Capítulo 10
Reviví como el Ave Fénix de la fiebre que me estaba matando y decidí que lo mejor que podía hacer sería actualizar
¡Les traigo una dinámica! Por favor dale PLAY CUANDO VEAS ESTO #DalePlayALaExperiencia Ya que quiero que entren en mi misma sintonía, ya que fue lo que escuché cuando lo escribí y pues es increíble la menera en que la música te ayuda a imaginarte las cosas en otra perspectiva.
Sin más que decir, disfruten el capítulo.
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-¿Discípulos? – Cuestionó la Duquesa - ¡Pero si hace siglos acabamos con los últimos! Además. Son humanos ¿No?
-Sí, pero eso no evita que el Vaticano entrene una nueva generación cuando cree que es necesario – contestó Sckarn levantándose del piso.
-¿Entonces dices que una horda de cazadores está detrás de nosotros ahora? – dijo Luke pasándose la mano por el cabello – Perfecto.
-No una horda, generalmente entrenan a pocos y éstos reciben ayuda divina.
-Si... con respecto a eso – lo señaló mientras caminaba de un lado al otro - ¿Qué significa?
-Pues, con ayuda divina es exactamente eso. Reciben ayuda del otro sujeto – contestó el demonio con obviedad – Cómo fuerza, agilidad más que la humana como también que son inmunes a nuestros poderes.
-Di... - la mano de Sckarn silenció la de Luke en menos de un segundo, éste lo miraba con advertencia.
-Por favor, no. No durante mi presencia – las manos de Luke se levantaron en redición y el demonio lo dejo – Si, de él. Pero ésta ayuda jamás ha sido personal, nunca ha sido realmente necesario, verán hace siglos los primeros Discípulos se hicieron presentes dado que mi padre creó a los primeros sobrenaturales en la tierra del hombre, es decir – miró a la Duquesa – Los primeros vampiros, padres de los que ahora conoces a través de generaciones.
>>No solo se crearon a los vampiros, que son lo más parecido a nosotros los demonios, sino también a los licántropos, bestias que después generaron una guerra y desastre entre especies debido al instinto territorial.
He de admitir que no son mis favoritas, pero supongo mi padre las creó por algo. Fue entonces que los vampiros y los licántropos fueron cazados por años por ésta legión de cazadores. Entonces tuvimos que intervenir al descubrir que un sobrenatural no puede matarlos.
-Mira que conveniente ¿Por qué? – preguntó Luke exasperado.
-Por la maldición. Si un sobrenatural asesina a uno de estos cazadores, quedará atormentado el resto de su eternidad atormentado por su alma en el limbo. No hay nada peor que un alma de alguien que te desprecia atada a ti para siempre.
-¿Entonces por qué a ustedes no les afecta? – preguntó de nuevo el vampiro que ahora bebía directo de una botella con un líquido ámbar.
-Ya estamos condenados, desde la primera guerra, todo el linaje de mi padre está condenado para siempre... no se puede ir más allá – se acercó a la puerta y la abrió – Ahora que ya saben a lo que se enfrentan, tengo algo que hacer.
-Espera – dijo Luke tras dar un largo trago - ¿Qué hacemos si encontramos a uno?
-Captúrenlo y traten de que no se escape hasta que yo me encargue - dicho esto, salió camino a la mansión dónde vivía Daena que estaba siendo manejada de ojos vendados por Erick a través de las afueras de la mansión.
-Tranquila, cherrie(cariño) sé que vas a amar tu regalo de cumpleaños – decía Erick mientras tapaba los ojos de Daena y la conducía por lo que ella pudo percibir como los establos.
-Pero si mi cumpleaños fue ayer – dijo ella divertida caminando a ciegas.
-Lo sé, pero recién hoy es que estuvo listo y ya sabes lo que nos pasa si salimos a la luz del día.
-Sí, las cenizas en la chimenea me lo recuerdan constantemente – Erick rio.
-Exacto – llegaron a los establos y éste la posicionó para luego quitarle el vendaje - ¿Qué te parece?
Frente a ella estaba una yegua dorada de gran porte y hermoso pelaje.
-Es hermosa – dijo Daena maravillada mientras se acercaba al animal para acariciarla – Gracias – volteó y le sonrió.
-Es una yegua de raza Andaluza traída directamente de España, nacida en los criaderos del Rey Carlos I – le hizo una señal a un chico y éste empezó a ponerle los implementos al animal – Sin dudas, un maravilloso ejemplar.
-Ciertamente, es hermosa – le dio un abrazo a Erick que una vez el animal ya estaba listo le dijo.
-¿Qué esperas? Ve y da una vuelta, es una hermosa noche para montar.
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Con una enorme sonrisa levantó la falda de su ligero vestido para en un ágil movimiento subir a la yegua y darle la señal para avanzar.
-Llévame rápido preciosa – le dijo a la yegua tras agitar las riendas y apretar las muslos en señal, el animal salió disparado adentrándose en el bosque que daba a la propiedad, se sintió libre con el viento sobre su cara y su cabello ondeaba durante cada galope.
Así pasó por varios minutos hasta que de pronto la yegua se detuvo en seco; empezó a relinchar y a perder el control.
-Tranquila – dijo Daena tratando de calmarla - ¿Qué pasa? ¡Tranquila bonita!
Pero no, la yegua se agitó tanto que tumbó a Daena y salió corriendo de regreso a la mansión.
¿Qué está pasando? Entonces se concentró y trato de percibir algo, pero no pudo, fue entonces cuando una pluma cayó de uno de los árboles y éste se sacudió.
-Muéstrate – ordenó Daena – Quién quiera que seas, muéstrate.
Pero no hubo respuesta, pero entonces una flecha cayó a su lado y de no ser por sus elevados reflejos otra flecha la hubiera atravesado. Sacó sus colmillos estaba preparada para defenderse
Otra flecha si logó atravesarla en un tobillo y éste ardía como si se tratase de un metal caliente, con fuerza suficiente haló la cuerda que venía con la flecha y ésta llegó con una mujer enmascarada con ropas azules, Daena dio un salto y enredó a la mujer con la cuerda para luego sacar la flecha incrustada en su tobillo provocándole mucho dolor para luego clavársela a la mujer en una pierna.
-¿Duele no? – mientras tanto, de la penumbra un hombre que llevaba las mismas ropas acompañado con una larga lanza se acercaba a ella a gran velocidad, entonces ella al notar que su herida tardaba en sanar, decidió salir corriendo.
Lo intentaba a gran velocidad, pero no podía muy bien debido a la gran herida que seguía ardiendo.
Fue entonces que el galope de un caballo se acercaba a gran velocidad.
¿La yegua había vuelto por ella? ¿Así de fieles eran estos animales? Pensó.
Pero no, lo que encontró fue a aquel demonio que echó esta mañana de su habitación, ese que ella ahora no quería cerca ya que pensaba que la había abandonado cuando más lo había necesitado, allí estaba el, galopando su yegua con un brazo estirado.
-¡Daena toma mi mano! – le ordenó ofreciéndosela. Ella lo pensó por un milisegundo y luego la tomó en una maniobra subió al caballo en velocidad.
En estos momentos, el dolor en la herida y el peligro de muerte eran más grandes que su orgullo.
-Necesito que tomes las riendas en cuanto te diga ¿De acuerdo? – le dijo el demonio y ella asintió abrazaba a su espalda.
Rodearon unos cuantos árboles y luego volvieron a donde se había enfrentado a la mujer y había huido del hombre. Al parecer el hombre estaba ayudando a la mujer, pero cuando escuchó el galope del caballo, se preparó para atacar.
Cuando estaban a unos cinco metros de éstos Sckarn gritó sobre su hombro - ¡Ahora!
Dicho esto, Sckarn se abalanzó sobre el hombre y la mujer, que colocando la mano hacia atrás, de su mano salió una especie de estaca de hielo que atravesó en el pecho del hombre y a éste varios símbolos brillantes le aparecieron en lo que se le podía ver de cara, además de cómo sus ojos se oscurecieron y tras convulsionar, murió.
La mujer, por otro lado, le sirvió de alimento al demonio. Después de acabar con ellos, escuchó el galope de la yegua detenerse no muy lejos y fue en esa dirección.
Daena intentaba bajarse de la yegua, pero cuando afincaba el pie era como si estuviera en llamas ¿Por qué le costaba tanto sanar? A diferencia de otras veces que se hería sanaba casi inmediatamente y no sufría de tanto dolor como ahora, le recordó a cuando era humana y frágil cosa que le enojaba. Además de que no sabía de quienes eran esos que le atacaron. Esos que sabían cómo herir a un vampiro, aparentemente.
Continuó intentando bajar, pero fue inútil hasta que unas manos sostuvieron su cintura ayudándola. Apoyó su peso en un pie, aunque el que la sostenía la tenía bien sujeta, al darse la vuelta sus ojos se encontraron, los de ella estaban dilatados debido a la adrenalina causada por los acontecimientos, los de él eran un océano turbio.
Estaban tan cerca, que solo sus ropas lograban separarlos.
-Daena – la desarmó con un susurro. Quizás su corazón no latía, pero su mirada le decía todo.
-Gra... - la interrumpió sellando sus labios con un beso, pero no esos besos épicos no, uno demandante y lleno de emoción. Ella pudo saborear todavía la sangre de sus labios, una traicionera lagrima corrió por la mejilla de ella, el la levantó del piso con un brazo mientras que con el otro la mantenía bien sujeta de la nuca para que no se alejara, aunque ella no mostró resistencia. Fue en ese momento en el que cualquier ápice de rencor y odio quedaron olvidados
Pero, el momento se vio destruido debido a que el tobillo de Daena hincó como un puñal provocándole que gimiera en dolor.
-Estas herida – ella estaba sin palabras, con cuidado la depositó en el suelo y se arrodilló a su nivel para revisarla, entonces gracias a su olfato descubrió la herida – Maldición. Vas a tener que aguantar un poco, tiene agua bendita.
Ella se acercó a ver y se veía peor de lo que se sentía.
El sacó un puñal de su bota y la pasó por la palma de su mano dejando correr un poco de sangre sobre la herida y tomándola con firmeza. Y ésta soltó un grito que él ahogó con otro beso.
Ya de regreso a la mansión, estaban en el establo dejando a la yegua descansar; el pie de Daena había sanado en su totalidad gracias a la sangre de Sckarn. Una vez el chico encargado de los caballos se llevó a la yegua dejándolos a solas, Daena lo encaró.
-Gracias, por salvarme – su voz era sincera al igual que su mirada, la del demonio era liquida y llena de cosas indescifrables.
-No tienes por qué agradecerme, Daena – le susurró mientras le tomaba de la mano y depositaba un beso en ella.
-¿Daena? – otra voz, algo familiar se escuchó a sus espaldas, era Alexandriu en la entrada de los establos.
-Príncipe Alexandriu, no sabía que aún estuviera despierto – dijo Daena nerviosa, soltando su mano de la de Sckarn, eso hizo, que éste le dedicase una mirada asesina.
-¿Te llamó Daena? – preguntó ignorando lo que ella le había dicho.
-¿Cuál es el problema en que la llame así? – retó Sckarn.
-Ninguno, pero que yo sepa su nombre es Rose. A menos que... - terminó pensativo.
-Escucha, Alexandriu, te explicaré todo – dijo poniéndose frente a Sckarn para evitar algo peor – Pero no aquí, ni ahora: Por favor, mañana te lo explico ¿Si?
-¿Por qué no ahora? – insistió.
-¿No tienes una perrera que ocupar? – volvió a retar Sckarn sólo que con una pizca de burla.
-Claro, hagamos chistes de perros – dijo el lobo negando con la cabeza.
-Alexandriu, por favor. Hazme caso – le dijo Daena de reojo, el lobo asintió y se fue de allí. Una vez solos otra vez ella lo miró - ¿Qué pasa contigo? – riñó y salió de allí.
Lejos de allí, en dónde estaban los cuerpos sin vida de los cazadores, otro demonio, el que se encargaba de espiar las acciones de Sckarn, estaba revisando los cuerpos, cuando no muy lejos percibió en el suelo, algo blanco y brillante, lo levantó, era una pluma que al tocar sus dedos quemó.
Sacó un pañuelo de su chaqueta y la envolvió para volverla a guardar.
-Entonces ahora consiguieron ayuda directa – se dirigió a los cuerpos – interesante.
Daena volvió a su habitación y cerró la puerta rápidamente, pero la voz de Rosette la sorprendió a su espalda.
-Tampoco puedes dormir ¿Verdad? – dijo la chica sentada en una esquina de la cama.
-Rosie ¿Qué haces aquí? Deberías estar durmiendo – le dijo Daena.
-No logro conciliar el sueño – dijo con pesadez.
-¿Qué ocurre? – le preguntó Daena desde la puerta.
-Creo que la casa está hechizada por algo malo – dijo lo último en un susurro.
Sckarn ¿Qué harías? pensó Daena
-¿Por qué? ¿Qué viste? – ya se estaba preparando para borrarle la memoria dependiendo de lo que le dijera. Aunque honestamente, su cabeza era un desastre justo ahora.
En las últimas horas, habían intentado asesinarla dos sujetos muy preparados, Sckarn le habría besado, Alexandriu descubrió su nombre y a él no podía borrarle la memoria.
Todo era problemas desde su regreso.
-No solo lo vi a un hombre que... se convirtió en algo así como humo, me llevó con él y luego me dijo "Tú no me viste, viniste aquí porque te pareció que el día estaba bonito" y luego desapareció – mientras lo explicaba a la chica se le quebraba la voz.
-¿Cuándo paso esto? – Daena se acercó a la chica para consolarla - ¿Cómo era él?
Algo en el interior de Daena rogaba que no fuera Sckarn, no ahora.
-Ésta mañana cuando estabas hablando con su majestad Sckarn, él estaba afuera de tu habitación, me lo encontré cuando te traía té – se alejó de Daena para explicarle mejor – Era de hecho como su majestad, tenían el mismo color de ojos y se parecían, solo que éste no era tan fornido, pero su voz... su voz era muy dura.
Entonces Daena pensó,más problemas, aquel que quedó vivo hace cincuenta años la había encontrado.
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¿Viviste la experiencia? ¡Espero que si ya que es increíble!
Espero les aya gustado el capítulo Fénix.
No olvides dejarme tu voto y tus comentarios.
¡Los leo! Y espero ayas gritado y emocionado desde el #DalePlayALaExperiencia ya que en esa parte, solo me deje llevar por la música.
¡Gracias por leerme!
#TeQuiero
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