Capítulo 5
TENGO SUEÑO Y NO ME PODIA IR A DORMIR SIN DEJARLES ESTA ACTUALIZACIÓN.
POR FAVOR, VOTA Y COMENTA <3
La conexión se rompió al sentir el impacto del choque, su marioneta hizo el trabajo sucio.
Ahora debía ir por la chica.
Acorde al plan, una vez le provocase suficiente daño físico, sería llevada a un hospital, entonces se la llevaría para hacerle el peor daño, el psicológico, quebrarla y entregarla a su padre. Esa era la cacería que Ratko le había prometido, no hay nada que le guste más a Violett que una buena cacería.
Si, sabía perfectamente que era custodiada por Daena D'lourdeth, pero no se arriesgaría a una lucha en un lugar lleno de gente ¿verdad?
Además, estaría rodeada puesto que levantaría sospechas ¿Como alguien se recupera tan rápido de un choque tan agresivo? Estaría muy distraída borrando mentes.
Violett, se levantó del suelo donde estaba rodeada de velas que en cuanto salió de la habitación todas se apagaron instantáneamente.
-Bebé ¿A donde vas tan apurada? - llamó el chico desnudo desde la cama, Violett había adoptado una nueva mascota, una chica atractiva entra a un bar y seduce a un jugoso galán, así es como le funcionaba a la pequeña demonio - Vuelve a la cama - insistió mientras le seducía apartando el cabello para besarle el cuello. Ella reaccionó y no de la mejor manera.
Con fuerza sobrehumana se posicionó sobre el chico tomándolo por el cuello
-Estoy ocupada, después - el chico se asustó y estaba con los ojos muy abiertos, pero solía tener gusto por las chicas algo locas, por ende su asombró era más por excitación - Nos vemos esta noche.
Ella lamió su barbilla para luego terminar mordiendo su labio inferior en un acto claramente lascivo.
Apenas el chico quiso tomarla de la cintura, ella salió de allí.
Mientras tanto en el hospital, la madre de Sienna estaba histérica.
-De todos los hospitales en esta maldita ciudad la tenían que traer en donde esta mujer es enfermera - se quejó Daena con su acompañante a su lado.
-¿Qué piensas hacer? - preguntó el chico a su lado cruzándose de brazos. desde que vio el accidente ha estado allí con ella. Incluso hizo bromas en la ambulancia de camino al hospital.
-Llama a Craig, que traiga el SUV - el chico sacó su teléfono - Aún no, de noche, menos personas de guardia.
-¿Qué planeas? - preguntó divertido - ¿Llevartela de aquí y pretender que todas estas personas no se preguntaran nada? - señaló a la madre de Sienna que contenía el llanto mientras ayudaba al doctor con el procedimiento, Sienna tenía una gran herida en su cabeza producto del vidrio de la ventana del auto - Maldición, mira a su madre.
-No, yo no me la voy a llevar - respondió tranquila - Tu si.
Todo ápice de humor que había en el chico se desvaneció.
-¿Qué? - arrugó las cejas - ¿Que se te metió en la cabeza ahora?
-Haremos un trato - lo sacó de la habitación - Llevala al apartamento, luego yo me encargo. Solo debes sacarla de aquí, yo me quedaré a borrarle la memoria a toda este maldito hospital.
-Estas loca - se negó.
-Por favor, solo te la llevas una vez que llegue Craig con el auto - le acunó el rostro y le dedicó una mirada suplicante - Y te prometo que iré contigo a donde tu quieras en tu próximo viaje.
La miró y era imposible a negarse.
-Bien - ella sonrió abiertamente y el chico rodó sus ojos cuando Daena estampó sus labios en su frente - Oye oye, eso no hace falta - se quejó en broma mientras sacaba una cajita de su chaqueta.
-Haz eso afuera, los humanos son muy molestos con respecto a fumar en ciertos lugares - rodó los ojos de nuevo y después de colocar un cigarrillo sin encender en sus labios se dirigió a la salida.
Una vez afuera se dispuso a fumar tranquilamente, una chica bastante joven lo siguió como si se tratara de un hechizo, la belleza de ese chico acompañada de esa aura ruda la atraía como una polilla a la luz.
-Hola - saludo coqueta - Me llamo Leslie - le ofreció la mano, era bastante bonita, corriente, pero bonita. Tenía el cabello rizado y rubio, su tez era aceitunada y en comparación a el, ella era bastante menuda - ¿Tu quien eres? - preguntó insinuante deslizando un dedo por la chaqueta de cuero negra.
-Quien quiera que tu quieras que sea, Leslie - le contestó mientras daba otra calada de su cigarrillo. Ella rió como colegiala.
-¿Te digo algo? - preguntó enroscando su cabello con un dedo mientras daba una chupada de su paleta de fresa, el solo asintió en respuesta - Tienes pinta de malo, me agrada.
El solo sonrió y le dedicó una mirada perversa y contestó.
-Tengo todo de malo - de pronto un aroma familiar inundó sus fosas nasales, aroma a demonio y no era de Daena. su ceño se frunció y arrojó el cigarrillo al suelo para luego apagarlo con su bota - Tengo que ocuparme de algo - le quitó la paleta de la boca y la introdujo en la suya para luego seguir el aroma.
El olor lo llevó con una chica de cabello negro, estatura media de tez bastante clara, igual que el. Sobre todo cuando volteó y divisó sus ojos, esos ojos que solo los Inferno tenían. Definitivamente era una pero jamás la había visto.
¿Quién era?
Caminaba entre los pasillos buscando algo, en cuanto el recorrido la llevó en donde Daena decidió detenerla.
-¿Quien eres? - le preguntó tomándola del brazo.
Violett observó al chico y se quejó.
-Tú no estabas en el plan - murmuró al mismo tiempo que se soltaba del agarre para dirigirse a la salida, pero el chico la volvió a tomar del brazo.
-¿Que? ¿De que plan estas hablando? ¿Quien eres tu? - Violett levantó la mano y el chico la soltó enseguida al sentir un fuerte dolor en su cabeza. Ella aprovechó de escapar - ¿Que mierda? - se preguntó. Camino por el camino a la salida y no había rastro de la chica.
Por otro lado, en la habitación donde estaba Sienna, el doctor había terminado de darles el diagnóstico una fuerte contusión y posible trauma.
Karen sollozaba mientras murmuraba entre lamentos algo como unas disculpas.
¿Con quien se disculpaba? se preguntó Daena sentada en el pequeño sillón de la habitación.
-¿Daena? - llamó Karen entre sollozos.
-Aqui estoy, Karen - contestó colocándose de pie posando una mano en el hombro de la mujer, ella la tomó. La mujer la estaba pasando muy mal, por lo que Sienna le había contado, siempre habían sido ella, su madre y su abuela contra el mundo - ¿Necesitas que te traiga un té?
La mujer se negó.
-No, quiero que me digas - se limpió las lágrimas con el dorso de la mano libre y encaró a Daena - ¿Como es que tu estás sin ningún rasguño? Me dijeron el choque fue de tu lado. Pero estas perfectamente bien ¿Por qué? - Daena resopló, tenía que borrarle la memoria, si no las preguntas continuarán.
-Karen - colocó sus manos a cada lado del rostro de la mujer y a medida que limpiaba sus lágrimas iniciaba su encantamiento - No puedo decirte el por qué, no esta en mis planes que armes un escándalo - la mujer se contrarió extrañada - ¿Qué? - balbuceó y Daena la silenció.
-Yo voy a encargarme de Sienna - le aseguró - Ella va a estar bien, no te preocupes. Ahora, necesito que vayas a la cafetería, te pidas un té de manzanilla, un panecillo de arándanos y una vez te los termines olvidarás que todo esto pasó con Sienna ¿De acuerdo? - preguntó
-Me encantan los panecillos de arándano - dijo sonriendo como una niña y Daena le correspondió la sonrisa con otra. mientras le daba un billete de alta denominación para pagar las cosas, luego de eso la mujer se fue feliz de la habitación.
Estaba en un trance.
El acompañante de Daena entró a la habitación una vez le abrió paso a la madre de Sienna que andaba con una sonrisa en el rostro.
-Asumiré que está en un trance y no en cocaína - dijo cerrando la puerta - Hay un problema.
-Estaba haciendo preguntas no muy convenientes - contestó mientras arropaba bien a Sienna - ¿Que ocurre?
-Un demonio estuvo por aquí - contestó cerrando la puerta con seguro - Era una mujer.
-¿Qué? ¿Como era? - enarcó las cejas preocupada.
-Como una Inferno - estaban de cada lado de la cama clínica de Sienna - Lo supe por sus ojos y el aroma.
Entonces Daena recordó a la chica que más temprano casi la chocaba con su auto, esos ojos los recordaba al igual que el pequeño y dulce rostro partícular en la familia Inferno, pero con rasgos D'lourdeth.
-Creo que la he visto - comentó mientras bajaba las barandillas de la cama - Bien, llama a Craig.
-¿Qué? Aún no anochece - respondió sujetando las barandillas de su lado - Espera... ¿La has visto?
-Si, eso creo horas atrás casi me arrolla con su auto una chica con esas caracteristicas - hizo una pausa incómoda - Tenía un parecido a mi, al menos eso pude detallar y aunque quizás no sea la misma, no sé quién era esa chica ni por qué vino. No es seguro que Sienna esté aquí así que necesito que te la lleves.
-Si y mas con lo que me hizo - eso encendió las alertas de Daena - Antes de que enloquezcas, estoy bien.
-¿Qué te hizo?
-La vi acercándose a la habitación y la tomé del brazo y me dijo que yo no estaba en los planes - Daena juntó las cejas - Iba a escapar, entonces la volvi a tomar y ella atacó mi cabeza con magia. Era como si estuviera teniendo una aneurisma, con eso logró zafarse y luego desapareció - el chico se pasó la mano por el cabello despeinado - Fue extraño.
Daena asintió
-Después nos encargaremos de averiguar quien es - maldijo - Llama a Craig yo voy a desinstalar todo esto.
El chico sacó su teléfono y se dispuso a hacer la llamada desde un rincón, Daena empezó a desconectar los cables a los que estaba Sienna conectada.
-Vas a estar bien, te lo prometo - le dijo por lo bajito a la chica inconsciente. Mientras tanto en la mente de Sienna, se desarrollaba un extraño sueño.
Se encontraba caminando en la oscuridad y sin rumbo, voces susurraban en su oído ¿Que era este lugar? era húmedo y frío como un bosque profundo.
Fue entonces que tropezó con algo y cayó.
-Por fin nos encontramos - la voz de un hombre le hizo levantar la cara rápidamente, llevaba horas deambulando por ese extraño y oscuro lugar. El hombre tenía una espesa barba, rasgos un tanto duros, como de alguien de mediana edad y su cabello tenía destellos grises, sus ropas estaban sucias y eran antiguas.
-¿Quien eres tu y donde estoy? - Sienna recordó lo que su madre le dijo desde muy pequeña "no confíes en extraños" y lo que Daena le dijo "Si estas metida en algo sobrenatural, piensa en mi y llegaré" entonces eso hizo mientras se colocaba de pie ignorando la mano de aquel hombre que le ofrecía para levantarse.
-Mi nombre es Enrico y esto es el Ashakin - contestó el hombre juntando sus manos - Vaya la energía que emana de ti es asombrosa.
-¿Enrinco? - se frotaba con su mano la marca que la unía con Daena.
-Ahórrate eso, ella no podrá llegar hasta aquí - Sienna escondió sus manos debajo de sus axilas recelosa.
-No temas de mi, niña. Somos familia - la tranquilizó tomando una postura más amistosa.
-¿Tu eres...mi abuelo? - susurró como tuviera miedo de que alguien escuchara.
-Más bien, ancestro - contestó el hombre - Han pasado muchas generaciones hasta llegar a ti.
-Tu eres el que mandó a Daena a cuidarme - enunció.
-Asi es - asintió.
-¿Por qué? ¿Que se supone que deba yo hacer? - le recrimina.
-Ven conmigo, te explicaré el por qué debes ser protegida - Sienna dudó - Te dire tu propósito - finalizó ofreciéndole la mano, ella se quedó dubitativa hasta que no le quedó de otra y tomar su mano para adentrarse más profundo en el bosque.
***
-Craig esta abajo, le dije que esperara en la parte de atrás - anunció el chico guardando su teléfono en el bolsillo trasero de sus jeans.
-Bien - Daena levantó a Sienna y la envolvió en una manta que estaba al pie de la cama, era tan ligera y de apariencia frágil por lo que tuvo sumo cuidado al terminar de levantarla. El muchacho la tomó en sus brazos y la aseguró bien.
-Es tan pequeña - comentó el chico observando su rostro pequeño y pecoso en forma de corazón.
Daena abrió la ventana después de correr las cortinas, estaba empezando a anochecer. y la ciudad se veía más viva que nunca, todas las luces y el bullicio de las personas vibraba en el ambiente.
Entonces el chico, con Sienna en brazos se hizo bruma y desapareció por la ventana. Daena empezaría su labor borrando la mente a todo el hospital y listo, nada paso.
En el SUV, llevaba a Sienna todavía en brazos. Envuelta en la manta, protegiéndola del frío que a pesar de estar en el interior del auto, las bajas temperaturas del exterior se colaban hacia adentro. Los vidrios del automóvil estaban empañados y las luces de la ciudad eran solo destellos.
Observó a la chica inconsciente en sus brazos y estaba muy pálida y helada, tanto así que sus labios estaban tornándose en un tono violáceo.
-Craig, la calefacción. Esta chica está congelándose - Craig asintió y encendió la calefacción y el interior fue volviéndose cálido.
La calefacción también incluía un sistema de calor en los asientos, en unos cinco minutos el ambiente pasó de helado a un calor de verano y las sienes de Craig que empezaban a sudar lo denotaban.
El joven demonio observó a Sienna y verificar que ya tomara un poco más de color debido al calor y en efecto así era, sus labios ya estaban sonrosados y sus mejillas pecosas se habían coloreado de un suave rojo.
Las pecas estaban más marcadas por lo que con la punta de los dedos quiso recorrer ese reguero de juguetonas marquitas que salpicaba su rostro de bebé y así lo hizo con la yema de los dedos.
No podía contener su curiosidad.
En el instante en que hicieron contacto, una corriente eléctrica lo sacudió.
La energía que emanaba de Sienna era indescriptible, era tan vibrante que se sentía increíble.
Tanto como para cautivarlo.
Una vez en el pent house, la acostó en la cama y la envolvió en un mullido edredón. Una vez cómoda - a su parecer - y calentita, se dispuso a ir a tomar un baño.
Estaba regresando de un largo viaje de las tierras Rumanas, se encontraba explorando parte de las tierras de los Valerius, reyes del Clan de los lobos de Plata.
Se deshizo de sus ropas y se adentró bajo el agua caliente y dejo que esta relajara sus músculos y articulaciones.
Finalizada la ducha, envolvió su cintura con una toalla y quiso ir a relajarse a la biblioteca para hacer el ritual de vuelta a casa, leer los diarios familiares, su historia y linaje.
Pero entonces se detuvo frente a la puerta entreabierta de la habitación donde estaba Sienna.
Debía volver a sentir esa electricidad, esa corriente que lo envolvió. Qué misteriosa era esta "bella durmiente"
Lentamente empujó la puerta y allí estaba ella. Con una venda que envolvía su cabeza, hecha un ovillo dentro de la tela de algodón que parecía una nube.
De nuevo el no pudo con las ganas, la curiosidad mato al gato dicen por ahí.
Con cuidado se recostó a su lado y en vez de rozar su rostro con el dedo, esta vez lo hizo con el dorso de la mano.
El efecto fue un poco mayor, era estática, era electricidad, podía sentir las pequeñas burbujas de implosión chocaron contra su piel.
Deseaba saber qué era lo que esta chica, esta durmiente era. Su olor era humano, era imposible que fuese humana, un humano no necesita protección sobrenatural.
Pasó largo rato maravillado hasta quedarse dormido, estaba algo agotado hace mucho no se alimentaba como se debe y pues el cansancio pudo con el.
Horas después, ya amanecía y la luz que entraba por la ventana hizo que Sienna despertase, estaba desorientada ¿Qué diablos había pasado?
Aun somnolienta tenía la necesidad de estirar sus músculos que sentía rígidos y entonces fue que se topó con alguien a su lado.
Y qué mejor manera de despertar que al lado de un marmoleado con aspecto de semidiós tal cual un Aquiles esculpido por los más finos y dedicados escultores de la antigua Grecia.
Su cabello oscuro y lacio estaba regado por la almohada como si hubiese sido colocado cuidadosamente sobre esta, su rostro era perfilado y de alta simetría, para una pintora como ella era un deleite de arte, eso; sin mencionar sus labios, ¡Vaya que labios! eran carnosos y la invitaban a probar un festín de fresas silvestres. Se encontraba relajado y posando como si se encontrara en el mismísimo edén, que en vez de solo estar cubierto con una hoja de olivo estaba envuelto en una toalla blanca anudada en su cintura.
Se detuvo a admirar su torso cincelado que invitaba a recorrerlo hasta el inicio de la tintura que cubría su pecho y que luego envolvía sus fuertes brazos.
Eran símbolos de aspecto antiguos que llegó a ver en algunos libros en la biblioteca de Daena.
¿Recuerdan los labios? ¿Les mencioné los labios? Estos estaban entreabiertos dejando entrar y salir el aire impasible y calmado que hacía que su pecho subiera y bajara rítmicamente.
Estaba en el cielo, estaba observando a un ángel ¿Acaso había muerto en el accidente? Mierda ¡El accidente! Había sido embestida por un auto, las imágenes llegaban como flashes, recuerda haberle gritado a Daena que se aproximaba un auto y después llegó la oscuridad.
Sentía su cabeza apretada, subió sus manos instintivamente y esta estaba envuelta en una espesa venda, se dispuso a quitarsela y estaba llena de sangre ¿Que diablos? Este chico, no... ¡Esta escultura viviente! parecía una aparición, la sangre, el accidente. Esto debe ser un sueño, claro es la única explicación ¿En que clase de dimensión paralela la metió Enrico?
Se pellizcó el brazo comprobando que seguía dormida pero no, le dolió. Efectivamente estaba despierta, cayó en cuenta que estaba en su cuarto en el penthouse de Daena.
Y esperen...
¿Quien es este hombre semi desnudo acostado a su lado?
Su instinto de supervivencia actuó de la única manera en la que se le pudo ocurrir y era empujarlo acompañado de un grito de espanto ligado a la tortuosa y abundante confusión que era la vida de Sienna en estos momentos.
-¿Pero qué caraj...? - El hombre se levantó y ya su toalla no estaba, estaba completamente desnudo frente a ella y no es que Sienna jamás había visto a un hombre desnudo pero es que este era como una escultura del pecado mismo así que apartó la vista.
-¡Alejate de mi pervertido! - bramó mientras se daba la vuelta.
-¡Oye tampoco es una mala vista! - contestó ofendido.
-¿Quien eres y por qué estabas semi desnudo en mi cama? - estaba molesta y aún de espaldas, entonces miró de reojo y el hombre seguía desnudo con las manos en la cintura, evidentemente no les importaba - ¿Podrías vestirte?
-No - respondió con simpleza - ¿Que por qué estoy desnudo? Pues me arrojaron de una cama con una patada - puntualizó.
Daena llegó a casa y cerró la puerta de un portazo, estaba cansada y harta, había pasado toda la noche borrando la memoria a todo el hospital.
Al entrar escuchó el escándalo en la habitación de Sienna, al llegar encontró una escena bizarra, Sienna despierta y completamente bien y al otro lado de la habitación su acompañante completamente desnudo.
-¡Hey! - espetó molesta, ambos voltearon en su dirección - Pase toda la noche borrando la memoria de trescientas setenta y ocho personas en un maldito hospital, no estoy para juegos asi que me puedes explicar ¿Que carajos esta pasando aqui? - el chico se envolvió la toalla en la cintura rápidamente al notar la evidente molestia de Daena.
-Vamos, te explicaré - le explicó tratando de calmarla, salieron de la habitación para dirigirse a otra y así rendirle explicación y calmarla.
La garganta de Sienna estaba seca y áspera, necesitaba beber agua. Camino a la cocina, pasó por la habitación donde estaba Daena con el hombre misterioso y los encontró abrazados y muy agusto ¿Estaba engañando a Sckarn con este hombre?
Una vez en la cocina mientras bebía el agua que refrescaba su garganta irritada, la puerta principal se abrió y tras ella apareció Sckarn.
Mierda.
-Sienna ¿Que te paso? Te ves terrible - preguntó el demonio - ¿Y Daena?
¡Rayos! ¿Cómo le iba a explicar?
-Sckarn, lamento que tengas que pasar por esto - le dijo con sinceridad, debía decirle. Por mas respeto que tuviera hacia Danea su esposo no merecía que le vieran la cara de estúpido mientra ella se divertía con Aquiles.
Sckarn estaba claramente confundido - ¿De qué estás hablando? - preguntó arrugando la frente.
-Bien, lo diré así rápido - dejó el vaso en la encimera, estaba nerviosa, era un demonio, corrección eran demonios y no sabía en qué terminará esto - Lo siento en serio - dijo caminando hacia el pasillo que daba hacia los cuartos. Sckarn la siguió, ella se dio la vuelta para advertirle - Se que no será bonito presenciar que tu esposa te engaña, pero creo que mereces la verdad.
Lo que no sabía Sienna es que detrás suyo, Danea y el chico estaban escuchando atentamente.
Sckarn reprimió la risa y se colocó las manos en el pecho en un ademán dramático - ¡Noo! - dijo con sarcasmo y falso drama.
-Se que debes estar destrozado, pero es algo que necesitabas saber - continuó.
Entonces la voz de Daena retumbó en la estancia.
-Sienna, quizás seamos demonios. La antítesis de lo que se considera correcto y moral, embajadores del pecado - la sangre de Sienna desapareció de su rostro y quedó tan pálida como el papel - Pero jamás engañaría a mi esposo y mucho menos con nuestro propio hijo - ¿Hijo? ¿Que mierda?
-Sienna te presento a mi hijo, Kaleb Inferno - el chico la saludó detrás de su madre con un ademán caricaturesco.
-¿Hijo? - susurró ahogándose con su propia saliva.
_________________________________________________________________________________
Entonces Sckarn y Daena hacen lindos bebés...
¡Bienvenido Kaleb!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top