Capítulo 10

Volvi, por fín. 

Los extrañé, disfruten <3 

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No había otra manera, debían llevar a Alexandriu a uno de los refugios de la corona. Sienna estaba en casa y era muy arriesgado tener a un fugitivo buscado por el demente de Ratko muy cerca de ella.

Muy a pesar de que era muy sospechoso que haya dejado de enviar a sus asesinos, sin mencionar a la chica con la que Kaleb se encontró en el hospital después del accidente que, para ser francos, de accidental no tenía nada.

La idea fue de Sckarn, ya que después de establecer los parámetros de protección de Alexandriu con Lucifer, se decidió establecer un plan de limpieza. Sckarn tenía sospechas de que el Averno estaba comprometido y tal como lo dijo ¨ Hay que exterminar a las ratas¨.

Un refugio era más seguro, en esos lugares podrías llegar a ser indetectable tanto para los ojos humanos, como para el olfato de un inmortal.

Cabe destacar que otro factor era que Sckarn no lo quería cerca, probablemente con la excusa del fuerte olor a licántropo, era como si el aroma de muchos perros con meses sin bañar te quemara la nariz; sobre todo porque este en particular llevaba huyendo un rato, por lo que dudemos de su higiene por el momento.

-Muy gracioso – dijo Alexandriu con mala cara al ver que Sckarn le abrió la puerta del maletero para que entrara – Ya me duché, ya basta con el chiste de la peste.

-No quiero tu peste en mi camioneta – se cruzó de brazos con una sonrisa petulante. Alexandriu rodó los ojos y entro en el asiento trasero – Es increíble que esta gente no perciba su propio olor – dijo para sí.

-Deja de pelear con él, bastante mal la debe estar pasando – concilió Daena y le depositó un beso en la mejilla para subir al asiento del copiloto después.

Kaleb y Sienna iban en la otra camioneta.

-Entonces ese sujeto es un licántropo – comentó Sienna mientras se colocaba el cinturón de seguridad.

-Así es – contestó Kaleb – ¿Pudiste dormir algo? – Sienna había pasado las noches en vela, desde que Karen falleció, digámosle así porque decir que fue asesinada es especular, sin mencionar que es muy tétrico, sobre todo para alguien tan tierno como ella. Volviendo al asunto, Sienna casi no conciliaba el sueño dado a las terribles pesadillas que tenía, imágenes sangrientas y mucha oscuridad se repetían en su subconsciente a la hora de dejarse llevar por Morfeo.

-Ehmmm ¿sí? – dudó.

-Eres pésima mintiendo – bromeó Kaleb mientras seguía la camioneta de su padre entre las calles neoyorkinas. Le subió a la calefacción ya que estaba empezando el invierno, además de que, para sumarle a eso, afuera llovía a cantaros – Toma una siesta, aún hay tiempo; hay algo de tráfico y todavía falta para llegar al refugio.

-Estoy bien, gracias – dijo cortés, pero si estaba más cómoda con lo calentito que se sentía por los cojines del asiento - ¿Quién es Ratko? – Kaleb tragó grueso.

-Es mejor que mi madre te hable sobre el – respondió sin dejar de ver el camino, claramente estaba incómodo.

Su tío siempre ha sido un tema delicado en su familia desde que este se rebeló contra su abuelo y les declarara la guerra a todos, sobre todo a su padre por ser nombrado oficialmente su heredero al trono, sabemos que Lucifer, Hell y sus descendientes son inmortales, pero es importante aclarar que aún así Lucifer quiere retirarse de gobernar y descansar con su amada esposa.

Llamémosle, una jubilación autoimpuesta. El demonio mayor lleva eones gobernando y cree que Sckarn hará de su legado un gobierno tanto memorable como justo y pacífico. Todo siempre y cuando, acaben con la pesadilla de Ratko, hay otro, uno del que muy poco se habla puesto que es bastante desagradable, bueno; mas que desagradable, es triste.

El sucesor de Sckarn y Daena, si bien difícilmente tuvieron a Kaleb, hay un problema mayor, no seria por falta de práctica ni amor, al contrario, de eso había de sobra. El problema radicaba en el vientre de Daena que fue maldito por Ratko a la hora de que se enteró del embarazo de Kaleb.

Más adelante, hablaremos de este triste hecho. Por ahora ¿Qué les parece si nos montamos en el auto donde Sckarn conduce, ¿sí?

- ¿Cómo esta Andrea y los niños? – preguntó Daena dándose la vuelta, Alexandriu arrugó la cara afligido.

-Asustados – suspiró pesadamente – El psicópata de Ratko mandó a sus hombres a encerrarlos en un lugar con una ventana enorme – sus ojos se humedecieron y su voz se quebró – Si a ese maldito loco les da la orden, la quemarán viva frente a los niños – el teléfono de Alexandriu vibro en su bolsillo, era un mensaje de uno de sus primos que logró esconderlo de los mercenarios de Ratko. El mensaje decía:

Hace media hora acabaron con otro rehén en la ciudad.

-Asesinaron a otro de mis ciudadanos – se paso las manos por la cara en frustración. Daena le dedicó un gesto de apoyo, que el licántropo agradeció.

-Resolveremos esto, Alexandriu – habló Sckarn por primera vez desde que se subieron a la camioneta, el licántropo se sorprendió porque era la primera que lo llamaba por su nombre y no le hablaba en un tono molesto o burlesco, estaba siendo sincero porque si algo le llegase a pasar a Daena y a su hijo, estaría devastado – La corona les hará sus respectivos honores a los caídos.

-Gracias por el apoyo, majestad – le respondió mientras hacían contacto visual por el retrovisor.

-Llámame Sckarn – Daena tomó la mano libre de Sckarn y cuando se miraron, ella le agradeció sin moviendo los labios, después de esto no se habló mas hasta llegar al refugio.

Al llegar, Sienna se dio cuenta que se trataba de una casa de ocultismo puesto que afuera había un letrero luminoso que describía TAROT.

El muy ya mencionado refugio se encontraba a plena vista, es más de el salieron unas chicas riéndose hablando de lo que la vidente les dijo sobre su fortuna.

En otra vida, Sienna habría venido con su mejor amigo Kent después de ir por una malteada, solo por curiosear y sería divertido; a diferencia de ahora que se trataba de algo completamente distinto.

Bajaron las escaleras y entraron al lugar, el fuerte olor a incienso invadió sus fosas nasales, el lugar estaba atestado de baratijas, esculturas, muñecos y frascos que contenían cosas desconocidas. Sienna se quedó observando un anaquel en donde pequeños frasquitos con etiquetas estaban perfectamente organizados, justo arriba de este había un letrero que decía POCIONES.

Se preguntó si funcionaban o simplemente eran chucherías para entretener a los humanos que estaban dispuestos a pagar por ser maravillados.

Kaleb estaba jugueteando con una tarántula que saco de un contenedor de vidrio, el animal caminaba entre sus manos haciéndole cosquillas en sus dedos, haciendo que el joven demonio sonriera

-Eres tan bonita – arrulló al arácnido.

-Puede quedársela, mi príncipe. Parece que usted le agrada, sería un honor para mi que usted la acepte como un obsequio – dijo una mujer que apareció tras una cortina de terciopelo negro, no tenía nada de cabello, ni cejas ni pestañas, sus ojos eran completamente negros y su complexión era atlética.

Vestía una ajustada camiseta negra y mayas de cuero del mismo color. También estaba llena de tatuajes y otras marcas más que parecían ser cicatrices de quemaduras, eran tan exótica que era imposible no ver.

-Se lo agradezco, capitana Zophí – Kaleb sonrió y el arácnido sin más caminó por su brazo y se volvió humo hasta quedar un tatuaje de la tarántula en su brazo ¿Así es como se los hace? ¿Son... obsequios? Se preguntó Sienna. La mujer sonrió y se arrodilló ante Sckarn y Daena que estaban a un lado del mostrador observando.

-Majestades, bienvenidos a un pedazo de su tierra en este mundo. Me complace recibirlos – se colocó el puño de la mano derecha en el pecho y dijo – Para servirles.

-Un gusto en verte, capitana Zophí. Puedes levantarte – saludó Sckarn. Daena solo asintió con una pequeña reverencia en respuesta en modo de saludo.

-Príncipe licántropo – saludó a Alexandriu que esperaba con falsa paciencia, no paraba de mover el pie de manera inquieta en el sofá junto a la puerta.

-Capitana, gracias por recibirme – contestó. Zophí de manera casi felina se acercó a Sienna, el aroma de la mujer era delicioso, olía a canela y miel.

-A ti no te conozco, pero si te he visto – Sienna sonrió y le ofreció la mano tímidamente.

-Un placer, soy Sienna – Kaleb le agarró la mano y se la bajó, confundida le dedicó una mirada con el ceño fruncido - ¿Qué pasa?

-No se le da la mano a un augur – contestó Daena – A menos que tu corazón quiera respuestas – su tono era suave y comprensivo, todo este mundo era tan nuevo para Sienna, así que solo asintió en saludo, Zophí hizo lo mismo con una sonrisa perlada.

-Un placer, Sienna Maxwell – escuchar ese apellido le provocó un escalofrío – Majestad, recibí su señal, ya todo está listo para alojar al príncipe. Mi tropa esta dispuesta y lista para su protección.

-Me complace escucharlo, espero que cuente con todas las comodidades.

-Tenga por seguro que nada le va a faltar.

-Muy bien. Una cosa más, necesito saber de la princesa Kala. Fue secuestrada – su tono era suave, pero imponente.

-También de mi familia. Son rehenes – se apresuró en decir Alexandriu.

-Por supuesto – se dirigió a la cortina de donde salió – síganme.

Detrás de la cortina había un roble cortado que hacía de mesa, en el se encontraba un mazo de cartas que eran rodeadas por velas rojas. Zophí tomo el maso y con gran habilidad las barajaba entre sus dedos.

Cuando una carta salió disparada por los aires como si el mazo la hubiese escupido, la atajó en el aire y la colocó en la mesa. Normalmente en un mazo de tarot podemos encontrar cartas como el loco, el colgado, la muerte, la sacerdotisa, los amantes.

Pero en el mazo de Zophí. Había algo más interesante, no contenía ningún diseño; pero los augures, podían leer sus cartas ya cada mazo era elaborado por ellos mismos en una cueva ancestral cuyo interior nunca ha visto la luz, según los augures, tanto la verdad como el destino hallan luz y vida en la oscuridad.

-No está en este mundo – la carta era completamente negra, solo ella sabía que había allí.

- ¿Qué? ¿Esta muerta? ¿Es eso lo que estas diciendo? – Alexandriu estaba histérico. Zophí lo tranquilizó negando – No entiendo nada.

-La princesa Kala, no ha muerto; solo no está en este mundo – concilió la pitonisa – Esta bien custodiada en el bosque de la libertad en el plano espiritual. Su cuerpo es protegido por la serpiente de Khai.

Sckarn al escuchar ese nombre sospechó ¿acaso esa era la bestia que estaba en el interior de Nina Cinetti, la fallecida esposa de su hermano Kratos?

Era imposible, Ratko la había asesinado, junto a la serpiente hace tantos años, incluso su cuerpo fue incinerado en una pira.

A menos que la serpiente la protegiese y llevara su espíritu a ese plano hasta que alguna criatura le sirviese de vasija. Pero entonces para contener semejante criatura y a una bruja poderosa como Nina, era necesario un contenedor fuerte.

-Eso explica muchas cosas sobre mi hermana – intervino el licántropo y todos lo miraron con atención – Kala desde que tiene uso de razón estuvo muy interesada por las serpientes, las adora. Incluso en el reino le dicen La princesa serpiente, de niños la llamaban Kala la víbora – sonrió al recordar a su hermana pequeña que le gustaba dormir rodeada de su pitón – Tiene una pitón, la pitón mas grande que he visto en mi vida, no sabemos de donde la sacó. Solo llegó un día de cazar con un huevo, una vez esa cosa nació no paró de crecer. Ocupa casi toda su habitación, cuando mi padre quiso deshacerse de ella semanas antes de la fiesta de compromiso de Kala, la serpiente devoró a quien iba a asesinarla. Por supuesto, mi padre padeció la ira de Kala, nunca la había visto así de molesta.

¿Creen que sea esa la serpiente de Khai? – concluyó Alexandriu.

-Si bien los familiares espirituales pueden manifestarse de manera corpórea, en realidad estas bestias viven dentro del portador, lo usan como contenedor – esta vez contestó Sckarn, quitándole la palabra de la boca a Zophí – Mi hermano menor Claude, es el contenedor del Leviatán.

-El honorable príncipe Claude – Zophí colocó la mano en su pecho e hizo una pequeña reverencia – Requiere de mucha fuerza y control mantener a raya a una bestia de tal magnitud.

-Si, una fuerza titánica sin duda – concordó Sckarn. Gracias a ese comentario, Alexandriu tuvo más empatía y consideración con su hermana pequeña después de tantos años pensando que solo era una chiquilla mimada con una mascota.

A continuación, Zophí pudo observar como se encontraba la familia de Alexandriu. La vidente dijo que se encontraban bien a pesar de las circunstancias; lamentablemente estaban encadenados al suelo y los licántropos tenían puesto una especie de collares con púas asumamos que de plata ya que hablábamos de lobos.

-Son los que tenemos en los calabozos para los traidores, evita que se transformen – Alexandriu estaba notablemente devastado, todo esto que le estaba pasando a su familia, todos tan inocentes de todo odio, mientras que la familia real estaba realmente avergonzada; era su disputa interna, pero a Ratko siempre le gustaron los grandes escenarios y su rebelión debía ser a lo grande, pero sobre todo sangrienta.

Después de que se dejara a Alexandriu a salvo en el sótano bajo el hechizo que lo ocultaba de todo y todos, Daena le dio un gran abrazo y le prometió que iban a resolver esto, Sckarn le pidió disculpas en nombre de la corona por los acontecimientos hacia su familia y le juró que todos estarían sanos y salvos.

Una vez todos arriba, se despidieron de Zophí y agradecieron por su servicio y lealtad, pero entonces, cuando todos salieron y se dirigían a las camionetas; Daena regresó a la tienda.

-Mi princesa – dijo Zophí que encendía otra varilla de incienso.

Daena la observaba con los ojos muy abiertos, podía sentir como su interior vibraba, su intuición nunca le fallaba. Necesitaba respuestas, su corazón quería respuestas y su interior sabía que Zophí tenia las respuestas.

Así que, Daena solo estiró la mano, ofreciéndosela a Zophí.

- ¿Segura? – se aseguró el augur acercándose cautelosa.

Daena asintió – Por favor.

Zophí envolvió las manos de Daena y soltó una respiración lenta y entonces las apretó ligeramente y los ojos negros de la vidente se tornaron completamente blancos y los símbolos en su sien brillaron.

La vidente ronroneó – Se avecina mucho fuego, demasiado fuego; debe tener cuidado. Hay más de uno como usted, tan rojo de sangre espesa y caliente. La descendencia va a producirse una vez corra la sangre que está prohibida. Y la gloria volverá a las casas después de liberar al mal monarca de este plano terrenal, pero este no durará mucho entre nosotros, hay una inscripción en una piedra... Lo que nos une, me liberará.

Zophí soltó la mano de Daena y tus ojos volvieron a su ya anormal negro.

-He escuchado eso antes – dijo Daena recordando las palabras de Enrico. Sienna debe liberar a Enrico Maxwell, su más antiguo antepasado. Pero su prisión en el templo de Aznhar estaba muy bien custodiada por hombres de la guardia real. Además, liberar a un prisionero de Lucifer o siquiera intentarlo, era ejecutado en el acto.

Que inconveniente para alguien cuya misión es cuidar a la llave que libera a tal personaje.

Daena se quitó uno de sus brazaletes de oro blanco y se lo entregó a Zophí, esta lo recibió gustosa.

-Siempre quise el favor de mi princesa, es un honor. Se lo agradezco – dijo haciendo una pequeña reverencia, deslizo el brazalete por su delgado brazo y este se ajustó perfectamente a su bíceps, la joya brillaba en contraste con su piel morena.

-Gracias a ti – sonrió Daena y se dirigió a la salida. Zophí la llamó y ella se dio la vuelta.

-Mi princesa, no asesine a los de su estirpe, protéjalos – Daena la miro confundida, pero la guardiana se dio la vuelta y desapareció detrás de la cortina.

Daena regresó a la camioneta y aun conservaba la cara de confusión, Sckarn lo notó.

- ¿Esta todo bien? – ella cambió la cara y le sonrió.

-Por supuesto, solo quería un poco de incienso – contestó y le mostró un frasquito que contenía hierbas para aromatizar que se robó del anaquel para tener como excusa.

Sckarn asintió y colocó en marcha la camioneta.

En la otra camioneta, Sienna le preguntaba a Kaleb el motivo de las marcas en el cuerpo de Zophí.

-Son condecoraciones. Los augures provienen de lo más profundo del bosque oscuro, nacen y crecen en la oscuridad – Kaleb se señala el cuello - ¿Vistes las marcas en su cuello? Las que parecían quemaduras – Sienna asiente – representan el rango y nivel de especialidad, las hace el mismísimo rey con una daga calentada en brasas ardientes.

-Entonces... ¿entrenan para ser quemadas como vacas? – bromeó.

-Conseguir anillos de poder y el más alto rango de la corona es uno de los más grandes honores que puedes recibir – explicó al detenerse en una luz roja – Mi padre en su momento tuvo sus anillos, solo que, en nosotros, la familia real, nos lo hacen de otra forma, mi padre como es el heredero al trono, ganó su ritual de Alestra – sonrió orgulloso – Lo perdió, pero ganó algo más importante.

- ¿Qué? – preguntó Sienna curiosa.

- A mi madre - contestó con una sonrisa de orgullo. 

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Sobrevivimos pandemia, falta de internet y otras cositas más.

#TeQuiero como el primer día. 

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