Capítulo 16

FELIZ AÑO PEQUEÑAS NUECES HE VUELTO Y RECARGADA BUAJAJAJAJAJAJAJAJA 

DISFRUTEN 

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Lucifer había vuelto al Averno, Claude y Sckarn se encontraban camino a la mansión, caminaban con paso tranquilo, como si nada hubiese pasado. Claude se encontraba arreglándose el cabello que tenía desordenado, aún seguía con el torso desnudo y empapado.

-Entonces... - murmura Sckarn – Te importa la señorita Rosette.

Claude gruñe.

-Pues... no merece estar metida en todo este asunto – le corta suponiendo estar tranquilo.

-¿Desde cuándo te importa una vida humana? – pregunta divertido y Claude suspira

-Eres el ultimo que puede cuestionarme algo acerca de humanos, hermano – puntualiza con su usual tono frío y Sckarn asiente. Así era su hermano, tan listo como crudo con las palabras – Hay que hacer un plan.

-Por supuesto – mantiene la vista fija en el camino - ¿Alguna idea? – pregunta.

Duda un poco hasta que suelta – Hay que acceder al intercambio – Sckarn se detiene y se le planta en su camino.

-¿Estás loco? – Inquiere y Claude mantiene su postura – Ya sabes cómo es con esa cosa – lo toma de los hombros - ¿Se te olvida que casi te asesina o necesitas otro vistazo a tu cicatriz? – le recuerda.

Claude al ser el que documenta todo en el reino del Averno, siglos atrás tuvo un altercado con Arael cuando se encontraba presente en el tratado de Celina.

El ángel lo había herido con sus dagas doradas en la espalda, heridas que casi le propicia la muerte, de no haber sido por su hermano mayor, Ratko... antes de que éste, perdiera la cabeza llenándose de envidia e ira hacia su propia sangre.

-Sí, no hace falta que me lo recuerdes – dice amargamente mientras se quita las manos de Sckarn de un manotazo y sigue caminando – Que accedamos al intercambio, no significa que le daremos lo que quiere.

En la mansión, Daena se encontraba camino a su habitación después de haber hablado con Alexandriu y con hablar, más bien significaba que le había hecho prometer guardar el secreto.

Ya había anochecido y Sckarn aún no aparecía, por lo que empezaba a preocuparse, entró a su habitación, que estaba en completa penumbra y cuando iba a cerrar la puerta, pudo percibir una presencia.

No podía escuchar nada, oler nada, pero algo dentro, podía sentirlo.

-Sé que estás ahí... escondido – dijo con voz firme – Muéstrate y ríndete.

De las sombras una delgada, pero fuerte cadena rodeó el cuello de Daena con fuerza, le cortó la respiración y aunque no necesitase respirar, la cadena le empezó a quemar la piel, no por el maltrato, pero si por estar bendecida.

Se impulsó hacia adelante empujando a quien la oprimía y una figura se estrelló contra el suelo, liberándose de aquel agarre. Con velocidad sobrehumana tomó a la figura antes de que lograra siquiera levantarse, pero ésta fue tan rápido como ella y le estrelló una botella en la cabeza provocando que aquel líquido que contenía la quemase.

Con todas sus fuerzas lo estampo en la pared más cercana mientras se limpiaba la cara con las sabanas de la cama.

La figura se levantó para volver a atacarla y algo en su interior se encendió cómo su antiguo fuego, pero no. Era un resplandor azul que desprendió aquel ojo que creía haber cerrado, ojo que venía acompañado con largas ramificaciones igualmente azules y brillantes.

El brazo se movió contra su voluntad apuntando a la figura -ahora un hombre que se iluminaba debido al resplandor que desprendía del ojo-

El hombre al ver ese ojo brillante en el antebrazo de Daena se quedó embelesado, como si se tratase de un estado hipnótico. Sckarn había llegado a la mansión y quedó con Claude para más tarde armar un plan para el intercambio.

Caminaba por los pasillos que dirigían a la habitación de Daena, la había echado de menos y lo más seguro es que; conociéndola, querrá respuestas.

Al fondo, en la última habitación una luz brillante se dejaba ver por la parte de debajo de la puerta ¿Qué estaba pasando?

A velocidad sobrehumana fue para abrir la puerta y encontró a Daena con los ojos completamente blancos, con el brazo haciendo como una especie de escudo y uno de los Discípulos frente a ella con la cara en completa carencia de cordura que sacaba lentamente un puñal de su cadera y asé pues, enterrárselo en su propio cuello quitándose la vida.

Una vez muerto, Daena volvió en si y miró a Sckarn que estaba estupefacto en la puerta y con un hilo de voz le dijo

-¿Por qué tienes el nuntius mortis? (mensajero de muerte)

Daena se quedó en su lugar mirándolo confundida y él ni se inmutó.

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Como dije volví con todo y cundo yo digo que es con todo es CON TODO 

Esto sigue... 

Lo último que les pedí es que escogieran un nombre ship para Sckarn y Daena. El más mencionado fue #Sckaena así que ese será el que se use de ahora en adelante #Sckaena 4 ever! 


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