OO2: I want a Tzuyu for Christmas

Si no fuera mucho con babear en toda la cena por Tzuyu, a ésta la habían cambiado justo para su universidad, la mala suerte la estaba acechando desde hace un par de días pero aún así su cerebro se sentía el más afortunado por tener que, además de cuidar de su cuñada, petición que le hizo su novio, la tendría casi siempre cerca y era un privilegio para sus ojos los cuales le agradecían tener a la vista a alguien que de verdad valía la pena.

Tan hermosa que la más hetero de todas caería rendida a sus pies, y si, estoy hablando de ella, llevaba dos días con Tzuyu metida en su cabeza pensando en absolutamente todo, hasta en su cabello de color negro que le quedaba perfecto, como sus ojos se abrían un poco al estar impresionada por algo que decían los de su grado.

De seguro la estaban eligiendo por como sus mejillas se sonrojan, se veía tan adorable que comenzaba a cuestionarse si era sano estar cerca de alguien con tanta belleza, no solo era eso, si no que también era muy inteligente, capaz, cariñosa y amorosa si le dabas el tiempo necesario para conocerla, para ella darle dos días era suficiente como para saber que no había alguien más perfecta que la joven Chou.

— Si la sigues mirando así parecerá que te la quieres comer —No solo tenía a Mina y Chaeyoung como amigas, también estaba Nayeon quien se estaba burlando en voz baja de su desdicha.— Irás al infierno si llegas a tu casa con otra Chou —Era obvio que no la amaba ni le gustaba, solo le parecía exageradamente linda y por eso se la pasaba todo el tiempo admirando su estruendosa perfección, nada más que eso.

— No vengas con tus estupideces —Le enojaba un poco que creyeran eso de ella, nunca lo fue, esa atracción por las chicas se esfumó cuando conoció a su actual novio, su madre tenía la razón lo único que debía esperar era a su chico perfecto para poder olvidar esos raros sentimientos que la estaban destruyendo.— ¿Como vas con Yoo? —La señaló con la cabeza, ésta estaba casi dormida en una de las sillas con un trozo de pizza en la mano izquierda y un libro en la derecha.

Era demasiado adorable para ser una chica mayor.— Ha estado estudiando mucho para un examen —Dijo en un suspiro, parecía estar preocupada por la joven,— Le dije que para que se concentrará no tendríamos sexo —Una información que no pidió, arrugó la frente y siguió comiendo,— Al principio se negó pero como toda buena Im, salí corriendo hasta la casa de mis padres —Eso superó la cobardía del año pasado, apenas y se daba cuenta que le gustaba Jeongyeon, no podía ni acercarse a dos metros.

Abrió los ojos como platos y dirigió su vista con rapidez a Nayeon quien estaba explicando todo lo que está pasando por no poder estar con su novia,— ¿Interrumpo? —Sana estaba dejando de respirar a ese punto parecía que moriría.

La castaña dirigió lentamente la mirada hacia su amiga quién estaba pálida,— No, si quieres te sientas —Tzuyu no se sentó al lado de Nayeon, no, cruzó la mesa para estar al lado de la casi muerta Minatozaki Sana.

A ésta nunca nadie le había caído tan mal como la pelinegra en estos momentos,— Hola cuñada, se que mi hermano dijo que me cuidaras pero tampoco es para que siempre estés donde yo esté —Esa información no quería que la supiera la coreana quien tuvo que levantarse e irse hacia su novia para poder reír en paz.

Sana quería morir, le encantaría que el tejado cayera y se la llevará a ella junto con la idiota que tiene al frente para hacerle la vida de cuadritos en el infierno lugar al que irá por estar viendo de más a la pequeña hermana de su novio,— No es una universidad muy grande, así que nos toparemos varias veces no es que este detrás de ti —Comentó,— Además tampoco es que hagas cosas muy interesantes —Lo último lo dijo con dificultad por la mano de la más alta en su muslo.

— Debes tranquilizarte Sana, andas estresada —Apretó la zona, los ojos de la nombrada se abrieron y los cerró dolorosamente,— ¡Oh!, mira que sensible eres —Otro apretón, suficiente para que se levantará,— ¿Para dónde vas? —Preguntó, ni siquiera ella sabía hacia donde pero de seguro seria lejos.

Muy lejos de la persona que la está haciendo sentir como se sintió a los quince años, confundida.

Sonrió viendo hacia el cielo, le encantaba estar esperando sentada en el césped apreciando una de las tantas cosas que amaba de la vida, y eso era el cielo azul, cuando llovía amaba ver todo el día si era posible las pequeñas cascadas de agua que se formaban en las hojas era realmente relajante, hacía días que no estaba sola.

Casi siempre tenía al lado a su novio y aunque al principio no le molestó su cercanía un tanto obsesiva ahora le estaba costando demasiado compartir cada segundo a su lado, supuso que así eran las parejas había un tiempo en el que eran inseparables y luego otros en los que se daban un tiempo para poder vivir, tomar vidas un tanto separadas pero sabiendo el uno del otro.

Era lo que más agradecía de estar en la universidad, la libertad y saber que nadie iba a vigilarla por cualquier cosa de hecho ella era la que tenía el papel de vigilante de una menor, no por muchos años, aún así le parecía adorable la pequeña Chou.

Por lo que ha podido ver y saber de esta, la mayoría del tiempo se la pasa con personas a su alrededor, y eso parece no disgustarle tanto como creía, estaba segura que le gustaba la lejanía y soledad, ya que todo el mundo la necesita unos más que otros, pero se equivocó era más social incluso que ella que lleva ya dos años ahí.

Claro, no tenía porque molestarse, las únicas amigas que tenía eran suficientes como para hacerlas llamar sus hermanas, tanto mayores como menores, solo que las que conoció en el bachillerato se fueron a estudiar a distintos lugares por eso no ha tenido muy buen contacto con ninguna.

— Adivina quién soy —Hasta con los ojos cubiertos por las manos ajenas sabía de quién se trataba.

— Jihyo —Contestó, por más raro que suene era la chica que le gustaba antes de conocer a Qiang, la única que lograba comprenderla por completo y que estuvo con ella hasta el final, incluso cuando creyó que lo mejor que podía hacer era suicidarse por ser distinta.— Hace tanto tiempo que no te veía —Aproximadamente unos cinco días.

— Pues... —Rascó su nuca,— Estaba ocupada con una chica... —La mirada pícara de Minatozaki no se hizo esperar, Jihyo si logró hacer que su familia la aceptara hasta se alegraron de que lo fuera.— Es una nueva, se llama Jeon Somi, transferida desde Canadá —Sonrió, una pequeña parte de su corazón dolió, sabía que esa chica pudo ser ella hace algunos años atrás.

Estaba segura que quería a Qiang pero no al punto de amarlo con todo el corazón o aceptar cualquier cosa, como por ejemplo el sexo, no fue capaz de besarlo en las primeras cinco citas y eso que éste insistía en hacerlo.— Es una chica afortunada —Dijo y soltó un pequeño suspiró ahogado,— En otras noticias le dije a Qiang te amo frente a toda mi familia y hace algunos días conocí a Tzuyu, su hermana menor —Contó rápidamente, no quería estar horas pensando en como decírselo.

— Estás realmente jodida ¿Es guapa? —La juzgó con la mirada suficiente como para que no preguntará nunca más por ésta,— Sana unnie... —Hizo un sonido dándole permiso a que siguiera hablando.— ¿Tú de verdad amas a Qiang? —Asintió pero luego se quedó en neutro, la única vez que lo dijo fue para complacer a su mamá.

— ¡Hey cabellos amarillos, nos vamos! —Rodó los ojos y se levantó.

— Ya me tengo que ir —Le dio un beso en la mejilla y salió corriendo en dirección a la pelinegra que estaba apoyada en el auto viendo directamente hacia la pelirroja quien se sintió un tanto intimidada.

— ¿Quién es? —Preguntó.

Sana no contestó hasta que entró al auto y mientras se colocaba el cinturón de seguridad dijo;— Una de mis más grandes amigas —Tzuyu la volvió a mirar desde la ventana y encendió el auto.— ¿Te gusta? —Entre cerró los ojos.

— No es mi tipo me gustan más altas, rubias y con una linda personalidad —Hizo un mohín,— Tú serías un buen ejemplo —Eso si que no se lo esperaba.

Mucho menos el mensaje que le llegó de la coreana de ojos grandes.— Quiero una Tzuyu para navidad —Rió un poco pero logró disimularlo con una tos bastante exagerada.

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