🔥 Set fire to the rain💧

¡Hola! Hoy finalmente me he decidido a publicar sobre un shipp que me tiene muy obsesionada últimamente ❤️, además de su fandom y los personajes.

Esta historia participa en la dinámica de Songfic del grupo de Facebook: "Pasión por los Fanfic's".

Este escrito está inspirado en la hermosa y desgarradora canción de «Set fire to the rain» de Adele 🔥💧, una de mis artistas favoritas. Su letra es tan especial que debía acoplarla con una pareja perfecta como los son ellos dos.

💧Parejas: TodoBaku y TodoDeku
💧 Universo canónico de BNHA
💧 Palabras: 3,980 (lo se, está demasiado largo, pero me gustó 😅❤️).
💧 Advertencias: ⚠️ Angst, poco fluff, sentimentalismo, traición, y otros.

Había algo que Bakugou Katsuki odiaba con su vida, y eso era perder.

Pero aquella escena había rebasado todo lo que alguna batalla enemiga podría darle en vida — fuera de la experiencia —, como la inquietud de la muerte. Dicha escena era peor que mendigar en los brazos de la parca en agonía silenciosa.

—¿Porqué? —preguntó, con diligente silencioso susurro.

Ante sus ojos, la escena de una perfecta escena romántica se desataba como si mirara el dichoso show detrás de la pantalla de televisión, pero la sensación era tan dimensional que era el espectador de la misma en viva experiencia.

La campanada silenciosa de la media noche se escuchó como un «click» de su reloj de mano, rompiendo el expectante silencio incómodo.

Quería ilusionarse de que alguien como Todoroki no sería capaz de montarse sobre el cuerpo de otra persona de forma tan atrevida, con la voluntad palpable y el maldito deseo lujurioso.

Realmente, quería convencerse de que había alguna clase de sometimiento —por parte del otro maldito perdedor —que lo forzara a montar dicho teatro.

Pero se equivocó. La saliva corriéndole por la boca, ante el fugaz y sofocante beso entre ambos — interrumpido por su inesperada presencia en el lugar —fue la prueba suficiente de que el deseo ansiado de unir los labios era latente, sin importarle la persona que fuere.

La heterocromía de sus ojos nublados parecieron despejarse tan pronto le miró. En dichas circunstancias, Bakugou no estaba seguro de su postura corporal ni de la expresión en su rostro, pero probablemente era una de completa destrucción por el miedo implantado en los rostros ajenos ante sí, mientras su cabeza era un limbo de emociones sin fin.

Instintivamente, miró como el cuerpo de Todoroki se levantó del otro. Una postura interesante de alguien que se siente atraído a la tensión sexual de besar al arrinconado en el sofá, montándosele encima, como lo era Deku.

Si. Pudo besar a cualquier extraño o compañero, pero eligió a Deku dentro de todos.

—Bakugou.

Su cabeza fue capaz de hacer esa diferencia de tonos que el contrario solía transmitir según su actitud a las cosas. Le conocía tan bien, que no le fue innegable captar la culpa con el balbuceo de alguien que está terriblemente drogado dadas las altas cantidades de alcohol residentes en el cuerpo y mente.

Pobre, ni siquiera era capaz de aguantar tanto.

Instintivamente retrocedió cuando le vió acercarse. Su mente le hizo trazar una barrera invisible entre ambos, como si se hubiese cometido un crimen y no debía rebasar las advertencias de las cintas amarillas. Era peligroso, y no supo realmente porqué Todoroki seguía plasmando un rostro nublado, mezclado con la culpa y el dolor.

¿Tan mala cara tenía? ¿Daba miedo o emitía el efecto contrario en los presentes?

—Kacchan... yo...

La tercera voz se hizo presente en todo el teatro dramático de una obra claramente no planeada y sin un guión de por medio. La voluntad de Bakugou lo hizo voltear a mirarlo sin saber —nuevamente —que cara le había dedicado. El peliverde e crispó en su lugar con horror, a pesar de que las lágrimas le caían sin control.

¿Es que acaso le mostraba un rostro más temerario que cuando realmente amenazaba con matarlo sin realmente hacerlo?

La cantidad de latas y copas no pasaron desapercibidas ante sus ojos, de hecho, consideró que podía excusar todo el teatro por culpa de ellas y de los grados etanólicos surtiendo efecto en dos pobres pirinolas sin resistencia.

Pero no pudo. Realmente quería anteponer la excusa ante la verdad, pero Todoroki no le dejaba cuestionarse ni aceptarlo.

¿Porqué mierda seguía entrelazando su mano con la del idiota aquél?

¿Porqué tenía esa mirada quisquillosa de pedirle disculpas cuando sabía el pecado que había hecho?

¿Porqué sentía tantas molestias estomacales de ver su sonrojo provocado por otra persona?

¿Porqué, de todas las personas, había sido precisamente Shoto, y su estúpida inocencia?

Quería perdonarlo. Decirle que solo estaba mal pasado de su grado de cordura y lo arrastraría con él hasta su habitación.

Quería imaginarse el escenario donde se volviese el monstruo que se aprovecha de su pésimo estado y lo somete a sus anchas mientras el otro ríe risueño dejándose llevar por medio de la lujuria.

Pero también podía convertirse en el buen pastor que lo acurruca en la cama y vela su sueño mientras el otro babea perdido en su somnoliento y perdido sueño.

Bakugou quería gritarle tantas cosas a Todoroki, pero Katsuki también quería besar a Shoto.

Quería luchar por el, volverse retador y golpear a Izuku mientras lo criticaba como el culpable de la situación. Explotar la glicerina nunca sería tan magnifico si con ello recuperaba lo que era suyo.

Pero, nuevamente, Shoto no parecía cooperar. Y Katsuki se estaba desesperando de su ingenuo silencio.

Cuando Katsuki le gritó que se pondría a sus pies si prometía jamás dañarlo, pareció olvidarse esa noche.

Katsuki estaba hecho trizas —pieza por pieza despellejándose de su alma —y Shoto solo existía en el limbo del alcohol y el juego de la infidelidad. Era así de simple.

Todoroki rompió su promesa, una que solo Bakugou pareció recordar esa noche, desmoronándose.

En plena madrugada, conoció la verdadera cara del introvertido muchacho, descubrió las mentiras de esa noche, y perdió en el juego de la fidelidad de dos personas amándose a su manera.

Lo único que supo, era que se vió retrocediendo de ellos. Mirando con cierto quiebre emocional la estirada mano de Todoroki hacia él —tratando de alcanzarlo —mientras la otra seguía sujeta, con cadenas, a la de Izuku.

"¿Porqué, porqué y porqué?"

Probablemente Shoto le gritó, pero Izuku debió detenerlo. O tal vez solo se lo imaginó para mirarlo con aires de grandeza traición, si, quizás fue eso.

Lo que si, es que sus pies corrieron hasta los dormitorios, y dando tropezones falsos en los pasillos, bloqueó con su cuerpo la puerta de su habitación al cerrar de un golpe.

Le dió igual despertar al resto. Deslizándose sobre la madera, sus pies tocaron fondo en el suelo mientras su mano izquierda torcida aseguraba el seguro en la manija.

Estaba bloqueado, pero no supo si la puerta o su mente.

Tal vez debería dejarla abierta, así Todoroki podría entrar a disculparse. Pero no era buena idea.

Mientras el corazón le bombeaba con grandes esperanzas de ello, su mente le negaba cualquier excusa que pudiera perdonarlo.

¿Cómo podría perdonar algo así?

Pero era Shoto, quizás podía hacerlo, tal vez no.

Lo que era innegable, es que su cuerpo le pidió silencio y descanso, pese a que su mente trabajaba al 100%. Dormitar sería como consumir una droga que silenciaría su dolor unas horas, y eso estaba bien.

Dejar de pensar, a veces, era lo ideal para dejar de sufrir.

~~~~~~~~~~

Despertó de la peor forma posible.

Incorporándose con súbita rapidez, el frenesí de su corazón lo hizo palpar su pecho para ver si aún respiraba.

Katsuki no era de aquellos que se tomaban los sueños —o incluso las pesadillas de su muerte —tan enserio. De hecho, luchaba por borrar esos miedos y afrontar sus anhelos con la superioridad que lo caracterizaba.

Pero aquello era diferente. Era como el mayor miedo instalándose en su corazón, porque ya lo había vivido, y no había podido hacer nada para detenerlo.

—"¿Nos apoyarás Kacchan?"

— ¡Por supuesto que no! —gritó eufórico, respondiéndole a la nada.

"¿Que clase de pregunta tan estúpida era esa?"

Lo peor de todo, era que podía recordarlo todo perfectamente. Especialmente los gestos, actos y palabras del bicolor apoyando la causa de esa tonta pregunta.

Era una pesadilla, sin duda. Pero el solo recordar cómo ambos se plantaban frente a su puerta, tomados de las manos, y con el sonrojo de su amor floreciendo en sus rostros, era algo que, más que perturbarle, le asqueaba.

Jamás aceptaría ni apoyaría una relación como esa, pero tampoco supo explicar el porqué.

Tratando de alejar esos pensamientos, se puso de pie en dirección a su cama y recogió los aventados auriculares rojos que Kirishima una vez le regaló en navidad.

La carpeta aleatoria musical le ayudaría a conocer nuevas canciones, letras y otro tipo de pensamientos se formarían en su cerebro, para que alejaran su tormenta mental, al menos.

Su dedo pinchó el botón de reproducción y pronto se hundió en las cobijas del colchón deformándose bajo su cuerpo. La melodía se reprodujo en tonalidades que desconocía, pero lograban generar esa calma sustancial de poder flotar y perderse en los pensamientos.

Quiso reflejar en el sonido de las flautas cualquier pensamiento —incluso incoherente —en su cabeza, pero lo único que pudo figurar, fue a Shoto tocándola en el atardecer de esa banca del parque que solían visitar.

Otra vez Todoroki.

Molesto, picó la flecha de «siguiente» y esperó con paciencia la nueva introducción musical. Levemente más roquera y con ese instrumental de guitarra eléctrica y batería en conjunto.

Bakugou se recordó a sí mismo tocando, como un profesional, los tambores y platillos en aquel festival, siendo acompañado de Kaminari y Tokoyami con el chillar de las guitarras. Fue espectacular.

Pese a eso, la letra melancólica no le ayudó en absoluto. Fue absurdo que la música tronara con desdén roquero, mientras el cantante gritaba la promesa rota de un amor no correspondido.

"Vaya mierda", pensó, antes de volver a cambiar —indignado— de canción.

¿Que vendría ahora?

¿Un desamor romántico?

Y lo fue. Cuando el maldito piano comenzó a subir los acordes, en una melodía suave pero potente, supo que la había liado.

El inicio parecía hablar de una persona débil y fuerte a la vez. Bakugou bufó incrédulo cuando se reflejó, así mismo, emitiendo dichas palabras ante un majestuoso escenario de invierno con copos de nieve cayéndoles a los dos.

Si. Se recuerda siendo arrinconado en las montañas de nieve y el cuerpo temblándole de frío, ante la absurda y cuestionable mirada del bicolor incrédulo.

Katsuki se confesó en el primer invierno de la academia. Con la nariz roja y las manos temblando; con la bufanda amarilla rodeándole el cuello y el orgullo cayéndose a pedazos como los preciosos copos de nieve.

But there's a side to you
That I never knew, never knew

Ese día, Katsuki descubrió lo adorable y caballeroso que Shoto podía ser con tratamiento del temblor de sus manos.

All the things you'd say
They were never true, never true

Shoto le mintió cuando le dijo que lo consideraba un amigo, porque en realidad él ansiaba rebasar la línea de cortesía.

And the games you'd play
You would always win, always win

Al final, Bakugou comprendió lo mordaz y atrevido que podía ser el vocabulario de Todoroki cuando de seducirlo se trataba, en su competencia nocturna ante la luna.

Katsuki apretó y rasguñó la almohada con descaro, teniendo esa impotencia de romperla para que las plumas volaran en la habitación.

Sus dientes crujieron con la sensación nerviosa del revoloteo prohibido de las mariposas, mientras su mente volvía a recapitular la tragedia dramática de la noche anterior, el maldito telón alzado de una obra de infidelidad en todo su esplendor.

Maldita sea.

But I set fire to the rain
Watched it pour as I touched your face
Well, it burned while I cried
'Cause I heard it screaming out your name
Your name.

Fuego. De alguna forma su compatibilidad era del tono peligroso y explosivo, hasta el complemento en los ataques, en cualquier confrontamiento.

Él podía liberar de su cuerpo las chispas suficientes para emitir la dinamita de una explosión arraigada al calor y la luz. Mientras que el bicolor, con un solo alce de mano, creaba con magia la flama de calor amarilla-naranja.

—"Mis llamas me recuerdan a ti"

Eso le dijo una vez. Con el rubio recostado en las piernas del contrario mientras descansaban del entrenamiento. El perfil de Shoto —desde la perspectiva de Bakugou —era como el de una estatua que se tiene que admirar desde todos los ángulos.

—"¿Por mi quirk?le preguntó burlón, alzando su mano izquierda para, apenas, rozarle el mentón."

When I lay with you
I could stay there, close my eyes
Feel you here forever
You and me together, nothing gets better

La canción expresó su pensar de aquellos escenarios. Katsuki creyó que podría estar eternamente en esa posición —cálida y romántica —por horas. Era mejor que tirarse en la cama con los audífonos puestos.

Que ironía, viéndose ahora mismo.

—"No. —respondió divertido —sus colores me recuerdan a ti, y me dan calidez."

Ambos se sonrieron con el inicio del atardecer.

Mentiroso, vil y cruel manipulador momento a su realidad presente.

'Cause there's a side to you
That I never knew, never knew

Pero así como les gustaba arrullarse, a Shoto también parecía agradarle montarse en las piernas de otras personas sin pudor.

All the things you'd say
They were never true, never true

Mintió cuando le dijo que la combinación de colores del sol era su favorito. Tal parecía que la mezcla de verdes con la traición era más llamativa.

And the games you'd play
You would always win, always win

Y cuando le dijo que sería al único que le entregaría todo de sí, abriéndose camino a la confianza, mientras caminaran por el mismo tablero; todo se flaqueó en una noche. Perdiendo, el, su corazón, y claramente el traidor.

Bakugou volvió a arrugar la almohada, antes de sentir la ira y el pesar abrazándolo sin permiso. Entonces la lanzó tan fuerte como la voz de la cantante repitiendo el coro con despecho. Arrojó el objeto enojado mientras sus ojos se cristalizaban en señal de alarma, quería llorar.

Bakugou calmó las llamas descontroladas de Todoroki con paciencia y cariño, regándolas con un poco de lluvia de agua para hacerlas danzar, sin extinguirlas.

Tal vez debió hacerlo.

Pero Shoto no tuvo paciencia, y los arrojó a ambos en el caluroso encuentro de un amor premeditado y primerizo. Quemándose en silencio, sin sentir ese dolor, hasta ahora.

—¡Te odio, te odio, te odio y te odio!

Sentía las llagas arderle en la garganta, como un cruel castigo por no gritar su nombre pidiéndole ayuda.

Debía llamarlo, gritarle con fervor en cada sílaba de su nombre, o seguiría sufriendo.

Pero no pudo, simplemente no podía.

Ni siquiera cuando el clímax de la canción terminaba con atroz sinfonía.

Ni siquiera cuando escuchó los golpes característicos en la puerta.

Ni siquiera cuando se levantó, como un resorte oxidado, y corrió hasta la puerta antes de temblar de nuevo, como en aquel invierno.

Oh, oh, no
Let it burn
Oh, oh, oh
Let it burn
Let it burn

Las notas largas de la melodía retumbaron en su cabeza mientras el corazón volvía a latir con miedo, reprochándole la mente de estar ahí parado.

—Bakugou...

Sufrió de un nervioso tic que lo hizo retroceder. La voz quebradiza del otro lado era cruel, sincera y traidora a la vez.

"Habla. Habla, habla. Por favor, no te calles".

—... tenemos que hablar.

"Habla. Escupe tus mentiras".

Las piernas le traicionaron, obligándolo a deslizarse débilmente sobre la puerta. La respiración jadeante comenzó a dificultarle el pensar con claridad.

Pudo escuchar como el visitante también se deslizó sobre la puerta. Probablemente ambos estarían tocándose las manos, de no ser por la madera y el orgullo de una traición.

Pronto. Los audífonos se volvieron una clase de serpiente enroscándose para asfixiarlo; los arrojó tan lejos cuando descubrió que aquella canción había sido la última de una gigantesca lista.

Canción que encajó con su dilema de amor, además de predecir el actual enfrentamiento de un duelo de perdón y odio, en la puerta de su habitación.

Su mano izquierda se estiró lo suficiente para tomar —en un roce —la manija. Más no tuvo la fuerza de empujarla hacia abajo y permitir que el aire externo lo matara de asfixia, tanto como la entrada de un intruso claramente bien no bienvenido.

—Kats.

"No. Por favor no. Escupe todo y vete sin decir nada más, por favor".

Hizo otro forcejeo de empujar la manija, pero la adolorida sensación en su pecho comenzó a oprimirle la voluntad de fortaleza y orgullo. Estaba perdiendo.

Un tercer intento, tocó y empujó la manija por un par de centímetros, antes de sentir la cinética del lado contrario que le brindó la fuerza faltante para empujar y abrir.

Todoroki lo miró destrozado, apartando con estrés la puerta que rebotó cuando Bakugou trató de cerrarla de nuevo.

"Vete. Bésame y lárgate. Confiesa y piérdete."

El rubio se tomó con fuerza la cabeza, una desesperación lo estaba abrumando entre el perdón y la ira. Por si fuera poco, el agarre de Shoto —tratando caballerosamente de ayudarlo —lo estaba arruinando y volviendo loco.

—¡Aléjate! —le gritó tan pronto le dió un manotazo tan fuerte, que lo lanzó al suelo.

—¡Bakugou, solo dejam-

—¿¡Excusarte!? —inquirió con furia, lanzando otro manotazo que cerró la puerta de un golpe —¿¡negar que lo que hiciste no era inconsciente?!

Daba igual la cantidad de veneno a escupir. Por momentos, la claridad en su cabeza le permitían la cordura de sus palabras explosivas, antes de querer derrumbarse entre temblores y lágrimas.

El contrario bajó la cabeza aturdido. La tormenta se había desatado con ferocidad, y no había forma de que el fuego del bicolor pudiese sobrevivir a la infinidad de gotas de traición.

"Niégalo. Por favor, niega que querías hacer eso, que sabías lo que hacías, niégalo".

El silencio abrumador y tenso de la noche, era una asfixiante atmósfera de muerte prematura y lenta. Sus manos formaban puños que volvían blancos sus nudillos, antes de relajarse y sentir que iba a desfallecer en los brazos del otro.

—Tomé demasiado alcohol.

Si. No era información nueva que no supiera ya. Pero aún así, Katsuki sabía que el alcohol podía ser tan efectivo como la inocencia de un niño.

El etanol en sí mismo, era una droga —perfectamente inocente y letal —que obligaba al subconsciente a actuar, tener esa valentía de hacer lo que le plazca.

Y así como la versatilidad de un niño que voltea en cara las mentiras, el alcohol más burbujeante efectúa los deseos ocultos.

Los ojos carmesí miraron con dolor al tirado y chueco cuerpo del bicolor en el suelo. En una posición de inclinación de perdón, el jadeo de su boca evidenciaba lo mucho que también se asfixiaba en su ambiente.

—¿Lo querías? —cuestionó directo. Aunque la voz quebrada no le ayudó a imponer.

Los ojos bicolores por fin lo miraron. Un choque de naturalezas, entre la tormenta y el incendio, que luchan por ver quien destruye primero un bosque inocente.

La incertidumbre a la respuesta sería crucial para indagar el próximo movimiento. O era una golpiza, o era un abrazo. O era un empujón al suelo de golpes en el rostro, o era la inclinación de su rostro mientras le robaba un beso.

—Di la verdad.

Pero la verdad debía anteponerse ante todo. Por ello, la potencia del brillo de una flama en los ojos carmesí acribilló cualquier mentira que las heterocromáticas orbes pudieran ocultar.

El suspiro ajeno se escuchó salir. Una respiración tambaleante y encrucijada en el pecador acto de quien se resigna a confesar, aun perdiendo.

—Lo besé tres veces. —Katsuki tragó seco, sintiendo el ardor en la garganta —También lo acribillé en el sofá mientras disfrutaba sus caricias, —Bakugou se congeló anonadado —pero, yo...

—¡Cállate! —le interrumpió furioso, a pesar del temblor en su cuerpo y las cristalinas lágrimas rodeándole los pómulos.

Katsuki se puso en guardia con una pose de ataque en cuanto Shoto se reincorporó y se lanzó hacia el. El forcejeo de sus brazos eran como espadas cortando sin remedio y desangrando sus pieles.

—No pude continuar, a pesar de la seducción de su cuerpo, yo no pude...

—¿¡Porqué?! ¿¡Por interrumpirlos?! —escupió con veneno, gritando con el jadeo ansioso de apartarlo del agarre y golpearle el rostro mientras seguía llorando.

—¡No! —gritó, antes de agarrar con fuerza el cuerpo de Bakugou y lanzarlo al suelo a su merced —¡No eras tú, no importa cuantas veces me dejé llevar, sus ojos no eran los tuyos, ni el cuerpo, ni la voz, NADA! —recalcó ajetreado, con los gritos subiendo de intensidad mientras intensificaba el agarre de muñecas del rubio.

"No digas tonterías como esas, por favor, no digas estupideces como esas".

El fuego comenzó a escalar con ventaja en el desastroso percance del bosque muriendo en una pelea sin sentido. La lluvia convirtió las gigantescas gotas en apenas una llovizna que iba perdiendo fuerza.

—Te odio...

La atención del bicolor se centró —tardíamente —en el rubio, quien recuperó sus fuerzas, de tal modo, que lo derribó al suelo, quedándose por arriba.

—¡Te odio! —anunció mientras imponía su cuerpo sobre el rendido del contrario.

Ninguno de los dos tenía más fuerzas para una lucha campal. Los sentimientos reprimidos afloraron en sorpresa y lágrimas, respectivamente.

—¡¡Te odio, te odio tanto, porque... —tragó con rapidez al sentir que se ahogaba con las palabras que le formaron un nudo, Todoroki no dejaba de mirarlo —... te odio tanto, porque me odio mi mismo de seguirte amando, y querer perdonarte cuando ansío explotar tu cara!!

Bakugou quería incendiar la lluvia.

Bakugou quería que Todoroki fuera la lluvia.

Bakugou quería ser el fuego que se apaga con la lluvia.

Bakugou, solamente, quería salvarse.

La mano fría de Todoroki, se instaló sobre una de sus mejillas con suavidad. Una palpable caricia que enfrió su razonamiento y limpió las lágrimas.

"Quédate. Por favor, no te vayas de aquí por mucho que anhelo lanzarte afuera."

Katsuki acunó, por inercia, su mejilla en la mano contraria. Relajando por completo su cuerpo, se sintió a la merced del otro, pese a estar encima de él.

—Kats... —sus ojos nerviosos se abrieron ante el llamado de su nombre, Shoto lo obligó a mirarle con el desliz de sus dedos alzando su mentón en su dirección —... yo también me odio, demasiado.

Perfecto. Creyó que esa era una buena respuesta, de hecho lo era.

—Me odio tanto, que ansío recibir tus golpes antes de poder besarte de nuevo. —confesó, con un énfasis increíblemente polémico y atractivo.

Bakugou creyó —realmente —que desconocía a Todoroki en su infinidad de facetas. Y eso estaba bien.

—¿Besarme? —inquirió incrédulo, con una de sus cejas alzadas en confusión de atrevimiento inusual.

—Si. Hasta quitarte el aliento. —continuó con el juego, alzando el fuego en el tablero de madera ya carbonizado.

Ambos perdieron. La lluvia apagó el fuego, tanto como las llamas ebulleron el agua.

Podrían excusar cualquier cosa para imponer una barrera de alejamiento temporal, una cuarentena no deseada.

—Inténtalo.

Se podía culpar al alcohol de idiotizar el raciocinio y aflorar la valentía inexistente.

Se podía culpar a la melodía del inicio de una relación y aflorar el perdón, antes que la dignidad de un orgullo reprimido.

Se podía incendiar un bosque entero.

Se podía inundar un bosque entero.

Pero también se podía ver a dos elementos robarse el aliento entre jadeos ansiosos y una pasión desenfrenada de culpa.

Las manos buscaban anclarse a las ropas o al cabello, rozar la piel del contrario, en un intento de sujetar algo ante la exquisitez pasional de un ritual de besos que reflejaban el perdón con parches.

Se tardarían mucho en agregar cada clavo a esas maderas que mantuvieran firme el puente de su confianza. Pero no sería imposible.

Probablemente, Bakugou eran un tonto por perdonar —a través de un beso —una cruel infidelidad de promesa rota.

Era absurdo que Todoroki buscase arreglar lo dañado —y que tardaría en reparar —con tanta facilidad.

El proceso no era fácil. El manejo y compatibilidad de sus almas era algo en lo que debían trabajar, si no querían cometer otra catástrofe natural imaginaria.

Por ahora, debían agradecer que no era invierno, que no habría ninguna muerte entre ellos, y que le debían algo grande a Kirishima.

Al menos no habría más pesadillas por un buen tiempo. Y eso estaba bien.

¡Oh por Dios! ¿Alguien más lloró, a parte de mi, leyendo esto? Si la leen con la canción de fondo es más desgarrador 😭💔, pero al final todo salió bien ❤️‍🩹.

Esta será la primera de muchas historia que escriba, de ahora en adelante, para este fandom, personajes, y por supuesto, de la pareja 🥹❤️, es mi OTP.

Estés escrito no hubiera sido posible sin la ayuda y aportación de ideas de JacquelineChias , amix, el resultado fue más largo pero fue divertido ver tus reacciones en el proceso 🥰❤️.

¡Gracias a todos por la nueva oportunidad en un nuevo fandom que me encanta, los espero con sus comentarios!

Nos leemos pronto ✨.

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