Reencuentro inesperado.

REENCUENTRO INESPERADO.

Adam estaba bien furioso, estuvo revisando toda la mañana y parte de la tarde sobre el proyecto y encontró muchas inconsistencias en los presupuestos y valores de la cotización de los materiales, estaban inflados. Horacio se había  encargado, por orden de él.

Le había confiado todo el proyecto y dejaba que actuará en su nombre.

Maldición, todo era su culpa, era otro aniversario de su muerte y siempre se cerraba a rumiar su dolor. Pensó Adam

Se pasó las manos por el rostro.

— ¡Ya debo acabar con esto! pero, ¿porqué Horacio  se valió de ello para traicionarme?.

— ¿Hablando sólo?  — Preguntó Noni.
Adam se sorprende con la intrusión de la mujer, delante de él.

— Madrina, no la sentí llegar.

— Ya me di cuenta, estabas ido. — Afirmó

— No, lo que estoy es furioso.

— No te preocupes todo se solucionará. — suelta la mujer con la característica de su misteriosa forma de ser.

— Lo hará. Cuando encuentre a ese imbécil y me responda.

— Así será — aseveró Noni.

Adam respiró hondo varias veces para tranquilizarse, hasta que lo consiguió.

— ¿En que la puedo servir?.

— No cielo, la pregunta es, ¿En que te puedo ayudar yo?.

— Noni ya pasó, ya me encuentro  bien.

— ¿De verdad?

Se levantó de su silla y camino hasta Noni, agarró su rostro y plantó un beso en su mejilla izquierda y le dijo con mucho sentimiento.

— Que haría sin ti, mi viejecita bella.

— ¡Vieja tu abuela!. — Soltó insultada Noni, pero en sus ojos se le veía el afecto que le profesaba al hombre.

Soltó una carcajada Adam.

— De verdad que haría sin ti, Noni.  Logras tranquilizarme y me transmites paz.

— ¿Igual que la niña Vanesa?.

— Si. Algo parecido.

— Mi niño, me duele verte a si.

— Ya pasó...

— No. No lo ha hecho, buscas olvidar en Vanesa y eso no está bien,  tienes que volverte a enamorar y creer en el amor.

— No pasara. Ya no volveré a sufrir otra vez, no lo permitiré.

— ¿Eso crees?. — inquirió con la ceja levantada.
Adam no quiso entrar en sus misterio y decidió zanjar la charla.

— Bueno, como sea, me voy a visitar a la reina de mi vida.

— Vanesa ya está ahí.

— Lo sé, Brenna asistirá a un chequeo médico, y voy a preparar comida, ¿te apuntas?.

— Si. Iré más tarde.

Adam se dispuso a salir, mientras Noni lo miraba.

La rueda del destino está girando y  todo ha empezado a ponerse en su lugar., pensó Noni, sonrió,..y empieza está noche.

— Muchacho, no digas de esta agua no bebere.

El sonido de su risa, sonó en la instancia.

***

Vanesa tenía en brazos a Alaina, había terminado de darle su biberón y la disponía a dormir, cuando llegó Adam.

Las dejó tranquilas, y se dispuso a hacer comida, terminado de cocinar, se acercó hasta ellas.

— Hola tesoro.

— ¿Cómo te encuentras?. — Sonríe Vane al hacer la pregunta.

— Le hablaba a la princesa

— Si ya tú — levanta la mujer su nariz, imitando estar ofendida, al ver su rostro, Adam  sonrió.

Se le veía cansado , sabía que estaba pasando algo, pero como siempre con tal de cuidarla le ocultaba las cosas, pero sentía que era algo más, pensó vane.

Alargó la mano, le acarició su mejilla, le dio un fugaz beso y sonrió.

Así los encontró Chase.

De la impresión, Chase tropezó y la escena se disolvió, al verlo Vanesa, su sonrisa se desvaneció y Adam fruncio el ceño.

Vanesa y Adam hablaron al mismo tiempo.

— ¿Busca a alguien?.

— Cha.. Chase. — Adam se giró hasta vane y preguntó.

— ¿Chase?

— Si. Es mi nombre. —respondió el joven. — veo que te encuentras ocupada, si es posible hablaremos en otro momento. — farfullo Chase.

Vanesa no salía de su asombro y le murmuró que estaba bien.

Cuando reaccionó, le preguntó que en donde lo podía localizar.

— Estoy hospedado en el Galway Bay Hotel, hay me puedes encontrar.— y el joven salió de la casa.

Al salir este, Adam se acercó a Vanesa.

— Pondremos a la niña en su cuna y después tú y yo hablaremos.

— Si, está bien.

Adam empezaba a sospechar quién era su huésped misterioso, ahora recordaba el nombre Chase Johnson, de Nueva York.

Vanesa salió al porche y se sentó en la mecedora, no podía creer que Chase estuviera aquí en Galway.

— Es él, ¿verdad?. Chase, ¿es de quien estas enamorada?.

— De quien estuve enamorada, querrás decir.

— ¿porque te engañas?.

— No. no lo hago.

Adam suspiro. — ¿Sabes?, me aprecio de juzgar a la gente, pero parece que me estoy equivocando últimamente.

— ¡No digas eso!. Eres una persona justa y sobretodo inteligente, pero esto no se trata sobre ello, ¿cierto?.

— Tal vez. Pero ahora no se trata de mi, sabes que te quiero mucho y te he visto triste bastante tiempo.

— Adam, yo...

— ¡Basta ya!. Mira ¿porque él se encuentra aquí?, a ver, ¿que quiere? y si no te convence puedes cerrar ese capitulo, ¿no te parece?.

Vanesa tomó su tiempo para sopesar sus palabras y se decidió.

— Ok. Eso mismo haré, ¿ahora que me hiciste de comer?.

Adam sonrió y entraron a la casa.

En el hotel....

Chase no supo como llegó a su cuarto. Dios que tanto dolor.

la había perdido.

Estaba acostado mirando el techo, sin sentir pasar el tiempo, le dolia la cabeza y el cuerpo, si, había llorado como un niño, su cuerpo se había estremecido por el llanto, el dolor se había apoderado de su alma y marchitado su espíritu. y aún unas lágrimas descendían por su cara.

Lo peor se sentía como si hubiese fracasado en lo más importante de su vida, no se sentía con ánimo de enfrentar al mundo, ni dar su cara, todo porque era su culpa, completamente su culpa, ¿que iba a hacer sin ella?, se lo tenía merecido por ser...por ser tan ciego e imbécil.

Cerró los ojos y empezó a recordar....

Acababa de llegar a hotel para la Convención y Vanesa lo había recibido como era su costumbre con todas las cosas preparadas para su comodidad.

me quito la chaqueta y la suelto en la mesilla, empiezo a rotar mi cabeza sobando mi cuello y me siento en la silla, mientras Vanesa me sirve una cerveza bien fría y me la entrega.

Te ves estresado y cansado.

— ¿De veras?, que piropo más interesante.

— Ay Chase.y le da un manotazo en la espalda.

¡Oye!

vane empieza a darle un masaje y Chase suspira de satisfacción cerrando sus ojos.

Mmm..que bien se siente.

Con todo mi cariño para ti —. y le da un beso en su cuello, murmura bajito. — ¿Sabes que te quiero mucho?.

Chase se tensa y se remueve incómodo en la silla intentando aliviar su campante erección.

Definitivamente necesita desafogarse.

— Vane, para por favor.

Pero.. te está haciendo bien—. Farfulla confusa.

Si demasiado bien... ¡no! y sacude su cabeza. Ella es como su hermana, no debo pensar en acostarla en la cama, pero tan difícil se le hace, que bien huele —gimio — deseaba recorrer su nariz por toda la columna de su cuello y después pasarle la lengua, ¡no! deja de pensar eso, no hará nada para calmar su necesidad de ella, órgano traicionero.

— ¡Basta, maldita sea!.

— ¿Pero?...

— Por favor sal de mi cuarto.

Dios otra vez no, otra vez se humillaba, pensó Vanesa.

— Como digas —. y salió del cuarto.

Al salir la muchacha se dispuso a acostarse, durante un par de horas dio vueltas en la cama, el dolor en sus bolas no lo dejaba dormir,  se levantó a darse una ducha fría y ni así consiguió enfriar su necesidad por ella, por Vanesa.

Bajo al bar del hotel y estuvo bebiendo durante horas, sin emborracharse, hasta que se le presentó una rubia en su frente.

— Guapo, ¿te puedo ayudar en algo?, se te ve tan solito que me dije Raquel ese hombre espectacular en la barra se ve tan triste, presentate y aliviale cualquier pena —. agarró la botella y tomó un sorbo, así no le dejó dudas de su intención.

Chase la repasó completamente, se parece a vane un poco —.  pensó el joven.

— ¿Porque no?—. Raquel sonrió y se sentó a su lado, Chase le pidió una bebida y cuando las terminaron, pagó y se dirigieron a su cuarto.

Más tarde, cuando sintió el toque en la puerta, miró la hora y maldijo.

Se abre la puerta y Vanesa está ahí, la veo azorada.

— Perdóname —. dice — No quiero interrumpir.

La miro y veo que está apenada, luego ella se va.

La mujer está diciendo algo, no le prestó atención, me pongo a pensar en la mirada que vi en los ojos de vane.

Ahora en el cuarto de esta habitación acostado en la cama, maldice mil veces su estupidez.

Esa mirada no era de vergüenza, era de puro y físico dolor.

Maldita sea, maldita sea, que estupido habia sido, se lo tenia bien merecido.

Maldita sea la habia perdido y empezo a llorar de nuevo.

Al otro dia...

Soy cobarde, no me lo puedo negar.

Ya era la tarde, y no lo habia ido a buscar, sabia en que habitacion estaba, pero no se atrevia a verlo, a pesar de que vivíamos bajo el mismo techo.

Entro una llamada al telefono, contesta.

— Hotel galway, a su orden.

— ¿Vanesa eres tu?.

— ¿Maa?.

— ¡Mi nina!, al fin puedo escuchar tu voz, Ben — llama al otro lado de la linea. — Vane me contesto al fin.

— Mi preciosa niña, que bien se siente el escucharte, nos tenías al pendiente y un poco olvidados—. terminó susurrando molesto, Ben Johnson.

— Ben, disculpame, sabes lo que tenía que resolver.

— ¿Y lo hiciste? — preguntó Marle.

— No les puedo mentir, no he resuelto nada.

— ¿Que necesitas?, ¿más tiempo?, mijita —. Ben habló.

— Chase está aquí.

— ¿ya llegó?.

— Si maa.

Barbara entró en la conversación.

— ¿Al fin mi hermano te encontró?.

— ¡Tú!. ¿Cómo pudiste hacerme esto?.

— Pero.. yo.. ¿yo que he hecho?—. Murmura la pregunta confundida Barbara.

Brenna irrumpió en la oficina.

— Vanesa disculpame que entre así, pero esto es algo urgente.

— Oh, esta bien, déjame terminar aquí. — Barbara, tu y yo hablaremos después, Marle y Ben, los quiero mucho, no lo duden nunca. —y colgó.

Brenna se estaba retrocediendo las manos.

— Bree, ¿que sucede?.

— Me han informado que en el cuarto del señor Johnson, no han podido realizar su limpieza diaria.

— ¿Cómo asi?.

— Tiene el cartel de no molestar desde ayer, y se sabe que no ha salido en todo el día.

— ¿Ha pedido algún servicio?.

— No —. Fue la tajante respuesta de la joven.

Vanesa levantó la vista y vio la cara de preocupación, y decidió preguntarle.

— ¿Qué se hace en estos casos?.

— Se le ha tocado la puerta dos veces como es el protocolo.

— ¿Y después?.

— Procedemos a abrirla.

— Entonces no perdamos el tiempo, tengo un mal presentimiento, por favor avisarle a Adam.

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