Capítulo 11

RossaMendozz ¡Feliz cumpleaños! Atrasado, pero aún así... éste capítulo va dedicado a ti, espero te guste. 

Vayan a su historia #LaCura y denle mucho amor (comentando y votando) y obvio promoviendo el #Gremily y #TeamEmily ya que Emily soy yo, su servidora, un pintoresco personaje justo así como lo es RossaMendozz aquí como #Rosette.

Sin más que decir, disfruten el capítulo, voten y comenten como si Sckarn las hubiera poseído #Ususususu

¡Ah lo olvidaba! Reproduzcan la canción cuando les salga el usual #DalePlayALAExperiencia para que se adentren más en lo que es el proceso creativo de ésta historia 

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París, era una mañana hermosa, el cielo estaba soleado a pesar del invierno, los pájaros cantaban y la gente empezaba a trabajar en los mercados. Un estruendo se escuchó en aquel callejón de La Petite Jolie, un chico o mejor dicho, un demonio había sido lanzado desde la ventana del tercer piso.

Se encontraba medio desnudo, pero al menos su ropa estaba siendo arrojad desde la misma dirección.

-Se supone que deberías estar detrás de mi hermano, tu príncipe, como orden real de tu Rey Lucifer – la voz autoritaria y gruesa de Claude apuñaló al joven Yod que ocupaba sus ropas con rapidez.

-Sí, su alteza, lo sé y pido perdón por mi falla – dijo mientras se vestía a velocidad – Si su deseo es castigarme, lo entenderé.

Claude se cruzó de brazos desde la ventana y suspiró.

-No es mi problema, muévete – se dio la vuelta con su usual porte recto y serio – Tenemos una situación que atender.

Dicho esto, desapareció de la ventana y Yod fue en su encuentro.

En la mansión de la Duquesa, una carta había llegado, una carta qué solo tenía sólo una palabra, sin remitente y esa era

Célina

En cuanto ella la abrió y miró luego corrió a arrojarla a la chimenea.

-Sebastian – llamó y el chico en su puerta se acercó – Quiero a todo el clan esta noche reunido en el salón, por favor corre la voz rápido, sobre todo a su majestad Inferno.

-Mi lady – respondió a la orden y salió de allí, dejando a la mujer viendo cómo la carta era consumida por las brasas, levantó la botella de líquido ambarino y lo arrojó contra una pared esparciendo el líquido y los pequeños cristales, sus manos quedaron temblorosas al igual que lo estaría su corazón si éste latiese.

Daena despertó con el olor a rosas, no recuerda haber pedido que decoraran su habitación con rosas, y el ramo gigante que le había regalado Erick en su cumpleaños, se había marchitado debido a que estaban en pleno invierno y a ella le gustaba dormir con el aire helado entrando por la ventana.

Le recordaba a su hogar.

Encontró una rosa en la almohada a su lado con una nota.

No se compara a ti, mi hermosa Daena.

Levantó la rosa y la olfateó, entonces recordó la noche anterior y cómo Sckarn la había besado, ambos estaban llenos de adrenalina y aquel beso, que recordará por siempre, ése lleno de necesidad y electricidad como si de un rayo se tratase, al vagar en su mente, en sus brazos y cómo a pesar de haberlo echado, él había llegado en el momento exacto, tal cual cuándo era su deber y estaban atados.

No se había dado cuenta que Rosette había entrado a la habitación.

-¡No se cómo haces para dormir con éste frío! – Fue directamente a la ventana que estaba alejada de su cama para que no le quemaran los rayos de sol - ¿Hola? – dijo la chica sacándola de su ensoñación.

-Hola, Rosie – dijo con voz dulce - ¿Pudiste conciliar el sueño?

La chica sonrió mientras se estiraba.

-¡Sí! No sé qué fue eso que me diste, pero me hizo dormir como tronco – se tiró a la cama chocando con la nota - ¿Qué es esto?

La leyó y abrió la boca en una enorme "o"

-¡Alguien tiene un admirador! – Dijo codeándose con Daena - ¿Quién crees que sea? ¿El príncipe Alexandriu? Aunque dicen los sirvientes en la cocina que lo han visto frecuentar la habitación de Lady Andrea.

-¿Enserio? – se extrañó Daena pero aguantando la risa.

Si es asó... ¡Alexandriu ya no la acosaría ahora! Vitoreó en su mente. Pero aún quedaría resolver lo de la alianza... se decía que era un matrimonio arreglado entre especies, bueno Andrea; sálvame el pellejo, por favor.

Un pequeño toque en su puerta hizo presencia y Rosette se levantó a ver quién era, un sirviente le entregó un pergamino pequeño y se fue.

-Te llego esto, Rose – se lo entregó y después de leerlo se lo devolvía a Rosette.

-Quémalo, por favor – la chica lo encendió con una de las velas que aún se encontraba encendida y la dejo arder.

-¿Todo bien? – preguntó ella, ya que Daena había cambiado completamente su ánimo tras esa carta. Antes estaba risueña y hasta Rosette pensó que se encontraba en una nube cuando entró.

-Si, seguro... oye necesito que hagas algo por mí – le dijo colocándose de pie.

-Seguro ¿Qué necesitas? – dijo cruzando sus piernas y colocándose en una postura atenta. Daena pensó ¿Cómo ésta chica puede ser tan adorable?

-Necesito que le digas todo lo que me dijiste anoche a su majestad Inferno – Rosette se revolvió incomoda, no era de su agrado volver a recordar a ese extraño sujeto.

-¿Te refieres a lo del hombre sombra? – dudó.

-Sí, el quizás pueda ayudar ¿Te parece? – inquirió.

-Sí, supongo... - se encogió de hombros - ¿Cómo podría ayudar?

-No lo sé, pero podemos intentar ¿No? – le dijo indiferente mientras buscaba en su ropero un vestido para cambiarse – Por cierto ¿Qué te parece si te presento a algunos nobles en el baile de invierno la próxima semana?

La chica aplaudió emocionada

-¡Sí! ¡Me encanta! ¿Te imaginas que uno pida desposarme? – Se revolvió en la cama emocionada – Te juro, comería pastel de crema de limón todos los días.

-Pues entonces, ese día te dejaré despampanante – sacó un vestido azul oscuro de mangas largas y elaboradas con un delicado encaje – Si, este me gusta para hoy. Ven, ayúdame a cambiarme.

Rosette salió de la cama como si se había pinchado con un alfiler y se dispuso a ayudar a Daena

En la planta de abajo, las fosas nasales de Sckarn fueron invadidas por un fuerte olor a sangre por lo que se dispuso a seguir el olor, debía mantener el orden, aunque gracias a los cazadores, era algo ya olvidado.

El olor lo trajo hasta una gran puerta de madera que abrió con cautela y encontró a aquella chica que hace años fue testigo de su captura, es decir.

El boleto para que Daena finalmente le crea

-Hola – dijo el demonio, la chica dejó al muchacho que vendó para luego darle la orden de irse.

-Hola – respondió ella taciturna sin ningún ápice de reconocerlo.

-Me llamo Sckarn - dijo cerrando la puerta de la biblioteca después de que el chico saliera.

-¿Su alteza Inferno? – los ojos de Sckarn brillaron pensando que lo recordaba y la esperanza de que la hipnosis de Claude no haya funcionado.

-Si – le dijo con esperanza acercándose.

La chica dio una ligera reverencia – He leído tanto sobre usted, sus hazañas... son inspiradoras – la alegría de Sckarn cayó, ella no lo recordaba.

-Gracias, aunque no es para tanto – su voz era triste y nostálgica, la única manera era que Claude deshiciera la hipnosis, pero para eso él tendría que estar en las tierras del hombre y aceptar el favor.

-Claro que sí, la manera en la que ha ayudado a mi Rey, es usted todo un guerrero – la voz de ella era de admiración – Mi nombre es Guitta, lamento no haberme presentado antes.

El asintió en saludo – Es un placer, Guitta.

La puerta se abrió y mostró a una Daena que vestía un vestido azul oscuro con mangas de encaje y el cabello ligeramente recogido con un broche con pequeñas perlas, sus ojos resaltaban como si el océano se tragara a un bosque silvestre, con ella estaba Rosette.

Ésta vestía un tanto más abrigada con un vestido manga larga rosa pálido, una bufanda un poco más oscura que cubría su cuello del frío viento y su cabello lucía suelto y Daena le había hecho unas trenzas a los lados, según ella así se veía más dulce de lo que ya aparentaba ser la chica.

-Guitta, hola – saludó Daena dándole un ligero abrazo.

-Hola, Rose – Sckarn aún no se acostumbraba que la llamaran así, además de que no le gustaba, pero ocultó su disgusto perfectamente – Rosette ¿Cierto?

-Si – dijo la chica sonriendo – Lady Guitta. Su alteza – los saludó con una pequeña reverencia

-Su alteza – dijo Daena haciendo una pequeña reverencia, tomando al demonio por sorpresa ya que la noche anterior no había demostrado esa frialdad con el ¿Quizás la rosa en su almohada fue demasiado pronto?

-Lady Rose, Rosette – respondió el demonio. Daena tocó el brazo de Sckarn y ocultó esa sensación de electricidad que sintió.

-¿Podemos hablar un momento? – ella la quitó cuando la iba a tomar devuelta. Eso no le gustó para nada a Sckarn.

-Seguro – Guitta agarró un libro en la enorme mesa en el centro de todos esos estantes llenos de libros, candelabros encendidos bajo la penumbra que hacían las espesas cortinas.

#DalePlayAlaExperiencia

-Entonces los dejo para que hablen – dicho esto asintió y salió. Por el corredor a un lado de Guitta pasaron dos hombres, uno tenía una apariencia refinada que desbordaba control, era alto y con apariencia atlética, tenía el cabello oscuro y perfectamente peinado hacia atrás, su mirada era la más fría que acompañaban esa expresión inescrutable, el otro que iba detrás de éste se le veía más preocupado y mucho más joven, que al verla se quedó con la boca abierta.

-¿Piensas abrirme la puerta? – le dijo el hombre serio con hastío. El chico corrió y la abrió.

Dentro, fueron interrumpidos cuando él hombre entró.

-Verás, Rosette tiene algo que... - la expresión de Daena y Sckarn fue detenerse abruptamente. La de Rosette, completo miedo.

-Sckarn – dijo el recién llegado. El otro chico se dispuso a cerrar la puerta detrás – Lady D'lourdeth, desconocida – saludó con un asentimiento.

Daena se sorprendió al escuchar su apellido en la voz de ese extraño que tenía casi las mismas facciones de Sckarn, sólo que éste era más sobrio y más frío.

¿Sería aquel que junto con Dorian la tenía cautiva y después torturó?

De igual forma, le asintió en respuesta. Rosette estaba paralizada.

-Claude ¿A qué se debe ésta sorpresa? – Dijo Sckarn cruzándose de brazos, la última vez que se encontró con su hermano, había sido encerrado los últimos cincuenta años - ¿Vienes a encerrarme de nuevo?

El ceño de Daena se frunció ¿De verdad había sido encerrado?

-No, no vengo a eso – se sirvió un poco de vino que había sobre la mesa – Tenemos una situación.

Rosette, por otro lado trataba de llamar la atención de Daena dándole discretos toques con el hombro. Daena solo la miraba de reojo y la chica señalaba a Claude con la cabeza con cierta insistencia.

-¿Qué te pasa? – le susurró Daena viéndola tan agitada. Ella seguía señalando con disimulo a Claude que se encontraba distraído buscando algo en su chaqueta.

Aprovechó que no la estaba viendo y lo señaló susurrando en un vago intento de que fuera en silencio, pero todos se le quedaron viendo.

-¡Es el! – al ver como todos la miraban se calló con los ojos bien abiertos. En especial, porque Claude fue el primero en voltear a verla, sacó lo que pareció un pañuelo que mantuvo en la mano izquierda y se acercó a la chica cómo aquella vez.

Frunció el ceño y bajo a su campo de visión, la chica estaba completamente intimidada por la fiereza con la que la miraba.

Entornó los ojos y le dijo con voz autoritaria.

-Golpéate el rostro – la cara de la chica fue de confusión ¿Por qué le diría eso? Primero lo que le había dicho y ahora esto ¿Estaba loco o qué?

-¿Disculpa? – contestó en completa confusión ya tildando en la ofensa.

-Mmm... interesante – dijo el demonio caminando alrededor de la chica.

La cara de los demás era de confusión.

-Claude – Sckarn dijo a su espalda arqueando una ceja - ¿Qué estás haciendo?

-Averiguando por qué mi hipnosis no funciona con ella – murmuró mirándola desde atrás.

-¿Hipnosis? – se volteó la chica - ¿Estás loco? – le dijo un paso más en la confusión. Entonces él le dio la vuelta con la mano libre y acercó su cara a un lado de su cuello, la chica se estremeció cuando la rozó con sus dedos para quitar del camino su cabello.

Daena se había cruzado de brazos viendo el espectáculo con el ceño fruncido aún más, Sckarn se colocó a su lado

-¿Te gustó tu obsequio al despertar? - le susurró muy bajito en el oído provocándole otra corriente eléctrica.

-No sé de que estás hablando – le contestó ahogando las palabras.

-Daena, nunca has sido una buena mentirosa – otra corriente eléctrica y se devolvió a su antigua postura, ella lo miró por el rabillo del ojo y él sonrió con suficiencia.

-Oh ya veo – dijo el demonio poniéndose recto, levantó la mano libre y con agilidad la introdujo en el escote de la chica cuyo corazón estaba al borde del colapso.

-¡Oiga! ¿Qué le pasa? ¡Respeta! – se quejó e intentó sacarle la mano de su escote, pero éste tuvo más fuerza y sintió que algo lo quemó.

-Justo lo que pensé – la ignoró y arrancó la cadena de plata con la cruz de la abuela de Rosette – Yo creo que te he visto antes.

Dijo al sacarla entre sus dedos que desprendían un ligero humillo. La levantó a un lado y Yod se acercó con un pañuelo dónde Claude soltó la cadena y sus dedos sanaron en seguida.

-Llévasela a mi padre, luego la revisaremos – ordenó. Rosette al ver cómo el chico la guardaba en su chaqueta intentó recuperarla. Pero la mano del demonio fue más veloz y la detuvo tomándola de la muñeca.

-¡Devuélvemela! Fue un regalo de mi abuela que no conocí, tiene un gran valor sentimental – se sacudía del agarre del demonio - ¡Suéltame!

-Ahora le pertenece a la corte real de su majestad el Rey Lucifer – le cortó y se dio la vuelta ignorando sus protestas – Bien, ahora a lo que venía. Tenemos un serio problema, hermano.

-Si te refieres a los Discípulos, lo sé ya acabé con dos anoche – cuando dijo la palabra anoche le dedicó una mirada furtiva a Daena – Ésta noche habrá una reunión con el Clan para darles la información de qué hacer, varios son nuevos miembros.

Daena consoló a Rosette que se encontraba mirando con odio a Claude y a Yod que había vuelto a su postura en la puerta. Aunque ya Rosette miraba a Daena con confusión debido a la conversación que estaban teniendo.

Y en silencio le preguntaba "¿De qué estaban hablando?" Daena solo le dedicó una sonrisa ladeada llena de tensión.

-Bien, recuerdas que ellos nunca han recibido ayuda divina directamente – dijo Claude levantando la mano que sostenía el pañuelo inicialmente.

-Sí, les otorgan fuerza, agilidad e inmunidad a nuestros poderes – la ceja de Rosette pudo haber salido de su cara al escuchar la palabra "Poderes" ¿Qué está pasando? ¿Quiénes son estas personas? ¿Por qué Rose estaba como si estuviera acostumbrada? ¿Ella era una de ellos? ¿Le había estado engañando?

Todas estas preguntas rondaban la cabeza de Rosette mientras veía todo el panorama con extrema confusión.

-Pues, consiguieron que fuera directa – abrió lentamente el pañuelo y descubrió la blanca y pálida pluma blanca. Los ojos de Sckarn se abrieron de par en par y sus labios quedaron separados mientras soltaba el aire contenido.

-Un maldito ángel – propició las palabras con repudio.

La mirada de Rosette de pronto se centró en la pluma dejándola embelesada.  

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¡Hola! Otra vez yo jejeje

¿Cómo están? espero que geniiiiiiiiiial 

Cuentame ¿Que tal te pareció el capítulo? ¡Quiero leerle! y cuando lo digo, lo digo enserio ¡QUIERO LEERTE! ya que así te llego a conocer más, ésto es un toma y dame para hacer una bonita amistad con mis pechochos lectores

 Así que no seas un fantasma malito y comenta y vota ;) 

AJÁ la pregunta que les tengo hoy es... 

¿Por qué creen que Claude conoce la cadena de cruz de Rosette? 

Ah y otra cosa ¿Les gusta Claude? Debo decir que los Inferno son una cosa seria jeje 

Hasta la próxima #TeQuiero 

This Ed

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