Capítulo 33

CAPÍTULO SEMI-FINAL ETAPA CUMBRE AH YAYAYAYAYAYAYAYAYAYAY (Que nervios) 

¡EMPECEMOS!

PERO ANTES VOTA Y RECUERDA DEJARME TUS SENSUALES COMENTARIOS, NO SEAS GASPARIN POR FA.

Ahora si, HERE... WE.... go! 

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 ¿Qué les parece si retrocedemos un poco? como en retrospectiva, en "Flashback" ¿Cómo es que un ángel terminó trabajando con un demonio? Pues es muy simple, con la manipulación necesaria y retorciendo la verdad lo suficiente para que no se vea como una mentira directa, es muy probable engañar a un tonto.

Y Arael, era un gran tonto.

Era en interior de Notre Dame, el escondite de Arael y los discípulos, estaban planeando el gran ataque a la mansión de la Duquesa y al Clan de las Rosas. Todo estaba preparado, cuando seria el ataque y cuantos hombres tomaría esa misión. Fue entonces cuando desde uno de los bancos de la enorme catedral retumbó en los grades muros de la estructura una voz llena de sarcasmo y diversión.

"Si quieres acabar con los sobrenaturales debes tener un poco más de imaginación pequeña avecilla"

Rápidamente, Arael se dio la vuelta en dirección a la voz. Tenía los pies sobre el banco de adelante, estaba recostado tranquilamente, sonrió cuando las miradas se cruzaron y le dedicó una sonrisa. -Un Inferno - dijo con desprecio y sacando sus dagas para acercarse rápidamente para atacar, pero el demonio ni se inmutó cuando las filosas armas amenazaban su cuello - Debes tener muchas ganas de morir ¿no?

El demonio rió - Oh, estoy temblando - contestó con falsedad al momento que quitaba las dagas de un manotazo-Aleja esos estúpidos juguetes de mi vista, en realidad vengo a salvar tu trasero emplumado - Arael bufó. -¿Yo? ¿Necesitar de un demonio? Debes estar bromeando - lo volvió a apuntar con las dagas, pero el demonio fue más rápido arrebatándolas para luego arrojarlas con fuerza a las paredes incrustándose en ellas, dejando un tambaleante movimiento en el mango.

- Ángeles, olvidé lo cabeza dura que son - soltó con hastío - Escucha, tu no quieres una guerra ahora contra mi padre, las tienes todas en tu contra. Hay algo más fuerte que cualquier arma, algo más poderoso que cualquier poder.

La verdadera destrucción de los hombres no está en la fuerza bruta y mucho menos en el arte de la guerra, no - su voz burlona era tan sádica y llena de acidez que su sonrisa socarrona era algo tóxico, aquel demonio era malévolo, abrazado por el caos, la malicia y los peores sentimientos destructivos - ¿Quieres saber en dónde está la verdadera destrucción? - inquirió enarcando una ceja. Arael quedó expectante y fue entonces que el demonio posó su dedo en la frente del ángel. -Justo aquí - susurró - Si vas a destruir a alguien, tienes que hacerlo dudar sobre sí mismo, la autodestrucción comienza por la mente, la mente gobierna sobre el corazón. En estos momentos mis hermanos están en un pequeño nido de amor y creen que son invencibles y justo cuando menos lo esperen, cuando estén en la gloria. Ese será mi momento de atacar, sólo hay que ser paciente –continuó al mismo tiempo que se detenía a examinar una de las estatua de alguna figura santa.

>> La verdad es que ya estoy harto de todo este conflicto, tanta devastación - murmuró con falsa tristeza - Y es que las cosas deben enmendarse.

-¿De qué estás hablando? - Arael estaba atónito por lo que le estaba diciendo aquel demonio - ¿Quieres trabajar para Él?

-No, pero si quiero hacer que mi padre sufra, que se le sea arrebatado todo, quiero tomar todo por lo que se siente orgulloso y destruirlo frente a sus ojos.

Y hacer lo que siempre debió ser, pura justicia humana. La humanidad no está lista para saber nada, para saber la realidad de las cosas, simplemente... son muy frágiles y con el adoctrinamiento perfecto, serían criaturas ejemplares, correctas y maleables.

-Es justo lo que quiere Él –musitó Arael a sus espaldas posando una mano en el hombro del demonio.

-Lo sé y si te unes a mi - concordó mirándolo sobre su hombro, le producía mucho asco que aquel ángel lo tocara, pero todo sea por el plan. Pensó - Estoy muy seguro de que podemos lograrlo, sé que es difícil para un ángel estar de lado de un demonio, pero...-se dio la vuelta y lo miró con esos ojos capaces de lograr que una montaña se derrumbe, la típica mirada Inferno que provocaba fascinación que invitaba a la perdición, era mirada con el poder del convencimiento entre otras cosas - Podemos lograrlo... hermano. Arael lo observó confundido. -Quizás no de sangre, pero ambos tenemos el mismo propósito –y allí estaba la idea implantada, la romanización de un trato fraternal era la garantía para un tonto impulsivo de que siempre estaría a salvo, que incluso ese demonio sería capaz de arriesgar su vida por él, porque ante todo el plan debía cumplirse.

La utopía narcisista y autócrata que Él deseaba desde una creación de un mundo caótico y carente de doctrinas capaces de hacer florecer en seres maleables sedientos de luz, esperanza de que alguien tomara las riendas de su vida porque es algo liberador no tener aparentes consecuencias ya que, nada como la absolución ante cualquier error mal visto para un patriarca histérico con alusiones de dictador... quizás tiránicas. ¿No?

Una vez la idea era implantada, sólo era cuestión de pulir los detalles y que a través del tiempo esta crezca y se enraíce con fuerza a la mente de un tonto con ejército. Arael lo consideró

¿Quién mejor para invadir El Averno, que alguien que creció allí?

¿Qué mejor justicia poética que su propio hijo, su primogénito lo traicione así como él traicionó al creador?

Un acto de desobediencia de proporciones apoteósicas para el primer rebelde de la historia. Quizás podría engañarlo, estaba solo y esa mirada de profunda tristeza y rencor. No sería difícil utilizarlo y luego desecharlo, se notaba a leguas que estaba desesperado, tanto como para ofrecerle una tregua y un plan perfecto a un ángel. Estrechó la mano extendida del demonio y sellaron el trato. - ¿Entonces qué es lo que tenemos que hacer? - preguntó Arael.

-Confiar en mí- respondió al mismo tiempo que tomaba una de las manzanas en ofrenda que le dejaban a las figuras. Le dio un gran mordisco para luego soltar la mano del ángel, dejarle la manzana mordida y luego salir de allí caminando tranquilamente por el corredor de la catedral dejando en eco el portazo de la enorme estructura.

La pequeña y tierna paloma había caído en el radar de cacería del halcón.

El portal los llevó a Florencia, era de madrugada, pronto amanecería.

Se encontraban recorriendo las calles mientras charlaban tranquilamente.

-¡Ya cállate, Kratos! No estoy para tus tonterías – espetó Claude molesto.

-¿Cómo voy a callarme cuando mis hermanos van a ser padres? – Chilló completamente feliz al mismo tiempo que rodeaba sus brazos alrededor de sus hombros – Ser padre es toda una dicha. Aún recuerdo a mi primer cachorro.

-Si es verdad que tú tienes camadas por hijos – contestó Sckarn – A propósito ¿Cómo sabes quién es tu hijo entre tantos para que no te lo tires? – Al escuchar eso Kratos llevó la cabeza hacia atrás para soltar una sonora carcajada – Digo. Son muchos y tú te tiras todo lo que se mueva.

-Pues, te diré que un padre sabe – su tono de voz no tenía ningún rastro de humor, era sabio y lleno de amor. Kratos era promiscuo, un tanto irresponsable y algo alocado, pero para el la familia lo era todo. Amaba a cada uno de sus hijos y sabia cada uno de sus nombres. Estuvo en sus nacimientos y a través de los años ha estado orgulloso de ellos.

-Rosette va a matarme – mencionó Claude cambiando de tema.

-Déjame adivinar – intervino Sckarn – Le hiciste el duerme.

-¿Cómo sabes? – preguntó.

-Pues porque a veces eres un imbécil – contestó y los hermanos rieron ante el enojo de Claude.

-Idiota – gruñó – Además tu también se lo has hecho a lady D'lourdeth – se quejó.

-Es diferente – se encogió de hombros al mismo tiempo que detenía el paso.

-¿Ah sí? ¿Por qué? – Protestó, pero se detuvo al ver que Sckarn había captado algo - ¿Qué? – preguntó.

-Nos han estado siguiendo – respondió Kratos que se había quedado callado.

Fue entonces que de la nada una especie de granadas de humo los rodeó, para ellos no sería problema dado a sus muy desarrollados sentidos de olfato y audición, pero fue entonces que el humillo pasó de inofensivo a ser tóxico y humero. Tenían algo que les estaba quemando.

-¿Qué mierda es esto? – gritó Kratos.

-¡No lo sé! ¡Cúbranse los ojos! – Alertó Sckarn desenvainando su daga favorita preparándose para atacar - ¡Estén alertas!

-De acuerdo – Claude sacó las garras del Leviatán y Kratos hojillas en cada mano.

Múltiples sombras lo rodearon, se movían rápidamente, incluso más rápido que los humanos ¿Qué estaba pasando?

Sckarn al ser el experto en combate fu el primero en emplear una estrategia y logró acabar con uno usándose a si mismo como señuelo. La sombra se estaba empezando a disipar por lo que le estaba siendo más sencillo observar.

Sus hermanos estaban defendiéndose de algunos, se estaban confiando en sus otros sentidos, aun conservaban lo ojos cerrados. Después de sacarle el corazón del pecho al que había atacado, le descubrió el rostro de la tela negra que le mantenía en el anonimato y allí estaba la cicatriz de cruz.

-¡Discípulos! – informó Sckarn.

Kratos abrió los ojos mostrando su verdadera cara demoniaca y después de sacar los colmillos desgarró la gargante de uno de los atacantes rompiendo incluso la tela.

-Odio a estos malditos – dijo mientras acababa con dos más introduciéndole las hojillas en el pecho.

Claude atravesaba sus rostros, pecho y cuello con las garras derramando sangre por todos lados.

-Son una maldita plaga – coincidió Claude.

Pasaron varios minutos y no paraban de aparecer.

-Ya está, ya me harté – los ojos de Sckarn brillaron y su piel se tatuó con los símbolos malditos, había entrado en modo demonio. Cuando esto pasaba, dejaba fluir la maldad y bestialidad de lo que ser un demonio significaba.

Cabezas volaron, cuerpos fueros explotados y rasgados. También dejo libre su poder del hielo, del frío nació, del hielo vive.

Estacas de hielo sólido atravesaron otros más, para entonces aligerar la carga y poder movilizarse.

A cierta distancia fueron emboscados de nuevo ¿Cómo es que salían tantos? Eso era extraño, además de que al ser asesinados no eran especialmente humanos, tenían algo diferente a aquellos que estuvieron en Paris.

Tenían algo de sobrenatural y no sólo la bendición de la maldición que los protegía de la mayoría de las criaturas de Lucifer, no... esto era nuevo, era como si no solo estaban creados para acabar con un vampiro, licántropo e incluso una bruja; no estos eran como si estuviesen hechos para destruir demonios.

De pronto fueron envueltos en una espesa neblina, pero era solo eso, neblina; De todos modos estaban alertas

-¿Ahora qué es esto? – soltó Kratos preparándose de nuevo para luchar.

-No lo sé, pero hay que mantenernos juntos – contestó Sckarn.

-¿Pero qué...? – balbuceó Claude mientras sentía como todo le daba vueltas y sus ojos se sentían pesados.

-¡Claude! – llamó Sckarn seguido de Kratos.

-¡Hermano! – Kratos se acercó para sostenerlo mientras caía pero le sucedió lo mismo – Mierda...

-Maldit... - cayó.

Fue entonces que frente a sus ojos unos extraños símbolos aparecieron, unos brazos los atajaron para sacarlos de allí.

Cuando llegó Arael, ya los príncipes no estaban. Ni había rastro de ellos.

-¡Busquenlos! – ordenó a los Discípulos que lo seguía como si actuaran por inercia, acataron la orden, Arael, por otro lado tomó vuelo, salió de allí en búsqueda de Ratko para nuevas órdenes.

Lejos de allí y por lo que se sintió como dormir por horas, los príncipes empezaban a retomar la conciencia.

Estaban encadenados a sillas y en una casa muy antigua.

-¿Qué mierda? – preguntó Sckarn que fue el que recobró primero la conciencia, al levantar la vista estaban rodeados de personas que no conocía - ¡Despierten! – ordenó mientras trataba de quitarse las cadenas, pero era inútil.

-¿Quiénes son? – preguntó Claude tratando de zafarse igual. Las personas ni se inmutaron, solo estaban observándolos.

Kratos al parecer, los reconoció y empezó a reir como loco, sus hermanos voltearon a verlo completamente confundidos.

-¿Los conoces? – inquirió Claude enarcando las cejas tan alto que hizo que su frente se arrugara y casi se uniera a su cabello despeinado.

-¡Esto es increíble! – chilló Kratos lleno de emoción - ¡Maldita sea sí!

De entre la gente que vestía de negro y con aire bohemio, se abrió paso una mujer de baja estatura, su cabello rubio estaba peinado con largas y gruesas trenzas al mejor estilo vikingo, tenía la piel llena de símbolos hechos en tinta y otros con quemaduras.

Una gema en medio de su frente le daba un aspecto místico y misterioso al igual que su labial oscuro, sus orejas repletas de aretes, al parecer era amante de la joyería, en especial las gemas, los metales y el oro.

La mujer en cuanto vio a Kratos enarcó una ceja, parecía molesta. No, furiosa. Como si lo odiara y justo lo tuviera como lo quería.

-Ay no – susurró Kratos que la miraba con los ojos muy abiertos, la mujer se acercó con paso lento y la mirada perversa al momento que acomodaba sus anillos.

-Hola Kratos – dicho esto, levantó el puño y le golpeó justo en el rostro haciendo que girara la cara – Bienvenido a Florencia.

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¿QUIÉN ES ESTA GENTE? ¿POR QUÉ GOLPEO A BEBÉ KRATOS? 

Ratko va a querer ahorar al plumero jajajajajajaa ¿Quienes dicen "si" a eso? 

¿Qué pasará ahora? 

¡Déjame tus teorías, quiero leerlas!

Bueeeeeeno, les tengo algo suuuuper cute con la gran final que ya viene prontito y asi empezaremos con el fantabuloso mundo de SIENNA ¿Qué nos deparará con esa mujer? ¿Quien será? ¿Será sobrenatural? AVERIGUEMOSLO PRONTO

Ennnnn fin... nos leemos luego y recuerda que:

#TeQuiero 

(a pesar de que los hago sufrir, SI NO DUELE NO SIRVE XDXD) 

ThisEd

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