VISITA
Pues como he dicho en las otras novelas, mis disculpas al final del capítulo ❤️.
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Abrí mis ojos y vislumbré el techo de mi habitación. Hacía unos días que había dejado de despertarme en aquel lúgubre bosque. Era un gran alivio para mi.
Cuando me senté en la cama y mientras frotaba mis ojos, empecé a escuchar hablar a tres personas en el salón.
Bajé las escaleras y me entrometí en la conversación sin esperar ser descubierta.
—Me apetecería dar un agradable paseo con su querida hija Elena —dijo una voz que creía olvidada.
—¿Tiene algún propósito futuro con ella? —preguntó ahora mi padre.
—Desde la última vez que nos vimos, he estado pensando mucho... es una chica con la que puedo conversar tranquila y animadamente, y eso es algo que difícilmente puedo lograr con cualquier otra. Sería para mi una alegría poder organizar otro encuentro —explicó Sir Anderson.
—¡Llenas nuestros oídos de dicha, sir Anderson! —exclamó mi madre— es usted un confiado caballero.
Cómo era de esperar, mi opinión era tan inexistente como la cordura en mi madre.
Fui al baño para mejorar mi apariencia antes de presentarme frente Anderson.
Una vez terminé, me reuní con todos en el salón.
Madre y padre se giraron hacia mi con una sonrisa inquebrantable en sus rostros. Sospechaba el por qué. Sir Anderson no hizo presencia en aquel momento.
—Querida Elena, buenas noticias han caído en nosotros —empezó a decir mi madre.
Antes de que siguiera, la interrumpí: —soy conocedora de la presentación de sir Anderson de hace unos minutos —les hice saber—, y me parece de lo más deplorable que no hayáis tenido en cuenta lo que yo quiero.
—Cariño, a veces en la vida de un adulto joven uno sabe lo que quiere, pero no siempre elige con cabeza; por suerte tienes unos padres que saben elegir por ti —siguió hablando mi madre.
No podía creer qué estaban escuchando mis oídos, era algo ilusorio para mi. Miré ahora los ojos de mi padre en busca de una buena explicación.
—Hija, no creo que elegir por ti sea obrar bien, pero quizás con el tiempo puedas ver que es una opción tan valida y tan perfecta que algún día estarás agradecida por ello. Con el señor Anderson nunca te faltará de comer, ni los mimos diarios. Además, todos los gastos corren por él —defendió mi padre.
Mi corazón se agitaba a medida que les escuchaba hablar. Si no podía encontrar respaldo en mi padre, quien creía como confidente y apoyo, ¡¿en quién más podría buscarlo en una situación como esta?!
—¿A caso pretendéis que me case con alguien a quien no amo?
—Cariño, nadie se casa con quien ama. Lo único importante en una unión es que deba haber primero una unión. No es fácil encontrar una persona como el señor Anderson en una familia como la nuestra, ¡es una oportunidad de oro! —exclamó mi madre, quien parecía regocijarse con la idea.
—¿No ama a padre? —pregunté entonces.
—En él he encontrado un compañero confidente a lo largo del tiempo, y siempre he estado bastante contenta por ello. Elena, debes abandonar esas ideas que te implantan los dichosos libros de romance que almacenas en tu cuarto y en tu pequeña cabecita, nunca encontrarás a ningún chico que te ame o al cual tú ames y que seáis felices de esa forma. Cariño, la vida no funciona así, hay que ser un poco menos egoísta y algo más inteligente. ¡Piensa en tu futuro de una vez!
No podía seguir escuchando más, tenia que salir de allí y encontrar la paz y la calma en otro lugar. Caminé con paso ligero hasta la puerta y la abrí con brusquedad, hasta que me topé de frente con unos ojos marrones.
—Señorita Elena, un placer —saludó el señor Anderson.
—Encantada de volver a verle, señor —saludé de vuelta; aquel encuentro había sido completamente inesperado.
—¿Le apetecería tener un agradable paseo? —me preguntó cortésmente.
—Sin objeción alguna —asentí, sonriendo nerviosa.
Había transcurrido quizás un cuarto de hora de paseo cuando el señor Anderson decidió ser el primero en romper el hielo, y eso es algo de lo que estaba bastante agradecida.
—No sé qué puede pensar de mi, viniendo hasta su casa pidiendo un paseo sin siquiera haber avisado con antelación, pero tenía algo que hacer. —le miré esperando la continuación — Después del primer encuentro entre nosotros, volví a Watford, donde allí resido, y a pesar de encontrar valiosas conversaciones con chicas visualmente hermosas, con ninguna he experimentado lo mismo que experimenté con usted —declaró.
Me sentía avergonzada ante sus palabras, mi intención nunca fue enamorar o incluso cortejar al señor Anderson. No entendía cómo yo, una chica común con una mentalidad aún algo inmadura, llegase siquiera a llamar la atención de esta persona. Quise hacérselo saber de inmediato.
—Disculpe, señor Anderson, si en algún momento le he hecho creer que estaba mínimamente interesada en usted, debo confesarle que se equivoca. Por el momento no estoy buscando ningún amante o alguna persona con la que le prometa fidelidad eterna.
El caballero abrió sus ojos más de lo común, supongo que no esperaba tal reacción, aún así quise hacerle saber mis intenciones antes de caer en el hoyo equivocado y hundirme por completo.
—En ningún momento había pensado en haber corrido tal suerte, es por eso que estoy aquí: quizás pueda encontrar en mi una persona de fiar. No he podido evitar escuchar la discusión con sus padres mientras esperaba afuera, quizás no fue lo más sensato pero como ya dije, resultó inevitable. ¿Por qué estoy aquí? Pensará. Desde luego hay un motivo, y este es cortejarla —explicó, y paré mi paso, haciendo que él se detuviese también.
—¿Pretende usted cortejarme? ¿Son fidedignas sus intenciones conmigo, señor Anderson?
Él me sonrió.
—Si usted me lo permite, podría llegar a ser una grata compañía —asintió.
Podía tener una acalorada discusión delante de mis padres, pero mirando a los ojos de este caballero, suponiendo que sus pretensiones eran buenas y honestas conmigo, me resultaba difícil soltar una negativa ante él. No sé si estaba delirando o quizás era un atisbo de madurez, pero la idea no sonaba tan desagradable ahora. Podía permitirme conocer a esta persona, podía permitirme tener una opinión válida sobre él y dejar mis prejuicios así como no hice hace unos minutos delante de mis padres. Quizás, si el señor Anderson no me parecía un buen pretendiente, bien podría hacerle marchar por dónde vino sin ningún problema, está en mis posibilidades hacerlo.
—No veo por qué podría ser esa una mala idea —respondí ante su respuesta, y seguimos con nuestro camino.
Quizás me estaba equivocando o quizás no. Sentía que no podía tener una opinión prematura sobre una persona y rechazarla de inmediato.
Pero, ¿y Jack? ¿Y si se enteraba de todo esto? Hacía tan solo tres días confesamos nuestros más puros sentimientos y ahora me encontraba con la compañía de otro chico, con ciertas intenciones.
Pero el señor Anderson en realidad podría ser una buena excusa para lavar mi imagen en el pueblo, y bien podría encontrarme con Jack en otras ocasiones, en la inmensidad del bosque...
Tenía pensamientos de adúltera, pero el único plan que tenía. Mis padres parecían bastante preocupados con que encontrase de una vez un marido. Quizás lo encuentre, pero posiblemente no en quien ellos quieren.
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Hola a todos, espero que estéis genial por la cuenta que nos trae estos días difíciles.
Resumiendo, no he podido seguir la historia desde 2018 porque he tenido problemas con los estudios y algunas que otras cosas más.
Quiero aclarar que no entiendo qué ocurre exactamente entre el capítulo "RUIDO" y el capítulo "REALIDAD", parece que falta un capítulo entre medio. Estuve revisando pero nada. Ya miraré eso.
Otra cosa que quiero advertir es que no seáis tan duros con el personaje de Elena, porque a medida que iba releyendo la historia para poder seguirla con mayor concordancia, vi que dejabais algún que otro comentario despectivo sobre ella. Chicos, yo entiendo que ustedes conocéis a Jack, sabéis que es un creepy pasta y tal, pero imagina que eres una persona que tiene una infancia la cual no puede rescatar ningún recuerdo de ella, que aparece una persona que tiene unos ojos parecidos a los de la bestia, tú cómo conocedora de este creepypasta puedes adivinarlo rápidamente pero una persona (en este caso, Elena) que no tiene ninguna relación con eso, no puede más que dificultarle la labor por entender un poco. Quizás lo de los ojos era pura coincidencia. En tu sano juicio, ninguna persona común tiene la capacidad en convertirse en un demonio, por lo que ese pensamiento queda totalmente descartado.
En fin, no os quiero dar la bronca porque soy la menos indicada aquí, haciendo esperar a mis lectores guapos ;)
Espero que hayáis disfrutado de la lectura ¡un beso y quedaos en casa tal y como la ley dice! Esto acabará pronto ❤️.
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