Capítulo 12
Sé que con el capítulo pasado los dejé queriendo más y eso es lo que les traigo hoy MUCHO MÁS porque ustedes son lo máximo y me inspiran...
¿Preparados? ¡Ok, empecemos!
¡Espera! antes de que empecemos, quiero que recuerden de disfrutar la experiencia al máximo con el #DalePlayALaExperiencia Recuerden de que se trata de que cuándo lo vean a lo largo del capítulo, le dan play a la canción
¡No olvides regalarme tu voto y hacerme llegar tus pechochos comentarios!
Ahora sí, empecemos
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-¡Basta! ¡Cállense! – Gritó Rosette exasperada, de nuevo todos volvieron a mirarla - ¿De qué están hablando? ¿Qué está pasando? ¿Poderes? ¿Acaso todos se volvieron locos?
Nadie se había percatado que había una humana inocente de todo en la estancia.
-Había olvidado que no eres una de los nuestros – murmuró Claude con tranquilidad – Lady D'lourdeth, le recomiendo que le explique. Porque si tenía ese collar, algo raro hay con ella.
-¿Raro? – preguntó ofendida - ¿D'lourdeth? – Preguntó extrañada Rosette – No, ella es Bushard – le aclaró al demonio. Daena se había quedado estática, muda.
-¿Qué está pasando? – preguntó el demonio.
Sckarn desde su puesto carraspeo y tomó del brazo a su hermano.
-Claude, vamos afuera... te pondré al tanto – Claude lo miró y lo siguió en dirección a la puerta que Yod había abierto.
-Lady D'lourdeth, le recomiendo le explique y si se espanta – le dirige la mirada más desinteresada que le pudo dar a Rosette – Bórrele la memoria, ya no tiene el collar, supongo que no habrá problemas.
La cara de Rosette era de completo horror, entonces se le plantó cara a cara a Daena.
-¿Y bien? – Daena tenía los ojos muy abiertos, pero entonces ella sin decir nada solo le agarro la mano y presionó fuerte mientras levantaba las mangas de su vestido, descubriendo así el ojo azul que al abrirse, Rosette intentó zafarse - ¿Qué es eso?
-Sube tu manga, por favor – le dijo muy seria y Rosette la levantó con rapidez, esperaba encontrar uno igual, pero no había nada. Daena la soltó.
-¡Rose! Si es que es tu nombre – dijo Rosette en un arrebato.
Daena suspiro y negó con la cabeza.
-No, no es mi nombre – tomó la copa de vino que no bebió Claude y dio un sorbo – Me llamo Daena Verona D'lourdeth y soy un Vampiro.
Rosette la miró con detenimiento, y en Daena no había una pizca de humor, pero eso no impidió que la chica estallara en risas.
-¿Vampiro? ¿Enserio? – Dijo mientras negaba con la cabeza - ¿Vas a seguir mintiéndome? Incluso ahora.
Daena seguía impasible, pero entonces lentamente su cara fue cambiando y los ojos de Rosette se abrieron de par en par y se fue quedando quieta y sin palabras.
-Todos los que conoces aquí, no son lo que tú crees, Sckarn, Claude y Yod, son demonios, El príncipe Alexandriu es un hombre lobo – volvió a su cara de antes y sirvió más vino y se lo dio a Rosette – Los mitos, leyendas, cuentos que te debieron contar cuando eras una niña, son ciertos. Sobre todo el temido Lucifer.
>>El cielo y el infierno existen – volvió a suspirar recostándose de la mesa con los brazos cruzados – No exactamente como lo dicen las fábulas, en realidad son Reinos, unos muy muy lejanos más allá de la vista del hombre.
-¿Desde hace cuánto eres un vampiro? ¿Naciste así? – dijo sentándose mientras procesaba todo.
-Hace cincuenta años que lo soy – le respondió mirando uno de los libreros frente a la mesa – Fallecí el 15 de Enero de 1476 en las afueras de un reino alemán.
El corazón de Rosette se contrajo al escuchar esas palabras, pero no se esperaba lo que venía.
-¿Cómo falleciste? – preguntó con tristeza. Los ojos de Daena se cerraron y derramaron unas cuantas lagrimas que en un instante limpio con sus dedos.
-Fui secuestrada y torturada por un maniático durante cuatro días – tomó una larga respiración y la miró – Hasta que logré escapar y Erick me encontró, me convirtió y me incluyó a su familia.
-¿Dónde está tu familia? – preguntó con cuidado.
-Cómo verás, ya conoces a Neal – dijo con una sonrisa que no llegó a sus ojos, estaban tan líquidos que brillaban como el mar bajo la noche estrellada – Charlotte lo rescató de morir como lo hizo el resto. Fueron asesinados por orden del que intentó matarme.
Rosette la miró por un segundo. En un abrir y cerrar de ojos la envolvió en sus brazos.
-Debió ser horrible, lo lamento tanto – Daena la abrazó devuelta y le dijo.
-¿Por qué no te espanta lo que somos? – le preguntó curiosa – Rosie, matamos para sobrevivir – le aclaró.
-Tu me ayudaste – dijo subiendo los hombros – Eres buena conmigo y si hay algo que necesites, sólo pídemelo cuando quieras – le sonrió.
-Maldición ¿Cómo puedes ser tan adorable? – le dijo sonriéndole, la tomó de los hombros – De hecho si hay algo que podrías hacer por mi – le dijo seria.
-Claro, lo que sea.
-Tienes que guardar el secreto, sí los humanos lo saben sería muy peligroso ¿Puedes hacer eso por nosotros? – le preguntó.
-¿Están en peligro, verdad? – dijo con el ceño fruncido y Daena le asintió - ¿Por qué? O ¿De qué?
-Recuerdas que te dije que Sckarn y su hermano son demonios – ella asintió – Bueno, digamos que de la otra cara de la moneda hay quienes nos quieren acabar, hay una organización de cazadores ayudados por un ángel con las herramientas para hacerlo.
-Dices que... - susurró.
-Sí, no es tan piadoso cómo dicen – Daena suspiró - Supongo que Sckarn tendrá más información al ser hijo de Lucifer – los ojos de Rosette se abrieron en sorpresa.
-¿Lucifer tiene hijos? – preguntó.
-Sí, Sckarn y Claude lo son – Daena desvió la mirada – Al igual que uno de los causantes de mi muerte. Pero eso es otra historia.
-Vaya... - resopló.
-¿Qué? – preguntó.
-Jamás pensé en mi vida en todo esto – admitió – Aunque eso responde algunas cosas.
-¿Cómo cuáles? – inquirió para luego dar un sorbo de vino.
-¿Demonios, vampiros, lobos? ¿Te parece poco? – Daena rio por lo bajo – Y bueno, eso responde a que nunca salen de casa de día, a pesar de que el día esté muy bonito.
-Bueno – hizo a un lado un poco la cortina, colocó la mano y ésta empezó a humear apareciendo un par de ampollas. La cara de Daena se contrajo de dolor hasta que la quitó, entonces empezó a sanar muy rápido hasta quedar como antes – Sí salimos bajo la luz del sol, nos quemaremos y moriremos.
-¿Cómo te conviertes en uno? – preguntó curiosa y algo emocionada. Daena empezó a negar con la cabeza.
-No te diré, ni te convertiré en uno – le advirtió – Vivimos en las sombras, Rosie y no creo que tu corazón soporte la idea de matar a diestra y siniestra... así que ni se le ocurra pedírmelo ¿De acuerdo? – ordenó amenazante.
Ella asintió energéticamente.
-Bien, eso es todo lo que necesitas saber por ahora – le dijo Daena.
-Oye... ¿Qué crees que pase con mi collar? – Preguntó algo triste - ¿Crees que el odioso de Claude me lo devuelva?
Daena rio.
-No lo sé, pero sí que es extraño – se llevó la mano a la cara con gesto pensativo - ¿Dices que perteneció a tu abuela no?
-Si, según mi madre me dijo que mi abuela quiso que yo lo tuviera y así fue hasta que el... - la puerta se abrió y en ella apareció Claude que entró con paso decidido para encarar a Rosette.
-¿Se puede saber quién eres tú y por qué tenías el amuleto de Arael? – le dice furioso mientras que sus ojos se volvían parcialmente negros con el iris plateado.
-¿Qué? ¿Quién es? – le respondió completamente anonadada.
Daena se puso en medio de ellos encarando a Claude.
-Claude, basta ¿Qué te pasa? – una persona normal sabría que si alguien se interpone entre tú y otra persona cuando está por empezar una pelea es que esa persona es una barrera, pero para Claude era algo que le estorbaba, así que tomó el brazo de Daena y la empujó hacia un lado provocando que ésta se estrellase contra el librero. Pero entonces, todo pasó muy rápido.
Claude fue embestido por un Sckarn completamente en estado demoniaco que le gruñía en la cara a su hermano con los colmillos filosos a nada de la carne de éste.
-¡Vuelves a tocarla y te juro Claude que voy a hacerte daño! – le amenazó y por un rato ambos se dedicaron furiosas miradas acompañadas de sonidos provenientes de sus pechos y gargantas - ¡Ya cálmate!
Lo sacudió contra la pared despeinándolo haciéndolo ver completamente salvaje.
Rosette se disponía a ayudar a levantar a Daena del piso.
-¿Estás bien? –le preguntó.
-Sí, no te preocupes – le sonrió – Claude ¿Qué es lo que pasa con Rosette? – dijo seria arreglándose la falda del vestido guardando la compostura.
-Sí ¿Qué le pasa conmigo? – señala exasperada.
Sckarn lo soltó al ver que se había calmado y se dio la vuelta. Y el se dispuso a arreglar su cabello de manera compulsiva volviendo a esa careta de control y frialdad que lo caracterizaba.
-Recordó de dónde había visto el collar de Rosette – le respondió Sckarn acercándose a ver que Daena estuviera bien.
-¿Y bien? – preguntó Daena molesta ignorando la mirada de Sckarn.
-Resulta que tu querida amiguita humana – le dedicó una mirada furiosa a Rosette – Llevaba puesto un amuleto que le pertenecía al maldito de Arael.
-¿Cómo estás tan seguro? – se cruzó de brazos
-Claude fue el encomendado de hacer la burocracia cuándo mi padre creó a los sobrenaturales – explicó Sckarn – Él fue el que documentó todo.
-El muy repulsivo plumífero intentó matarme – dijo amargamente.
-Aún no le veo el sentido al collar – replicó Daena.
-Pues, cada ángel tiene un amuleto distintivo – explica Claude – Ya que en sus escrituras, según Efesios 6:11: 11 que dicta "Vestíos de toda la armadura de – hace un gesto de disgusto, qué Sckarn igualmente acompañó – Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del Diablo" – pasó su mano por la boca en asco y prosiguió – Esto quiere decir que esa cosa es su armadura, por eso él que lo use es inmune a cualquiera de nosotros.
-De acuerdo – espetó Rosette – Tengo un amuleto milenario de un ángel ¿Qué podría salir mal? ¡Ah claro que ese ángel planea asesinar a todos los sobrenaturales, perfecto! ¡Oh y que ha estado en mi familia por generaciones! ¡Perfecto! – musitó con falso alivio.
Claude se acercó encarándola – Me vas a explicar ¿Cómo llegó a tus manos?
-No lo sé, yo sólo lo heredé ya te dije. Y tú – lo señala con odio - ¡Me lo robaste! ¡No me interesa de quién sea para ti! Pero para mí tiene un valor sentimental.
-Valor sentimental – se mofa - ¿Cómo saber que no eres una enviada de él para espiarnos? – la acusa.
-Claude, basta – le ordena Sckarn – Es obvio que ella no sabe nada, Rosette ¿De dónde vienes?
-Soy de Lyon – contesta ignorando la mirada acusatoria de Claude sobre ella – Mi familia es de clase trabajadora, al igual que lo fueron sus antepasados.
-¿Por qué viniste a Paris? – continuó Sckarn.
-No quería trabajar en el mismo lugar que mi familia, quería demostrarles que podía valerme por mi misma – Sckarn asintió en comprensión.
-No me lo creo – dijo Claude indiferente cruzándose de brazos.
-No me importa lo que tu pienses – le espeta Rosette, el demonio la miró indiferente – Para ser un príncipe, eres de lo peor.
-Tú tampoco eres muy placentera que... - fue interrumpido por la puerta que se abrió y en ella se asomó Erick y observó el desastre del librero, se mantuvo en la puerta.
-Sea lo que sea que estén haciendo, deténganse – les dijo secamente – No destruyan mi casa – desapareció y volvió a aparecer – Ah y ya es hora de irnos – anunció con una sonrisa para ahora sí desaparecer.
-Vámonos – dijo Daena mientras suspiraba con desgano dirigiéndose a la puerta con Rosette pisándole los talones.
Sckarn detuvo a Claude agarrándolo del brazo.
-Necesito pedirte algo.
-Si lo que quieres es que me disculpe con la humana sospechosa, pierdes tu tiempo – contestó molesto soltándose del agarre de su hermano.
-¿Qué te pasa con ella? Está claro que no sabe nada – le aclara – Pero no, no es eso lo que quiero pedirte.
-No estamos muy seguros de eso, Sckarn – le dice entornando los ojos a la defensiva – En fin ¿Qué es lo que quieres?
-Necesito que deshagas lo que le hiciste a aquella chica la noche en la que me detuviste – le pide y éste se sorprende – Necesito que recuerde lo que vio esa noche.
-La vi cuándo llegué a aquí – acentúa su interés - ¿Es por Lady D'lourdeth?
Sckarn asiente – Sí, verás no me cree que yo regresé por ella y por su familia y pues, me detesta por eso – le decía a su hermano una mirada completamente honesta y transparente, ya que él al ser el más parecido a su padre con respecto a lo que es correcto, incorrecto y de quién dice la verdad o quién es un mentiroso, sabría perfectamente sus intenciones.
Claude lo consideró unos segundos mientras lo analizaba, se arregló sus ropas y cabello mostrando así una postura de rectitud y auto-control.
-Veremos – metió la mano en sus bolsillos para dirigirse a la puerta con un Sckarn sonriente siguiéndole los talones – Terminemos con esto, ese asqueroso pajarraco me las va a pagar ésta vez.
#DalePlayALaExperiencia
El sol empezaba a ocultarse y en la entrada de la mansión se encontraban estacionados los carruajes listos para ser abordados, en el primero subieron Erick y Emiliah, en el segundo Andrea y Guitta, Charlotte y Neal ya se encontraban en la mansión, ya que estaban desde hace días acompañando a Luke en su duelo por Simon y las chicas.
Y Alexandriu había partido en la tarde a cazar, luego los alcanzaría.
Daena subió a uno y cuando Rosette iba a subir alguien la tomó del brazo, se giró y encontró la helada y distante mirada de Claude.
-¿Ahora no puedo acompañarlos? – inquirió la chica.
-¿Acaso nunca te callas? – Se quejó atrayéndola hacia él para que luego Sckarn se subiera al carruaje cerrando la portezuela – Tú vienes conmigo.
-¡Por supuesto que no! – negó tratando de soltarse del agarre - ¡Por Dios, Suéltame!
Escuchar ese nombre hizo que se le revolviera la sangre.
-Deidad equivocada, niña – la llevó a su carruaje y la introdujo en el sentándose a su lado provocando que se encogiese debido a la diferencia de tamaños, de cierta forma él le resultaba intimidante; quizás por el hecho de ser un demonio y aun así se las jugaba respondiéndole.
-¿Cuántas veces debo decirte que no lo menciones en mi presencia? – se le acercó lo suficiente como para que sólo quedaran unos cuantos centímetros de distancia, la respiración de Rosette esa acelerada al igual que sus latidos – Así es, recuerda que ya no tienes tu preciado collar que te proteja de mi – bajo su mirada hasta el pecho de Rosette y luego se incorporó derecho en su asiento.
Ella se quedó refugiada en el rincón de su asiento por el resto del camino dedicándole una que otra mirada al demonio a su lado que se mantenía impasible con su porte recto e inmaculado.
¿Cómo podría estar tan tranquilo? Pensó la chica.
En el otro carruaje, Daena se encontraba incomoda bajo la mirada de Sckarn.
-¿Qué? – cortó finalmente.
-Lo siento – Dijo – Lamento todo lo ocurrido en el pasado – su sinceridad era palpable al igual que la tensión en el pequeño espacio.
-El pasado es pasado – contestó – Sckarn, no hay nada más que quiera que haber podido evitarlo, pero es tarde.
-No, no lo es – la tomó de las manos – No es tarde para nosotros, tenemos toda la eternidad – se cambió de asiento para tenerla más cerca – Mi amor, sólo debes darnos una oportunidad – depositó un beso en sus manos y ella acunó su rostro después.
-Tengo miedo – admitió – Siempre estamos rodeados de peligro, no creo que podría soportarlo otra vez.
-Yo te protegeré, siempre lo haré – sin darle oportunidad de rechazarlo la envolvió en sus brazos y ella supo que allí es donde siempre había pertenecido, por lo que se refugió en ellos.
-Prométamelo – dijo contra su pecho – Prométeme que no volverás a dejarme.
Entonces fue él el que ahora acunó su rosto.
-Yo voy a probarte que no te dejé jamás – sus ojos desprendían honestidad, adoración y amor en estado líquido, ella soltó una lagrima – Daena, mi amor.
Le susurró para luego volverla a envolver en sus brazos y ella empezó a sollozar en sus brazos.
Él limpió sus lágrimas, depositó un beso en su frente, hizo un camino de besos por su mejilla hasta llegar a la comisura de sus labios, ella acortó la distancia y juntó sus labios con los de él.
La explosión fue inminente, deseo, necesidad y amor verdadero fue lo que ese beso significaba, las manos de él viajaron por cabello hasta tomar la peineta que sostenía su larga melena de fuego, la sacó y las ondas del cabello de Daena cayeron en cascada por su espalda.
-Me gusta más así – dijo sin despegar sus labios. Daena sonrió y se dispuso a enredar sus dedos para jugar con los rizos de su amado demonio.
Él la recostó sosteniéndola en sus brazos que la envolvían con fuerza por la cintura, mientras que sus labios, lengua y otras sensaciones protagonistas inundaban el espacio. El tiempo se había detenido, pero ellos no.
El levantó su pierna lentamente y su falda fue subiendo de igual manera dejando ver una media de gaza sostenida por el broche del ligero atado al corsé.
Acarició con suavidad el muslo de Daena mientras la atención de sus labios se concentraba en su cuello. Ella al sentir su aliento caliente acompañado de los húmedos labios soltó un leve gemido y cerró los puños aun en los rizos del demonio.
Estaban en su pequeña burbuja tan concentrados en uno del otro, que no se dieron cuenta que habían llegado. El carruaje se había detenido y que Claude estaba afuera del carruaje viéndolos con esa frialdad y aburrimiento que lo caracterizaba, se metió la mano en los bolsillos y carraspeó.
-Si no les importa, tenemos una reunión muy importante a la que asistir – ambos se sobresaltaron separándose inmediatamente, Sckarn arreglándose el cabello que Daena había desordenado y ella acomodando la falda de su vestido y el cabello.
Rosette, estaba asomada detrás de Claude tapándose la boca con la mano reprimiendo una carcajada.
Ambos bajaron del carruaje con las respiraciones aceleradas, Sckarn le ofreció su brazo y ella lo tomó ofreciéndole una sonrisa apenada, él le dio un ligero apretón en la mano con la que tenía libro seguido de un beso en el cabello.
Estoy loco por ti, amor mío. Pensó él.
Cada vez estoy cayendo más por ti, mi precioso demonio. Pensó ella.
Y se adentraron al lugar. Claude le ofreció el brazo a Rosette igual que su hermano, pero ella rodó los ojos y entró por su cuenta ignorándolo. El sólo hizo un gesto de estar harto, se metió la mano a los bolsillos y siguió a la chica.
Adentro en el gran salón estaban todos los que conformaban el clan, en una pequeña tarima dónde siempre se situaban los músicos cuando hacían los bailes estaban La Duquesa, Luke, Neal y Charlotte. Daena soltó a Sckarn para saludar a los presentes y a Luke le dio un caluroso abrazo.
-Lo lamento tanto, Luke – el vampiro le devolvió el abrazo, olía a su usual tabaco y colonia de almizcle.
-Merci, ma belle (Gracias, mi bella) – le dijo con la voz ronca y gruesa que se había ganado a tantos años siendo fumador.
Fue a abrazar a su hermano que la recibió dándole unas vueltas en el aire sacándole unas cuantas risas.
-¡Hermanita! – con Neal, todo era diversión y risas. Él siempre le hacía sentir como una niña pequeña que juega libre en el prado - ¿Qué te hiciste? – dijo bajándola y examinándola – Te ves reluciente.
Ella le dio un amistoso golpe en el brazo.
La reunión inicio una vez que todos estaban en la sala, los hermanos Inferno y la Duquesa lideraron la reunión quedándose en la tarima, los demás bajaron para quedar al frente.
-Cómo verán, los he convocado debido a que estamos atravesando una crisis y estamos en estado de emergencia – inició La Duquesa dando un paso al frente – A mi lado, se encuentran sus majestades Sckarn y Claude Inferno, hijos de nuestro soberano rey, Lucifer.
Todos los presentes hicieron una pequeña reverencia.
Sckarn dio un paso al frente.
-Desde la creación de los sobrenaturales, el otro sujeto ha tratado de acabar con nosotros – su voz era fuerte y autoritaria, parecía un militar dándole órdenes a su tropa. Daena lo seguía con la mirada, estaba en su elemento, dar órdenes como un líder, el siguiente al trono, cómo le dijo una vez – Creó a los vampiros, lobos, banshees entre otras bestias. El otro sujeto creó cazadores, unos experimentados que saben perfectamente cómo derrotarnos, se hacen llamar Los Discípulos.
>>Tienen las herramientas, la fuerza y la agilidad para hacerlo. Pero no son invencibles a pesar de que siempre han recibido de su ayuda no directa. Pueden morir, sí; pero no se les ocurra hacerlo ustedes. .
Enderezó la espalda mostrando una postura aún más seria y autoritaria.
-Hay una maldición – los murmullos de cincuenta vampiros susurrando al mismo tiempo hizo eco en la sala.
-¡Silencio! – dijo Claude desde su puesto al lado de La Duquesa. Los murmullos se detuvieron en el acto, el demonio dio un paso al frente agarrando sus manos por detrás de la espalda.
-Suelen vestir ropas oscuras y mantienen el rostro cubierto – Sí se topan con uno y sobreviven, no se atrevan a matarlos, a pesar de ser humanos...
>>Una maldición los protege y al matarlo este atormentará a su asesino por el resto de la eternidad, y nadie quiere un fantasma que te odia atrapado en el limbo molestándote, por el resto de la eternidad.
-¿Qué debemos hacer entonces? – Preguntó Alexandriu desde su puesto – Porque no es muy conveniente dejarlos con vida – puntualizó.
-Atrápenlos y enciérrenlos – respondió Sckarn fulminándolo con la mirada ya que se había situado a un lado de Daena – Nosotros nos encargaremos, sólo nosotros podemos acabar con ellos sin sufrir la maldición. Tal y como hemos hecho antiguamente.
-¿Por qué? – Preguntó de nuevo con una sonrisa falsa - ¿Por qué no funciona en ustedes?
-Porque ya estamos condenados, somos los primeros seres sobrenaturales – perro sarnoso, pensó Sckarn – ¿Recuerdan que les dije que sólo recibían ayuda indirecta?
Todos afirmaron en respuesta.
-Justo ahora el problema es mayor – dijo el demonio mayor.
Claude se colocó unos guantes de cuero y abrió la mano y Yod, que había llegado con uno de los cocheros le tendió el pañuelo con el collar, éste destapó el amuleto y se lo mostró a la multitud.
-Están siendo ayudados por un ángel – dijo Claude mostrando la pluma en una mano y en otra el collar.
La Duquesa al ver el collar se quedó helada cómo si le hablaran de alguien que no debe ser nombrado.
-Arael – dijo La Duquesa presa de la impresión.
Sckarn y Claude se dieron la vuelta para mirarla sorprendidos de que lo conociera. Rosette que se encontraba del otro lado de Daena también se sorprendió al ver que ella había reconocido el collar.
-Él ha regresado para hacer lo que prometió – finalizó la mujer viendo el collar dejando el eco de las palabras debido a que todos se quedaron en completo silencio.
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¡Ajá! ¡Llenenme de teorías! LAS QUIERO LEER TO-DI-TAS jajajajajaja
¡QUE CAPÍTULAZO! ¿No creen? Aún no me recupero de haber escrito ese beso (*o*=)
Bueno, quiero ahora mencionar que #LaCura de RossaMendozz está que arde y mi personaje Emily está pasando por unos momentos no tan chéveres que digamos, asi que vayan a darle amor con el #TeamEmily y #Gremily. También a la escritora que es una gran amiga y ella está aquí como #Rosette asi que les propongo algo promuevan el #TeamRosette y #Claudette (sin spoiler) sólo que es divertido ver cómo pelean ¿No creen? jajaja en fin, me despido, hasta la próxima actualización y recuerda:
#TeQuiero
-ThisEd
Les dejó una imagen de Sckarn (ustedes lamiendo la pantalla en 3...2...1)
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