『Día 01』

La de la izquierda es la de Denki, y la de la derecha la de Sero.

Soulmate

Denki Kaminari llevaba años queriendo conocer a su soulmate. De pequeño su madre siempre le habló de ellos, personas que se complementaban contigo perfectamente, y que tenían la misma marca que tú, o al menos la otra mitad si es que la tuya estaba partida.

A los cuatro años aparecía la deseada marca, y desde ese momento empezaba la búsqueda de esa persona especial. Sus padres eran soulmates, y le hablaban a su pequeño hijo de lo maravilloso que fue el momento en el que se encontraron y se dieron cuenta de que eran almas gemelas.

Pero ya habían pasado varios años y no había señales de que su soulmate apareciese. Una vez creyó encontrarlo, pero sólo fue una marca parecida.

Aún recordaba cómo había comenzado a aparecer. Estaba en clases, era verano y hacía mucho calor. De pronto sintió un cosquilleo en su muñeca derecha. Se la miró y pudo ver una pieza de puzle con un corazón en medio.

Desde ese momento se dedicó a preguntar a todos si alguien tenía su misma marca, pero no hubo suerte, y así seguía hasta el día de hoy, cada vez perdiendo más la esperanza apesar de que sus padres le repetían siempre que llegaría la persona indicada.

En esos momentos haría la prueba para ingresar a la prestigiosa academia U.A. para súperhéroes, e intentaba concentrarse para no fallar. Había entrenado mucho durante años como para tirar todo eso por la borda.

-¿Estás nervioso?

Se sobresaltó por la pregunta y se giró viendo a un chico que le sonreía. Tenía el pelo y los ojos oscuros. "Es guapo" pensó el rubió, pero enseguida se quitó esos pensamientos de la cabeza.

-Sí, temo que mi quirk falle.-Le contestó sin apartar su mirada.

-Seguro que lo harás bien. Por cierto, mi nombre en Hanta Sero.

El chico extendió su mano sin dejar de sonreír, y Denki hizo lo mismo con la suya. Al momento de tocar la mano del pelinegro, sintió una descarga, y estaba seguro de que no era culpa suya.

Cuando iba a decir su nombre, Present Mic dio la señal para que empezasen el examen, y no tuvo tiempo de presentarse. Luego de la prueba, no consiguió localizarle otra vez, y se fue con la esperanza de que a los dos los admitiesen.

Esperó durante una semana, una semana tortuosa en la que no dejó de pensar en ese chico. "¿Pensará él también en mí o me habrá olvidado?" Ese tipo de preguntas se hacía todo el tiempo.

Hanta Sero podríamos decir que era muy contrario al rubio. Él nunca creyó en el destino, a pesar de que su madre le decía que seguramente era precioso encontrar a tu destinado, y que compartiesen una misma marca.

Su abersión a las almas gemelas surgió por la partida de su padre, que dejó a su madre embarazada de él porque había encontrado a su soulmate. ¿Acaso era eso más importante que la mujer de la que se había enamorado? Para el padre de Sero sí.

Por eso él nunca vio su marca, y en cuanto sintió un cosquilleo en su muñeca izquierda se la vendó para no tener que verla, ya que estaba seguro de que sería la dichosa marquita; y no se equivocaba. Con mucho esfuerzo había mantenido esa costumbre hasta el día de hoy, en invierno ocultándola con manga larga y en verano con brazaletes o vendas. Y así pensaba seguir, hasta que vio a un chico rubio en el examen para entrar a la famosa preparatoria U.A.

Ni si quiera le había visto la cara, o hablado con él. No sabía su nombre y no lo había visto en su vida. Pero inmediatamente sintió la necesidad de acercarse a él, de abrazarle y no dejarle ir. Optó por ir hacia él y hablarle.

-¿Estás nervioso?

Vio que el chico parecía asustarse, lo que le pareció adorable. Se giró y pudo ver sus preciosos ojos dorados, que le miraban embobado y con un leve brillo.

-Sí, temo que mi quirk falle.-Su voz también le pareció lo más hermoso que había escuchado nunca.

-Seguro que lo harás bien. Por cierto, mi nombre en Hanta Sero.

Extendió su mano esperando que el otro la tomase, y por suerte así fue. Al tocarse pudo notar a su corazón latiendo muy fuerte, y en ese momento se prometió a sí mismo que el rubio iba a ser suyo.

Quería saber su nombre, para poder repetirlo muchas veces sin cansarse, per no pudo ser ya que anunciaron el comienzo del examen. Después iba a buscarle, pero su madre le llamó y tuvo que irse, rezando por que los dos pudiesen encontrarse de nuevo.

Cuando Kaminari recibió la carta en la que le admitían en U.A. saltó por todo su cuarto, consiguiendo tirar casi todas sus pertenencias más un chichón por chocarse contra el armario. Hizo tanto alboroto que su madre subió muy preocupada por lo que podía haber pasado con su hijo.

Mientras tanto, Sero había recibido la misma carta, y se preguntaba tocando su brazo izquierdo cubierto con la manga larga, si podía ser el rubio su soulmate. "Cuando le vea, lo sabré."

Sonrió inconscientemente. Se suponía que no quería encontrar a su otra mitad, pero ahora que había visto a ese chico deseaba con todo su corazón que sus marcas coincidiesen.

El día llegó, pero no igual para los dos. Mientras que Sero se levantó muy temprano y llegó casi el primero a su nueva clase, Kaminari se quedó dormido y por poco no llega a tiempo. Cuando se vieron, no podían apartar la mirada el uno del otro.

La conexión se rompió cuando Aizawa entró y les ordenó que saliesen con los uniformes. A lo largo de las diferentes pruebas cruzaron algunas miradas, pero no tuvieron oportunidad de hablar.

El momento llegó al final de la tarde. Kaminari caminaba hacia la salida, cuando notó una mano en su hombro. Sintió la misma corriente que en el examen de ingreso, y al hirarse vio a Sero sonriendo de la misma manera que la primera vez que "hablaron".

-Al final no me dijiste tu nombre.-Esa sonrisa hizo que Denki se pusiese más rojo de lo que seguramente ya estaba desde que sus miradas habían conectado.

-M-me llamo Denki. Kaminari Denki.

-Un placer Denki. ¿Te importa si te acompaño a casa?

-No, para nada. Sería un placer.

Los dos fueron en silencio un rato, hasta que llegaron a una bifurcación.

-Yo voy por la izquierda.-Indicó el rubio.

-Oh, entonces nos separamos aquí. Mi casa queda por la derecha.

Se quedaron quietos mirándose durante minutos, no supieron cuántos. Ninguno de los dos quería irse.

-Yo... Me preguntaba, ¿cuál es tu marca Sero?

-Nunca la vi. Digamos que no he creído en los soulmates, pero cuando te vi de espaldas en el examen, sentí algo raro. Como si me empujase a hablarte, y no me arrepiento.

El pelinegro se acercó al otro chico, y le tomó la mejilla.

-Si quiere podemos ver las marcas ahora. Serías el primero en ver la mía. Incluso antes que yo.

Sero le ofreció su brazo izquierdo, aún cubierto con el abrigo, y Denki lo tomó con cuidado. Temblaba mucho, ¿y si no eran soulmates de verdad? Deseaba que sí lo fuesen, había sentido mariposas, qué digo mariposas, dragones en el estómago aunque sólo conocía a Sero de un día.

Fue destapando la muñeca, y sus ojos se llenaron de lágrimas cuando vio la pieza de puzzle que complementaba la suya con el mismo corazón que él tenía.

Destapó a su vez su muñeca derecha, revelando que sí eran almas gemelas, que el destino había elegido para estar juntas.

Lloró de alegría y abrazó a Sero. Por fin había encontrado a su otra mitad, y no podía estar más feliz. El pelinegro por el contrario no creyó que tener a tu alma gemela podría ser un momento tan especial, pero acababa de comprobar que no era así. Ese era el momento más importante de su vida, con el chico del relámpago negro abrazado a él llorando, mientras le consolaba aliviado.

Estrechó al rubio entre sus brazos, mientras las marcas de los dos brillaban en señal de que al final esas dos mitades tan diferentes, pero a la vez tan iguales, se habían encontrado.

Primer día completado. No sé si quedó raro, pero a mí me gusta como ha quedado. ¡Es que son tan tiernitos!

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