Capítulo 0 - Agradecimientos
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Muchas gracias
~ Aclaraciones ~
De alguna forma mi depresión más reciente logró moldear esta historia... La verdad espero que les agrade...
Las actualizaciones serán lentas todos posiblemente tardías, les pido paciencia.
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-|Me cansé de sonreír y fingir que todo está bien|-
"Prólogo"
Magia, casualidad, conspiración. Llámalo como quieras, es lo mismo.
Destino, esa es la palabra que buscas ante las dudas, la explicación de tus inquietudes y la razón de tus fortunas. La única cosa que posee al universo en la palma de su mano, y la única capaz de saber tu propio futuro.
Destino... Fuerza sobrenatural que guía la vida humana a un fin elegido o no designado. Así lo describen los expertos.
No existe la forma correcta de describirlo, el Destino es algo que actúa por fuerzas diferentes y es algo que simplemente hace su deber con el fin de guiar al mundo y a toda cosa existente.
¿Hilo Rojo?
Esa es una de las muchas formas en las que actúa, todo tiene un fin y para eso se necesita un principio. El Destino actúa de tantas formas diferentes, que es imposible saber cuando lo es, o cuando no. En ocasiones actúa sin que nos demos cuenta, y en otras no hace nada provocando milagros.
Lo más común es el ver como una persona aparece en la vida de otra, causando una conexión que solo el destino y el corazón son capaces de explicar... Pero no siempre es así.
La conexión no siempre es mutua, no siempre es rara y no siempre es humana.
Esto no es un cuento donde el príncipe rescata a la princesa de su atormentada torre y la salva del temible dragón, esta es la historia donde la ficción coexiste con la realidad, en un mundo que refleja la depresión humana.
No esperes magia o hechizos, porque aquí no los encontraras, no esperes una historia donde todo se resuelva con simples deseos infantiles... Y no esperes que el mundo vea por ti.
El humano no es el único ser con vida en este universo infinito, están los animales, bacterias, plantas y "Él".
¿Él?
Sí, no lo conoces, ni nadie lo conoce a él; su única compañía y la de sus antepasados, fue la misma fuerza que controla el orden en el universo.
Durante siglos, el Destino formó una alianza junto a Ellos; una raza familiar que no posee nombre ni cuerpo, solo conocimiento.
Ellos poseen todo el conocimiento albergado en el universo, eso los convierte en seres clave para sus Misiones.
¿Misiones?
Ellos mismo eligen su objetivo, y el Destino los aprueba para llegar a éste
Su misión es simple y complicada a la vez... Ellos son la Salvación Divina en fuerzas místicas.
¿Alguna vez deseaste morir con tantas ganas que incluso lo suplicabas en alaridos?
No importa si lo dices en broma, con sentimiento, en voz alta, baja o en tu cabeza. Él te escucha.
Su único trabajo es guiar a la humanidad y levantar lo que en algún momento creyeron perdido, es el último pilar de la esperanza y la luz en la oscuridad.
Toda esperanza humana, se basó en algún momento de su vida, a partir de ellos.
La clave de la vida solo la conocen ellos, y ellos no son cualquier cosa.
Su único deber, es guiar al mundo a un futuro que incluso ellos desconocen.
Se sienten obligados a estar ligados a las decisiones de la humanidad, y lidiar junto a estas.
Es la sensación en la cual te das cuenta que no tienes ningún propósito en la vida, y tu único deber es ayudar a las personas a conseguir un futuro mejor.
"Ellos"; hablando de forma conjunta y en pasado. "Él"; hablando del presente y el único sobreviviente de esta familia.
...
—¿Listo? —Un orbe rojizo de tamaño gigantesco, flotando en la nada rodeada de estrellas, pronunció la pregunta ante una esfera luminosa blanca más pequeña.
Su voz era masculina, ronca y tosca, se notaba su madurez a la hora de hablar, por el simple hecho de que su tono era bastante grave.
—¡Si! —Contestó animada, la pequeña esfera blanca.
Esta portaba una voz semi aguda, también masculina, pero al parecer más joven; su voz detonada en ligeros tonos graves.
Un brillo segador surgió de la pequeña esfera, mientras empezaba a tomar forma humana. Las extremidades como manos, brazos y pies, se extendían desde el centro hacia los lados, mientras el torso y la cabeza se formaban enseguida tras estas.
Entre la potente luz, se podía apreciar una cabellera oscura y puntiaguda, la cual revoloteaba junto a las ráfagas de aire que liberaba. Sus manos luminosas empezaron a moverse, sus dedos se articulaban de arriba hacia abajo, y sus manos se cerraban formando puños. Su cuerpo dejó de emitir brillo, bajó la intensidad lentamente, mientras unas telas azuladas rodaban su cuerpo y se acoplaban a éste, formando lo que parecía una sudadera azul y un pantalón de mezclilla.
Por último, una pequeña estela roja se presentó arriba de su cabeza; esta se deformó, dejando como resultado una gorra del mismo color, con toques blancos en un círculo central. La gorra descendió y se acopló a la cabeza del chico recién formado.
—Bien... —El gigantesco orbe rojo guardó silencio unos segundos, mientras el chico admiraba sus manos— Supongo que estás listo. —La voz del orbe gigante expresaba un ligero toque de melancolía, que al parecer no deseaba dejar mostrar.
—¡Bien! —Afirmó el chico de aparente corta edad.
Este se acercó al orbe roja, flotando en el vacío, sintiendo como su cuerpo se elevaba hasta la alcanzar la altura de la esfera Roja.
—Bien... Te deseo lo mejor... ¡Ve!. —La esfera roja gritó en alto, mientras dejaba caer al chico, que rápidamente traspasó el vacío oscuro donde se encontraban, y desaparecía entre la oscuridad. —Suerte. —Susurró la esfera roja, perdiéndose en el Infinito espacio que le rodeaba.
===Con el chico===
Este caía a una velocidad increíblemente rápida, hacia a algún lugar que al parecer solo él conocía. Era difícil saber si caí o subía por el simple hecho de su falta de orientación.
Miró a su alrededor y se encontró con miles de cuerpos brillantes acompañando su caída, en dirección a una especie de esfera gigantesca de colores variados; entre ellos el azul y el verde, junto a varias ráfagas blancas.
El Planeta Tierra.
Su cuerpo se vió rodeado de luz, mientras las demás estrellas hacían lo mismo, estas se acercaron por el costado del planeta, y pasaron por su órbita, formando lo que los humanos llaman "Lluvia de Estrellas".
El chico que brillaba con una potente luz, tomó un desvío y se vio dirigido hacia el planeta, colisionando en el acto.
El chico luminiscente cayó entre una gran cantidad de árboles, que, en conjunto, formaban un extenso bosque, sobre las colinas de las afueras de un pueblo apenas visible.
La luz que lo rodeaba dejó de emanar de su cuerpo, sin embargo, éste se encontraba en perfecto estado. Un cráter se formó a su alrededor, a causa del impacto contra el césped verde, que dejó de serlo ante el primer contacto con el chico.
Miró a su alrededor un par de veces, mientras giraba su cabeza, buscando alguna señal existente de vida. Solo pudo ver el frondoso bosque que lo rodeaba, su salida se encontraba a través de los árboles que lo aprisionaban, y el buscaba salir de ahí.
Con sus manos limpió su cara manchada con tierra, decido sacudir su ropa con ligeros golpes en la tela que lo cubría.
Movió su pie derecho y lo levantó lentamente, seguidamente, levantó el izquierdo, y apoyó su cuerpo en estos dos, para así poder levantarse. Su cuerpo tambaleó antes de volver a caer sobre sus pies; suspiró al darse cuenta que sería más difícil de lo que pensaba.
Esta vez se apoyó en sus pies, usándolos como resortes, levantándose lentamente de manera vertical. Una técnica que no duró mucho, pues el peso de su cuerpo le hizo retroceder y caer de espaldas
Frunció el ceño claramente enojado, mientras su cara expresaba una mirada sería y determinada, su objetivo era salvarla... Por el momento, se conformaba con ponerse en pie.
====Diez Minutos Atrás====
//Pueblo Boceto//
Una chica de cabello peli-miel, con una sudadera blanca y una falda Roja, se presentaba enfrente de una casucha algo vieja.
Dio tres ligeros golpes a la puerta y retrocedió un par de pasos, mientras se acomodaba a orillas de la casa. Colocó en el suelo una pequeña maleta de color rosado, y decidió esperar.
Pasaron unos segundos, pero finalmente la puerta se movió. Ésta se entreabrió, dejando una pequeña hendidura, dando a entender que poseía un seguro de cadena.
El rostro de una mujer de avanzada edad se presentó entre la puerta y el marco, su rostro se vio adornado por una gigantesca sonrisa al observar el rostro de la joven.
La puerta se cerró de golpe, seguido de varios choques leves contra puerta, de sonidos metálicos al quitar el seguro de la puerta, seguidos de varios cerrojos; la puerta en seguida se abrió, mostrando a una anciana con una pequeña sonrisa.
—¡Serena! —Pronunció la anciana, mientras salía de la casa y abrazaba a la chica en frente suyo.
La chica se quedó estática unos segundos, mientras los brazos de la mujer rodaban su cuerpo. Inmediatamente sus ojos de la joven se vieron rodeados de lágrimas, las cuales batallaron por salir. Al final dejó fluir sus emociones y abrazo a la mujer, mientras caía en llanto sobre la espalda de ésta.
—Querida... —Susurró la anciana, mientras le daba pequeñas palmadas en la espalda— A mí también me duele... era mi hija... Vamos adentro. —Le invitó a pasar intentando no caer en la misma situación que ella.
La chica asintió levemente con la cabeza, mientras agarraba la pequeña maleta y entraba en la casa. Una vez las dos se encontraron dentro, ella procedió a admirar el interior de la vivienda.
Era un lugar rústico, ni muy simple ni muy formal, una sala con su típica mesa central de madera, la cual era adornada por una vasija de frutas decorativas. Una alfombra rojiza oscura se expandía sobre el suelo, dejando una cálida sensación a los pies; allí mismo había unos cuantos sofás, distribuidos alrededor. El comedor se hallaba justamente al otro lado de la sala, contaba con sillas de madera que poseían pequeños diseños de árboles, flores y mariposas en el respaldo. Junto a las sillas, había una mesa de madera oscura, cubierta por un mantel que, a simple vista, parecía de tela, y sobre ésta, un florero en la zona del medio. Las paredes estaban pintadas de un tono amarillo claro, un color que probablemente sea bueno reflejando la posible luz que entraría en las mañanas, pues actualmente la oscuridad reinaba los cielos, en conjunto con los cuerpos celestes brillosos y la enorme Luna llena que se presentaba.
—Tu habitación está arriba... Por si quieres dejar tus cosas... La comida ya está lista, así que será mejor que no te tardes. —Pronunció suavemente la mujer— Vamos... Sube, cámbiate, lávate esa cara y baja a comer. —Dijo, mientras empujaba levemente a Serena, hacia las escaleras que llevaban a un segundo piso.
—Gracias por cuidarme, Abuelita... —Pronunció Serena en voz baja, algo decaída— No tengo hambre... Me iré a dormir —Añadió ésta, para así levantar su maleta y comenzar a subir por las, aparentemente, eternas escaleras, con la mirada perdida en sus pies.
La mujer miró a Serena con un semblante de tristeza, suspiró y decidió regresar a la cocinar. Un descanso le vendría bien, la edad es una cruel compañera, y por obra de ella, cada vez se cansa más rápido.
Serena término de subir las escaleras y se topó con tres puertas rodeándola, en una de ellas fue capaz de divisar un nombre.
|Grace|
A la chica se le dibujó una pequeña sonrisa melancólica, mientras sus ojos amenazaban con soltar en llanto. Limpio las lágrimas que orbitaban, y miró hacia la otra puerta, que también poseía un nombre.
|Serena|
Al parecer su abuela se había esforzado por lograr establecer un hogar acogedor para ella.
No tuvo que mirar la otra puerta, para saber que era de su abuela. Serena entró a la puerta con su nombre, encontrándose una habitación muy bien cuidada.
Una cama con sus respectivas sabanas bien colocadas y una almohada blanca con una apariencia acogedora, un escritorio con una lámpara de noche y un balcón. Toda la habitación se hallaba iluminada por un enorme candelabro de bombillas, que estaba colgado en el techo.
Serena dejó caer la maleta sobre la cama, al percatarse de la existencia de un balcón, más que nada por lo que se divisaba en el cielo. Abrió la puerta de cristal, con cuidado de no romper nada, y salió a la grande construcción que le sostenía.
Dirigió su mirada al cielo y se vio maravillada al observar la asombrosa vista que, las estrellas cayendo sobre el cielo nocturno, le otorgaban.
Los cuerpos brillantes pasaban sobre el cielo con velocidad y delicadeza, hasta desaparecer nuevamente en la infinita oscuridad del cielo. Miles y miles de estrellas que descendían del cielo y caían hasta desaparecer
Pequeñas lágrimas surcaron sus ojos nuevamente, mientras deliberaba que su mamá era una de esas estrellas, observándola por última vez antes de desaparecer de este mundo para siempre.
Cesó sus lágrimas con ese pensamiento, y decidió regresar hacia la habitación, o eso pensaba hacer, hasta que vio una potente luz surcar el cielo.
—¡Una Estrella Fugaz! —Exclamó feliz, cual niña pequeña al ver algo mágico.
—Pide un deseo... —Mencionó una voz desde abajo suyo.
Serena se acercó al barandal que tenía al frente, que servía para poder sostener a las personas y evitar cualquier tipo de accidente, y miró hacia abajo, encontrándose con su abuela, la cual le miraba con una sonrisa enmarcada en su demacrado rostro.
—Anda, pide un deseo... ¡Yo también lo haré! —Dijo la mujer, alentando a su nieta.
Serena le dirigió una pequeña sonrisa, apenas visible para la mujer, y regresó su vista hacia el cielo. La potente estrella seguía surcando el cielo y caía con lentitud.
Serena cerró los ojos y juntó sus manos en su pecho, a las afueras de su corazón, sintiendo como éste latía. Y mientras, dejó sobre su imaginación y espíritu, el deseo que tanto ansiaba.
Después de unos cuantos segundos, abrió los ojos lentamente, viendo el como todas las estrellas habían desaparecido y la estrella fugaz se había dispersado completamente, desvaneciéndose entre la oscuridad del bosque.
Serena miró hacia abajo, su abuela seguía con los ojos cerrados, por lo cual decidió esperar hasta que terminara su deseo, y tras esto, darle las buenas noches.
Seguido de ello, entró en su habitación y decidió acostarse, esperando el día de mañana, un día el cual podría ser, inclusive, peor que el de hoy.
Ella denominaba su propia vida como una especie de castigo o maldición; consideraba que su propia vida es su condena y que está destinada a sufrir hasta su muerte... Que, de hecho, es lo que más anhela.
Cinco días... Cinco días en los que tiene que asistir a una escuela de alto nivel, a la cual logró entrar con facilidad gracias a sus conocimientos e inteligencia. Cinco días en los cuales solo recibe burlas, bromas y abusos de sus compañeros de clase, por cosas que incluso ella desconoce. Montones de chicos de su edad, que se comportan como críos maleducados, por el hecho de pertenecer a una rama familiar extensamente rica.
Acumulando dos días... dos días en un fin de semana irritante, en el cual sus únicos problemas serán lidiar con su depresión, recién aumentada gracias a la pérdida de su madre, y mantener la calma ante los pensamientos que le incitan a acabar con su vida y darle fin a su miseria.
No fue capaz de darse cuenta cuando se quedó dormida, con las lágrimas en sus ojos y su cuerpo en posición fetal, mientras rodeaba sus rodillas con sus brazos, aguantando el dolor interno que generaba su corazón.
Lo único que realmente le mantenía con vida, era el recuerdo viviente de su madre, que habita en su corazón.
Las lágrimas cesaron, dejando como última evidencia manchas secas, residuos del dolor, en la piel de Serena.
Lo único que podía espera la chica, era un milagro.
//Con el chico//
Después de varios intentos, caídas y golpes, logró ponerse de pie. Una vez ya acostumbrado a caminar, pudo recorrer el bosque, hasta llegar a las afueras de lo que parecía un pueblo.
Revisó los bolsillos de su pantalón, encontrando una bolsa de cuero, la cual contenía múltiples cosas; pequeños papeles verdes, los cuales repetían sucesivamente el número uno acompañado de múltiples cifras de ceros... Eran demasiados como para contarlos ahora mismo.
Insistió en su búsqueda, y encontró un papel más, este era de un color blanco y estaba doblado en muchas partes. Desdobló el papel, y en el encontró lo que parecía una gran cantidad de datos.
Nombre: Satoshi Unmei
Aun sin saber muy claramente para que servía ese papel, lo volvió a doblar y lo guardó en la cartera, para luego seguir buscando más a fondo, mientras caminaba por las calles apenas iluminadas por las farolas que rodeaban el camino.
En las partes laterales de la bolsa, encontró unas pequeñas placas de plástico, las cuales tenían varios datos registrados:
Credencial De Estudiante.
Cuenta Bancaria.
Las palabras en esos pequeños pedazos de plástico, que apenas sobresalían de la palma de su mano, no le ayudaban en nada. Aun así, sabía que a su amigo se le había otorgado eso.
Guardó todas las cosas en la cartera, para luego guardar ésta en su bolsillo derecho. Miró a su alrededor, y fue capaz de ver una enorme edificación, presentada con un letrero que resaltaba en letras grandes y rojas, apenas visibles a causa de la oscuridad.
"Hotel Destiny", era lo que rezaba éste.
Al chico se le formó una pequeña sonrisa, al percatarse que donde fuera, siempre estaría seguro. Después de navegar en sus propios pensamientos, decidió entrar al establecimiento.
Con ayuda de sus manos, empujó las puertas de cristal, que servían de entrada al Hotel; las puertas se cerraron a su espalda, dejándolo frente a un extenso tapete rojo, el cual decidió seguir, con la mirada fija en éste.
Después de varios segundos de caminar sobre el tapete carmesí, se encontró frente a una estructura de madera, ante lo cual levantó la cabeza lentamente.
Una vez miró hacia el frente, se percató de una mujer de pelo rosado y ondulado, que le miraba de forma interrogante. Esta cambió su semblante a uno más tranquilo, y procedió a hablar.
—¿Que desea... joven? —Preguntó de forma cordial, aunque con algo de desconfianza, la mujer.
—Una habitación, por favor. —Pronunció el chico de forma tranquila, eliminando cualquier tipo de desconfianza de parte de la recepcionista hacia su persona.
—Bien... ¿Podría darme su credencial escolar? —Preguntó la mujer, extendiendo la mano hacia él.
Satoshi buscó entre la cartera, sacando una pequeña credencial forrada de plástico, para así entregársela a la mujer.
—Satoshi Unmei... Estudias en la Élite de Kalos, ¿eh? —Cuestión la peli-rosada, arqueando una ceja.
Satoshi asintió sin la mínima idea de lo que decia, mientras la recepcionista tecleaba rápidamente en su computadora.
—Bien... ¿Cuánto tiempo te piensas quedar? —Volvió a preguntar la fémina, mientras le regresaba la credencial a Satoshi.
—¿Tiempo... ilimitado? —Inquirió Satoshi, no muy seguro de sí mismo mientras hacia una mueca en su cara.
La mujer simplemente asintió, procediendo a teclear en la a computadora y entregarle una llave a Satoshi.
—Habitación Ocho, girando a la izquierda, tendrás que pagar tu estancia cada día. —Señaló ella con su dado, hacia un pasillo repleto de puertas a cada lado. —Agradece que estamos empezando con esta infraestructura, y no existe restricción de edad para acceder a las habitaciones... ¡Bienvenido a Pueblo Boceto! —Le guiñó un ojo, antes de salir por una puerta que se encontraba detrás de ella.
Satoshi dejó salir una sonrisa de entre dientes, para luego dirigirse a su habitación.
—Cinco... Seis... Siete... Ocho... ¿Nueve? —Se detuvo, dando un par de pasos hacia atrás— ¡Ocho! —Satisfecho, insertó la llave en la ranura de la puerta, desbloqueándola, para así abrirse paso en la habitación.
Ésta constaba de una cama para dos personas con las sabanas verdes, un tapete café que rodeaba la cama, al lado de ésta, había una pequeña mesa, en la cual reposaba una lámpara. A los pies de la cama, un tanto más enfrente, se apreciaba una televisión adherida a la pared.
Satoshi soltó un silbido ante la agradable sorpresa.
Después de terminar de ver el lugar donde viviría durante su estancia en la tierra dejó caer su cuerpo sobre la cama, una muy cómoda a su parecer.
Sus párpados se empezaron a cerrar con dificultad experimentando por primera vez el sueño humano.
—Buenas Noches —Pronunció sin dirigirse a alguna persona en específico soltandolo al aire antes de quedar profundamente dormido.
La gran aventura comenzaba, el futuro es incierto y el presente algo maleable. Una historia fuera del tanto común y tan cercas de la realidad como no lo imaginamos.
Una nueva historia se escribe, y una vida se renueva.
Domingo —11:51 PM
Pueblo Boceto
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3413 Palabras
Demasiado corto a mi parecer
Esta historia influye principalmente de los pensamientos negativos que suelo nunca tener.
Aun si mi mente sigue siendo la misma con ideas tontas y sarcasmo en todos lados... No duden que también tendrán sus momentos felices.
Esta historia se puede catalogar como uno de mis proyectos más grandes en Wattpad, esta historia tendrá unas actualizaciones realmente tardías ya que es algo que no quiero tomar a la ligera. Espero y tengan la paciencia suficiente.
Y antes de cerrar este prólogo quisiera nada más agradecer a algunas personas...
XGreninja-Xyx
Uff... Eres el mejor amigo que he tenido en esta app, y aun que perdimos el contacto últimamente y no se como estas, espero y en algún momento que recuperes tu cuenta puedas leer esto, siempre me hiciste creer que yo era el que te había ayudado, en realidad los dos nos ayudamos mutuamente... Realmente me gustaría que vieras esto.
Geisterivain
Te agradezco principalmente la corrección de este capítulo, y espero que puedas seguirme ayudando con los que siguen. Al mismo tiempo te dedicó la historia, se podría decir que me ayudaste indirectamente... Aun que no lo creas este capítulo lo escribir demasiadas veces... Y ciertamente tus historias me ayudarnos a recapacitar mi falta de léxico... Que aun me falta mucho pero poco a poco :)
DiegoKuOffi
Aquí expresó libremente todo y que más decir la verdad...
El primer libro de Amour que leí fue uno de los miles que tienes... Fuiste y eres un ejemplo para mis inicios y aunque sigues sin ser un Dios para mi. Eres una persona que eh admirado desde que empece... Y aún lo hago
Taikobou
Quería agradecerte principalmente por la ayuda mental que me diste, creo que me presionaba demasiado yo sólo je.
Supongo que es la principal razón por la que espero mejorar mi escritura.
Y me podría tirar toda esta parte del "Prólogo" Etiquetando a medio mundo y darles a conocer esta historia... Pero no me gusta hacer eso, si quieres retirarte puedes hacerlo... Este es mi proyecto más ambicioso y realmente quiero que crezca por su sentimiento.
Algo que siempre en considerado una acción simple o una ideología personal... Fue el seguir solo a las personas que me inspiraron a escribir... Poco después fui siguiendo a las personas que llegue a admirar. Pero algo que quiero aclarar es que toda persona que este en mi lista de Seguidos... Es por que lo admiro o lo consideró alguién importante en mi desarrollo en esta app.
Les agradezco a todos los que llegaron a esta parte, las personas que sin saberlo impactaron en mi vida... Esas personas que con su simple presencia alegran el día a la gente, las personas que siempre comentan su forma de pensar y reacciones a cada escritura... Las personas que me provocan satisfacción al demostrar sus sentimientos a la obra por los comentarios... Y aquellos que siempre se atreven a cosas nuevas por que quieren llegar a nuevos lugares... Por que la realidad es que sin los lectores no sería nada.
Gracias
Y
Adiós
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