía nada por defenderse. Su semblante era serio y fijo en ella, no parecía flanquear. Una mirada de derrota se posaba en el rostro de Miette.

La verdad es que no la odiaba, solo no quería creer que ella era mucho mejor. Estaba decidida a someter a Serena para que esta fuera inferior a ella... Porque claramente ya la había derrotado mucho antes.

─Es incluso humillante que no lo sepas. ─Finalmente, miette había cedido a su derrota. ─Tu únicamente llegaste y rápidamente acaparaste toda la atención. ─Una lagrima solitaria barría sobre su mejilla. ─Fue solo cuestión de días cuando todo lo que había formado había sido rápidamente acaparado por ti. Mis amigos, mis reconocimientos. ¡TODO! ─Soltó un grito, sin embargo, no parecía sentir ya enojo en su voz.

Serena miraba a Miette con los ojos abiertos, la chica que le había acosado, molestado y maltratado psicológicamente estaba frente a ella, derrumbándose ante sus pies mientras lloraba.

─No soy tonta, sé que mis amigos, aquellos que rápidamente dejaron de venir a mi para intentar acercarse a ti no eran amigos reales, sé que incluso los están conmigo hoy, no lo son. Pero era lo único que tenía. ─Multiples lagrimas acompañaban a la primera saliendo una tras otra. ─Intente superarte por mis méritos, esforzándome y tratar de ganarte. Fue una guerra que únicamente yo declaré, y que también perdí... Ni si quiera tuviste que demostrar que te esforzabas, habías destituido todo mi renombre en esta escuela únicamente con tu esfuerzo mínimo... Te odie, te odio por ser tan perfecta. 

Como si fuera cuestión de peso, de una forma casi invisible, los hombros de miette se destensaban, acaba de soltar una carga que llevaba con ella por mucho tiempo. 

─Así que deje que ese odio me guiara, empecé a esparcir rumores de ti, sabotee tu esfuerzo para que no fuera reconocido de la misma maneta. ─Confeso la chica con vergüenza, ahora que estaba liberando sus cargas estaba abriendo los ojos antes las estupideces que hizo. ─Dios, por mi propio egoísmo te sometí a ti y todo tu esfuerzo de toda la vida. Por únicamente un capricho. Perdon, perdón, perdón. ─Clamaba una y otra y otra vez mientras hacia una reverencia en el suelo, lágrimas y llanto se juntaban en su temor.

"Todos necesitan ayuda"

La vida enseña muchas cosas, más de las que incluso uno aprende, pero algo que siempre está presente, es el dolor.
Dolor ajeno, dolor propio. Siempre podrás ver indicios de dolor inherentes que todos sufren. Y esta es la mayor de las problemáticas de todas... ¿Estamos dispuestos a hacer algo por aquellos que sufren? ¿Incluso si sentimos que no lo merecen?

Es fácil decir "Ayudare a todos", "Ayudare al prójimo". Pero ¿y si el prójimo te daño antes de eso?, ¿aun merece tu ayuda?

Serena tomo unos segundos de aire, su cabeza estaba recibiendo demasiados estímulos. Pero por primera vez en los últimos días, no sentía ganas de vomitar por el miedo al ver a miette. Ahora solo sentía un nudo en el estómago.

Serena se sentaba de cuclillas frente a Miette mientras empezaba a buscar algo entre los bolsillos de su falda. ─En definitiva me dañaste, y mucho. ─Miette sollozo con más fuerza al escuchar eso. ─Pero... Considero que lo que hiciste fue muy humano. ─Paso su mano sobre la cabellera de la peli azul mientras le tendía un trapo para secarse las lágrimas.

La peli azul agarro tímidamente el trozo de tela y bajo la mirada apenada mientras secaba las lágrimas de sus mejillas al mismo tiempo que Serena seguía acariciando su cabellera.

─Fue cruel, sí. Pero incluso siendo así, creo que te entiendo. ─La peliazul volteaba a ver a Serena ligeramente anonadada. ─Somos un cumulo de experiencias, experiencias que aún no maduran, y si no aprendemos a crecer con ellas, a desarrollarlas... Nuestras emociones someterán nuestra racionalidad. ─Serena se levantó del suelo, liberando un ligero quejido mientras se estiraba. ─Hoy acabas de ver a donde te ha llevado tu ceguera, no soy quién para decirlo, pero si para advertirte. Yo soy la unica aquí que podría sentenciarte... ─Miette parecía ligeramente aterrada ante la perspectiva de Serena como una figura imponente. ─Yo fui el único objetivo de todo tu mal, y tengo todo el derecho de darte aquello que has sembrado...

─Perdon, perdon, perdon... ─La chica sollozaba nuevamente mientras trataba de esconder las lágrimas que querían volver a brotar.

"El dilema del perdon, es que no podremos perdonar a aquellos que nos han herido a menos que simbolice para nosotros un progreso. Perdonar, es dejar de sentir que merecemos una compensación por el tiempo que fuimos cautivos, y entender que nuestra libertad nos la otorgamos nosotros mismos al perdonar."

─Condenarte ahora, solo sería el resultado negativo de tus malos tratos. ─Miette miraba nuevamente a Serena mientras esta hablaba. ─Pero estoy segura de que brindarte el perdon, nos liberara a ambas. ─Serena le tendía la mano con gentileza mientras le dirigía una sonrisa. ─No quiero más odio, más rencor ni más miedo. Solo quiero que seamos dos estudiantes que disfrutan su vida.

Miette le miraba de que sorpresa dándose cuenta de que la Serena enfrenté de ella no era la misma, lo confirmaba nuevamente... Está cambiando. Después de vacilar unos segundos, sorbio su nariz por última vez y se aferró a su mano para levantarse del suelo.

─Llevémonos bien, pero, sobre todo. ─Sujeto con sus dos manos las manos de miette, haciendo que las dos se miraran de frente. ─Aprendamos de esto, para corregir aquello que nos hizo llegar a este punto... Ninguna merece un mal final.

Esa pequeña esperanza de tranquilidad echaba raíces mientras brotaba en sus pensamientos.

─Ujum ─Miette agitaba la cabeza con debilidad mientras afirmaba, podría jurar que su cabeza daba vueltas. ─Yo... em, gracias. ─Apretó los ojos ligeramente. ─No lo merezco, lo sé por completo, no lo merezco... Pero gracias, en serio. ─Miette finalmente le regreso su pañuelo con algo de pena, hizo una ademan con la mano y se retiró con paso apresurado manteniendo aun la mirada baja.

─Uff... -Para Serena esa fue la conversación más rara que había tenido en mucho tiempo, aun así. Parecía sentirse aliviada de la persona que le atormentaba sus días, si era sincera... No sabía de donde habían salido sus propias palabras.

Sin embargo, algo dentro de ella le afirmaba, que había progresado.

[•••]

Había sido un día ajetreado para Serena... No había tenido un día con tantos cambios de emociones en un día.

Habían ido a tantos lados después de la escuela que era difícil contarlos.

¿Se había perdido de tantas cosas maravillosas mientras parecía no ser nadie?

Miraba a sus lados, y mientras el sol se alzaba en la zona más alta del cielo con unas nubes ligeramente visibles, se daba cuenta de una cosa.

La soledad.

No había ningún sinónimo de Soledad a su alrededor en esos momentos...

Los chicos sonreían a su par junto a ella mientras todos caminaban hacia el autobús...

Incluso adentro no fue diferente, esas sonrisas no desaparecían. Y ella formaba parte de ellas.

Tal vez, y solo esta vez... Dejaría de preocuparse por lo malo, y disfrutar lo bueno...

El tiempo pasaba, uno por unos, los chicos se bajaban en diferentes zonas de la región hasta solo quedar Satoshi y Serena de ese grupo de amigos que se reía como si fueran años de conocerse.

Serena aún sonreía, incluso después de un pesado recorrido su sonrisa se divisaba con ligeras risas que surgía al recordar cualquier momento nuevo con estos nuevos compañeros.

─Tu... ¿Que los consideras? ─Satoshi dirigía levemente su mirada a Serena apagando la consola en sus manos. ─ ¿Que son ellos para ti? ¿Qué somos para ti ahora? ─Y aún que la escena no tenía ningún ápice de seriedad o tensión.

Serena sentía que tenía que contestar con sinceridad sin importar que...

─Buena pregunta. ─En un principio Satoshi se sorprendió del que Serena entendiera lo que quería decir tan rápido, pero rápidamente regreso a su mirada sería. ─Estoy sonriendo más de lo normal, pienso en muchas cosas divertidas... Siento que me volví loca o estoy viviendo una novela cliché... Pero creo que, no está tan mal. ─Serena desviaba su mirada a la ventana apenada. ─Es hacer exactamente las mismas cosas que ya hacía, pero adquieren un significado diferente... Como unas personas pueden hacerte sentir... Querido.

Serena sujetaba ligeramente su camisa apretando su puño contra su pecho.

─Como unos... Amigos, pueden cambiar el mundo. ─ Serena suspira exaltada como si acabará de decir algo demasiado difícil de soltar. ─Me da miedo afirmar, porque soy de las que creen que de afirmar algo, solo decreto que lo perder... Pero realmente me gusta esta sensación. ─Una lagrima completamente cristalina se deslizaba lentamente por su mejilla.

La chica, sin percatarse de la lágrima que se había quedado suspendida en su mejilla, miro a la ventana notando el paisaje de llegada al pueblo, mientras el cielo empezaba a tornarse de un color rojizo naranja.

─Me agrada eso, estaremos contigo siem... Si nos necesitas. ─Satoshi se había cortado en seco reparando rápidamente sin que Serena fuera lo suficientemente rápida para notarlo. ─ ¿Quieres ir a ver nuevamente verdad? ─Preguntó al darse cuenta que Serena miraba las colinas.

─Por favor. ─Le sonrió.

Ambos bajaron del autobús dándole las gracias al conductor, mismo que les regreso el agradecimiento con un "De nada" y se retiró.

Satoshi y Serena caminaron atravesando las colinas de la entrada a Pueblo Boceto, pasando el bosque y llegando a aquella zona elevada donde reposaba el mismo árbol de altura imponente. El cielo se había despejado completamente mientras el cielo se encontraba nuevamente en aquel punto mágico.

El sol se ocultaba lentamente mientras los dos miraban al astro esconderse tras la ciudad lejana dejando sus maletines en el suelo, mientras Satoshi miraba con tranquilidad hacia la oscuridad que se generaba mientras las estrellas empezaban a vislumbrarse con claridad.

Serena miraba con ojos cristalinos al horizonte mientras parecía que su vista se perdía junto al sol.

─Sigue siendo hermoso... ─Serena pronunciaba aun con la mirada fija en la ciudad.

─Y así será... Este podría ser nuestro lugar. ─Satoshi por razones que era incapaz de comprender la causaba nerviosismo comentar tal cosa. ─Ya sabes... Un lugar especial donde siempre veremos lo hermoso del mundo. ─Sus ojos se dirijan a la luna, misma que parecía estar dividida a la mitad, pero manteniendo un brillo espectacular.

─Podría ser... El lugar que nos recuerde que al final, el mundo no es tan malo. ─Le dirigió una sonrisa. ─Un lugar que sin importar que... Logre que recuerde lo bueno de la vida.

─Sin duda. ─Los dos sonreían amenamente mientras la luz lunar iluminaba a la región junto a los astros.

Después de unos minutos de admirar el paisaje y sonreír en un silencio tranquilo, regresaron a Pueblo Boceto, nuevamente Satoshi dejo a Serena en la entrada de su casa y él se regresó a su querida habitación donde dormiría plácidamente otro día más.

En estos días se maldecía no haber hecho una misión antes y ser un humano, es tan placentero dormir.

Serena entraba a su casa cerrando con llave, dirigiéndose a su cuarto.

─ ¿Abuela? ─Pronuncio por lo alto al darse cuenta de que su abuela no estaba haciendo la cena como ayer. ─ ¿Hola? ─Con una ligera presión en el pecho se dirigió al cuarto de su abuela y abrió la puerta con una lentitud que la causaba intranquilidad.

Ahí estaba la mujer de avanzada edad, durmiendo plácidamente en su cama, Serena se acercó, y con una sonrisa tranquila en su rostro le tendió una sábana arriba causando que su abuela abriera ligeramente los ojos.

─Duerme abuela. ─Le sonrió. ─El día te debe tener agotada.

─Es la edad hija... ¿Quieres algo de cenar? Puedo preparar un... ─Serena le interrumpió abrigándola con otra sabana para el frío.

─Yo me encargo de eso... Ya cuidaste mucho de mí, yo me puedo hacer algo de comer... Descansa.

La mujer, sin muchas opciones y sabiendo que venía de una familia terca en sus ideales, simplemente asintió con la cabeza y lentamente se volvió a dormir con una sonrisa.

Serena salió de su cuarto, se estiro de forma leve, y simplemente opto por cenar un cereal, no era lo que tenía pensado hacer... Pero debía que aprovechar el tiempo para hacer su tarea.

[•••]

El tiempo nocturno paso rápidamente, Serena había dejado un tazón vació sobre la mesa mientras escribía en su cuaderno la tarea. Dejo caer el lápiz sobre la mesa y se estiro dando por finalizado su trabajo.

Reviso su celular en busca de la hora dándose cuenta que apenas era cerca de las 10, a lo cual guardo sus cuadernos y se dirigió a su cuarto. Después de cambiarse al pijama se recostó lista para dormirse.

Apago la luz, y siendo la luz lunar la única que iluminaba su cuarto empezó a cerrar sus ojos con cansancio, lentamente empezaba a caer en un sueño profundo, donde antes había lagrimas ahora había una sonrisa. Ahora sus sueños reposaban con tranquilidad, sin temor al día siguiente.

Nuevamente recuperaba ese sentimiento... El sentimiento de aprecio....

El sentimiento de tener en quien confiar.

Hace unos días la única persona en la que confiaba había muerto... Pero incluso después de esa perdida, se sentía capaz de volver a vivir.

Lentamente y de forma casi imperceptible para ella, la vida volvía ligeramente a ella... Una brisa de esperanza que empezaba a hacer más que solo refrescar...

Martes - 10:10 PM - Pueblo Boceto
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No tengo mucho que decir que ser sincero, solo puedo pedir perdón por la tardanza, pero es que la verdad me encuentro muy ajustado entre mis clases y algún que otro problema que va surgiendo respecto a la inspiración. Este capítulo a decir verdad ya lo tenía, pero no fue hasta hoy que decidí darle la última revisión y mejorar algunas partes.

Espero de verdad que les haya gustado igualmente, cualquier cosa no duden en dejar su comentario, y sin mucho, espero que me tengan paciencia jeje
Hierro esta feo :c

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