Capítulo 13
Les traigo un Capítulo Flash.
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El primero en reaccionar fue Claude, que a velocidad sobrehumana encaró a la Duquesa provocándole un respingo, no por la velocidad, sino por la penetrante mirada del príncipe.
-Usted tiene mucho que explicar – ella temblaba como una hoja, sólo habían dos miradas que provocaban esa sensación, la de Lucifer al momento de dictar condena y ahora la de su hijo.
-La reunión ha terminado – ordenó Sckarn desde su lugar, todos se dispersaron. Claude levantó la mirada, cosa que la Duquesa agradeció.
-Daena, Rosette – ellas se detuvieron – Vengan con nosotros – dijo sin dirigirles la mirada, se agarró las manos por detrás y se dispuso a caminar fuera de la estancia.
-¿Qué tiene que ver la niña humana? – preguntó la Duquesa, Claude se detuvo, pero dirigió su mirada a Rosette que estaba expectante agarrada del brazo de Daena.
Desde su puesto pudo percibir el golpeteo de su corazón y ella, estaba asustada. Siguió con su camino fuera de la sala, Sckarn colocó las manos en los hombros de Daena y le susurró al oído.
-Vamos – ella hizo caso y siguieron a Claude. Sckarn tomó a la Duquesa del brazo para llevarla consigo.
-Usted, está muy llena de secretos – ya en la sala, Sckarn cerró la puerta y se colocó frente a ella bloqueándola.
-¿Y bien? – Dijo Claude mirando la ventana – Hable.
-Yo... - comenzó a hablar en un hilo de voz.
-Hable, Celina – le advirtió Sckarn.
Ella se sorprendió al escuchar su nombre verdadero.
-No me obligue a hacerlo – advirtió Claude impasible aún sin voltearse.
Ella sabía a que se refería, un demonio podría hacer que cualquier criatura creada por Lucifer hiciera lo que quisiera a voluntad, ya fuera con control mental o la peor de las fuerzas.
La mujer tomó una larga respiración, siempre se había mostrado impoluta, controlada y cómo gran símbolo de elegancia, lo que Daena estaba viendo era una mujer presa del miedo, los nervios y del desastre.
-Cuando era una simple humana, una joven. Vivía con mi familia extremadamente devota a... bueno, ya saben – hizo una pausa mientras se veía el nudo que tenía por manos – Vivíamos en una campiña en Lyon.
Eso atrajo por completo la atención de Rosette.
-Un día un hombre muy apuesto fue de visita, pasó unos días en la campiña de mis padres y pues... nos enamoramos. Pero nunca pidió mi mano – su mirada decayó – Sólo desapareció un día tal y cómo apareció, yo estaba devastada y me case con el primero que pidió mi mano.
>>Necesitaba olvidarlo – sollozó – Tuve una niña, Lucille que me di los más maravillosos nietos, cuando ya estaba yo avanzada de edad tal y cómo ven – se señaló – Enfermé terriblemente, la peste había llegado a Lyon.
Fue entonces que su padre me dio la oportunidad de quedarme con mi familia para siempre, yo solo quería estar con mi Lucille y mis nietos, sobre todo la pequeña Jermaine.
Al escuchar ese nombre el corazón de Rosette se detuvo, ese era el nombre de su abuela. Pero sorprendentemente, guardó silencio para esperar más respuestas.
La mujer suspiró – Cuándo acepté el trato de Lucifer, Arael regresó y me condenó – volvió a sollozar – Él consiguió la manera en la que yo no podría acercarme a mi familia – dijo con rabia contenida mientras más lágrimas salían de sus ojos.
-El collar – susurró Rosette y la vampiresa la miró.
-¿Qué se supone que debas tener tú que ver con todo esto, niña? – le dijo molesta - ¿Por qué ella está aquí? ¡Ella no pertenece a este mundo! – Vociferó.
Claude se dio la vuelta y se colocó detrás de Rosette, ella sintió su presencia pesada y fría.
-Ella era la que portaba el collar de Arael – le dijo secamente y la mujer se quedó helada viendo a la joven cuyos ojos estaban abiertos de par en par con los labios entre abiertos.
Ella era tataranieta de Celina Du Vois, mejor conocida como La Duquesa.
-Heredé ese collar de mi abuela, Jermain cuando murió – continuó la chica con voz seca y distante.
-¿Cuál es tu nombre? – preguntó la mujer en completo estado de histeria.
-Rosette Marie Verment – dijo – Soy de una pequeña villa de Lyon...
-Entonces debe ser un error, sólo un Du Vois porta el collar de Arael cuando la última generación perece – explicó.
-Yo sólo sé que desde pequeña tengo ese collar conmigo, señora – entornó los ojos en defensa – Y me pareció una manera de guardarle respeto, hasta que – señalo a Claude a su espalda – Él me lo quitó.
Daena se alejó de la escena y se dispuso a caminar hasta su amado demonio que estaba escuchando atento la conversación hasta que la mano de Daena se posicionó en su pecho sacándolo de su ensimismamiento.
-Hola – le dijo él, ella colocó una mano en su hombro - ¿Qué ocurre? – ella no se detuvo y tras colocar la mano en la nuca del demonio, le acercó a su nivel para decirle al oído.
-Ve a mi habitación a la media noche – le susurró provocándole una oleada de energía. La miró y los ojos de ella eran cristalinos y expectantes. El asintió en respuesta, ella lo dejó más no se alejó.
Volviendo a Rosette, Claude; que se mantenía a su espaldas, colocó una mano en el hombro de la chica sorprendiéndola por el suave contacto, muy diferente a los usuales agarres.
-Pues entonces la familia de lady Rosette tendrá que explicar cómo llegó el collar a sus manos - sentenció, Rosette se dio la vuelta encarándolo.
-¡Tú no vas a acercarte a mi familia! – reprimió.
-Hay que resolver esto cuanto antes – aceptó la Duquesa – Usted diga cuando partimos a Lyon, su majestad – Rosette cerró los puños enojada mientras no le quitaba la mirada de encima al demonio que en respuesta dio un ligero apretón en el hombro de la chica.
La Duquesa agarró con suavidad el puño de la chica.
-Estoy dispuesta a saber si en verdad eres mi nieta – los ojos de la mujer denotaban verdad – Llevo tantos años sin tener noticias de mi familia, oh mi amada familia – le acarició el cabello a la chica que ahora se había volteado – Usted manda, su majestad.
¿Serían realmente parientes? O ¿Una desafortunada coincidencia? Pensó Rosette.
Al terminar, se dirigieron a la residencia de Erick. Los demás se habían ido cuando tuvieron la reunión privada con la Duquesa.
Daena se dirigía a su habitación cuando una mano la detuvo, por un segundo pensó que sería Sckarn, pero no, era Alexandriu.
-Tu y yo tenemos una conversación pendiente – dijo alzando las cejas.
-Alexandriu, estoy cansada – le cortó – Quiero irme a mi habitación – intentó soltarse de su agarre pero éste la tomó con más fuerza.
-No, tu me vas a responder ahora – demandó. Pero Daena se llenó de furia y se le enfrentó con los colmillos afuera.
-¡Dije que no! – le gruñó, Alexandriu la soltó y ésta continuó con su camino.
Por otro lado, Rosette se disponía a caminar a su habitación, necesitaba procesarlo todo, eso sería más fácil si un escalofriante demonio no estuviera pisándole los talones en completo silencio.
-No tenías que escoltarme hasta mi habitación – se volteó al llegar a su puerta.
-Podrías escapar y la Duquesa, creo... - hizo una pausa al dedicarle una mirada a esos ojos cafés, rostro angelical con las mejillas más sonrosadas que había visto, la fría brisa invernal le sentaba de maravilla – Que merece reencontrarse con su familia, ha sido una buena súbdita.
Rosette rodó los ojos
-Yo no soy familia de esa señora – contestó abriendo la puerta.
-Que tenga buenas noches, Lady Rosette – hizo una pequeña reverencia y se dio la vuelta. Pero la voz de Rosette lo detuvo.
-¡Espera! – él se dio la vuelta y fue sorprendido por los húmedos labios de la chica en su mejilla, muy cerca de la comisura de sus labios. Le iba a preguntar por qué, pero ella entró y cerró la puerta tan rápido, que no le dio oportunidad.
Quedó completamente confundido, pero luego se fue de allí.
Ella tras la puerta se quedó pensativa sobre lo que acababa de hacer ¿Fue sólo un impulso?
¡Pero si lo detesto y no ha sido más que un cretino conmigo! Pensó. Luego se descubrió pensando en los ojos de aquél demonio, frío, cascarrabias que lo hacían completamente... hermoso.
Salió al balcón para tomar un poco de aire, todo había sido un completo tornado de acontecimientos. Cuando ya sentía sus huesos doliendo por el frío aire de invierno se dio la vuelta para entrar a la cálida habitación.
Encontró a un hombre de cabellera dorada y grandes músculos. En un rápido movimiento de su espalda pendieron grandes e inmaculadas alas blancas, ella dio un paso hacia atrás chocando con el barandal del balcón.
-Hola, niña Du Vois – dijo el hombre para luego a toda velocidad tomar a Rosette en sus brazos y salir volando de allí, dejando el eco del pequeño grito de Rosette.
Rato después, a media noche, Daena se encontraba frente al espejo peinándose lentamente la larga y roja cabellera. Se había vuelto a perfumar y sólo se encontraba con las medias de gaza y una bata de satín oscura.
Un golpe se escuchó en la puerta, era el. Su precioso demonio había venido.
-Adelante – dijo ella. La puerta se abrió y en efecto, allí estaba Sckarn, vistiendo sólo una camisa suelta negra con unos pantalones del mismo color y botas de cuero.
Entró a la habitación cerrando la puerta manteniendo contacto visual con su eterna amada.
Esa noche estrellada estaba llena de promesas, que ambos, iban a jurar.
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Comenta si quedaste cómo el meme de Pikachu
#OnFire estará el próximo capítulo...
Visita #LaCura de RossaMendozz (Conocida aquí cómo Rosette) llenala de amor (votos y comentarios) En ella soy un pintoresco peronsaje llamado Emily ¿Cool no?
Diganme ¿Que personaje quieren ver en el próximo capítulo en la multimedia? El más mencionado obviamente será el que suba.
Bueno, hasta la próxima actualización y recuerda que:
#TeQuiero
-ThisEd
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